Apuntes de literatura. Silvia Martínez López (Sigo fundamentalmente a TUSÓN, V. y LÁZARO, F.: LITERATURA DEL SIGLO XX) LA POESÍA ENTRE EL MODERNISMO Y LA VANGUARDIA: JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
“DEL CISNE AL BÚHO” (SALINAS) Si Machado había sido la figura principal de los primeros años del XX, la poesía de la llamada Generación del 14 está dominada por JUAN RAMÓN JIMÉNEZ. Es la época de la superación del modernismo y de la aparición de una lírica nueva que, con excepciones, mereció frecuentemente el calificativo de “pura”. Los nuevos caminos son muy variados: “revueltos y fecundos” llamó Guillén a aquellos años. Con el tiempo, tres etiquetas se han impuesto: “Novecentismo” (término acuñado por Eugenio D’Ors para englobar a ensayistas como Ortega o a novelistas como Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala), “Vanguardismo” y “Generación del 27”. Tres ondas que se suceden y, a la vez, se superponen, y todas con contenidos complejos. Los novecentistas participan activamente en la vida social y política de su época. De mentalidad progresista, se declaran europeístas, pues pretenden atajar el atraso español respecto a Europa. Sin embargo, Europa está viviendo una situación muy complicada. Ya desde antes del inicio de la Primera Guerra Mundial, y durante todo el período de entreguerras, lo conocido como VANGUARDIAS, nuevos movimientos culturales, pretenden combatir la cultura anterior y proponen romper de forma radical con toda la herencia artística del siglo XIX. Van penetrando en España desde la primera década del siglo, por lo que los nuevos principios estéticos coinciden con el desarrollo del novecentismo, compartiendo, por ello, muchos rasgos, y siendo difícil establecer una frontera tajante entre novecentismo y vanguardismo. Lo primero fue más una depuración y lo segundo una ruptura. En España fue fundamental la obra de Ramón Gómez de la Serna y el Surrealismo, que tanta huella ha dejado en la Generación del 27. En 1914 escribió Azorín: “Otra generación ha llegado […] Dejémosles paso”. En realidad, no puede decirse que formen un grupo, pero sí puede hablarse, como hace Tuñón de Lara, de “un clima intelectual distinto”. De ahí las denominaciones para englobar a los escritores nacidos en los años 80: Generación de 1914 o Novecentismo. Se trata de una generación de intelectuales que tratan de realizar una verdadera modernización intelectual de España. Como ejemplo de la nueva mentalidad, El Sol, creado en 1917, periódico europeísta, combate todo lo que representa el más puro casticismo hispánico. A partir de 1923, la Revista de Occidente, fundada por Ortega y Gasset, será la más notable expresión de la nueva intelectualidad. Aparte de Ortega, destacan otros partícipes de esta nueva generación: Azaña, Américo Castro, Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala, Ramón Gómez de la Serna, Gabriel Miró y, aunque ligados todavía al Modernismo, Villaespesa y Juan Ramón Jiménez. De nexo con la generación que sigue servirán Benjamín Jarnés, León Felipe y Giménez Caballero. Aceptando el término de “novecentismo”, Díaz Plaja delimita su contenido por medio de dos negaciones: lo que YA NO ES NI MODERNIMO NI NOVENTAYOCHISMO, y lo que TODAVÍA NO ES VANGUARDISMO, que confluirá en la Generación del 27. Así, se gesta en la primera década del siglo, alcanza su madurez en 1914, convive con las vanguardias en los años 20 e inicia su ocaso ideológico y estético con la politización de la literatura a partir de 1930.
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