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¿Más eficaz enfrentar a tiradores?

Redacción

Es probable que hayas escuchado estas palabras antes: corre, escóndete, pelea.

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La táctica del FBI, compartida por las fuerzas de seguridad de todo el país, se ha utilizado durante décadas para enseñar a los civiles las opciones que tienen en caso de enfrentarse a una persona armada: evacuar la zona, buscar un lugar donde esconderse y como último recurso, actuar contra el agresor.

Pero en los últimos años, las autoridades del condado Franklin, en Ohio, han adoptado una forma diferente de enseñar cómo responder a un tiroteo activo: “evitar, negar, defender”.

El mayor cambio es un alejamiento de la táctica tradicional de “esconderse”, dijo el ayudante del sheriff Mike Fetherolf. En su lugar, la nueva orientación aconseja hacer lo que pueda para evitar que el atacante tenga acceso a ti, como mantener su distancia y la creación de barreras, en lugar de esconderse y potencialmente esperar a que un hombre armado lo encuentre.

“Esconderse, esa es la gran diferencia, estas personas van buscando objetivos y cuando lo enfrenta un héroe, evita que esos objetivos se conviertan en víctimas potenciales”, explica Fetherolf.

Sin embargo, analistas consideran que cada vez es más frecuente que enfrentarse al atacante resulte más eficaz que las otras opciones, y al menos una comunidad estadounidense está dejando de lado la opción de “esconderse” en favor de medidas defensivas más activas.

“Cuando los asesinos tienen la capacidad de acabar con la vida de tantas personas tan rápidamente, ni huir ni esconderse puede ser la mejor primera opción. Es nuestra realidad. No me encanta; ni siquiera me gusta “, escribió Kayyem en un reciente artículo de opi- nión para The Atlantic. Enfrentarse a un hombre armado a veces ha demostrado ser la mejor forma de actuar, ya que el número aparentemente interminable de tiroteos masivos en Estados Unidos, con más de 50 en lo que va del año, sigue aumentando, especialmente en lugares tradicionalmente considerados seguros.

Lo que se ha visto en muchos casos de tiroteos activos es que enfrentarse al agresor, ya sea tratando de distraerlo, de desmovilizarlo, de impedir que recargue el arma, puede ayudar a minimizar los daños.

Brandon Tsay desarmó este mes a un sospechoso de tiroteo cuando entraba en una segunda sala de baile tras matar a 11 personas en Monterey Park, California. Richard Fierro, veterano del ejército, fue uno de los dos asistentes que abatieron en noviembre a un presunto atacante en una discoteca LGBTQ de Colorado. Y James Shaw Jr. puso fin a un tiroteo mortal en 2018 en un Waffle House en Tennessee al emboscar al sospechoso del tiroteo antes de que se perdieran más vidas.

“Las cosas han cambiado”, dijo Kayyem a CNN. “Hay más tiroteos masivos, el armamento es más rápido, es más letal, se puede hacer mucho daño en poco tiempo. Y como hemos visto en algunos casos, no podemos depender totalmente de las fuerzas del orden”.

La guía “corre, escóndete, pelea” se ha utilizado durante años, dijo Kayyem, una secretaria adjunto de Seguridad Nacional de la era Obama y ahora presidenta de la facultad del programa de Seguridad Nacional en la Escuela Kennedy de Gobierno de Harvard Un video de formación del FBI que simula a clientes atrapados en un tiroteo en un bar instruye a la gente a “correr, esconderse y pelear” para mejorar sus posibilidades de supervivencia. Recuerda a los civiles que deben estar siempre atentos a las salidas alternativas, mantener las manos vacías y visibles al salir de un edificio, y cerrar con llave y atrincherarse en una puerta si esconderse es la mejor opción.

Según el video, solo se debe pelear como último recurso y colaborar con otros para improvisar armas y coordinar una emboscada.

“Al emplear las tácticas de correr, esconderse y pelear, así como conocer los principios básicos de la prestación de primeros auxilios a otras personas, estarán preparados, capacitados y serán capaces de sobrevivir al ataque”, afirma el FBI, que propone una táctica respaldada también por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y extendida a departamentos de policía, campus universitarios, lugares de trabajo y otros espacios comunitarios.

Sin embargo, dada la frecuencia con la que se producen los tiroteos masivos y las armas de fuego empleadas, “ha llegado el momento de replantearnos cómo priorizamos lo que decimos a las personas que podrían verse inmersas en un tiroteo masivo”, afirmó Kayyem, señalando que “no digo que todo el mundo tenga la capacidad de enfrentarse a un atacante, pero... no estoy segura de que deba ser la última opción”.

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