LA EDITORA QUE CAMBIÓ EL MUNDO




Fueron el genio y la inventiva de Daniel Cosío Villegas el punto de arranque de la historia del Fondo de Cultura Económica. Fundado en 1934 por el historiador, sociólogo, ensayista y economista, la vocación primera de esta casa editorial se centró en publicar exclusivamente textos de economía destinados a los estudiantes de educación superior.
El 29 de abril de ese mismo año apareció el primer número de la revista El Trimestre Económico y para septiembre se había constituido ya el fideicomiso orientado a financiar el Fondo de Cultura Económica.
En 1935, esta casa editorial publicó sus dos primeros títulos, ambos especializados en economía: El dólar plata, de William P. Shea, y Karl Marx, de Harold Laski.
En 1941, más títulos relevantes de autores prestigiosos se habían incorporado al proyecto editorial: John Locke y su Ensayo sobre el Gobierno civil; además de Las utopías del Renacimiento, de Tomás Moro, Tommaso Campanella y Francis Bacon. En 1942 nació la colección Tezontle. Es poco conocido que el autor del dibujo emblemático del FCE
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es José Moreno Villa, poeta y escritor nacido en Málaga en 1887 y fallecido en México en 1955, donde vivió cerca de 18 años como refugiado de la Guerra Civil.
En 1943 el Fondo de Cultura Económica inició sus publicaciones relacionadas con filosofía bajo la dirección de José Gaos y el impulso de Eugenio Ímaz: aparecieron Filosofía de la Ilustración, de Ernst Cassirer, y De Leibniz a Goethe, de Wilhelm Dilthey.
El 2 de enero de 1945 se inauguró en Buenos Aires, Argentina, la primera filial del Fondo de Cultura Económica, bajo la dirección de Arnaldo Orfila Reynal, quien posteriormente se convertiría en director general de la editorial. Inició sus publicaciones la colección Tierra Firme y el prestigio del Fondo se fue acrecentando. En 1963, la editorial inauguró la filial en Madrid, España. En 1989, el Fondo de Cultura Económica fue distinguido con el Premio Príncipe de Asturias. En 1991, el público infantil fue incorporado al proyecto editorial con la colección A la orilla del viento, que inició sus publicaciones con El pozo de los ratones y otros cuentos al calor del fogón, de Pascuala Corona.
En 1992 se inauguró, en la zona comprendida por la carretera Picacho al Ajusco, el edificio sede que es desde entonces la casa matriz de la editorial.