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ISO 17840

Hojas de rescate y guias de respuesta a la emergencia en vehículos accidentados e incendiados

Miguel Angel Hernández Alfocea

Instructor

<Actualmente circulan por nuestras carreteras vehículos que son propulsados por diferentes sistemas que encierran ciertos riesgos que desconocemos si no estamos actualizados en sus desarrollos técnicos. Estos peligros pueden afectar, en caso de un funcionamiento anómalo como puede suceder en un accidente o incendio, a las personas que viajan en su interior, a los rescatadores que iremos a extraerlas para evacuarlas a un hospital y a las Fuerzas de Seguridad del Estado que acudirán a la zona.

ara poder identificar, controlar e incluso neutralizar estos riesgos, es necesario que todos los cuerpos llamados a intervenir en un accidente estemos adecuadamente formados, actualizados y entrenados en el manejo de sus elementos y cómo neutralizar los peligros, ya que las características técnicas de estos sistemas evolucionan día a día.

Todos estos sistemas los podemos encontrar en automóviles ligeros, pesados tanto camiones como autobuses y vehículos que circulan por raíles, bien sean tranvías, metros o trenes.

Los fabricantes de vehículos, a mediados de los años 80, pusieron unos dibujos con la planta y el alzado de los coches a modo de mapa en formato A4. Allí estaban representados los elementos mecánicos y/o químicos que llevaban los coches y que tenían cierto riesgo o peligro para los bomberos a la hora de realizar el rescate. Por ejemplo, la ubicación de las baterías de arranque y los depósitos de combustible.

Conforme evolucionaban los vehículos y se volvían más complejos, a estos dibujos se le iban incorporando nuevos elementos, y empezaron a mostrarnos los airbags, los pretensores de los cinturones de seguridad, refuerzos de las estructuras, etc. A este dibujo se le llamo Hojas de Rescate (HR).

Entre los años 2005 y 2010 entró paulatinamente la electrónica vehicular que provocó que los coches empezasen a estar controlados por ordenadores. Y esto trajo una serie de cambios y evoluciones que permitieron la actual diversidad de sistemas de propulsión que llevan actualmente los vehículos.

Esto provocó que las HRs se quedasen escasas en información para todos los elementos nuevos que se iban incorporando a los coches. A modo de ejemplo, podemos ver la necesidad que fue surgiendo a los rescatadores de saber la forma de eliminar la energía que los movían, de qué tipo de materiales estaban construidos los refuerzos de la estructura de la jaula de seguridad o el tipo de cristal que tenía el coche en cuestión, entre otros. Estas eran las incertidumbres a las que nos enfrentábamos los bomberos en un accidente.

Por ello, salieron las guías de respuesta a la emergencia o Emergency Response Guide (ERG) en inglés, que complementaban a las HRs. Con ellas empezaron a traer cierta luz a las incertidumbres que teníamos en el camino para eliminar la mayor cantidad de riesgos presentes en los vehículos accidentados. Y esta necesidad se acentuó con la llegada de las diferentes tecnologías que propulsan actualmente los vehículos. Estamos hablando de gasolina y gasoil con sus actualizaciones, GLP, GNC y GNL, así como híbridos, eléctricos e hidrógeno. Y ya los más recientes, el amoniaco, que tal vez en un futuro vea la luz, sobre todo en el transporte pesado sobre ruedas.

Los fabricantes, sensibles a esta problemática, de forma independiente y según su criterio, comenzaron a elaborar, junto con dichas HRs, las ERGs de los vehículos que fabricaban. Cada una era diseñada con formato distinto y los datos que contenían variaban una de otra y de un fabricante a otro. Unas solo abarcaban un folio y otras podían alcanzar 80 de ellos.

Viendo este nuevo reto que teníamos los bomberos, nuestro compañero belga Kurt Wollmacher junto con la International Association of Fire and Rescue Services (CTIF), crearon la ISO 17840 que unifica y estandariza a nivel mundial el formato y contenido de las HRs y ERGs.

Esta norma está dividida en cuatro partes, viendo la luz la primera de ellas en 2015. Posteriormente se han ido aprobando más capítulos de la misma esta completar todo el documento que existe en la actualidad.

La ISO 17840 también incluye una simbología propia ya no solo para los elementos que conforman los distintos sistemas de propulsión vehicular, sino que también incluye símbolos propios sobre otros elementos que son importantes para los rescatadores y que pueden contener riesgos o facilitar el rescate de las personas atrapadas en un vehículo. Por ejemplo, muestra dónde van colocados los refuerzos estructurales de la carrocería, los airbags, pretensores de cinturones, apertura de capós o maleteros, etc.

A estas HRs deberíamos tener acceso todos los primeros intervinientes que actuamos en los rescates de personas atrapadas dentro de un vehículo accidentado. Son tan importantes que la Euro-CAP las tiene en cuenta a la hora de conceder las distintas estrellas de seguridad que otorgan a los coches que testan en sus instalaciones. También ha sido avalada la NTSB norteamericana y recientemente la ANCPA que engloba 25 organizaciones mundiales, entre ellas Australia y Nueva Zelanda.

La ISO 17840 divide en diez puntos la estandarización de las HRs y la ERGs, quedando esta división de esta forma:

En cada uno de estos apartados podemos ver los símbolos de la ubicación de los elementos y las instrucciones de como manipularlos. En esta clasificación en el punto 0 es donde iría la planta y el alzado del vehículo en cuestión, y el resto de puntos es lo que sería la ERG, donde se indica la manera de desenergizar y que directrices seguir en caso de un accidente o incendio.

Entre otras cosas, nos pueden indicar la forma de proceder para inmovilizar y estabilizar tanto interior como exteriormente el vehículo. Y también nos marcan advertencias sobre riesgos y peligros que podemos encontrar, e incluso prohibiendo ciertas acciones que pueden resultar peligrosas para los rescatadores y las personas del interior del vehículo.

La necesidad del uso de las HRs se ha potenciado con la llegada de los vehículos eléctricos tanto ligeros como pesados, que las marcas automovilísticas están lanzando al mercado. Tenemos que tener en cuenta que los vehículos eléctricos se mueven con una alta tensión tan variable que puede ir desde los 30-40 voltios los más pequeños hasta los 900 voltios los más grandes, siempre hablando de coches sobre ruedas. Los que se mueven sobre raíles pueden llegar hasta 50.000V.

La gran cantidad de información que muestran sumado a la cantidad de vehículos que hay circulando en las carreteras, hace muy difícil o casi imposible, poder tener las HRs en un fichero de papel. Y es frustrante en las emergencias, tener comenzar a buscar cual corresponde a ese vehículo tanto en marca, modelo y año de fabricación en las webs de los fabricantes de coches.

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