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El impacto psicológico de la migración forzada

1 Parte

Núria Gordillo Aliseda

Psicóloga de Protección Internacional (PPI).

Docente del Instituto de Estudios Médicos (IEM)

Miembro del Grupo de Investigación e Intervención del COPC “Primeros Auxilios Psicológicos para Intervinientes”

Miembro del Grupo de Investigación del COPC “Movimientos migratorios, refugio, asilo y relaciones interculturales”.

Introducción

l presente artículo pretende mostrar un grave problema, poco asumido por nuestra sociedad: el impacto psicológico que sufren las personas en la migración forzada.

Como Psicóloga de Protección Internacional (PPI), actualmente enfoco mi trabajo, a parte de la docencia, en la protección y el bienestar de los refugiados, solicitantes de asilo. Trabajo en eåstrecha colaboración con organizaciones internacionales, gobiernos y otros profesionales para brindar, atención psicológica a los refugiados que han experimentado situaciones traumáticas, como la guerra, la violencia, la tortura y la discriminación.

En mis intervenciones con este “TARGET”, puedo incluir terapia individual, terapia de grupo, terapia familiar y terapia cognitivo-conductual, entre otros enfoques. Trabajo con un equipo multisectorial de atención integral a los refugiados: trabajadores/as e integradores/as sociales, abogados, médicos

A continuación, me gustaría destacar ciertos aspectos que he podido observar en mi andadura en este campo, partiendo de un análisis longitudinal de los conflictos bélicos más recientes.

<Contexto internacional de la migración forzada

La Guerra Fría en 1991, provoco un incrementó de conflictos civiles en todo el mundo. Ejemplos como el éxodo de kurdos del norte de Iraq en 1991, Somalia en 1992-93, Bosnia y Herzegovina en 1992/93 y Ruanda en 1994. Además de otros conflictos de especial relevancia, aunque menos visibles, afectando a millones de personas en Burundi, Angola, Mozambique, sur de Sudan, Liberia, Afganistán, Georgia, Tayikistán y Azerbaiyán.

Las guerras se han erguido cada vez más hacía la población civil, produciendo como resultado un incremento exponencial de la tasa de trastornos psicológicos. Grandes abusos contrarios a los derechos humanos, el desplazamiento forzoso de comunidades o las mal llamadas “limpiezas étnicas”, en algunos países, así como el colapso total de los gobiernos conforman un escenario tristemente habitual. A éste le podemos sumar el uso deliberado e indiscriminado de los alimentos como armas de guerra, como elemento coercitivo, que, en algunas instancias ha llevado a severas hambrunas.

Desde el año 1980, en el mundo han ocurrido cerca de 130 conflictos armados. Entre 1975 y 1989, se aprecia que los conflictos causaron, aproximadamente, 750.000 muertes en el continente africano, 150.000 en Latinoamérica, 3.400.000 en Asia y 800.000 en el Medio Oriente.

Desde 1990, las masacres se han sucedido, nuevas guerras se han disparado en Somalia, Burundi, Ruanda, Angola y Sri Lanka. Tres conflictos europeos – en la antigua Yugoslavia, Azerbaiyán y Georgia causaron unas 300.000 muertes. UNICEF estima que 1,5 millones de niños han sido asesinados en las guerras desde 1980. Los factores políticos y de seguridad pueden obstruir la documentación precisa de las tasas de muertes en las poblaciones internamente desplazadas, United Nations High Commissioner for Refugees (1992) y TOOLE, M. J., (2000).

Estos conflictos han provocado un movimiento migratorio forzado de especial relevancia que puede tener múltiples efectos en la salud mental de los refugiados. Algunos de estos efectos pueden durar días o meses, años si no se tratan a su debido tiempo. En ocasiones, pueden estar relacionados con la aparición de un Trastorno de Estrés postraumático, con resultado de experimentar eventos traumáticos antes, durante o después de su migración forzada, lo que puede llevar a la aparición de síntomas como flashbacks, pesadillas, ansiedad y evitación de situaciones relacionadas con el trauma.

Por otro lado, múltiples factores ayudan a la aparición de otro gran problema emocional, la pérdida de redes de apoyo social, la pérdida de roles y estatus que tenían en su país de origen, puede aumentar el riesgo de depresión y ansiedad, por la incertidumbre sobre el futuro, la adaptación a un nuevo ambiente y la falta de recursos. Esta situación deriva en problemas de adaptación, como dificultades para aprender el idioma y la cultura del país de acogida, que pueden aumentar el riesgo de aislamiento social y otros problemas de salud mental: problemas de identidad y/o de desesperanza. Se produce una pérdida de la identidad cultural y la sensación de no pertenecer a ningún lugar, lo que puede aumentar el riesgo de problemas de autoestima y otros problemas destacables relacionales.

Es este contexto es imprescindible que los refugiados reciban atención médica y psicológica adecuada las primeras horas/días de su llegada al país de acogida, para ayudarles a hacer frente a estos efectos y promover su bienestar mental.

<Factores principales que influyen en el impacto pisicológico

Duración del conflicto e intensidad

En este factor se incluye el nivel de violencia y la cantidad de personas afectadas, viéndose muchas veces duelos patológicos por el hecho de anticipar ciertos aspectos de tragedia en su situación y agravándose los eventos traumáticos, como la exposición a la violencia.

El tipo de violencia experimentada

Puede tener un impacto significativo en la salud mental de los refugiados.

Acceso a recursos y apoyo social

La atención médica y psicológica, la ayuda humanitaria y el apoyo de la comunidad, el dispositivo de acogida, puede influir en la capacidad de las personas para hacer frente a los efectos psicológicos del conflicto.

La historia personal y familiar de problemas de salud mental

Son factores de protección y de riesgo en los más vulnerables a sufrir efectos negativos después de un conflicto.

Los factores culturales, de edad y de género

De especial relevancia para tener en cuenta en la intervención. Influyen de forma determinante en la forma en que las personas experimentan y hacen frente a los efectos psicológicos del conflicto.

En esta primera parte del artículo nos centraremos, por su especial impacto, en:

• El tipo de violencia experimentada.

• La edad de los/as refugiados/as

• Los efectos del género

• Los efectos de la atención psicológica

<Tipo de violencia experimentada

En las sesiones que ejerzo con personas refugiadas procedentes de conflictos armados como otros psico-sociales, puedo observar como el estigma de vivir en una sociedad (la precedente) en ciertos países latinoamericanos, donde según refieren, el narcotráfico es una evidencia en las zonas rurales, las coacciones, secuestros y torturas a los ciudadanes locales para que colaboren en el transporte y el cultivo de la droga, puede llegar a provocar que las familias tengan que emprender migraciones forzosas a otros países, pidiendo el asilo o protección internacional, para poder preservar su vida y la de sus seres queridos. Están personas experimentan, violencia física, todo tipo de torturas, con coacción, además de experimentar lesiones graves, en muchos casos irreversibles. La violencia psicológica, como la amenaza de muerte, el acoso y la intimidación, la pérdida de seres queridos, ya sea por muerte o desaparición, puede tener un impacto traumático en la salud mental de los refugiados, incluyendo el desarrollo de TEPT, depresión y ansiedad.

<Edad de los/as refugiados/as

La edad, puede influir en los problemas de salud mental derivados de un conflicto de varias maneras. Los niños y adolescentes pueden ser especialmente vulnerables a los efectos psicológicos del conflicto, ya que, por su desarrollo madurativo, pueden tener dificultades para comprender y procesar lo que está sucediendo. Además, pueden experimentar problemas emocionales y de comportamiento, como ansiedad, depresión, aislamiento social y problemas de aprendizaje, hecho que se debe tratar con urgencia a la llegada al país de acogida para no provocar mayores daños derivados en la salud mental de los pequeños.

En el caso de adultos jóvenes pueden ser especialmente vulnerables a los efectos psicológicos del conflicto, ya que pueden estar en una etapa de la vida en la que están estableciendo su identidad y su independencia. Además, pueden experimentar problemas emocionales y de comportamiento, que se repiten en el tiempo con los diferentes trastornos antes especificados.

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