3 minute read

Clasificación de los afectados por ahogamiento

l ahogamiento ha sido un problema de salud desatendido, en gran medida ausente del discurso mundial sobre salud y desarrollo, hasta que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó su primera resolución sobre la prevención mundial de ahogamientos en 2021.Se estima que los ahogamientos cobran más de 236.000 vidas al año.

Durante muchos años no había una definición de “ahogamiento” uniforme y aceptada internacionalmente. Para desarrollar una nueva definición, se llevó a cabo un procedimiento de consenso internacional. Expertos en medicina, epidemiología, lesiones, prevención y rescate de todo el mundo participaron en su redacción. Durante su redacción se analizó la idoneidad o no de las definiciones usadas habitualmente así como los principales requisitos de una nueva definición . La nueva definición debería incluir tanto los casos de ahogamiento fatal como los no fatales.

Finalmente, se adoptó la siguiente:

"El ahogamiento es el proceso de sufrir una dificultad respiratoria por sumersión/inmersión en un líquido".

El final del ahogamiento, como proceso, podrá ser distinto en cuanto se actúe sobre tal. Una persona que sufre tal proceso, puede salir indemne, afectada leve, grave o morir. Términos como ahogamiento húmedo, seco, ahogado azul o semi-ahogamiento ya no deberían usarse. Actualmente todavía encontramos literatura reciente que utiliza terminología obsoleta en protocolos sobre la atención al paciente que ha sufrido un ahogamiento. Por tanto debemos recordar que disponemos de una definición simple, completa e internacionalmente aceptada de ahogamiento.

En 1972, Szpilman desarrolló una clasificación con grados de severidad con recomendaciones de tratamiento para cada grado. La clasificación fue desarrollada en Río de Janeiro (Brasil) actualizada en 1997 y revisada en el 2001 por un estudio que duró 10 años recogiendo datos de 46.080 ahogamientos. La clasificación proporciona una base para la actuación extrahospitalaria y permite que socorristas y personal de emergencias utilicen la misma terminología.

Esta guía ayuda en la toma de decisiones tan importantes y controversiales como es la de decidir si una persona debe ser trasladada a un centro hospitalario o puede irse a su casa, ¿deben administrar oxígeno los socorristas en el lugar del incidente? entre otras.

Signos Y S Ntomas

Consciente con auscultación pulmonar normal (sin tos, espuma, dificultad para respirar o paro cardíaco)

Tos, sin espuma en la boca ni en la nariz

Estertores en algunos campos pulmonares (pequeña cantidad de espuma en la boca o la nariz)

TRATAMIENTO PRE-HOSPITALARIO

Calentar y calmar a la víctima. Evaluar y según valoración liberar en el lugar.

Calentar y calmar a la víctima; Evaluar, no se requiere atención médica avanzada u oxígeno

O2 Cinco litros por minuto por mascarilla; calentar y calmar a la víctima; posición de recuperación si está inconsciente; requiere valoración hospitalaria de 6 a 48 h; radiografía de tórax y gasometría arterial.

Edema pulmonar agudo sin hipotensión ni shock (gran cantidad de espuma en boca o nariz con pulso radial palpable)

Edema pulmonar agudo con hipotensión o shock (gran cantidad de espuma en boca o nariz, sin pulso radial palpable, pero pulso carotídeo presente)

Paro respiratorio Paro cardiocirculatorio Tiempo de inmersión superior a 1 h o evidencia de muerte (rigor mortis, putrefacción o lividez evidente)

Con la base de la tabla de Szpilman lo habitual es que a nivel general los profesionales de salvamento y socorrismo deriven a control hospitalario cualquier persona que posterior a un proceso de ahogamiento cumplan alguno de estos criterios:

- Pérdida de conocimiento, incluso si es recuperada.

- Con tos espumosa o continua.

- Persona confusa o con estado mental alterado.

- Víctima que requiera respiración de rescate, “boca a boca”, ventilación con presión positiva, ventilación con balón resucitador u oxigenación suplementaria.

- Víctima que requiera Reanimación Cardio Pulmonar (RCP) .

- Sospecha o agravamiento de una condición médica subyacente: alteración cardíaca, asma, accidente cerebro vascular, epilepsia o intoxicación...

- Sospecha de lesión traumática.

- Baja saturación.

- Sonidos respiratorios anormales.

- Presión arterial baja.

- Dolor torácico, sensación de falta de aire (a pesar del tratamiento in-situ).

- Antecedentes médicos de importancia.

Oxígeno 15 l por minuto por máscara facial. Posición de recuperación si está inconsciente. Valorar IOT si Glasgow inferior a 8

Control estricto de la respiración. Tratamiento para el grado 3. Iniciar cristaloides por vía intravenosa a través de un acceso periférico (independientemente del tipo de agua) hasta la restauración de la presión arterial normal.

Ventilación boca a boca con mascarilla con válvula unidireccional. Balón resucitador con O2 hasta la restauración de la respiración normal, luego tratar como grado 4.

Iniciar SVB. IOT lo antes posible. Desfibrilar si es necesario. Obtener acceso venoso para administrar adrenalina cada 3 min. Monitorización precoz.

No comenzar la reanimación

Visto lo anterior, para poder liberar en el lugar a una persona que ha sufrido un proceso de ahogamiento debemos efectuar una observación minuciosa no inferior a 15 minutos. I asegurar:

- Ausencia de tos.

- Respiración normal, con frecuencia normal .

- Saturación de oxígeno normal (si disponible)

- Frecuencia cardiaca y tensión arterial normal.

- Color normal y perfusión cutánea normal.

- Auscultación pulmonar normal (si disponible).

- Ausencia de temblores.

- Paciente consciente, orientado en tiempo y espacio. Hay constancia de un pequeño número de víctimas que han sufrido un proceso de ahogamiento que han mostrado pocos o ningún síntoma inicial pero que posteriormente han presentado algún síntoma dentro de las 4 a 8 horas posteriores. Por lo tanto, todas las víctimas de ahogamiento deben ser advertidas de que si posteriormente desarrollan tos, dificultad para respirar, fiebre o cualquier otro síntoma preocupante, deben consultar inmediatamente. Siempre que sea posible, indicar al afectado y acompañante observar el desarrollo de posibles síntomas.

This article is from: