Movimiento

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Movimiento Nati R igonni

ColecciĂłn de PoesĂ­a


“Así todo va fluyendo como este río, sin parar, día y noche.” Kung Tse

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Una coma, una piedra en un río de palabras, Nada puede impedir que el agua fluya a su destino, También el mar calla, obedece una ley más alta que sus crestas furibundas, Cualquiera podría llamarme necia por permitirme la piedra, por no querer poner punto y aparte, Un punto y seguido es también un muro, Nadie puede detener la migración de las aves, Una coma, apenas un requiebro, no una muralla definitiva,

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Primer movimiento

Al abrir los ojos el abuelo dejó atrás un pueblo que soñaba el mar, En medio de aquella noche sin luna dejó atrás olivo, tinto, levadura, Con la ingeniería en el horizonte de su frente, con los brazos firmes y el corazón sereno se embarcó en un sueño de celulosa, La abuela tenía piel cacao y la luna nueva entre los muslos, un surco de maíz bajo los pies, un pozo de miel entre las manos, Cantando, la abuela atravesó el río movida por un flujo interior irrevocable, Tierra, metro y medio bajo sus pies la luz estaba naciendo,

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Temple

En aquel tiempo olía a hierbabuena el jardín de mi  madre, luciérnagas bastaban para iniciar la pirotecnia y el tren de pasajeros avanzaba a capricho de mi   hermano, Cayeron entonces las vainas del jinicuil, pájaros carpinteros se posaron en el alto corazón, en la carpa tornasol, en la nube que soñaba, Mi padre me besó en la despedida,

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Serena, atardezco en tu regazo, capullo guardiĂĄn donde el agave y los sotoles fundaron un paraĂ­so interior sobre la arena, Duermo, otra luz alborota la casa, inquieta al follaje y su frescura, rumor de guacamayas estrellĂĄndose en mi pecho, es abril quien corre,

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Pentagrama, equilibro la osamenta, como cualquier niño imprudente caigo y el amor   lava la herida, caigo en las alas de este canto, voy hacia el origen que me invoca, en clave de sol se ruborizan las mejillas de la tarde, el sol en mis mejillas, incendio de aves, ternura bajo   sombra de naranjos,

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Yo, que tuve por herencia el sitio donde la lluvia florece, añoro las fábulas del matorral xerófilo, el árido horizonte del crótalo y la espina, mis labios, sed de ave posada en la pitaya, yo que tuve por herencia un río,

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Padre, por si olvido tu rostro te nombro orquĂ­dea, mago, escarabajo de alas mandarina, tronco donde los hijos de otro reino afianzan sus conchas esponjosas, te nombro arena mas tu recuerdo, pequeĂąa lagartija, huye entre la maleza y no lo atrapo,

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Desierto el mar, despojado de toda espuma permanece entre los cactos, fósil el peso de su cuerpo, el diminuto caracol gota de saliva, el molusco erguido sobre la espalda de la arena, manos de mar alzaron la orografía y ahora el silencio navegando el río, lagarto que en el vientre arrastró siglos, cuerpo de arcilla el lagarto permanece, su coletazo inmóvil pregunta por su origen y el horizonte cierra los párpados, late la ostra arena adentro la abeja libando luz de la biznaga,

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Grito que ahonda en la distancia, gota que horada el cuerpo de la roca, así me penetras, definitivo, semidesierto, tan dócil soy ante tus misterios que tengo siempre para ti ojos recién nacidos para cantarte inflorescencias de agave en la      garganta,

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Tuvo que ser el felino, tuvieron que ser las mariposas que le cubrieron la piel de sueños, Indeleble tuvo que ser la huella del felino y sus ojos anegados de sandunga y su corazón de garambuyo: todos y uno, y la charla bajo un pajar de astros, orión trino, sólo un dedo señalando tu recuerdo, y si no fue así ¿cómo explicar este aleteo que cimbra tanto valle?

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Migrar de labios sereno, dulce camino de alas tapizado, el ocelote deja a su crĂ­a en la madriguera y se lanza, absurdo, a media tarde a la caza de su muerte,

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Es el amor quien templa de la raĂ­z a la Ăşltima hoja, asciende voz de clorofila por el tronco, adaptaciĂłn, reminiscencia, No hemos de repetir el vocablo corrosivo, En la extrema aridez de los afectos florece el canto, palabra jubilosa, lengua que no sabe ni balbucir odio, Semidesierto, la envergadura de tus ojos nos cobija,

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La orfandad pudiera ser reino de amarga flor, izote que entierra su cetro blanquísimo en el paladar de la memoria, mas blanca y luminosa también la flor de la alegría se erige soberana desde el humus más profundo,

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Púrpura la arena, el hígado del mar petrificado, ni una corola de este sueño se repite, a cada pétalo su milagro, aquí la música se alza del costado de los cactos y por única vez, luego de la primera lluvia surgirá el capullo, asoma en la tímida flor una sonrisa, lanza al viento besos de polen y desfallece, Efímero andar de la belleza,

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Más allá, el paso del ganado todo arrasa pero ignora, no sospecha el desierto que va dejando su pezuña, estirpe voraz, se escribe con leña el paso del hombre, en el suelo quedó tendido el portentoso cacto columnar, el verde guerrero, la frente en alto, más allá, se mide en siglos la derrota,

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No son corales los brazos que tejen el poema, dimisión del reino del olvido, no la brisa ni la marea, no se extingue el largo paisaje de tus ojos, arena adentro se alarga el cordón umbilical, monte abajo penden frutos llamaradas, olor a mango en el cuello de tus mujeres, Cuicatlan, mezcal deletrea la mañana de tus labios, monte arriba múltiples extremidades blanden la llama, candelabros celando tu carretera,

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Atrás queda la casa, soy plenitud que se extiende majestuosa sin hallar más límite que su reflejo, Hasta la más escurridiza criatura se despoja y la arena cumple su trabajo irrevocable, jamás volver a la escama abandonada, si acaso, para contemplar la grandeza del presente,

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TrĂŠmolo

Avanzar hacia ti, ir a tu encuentro sedienta como nunca, ir a tu casa buscando la savia reservada, En el viento la lengua se anticipa y ya te goza, ir a donde el casi lo es todo, donde lo incompleto anuncia tu linaje, Festejar tu sabor, plenitud de luna, ombligo plata en la punta del maguey, Âża dĂłnde van tus hijos? Regresar hacia ti, semidesierto, porque no es el ocĂŠano es tu arcilla quien te va dejando solo,

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Una pausa, en su camino hacia el sur una mariposa se posa en la frente del migrante,

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En el baúl del corazón guardo las huellas que dejaron los hombres antes de irse al norte, polvo que el polvo fertiliza, guardo la mirada de mujeres sudorosas, pequeños corazones que guardan cicatrices, y del baúl escapan las preguntas, ¿de dónde surgió ese hoyo negro, ese espejismo llamado progreso? ¿en qué parte del corazón guardar, desvanecer para siempre, ese paisaje de soledades y resentimientos?

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Procesión en blanco y negro perpetuada, paraje de cactos rasgando estrellas, puñado de cirios bien plantados en medio de la noche, así las mujeres en medio del semidesierto, se elevan, alaban a la luna que camina por sus sueños, tienen un tatuaje en el alma, Sus plegarias apuntan siempre hacia el mismo sitio, siempre hacia el hombre amado quien se perdió en el resplandor del horizonte, Tienen esas mujeres una honda herida mas cuando despunta el canto del ave, cuando vuelve el depredador nocturno a su madriguera se yerguen en el día encarando al abandono,

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Apenas se anuncia la claridad las mujeres se ponen en pie y toman su propia voz de entre las copas de los árboles, Cortan los rayos de sol más tiernos, con ellos preparan el desayuno, Las mujeres que nacen a las faldas del Cutá conocen de sobra los ciclos de su territorio, ellas tienen para con los extraños un candado de púas que sella sus labios, algo de ellas debieron reconocer en mi sombra, pues desde mi arribo han colmado mis oídos con secretos,

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Hoy corté un rayo de sol, con él abrí mi corazón, no del todo, sólo un poco, apenas lo necesario para que te resguardaras, pero como el cuchamá te dejaste caer en definitiva, te enterraste sin darme cuenta, te fuiste a lo más profundo, nada me sorprende, sólo he de tener paciencia, sé que en algún momento, amarga mariposa, también habrás de marcharte,

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Como entonces, al atardecer el tren bufa y se detiene aunque ahora no hay pregones ni comercio ni mano   amiga en el andén, la macana se balancea, De la serpiente se descuelgan corazones a todo latido, cruzan por mi calle frentes mojadas, bocas con acento ajeno, bocas con hambre, con sed, con prisa y sin papeles, Huyen, Dicen que huyen del sur y la miseria, Mirar al norte es soñar con un holograma que a veces parece tan verdadero,

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Silencio, un minuto de pĂŠtalos por el migrante y un minuto de estrellas por la frente que hallĂł la bala perdida,

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Ajena, la piedra dormita en el tiempo semejando el sueño de los recién nacidos, sobre su espalda el sol ha calentado setecientas siete generaciones de lagartijas, de noche vienen siempre las mismas constelaciones, a veces un temblor, una lluvia fina, Desde su cama, la piedra jamás sabrá cómo se reconoce a Orión en la Tierra del fuego, jamás verá la luminosa pupila del día que no acaba, A su lado pasan hombres de largas apetencias, hombres de ojos insaciables pero la piedra duerme y nada habrá de perturbarla,

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¿Hacia dónde va la tropa loca? ¿Hacia dónde ese terrible manchón de antenas y patas que por momentos tapiza mi cama, mis paredes, mi  jardín, sin permiso alguno? ¿Hacia dónde? Van hacia ninguna parte, se proclaman sin hogar,  sin territorio, La rosa de los vientos extravió en el asfalto la cordura, Ha llegado el hombre con motosierras, con su altivo báculo de hormigón, El hombre, quien revuelve la tierra y las lombrices, El pequeño hombre que quiere armar de nuevo la    Pangea derrama su triunfo y celebra con copas rebosantes de petróleo,

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Hay casas al estilo Manhattan en medio del      semidesierto, También la silueta arquitectónica migra, se mete por los ojos de los hombres y con ellos se aleja, Hay casas construidas por manos que antes moldeaban adobe, Casas con cristales absurdos que amplían la imagen de un sol tirano, Hay manos que antes no tenían futuro ni ataduras, sólo adobe, Hay casas,

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He aquí que digo la suma, las pupilas que miran hacia la ciudad, tumor de espectáculos varios y grandes almacenes, allá, donde los edificios son animales gregarios que guardan la mañana en sus pechos erguidos, donde hierve bajo el cemento un hormiguero de      sombras y sus dirigentes chocan en la fibra de vidrio, insectos embriagados de poder,

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De vez en cuando el migrante regresa y algo estalla en lo íntimo del ónix, sacia sus manos con diminutas ofrendas luminosas, se despierta la algarabía, se teje más pronto el alba y ni el viento más poderoso basta para esparcir las preguntas y los besos,

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No todo es luz en la bĂłveda celeste tambiĂŠn el sol gira en su cama, nos da la espalda,

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Sí, el migrante regresa, viene de correr tras un espejismo, al rascacielos y al cactus columnar no los conforma la misma nobleza, Septiembre, la mañana va montada sobre lomo de     tortuga, Como nuestra cara, el ataúd está cubierto de polvo, Donde el quebrantahuesos hundió el pico hubo un pulso, una rabia, difícil es por eso aceptar las esquirlas, A veces los migrantes vuelven serenos, como dormidos, como soñando,

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En el cielo las estrellas pulsan su dócil canto, abajo florece tibio el cuchamá y las mujeres caminan rumbo a San Juan Raya, es el tiempo de la cosecha, Aquí sigue siendo de neblina el párpado y las arañas urden su monótono patrón milenario, En la pantalla alguien dice muerto, maremoto, hambre, en la pantalla resulta fácil nombrar al sustantivo, Y a pesar de todo, metro y medio bajo mis pies la luz sigue naciendo,

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Natividad Rigonni Olivo (Orizaba, Veracruz, 1971)

Maestra en Promoción y Desarrollo Cultural por el Centro de Estudios e Investigación Interdisciplinarios de la Universidad Autónoma de Coahuila. Licenciada en Turismo por el Instituto de Estudios Avanzados de Oriente. En 2009 obtuvo el estímulo a Creadores con Trayectoria del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Veracruz, en el área de Literatura. Becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Veracruz en las emisiones: 94-95 (categoría Jóvenes Creadores) y 99-2000 (categoría Creadores por Región). Libros publicados: Díptico, Universidad Autónoma del Estado de México, 2001. Lotería, Fondo Editorial Tierra Adentro, 2005. La Gran Barriga, Instituto Mexiquense de Cultura, 2003. La Gran Barriga (segunda edición), Instituto Mexiquense de Cultura y Fondo Regional Para la Cultura y las Artes, Zona Centro, 2008. Miembro del Consejo Consultivo Permanente de Laboratorio Escénico A. C. Mediadora del Programa Nacional de Salas de Lectura. Actualmente colabora en Cine Teatro Ar Zá, Amelaco y con el grupo de rock bilingüe náhuatl-español La Nun.k Muerta Rebelión.

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Colecciรณn Letras del Anรกhuac


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