Krzysztof Makowski
Un sistema de dos asentamientos satélites y de atalayas formaba un anillo de protección y vigilancia alrededor de Pueblo Viejo-Pucará. El clima de loma estimula el crecimiento de pastos sobre las laderas del cerro en el periodo de estiaje. Los pastores de la comunidad de Cucuya (Santo Domingo de los Olleros en la cabecera del valle de Chilca) a la que pertenece toda esta zona vienen cada año a pastar sus rebaños de bóvidos y óvidos. Cuando el fenómeno de loma se debilita, es el turno de pastores de caprinos. La presencia de cercos para el manejo de ganado, incluido empadre y separación de crías, en dos sectores de Pueblo Viejo (Watson 2012; véase también Kolp-Godoy y otros 2014) sugiere que la riqueza de las pasturas ha sido una de las razones para la fundación del asentamiento. La otra razón probable fue la necesidad de garantizar la defensa de Pachacámac, en el caso de algún conflicto, como el que enfrentó a los incas con el señorío Huarco de Cañete (Rostworowski 1978-80). La recurrencia de proyectiles de honda y la producción de cabezas de porra, con varios ejemplares acabados encontrados a lo largo del asentamiento, refuerzan la hipótesis mencionada. Pueblo Viejo-Pucará, con sus 12 hectáreas de espacios construidos, sin contar el área asociada de andenes y sitios menores en la periferia de aproximadamente 26 hectáreas, es el asentamiento de carácter habitacional más extenso entre los que fueron habitados tras la conquista inca en el valle bajo de Lurín y se conservaron hasta la actualidad. Gracias a las excavaciones en el área que suman cerca de 6.000 metros cuadrados, realizadas en todos los cinco sectores con la arquitectura residencial y la limpieza de vegetación y de escombros superficiales de un poco más de 30 por ciento de la superficie construida, seguida por el levantamiento detallado de los vestigios arquitectónicos se dispone de la información detallada sobre la organización espacial del sitio, así como sobre las características y las funciones de arquitectura y los comportamientos funerarios de los habitantes. La organización espacial del asentamiento evoca una organización social frecuente en la sierra: dos mitades, alta y baja, cada una respectivamente con dos aglomeraciones de arquitectura a manera de barrios (¿aillus comunes?), además de la gran residencia de carácter palaciego con dos anexos de servicios, la que se transforma en la morada del quinto aillu en el Periodo Colonial Temprano, con lo que se tuguriza y pierde por completo su carácter original. Un segundo palacio de tamaño mucho menor que el precedente se encuentra en la cima intermedia de Lomas de Pucará (Sector IV), dominando visualmente en los días despejados la entrada desde la orilla del océano Pacífico hasta la quebrada de Pucará (Makowski y otros 2005, 2008). 258
Palacio del curaca principal, Sector 2, durante la época de estiaje cuando las neblinas favorecen la aparición del fenómeno de loma, Pueblo Viejo-Pucará, valle bajo de Lurín, Lima.
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