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Ciudad, templo y palacio en los Andes
Krzysztof Makowski
y función variada. Todos ellos —enfatiza el cronista— sirven como aposentos del inca o guardan relación estrecha con diferentes funciones y actividades del gobierno. Hay, por ejemplo, en esta lista, además del ya citado «Cuyosmango», el dormitorio (Punona Uaci), cuartos reservados (Quinco Uasi), dos casas circulares (Muyouaci y Suntoruaci), casa de tres paredes como corredor (Carpauaci), casa de solo dos recintos (Marca Uaci), casa para recibir visitas (Uaruya Condo Uaci). Guamán Poma (loc. cit.) menciona también a casas para depósitos, para cuidar cosas de valor, para preparar chicha, para funcionarios y sirvientes y para los parientes lejanos (y/o) pobres (Uccha Uaci).
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En el dibujo que acompaña el texto (Guamán Poma 1615: 329) se aprecian cinco de estas «casas del rey» (Incapuaci) representados como edificios independientes, las que, incluso, como los depósitos que figuran al fondo, pudieron haber sido localizados lejos de los demás, en diferentes partes del centro monumental del Cuzco. El cronista observa, asimismo, que las casas del inca no se diferenciaban en forma, pero sí en dimensiones y acabado, de construcciones en las que se manifestaba el poder de otros señores del imperio.
En el caso del término «la casa única/del único rey» queda claro que cuando los españoles trataron de averiguar qué era un palacio para los nativos, entendido como la vivienda del gobernante, sus informantes indígenas tradujeron literalmente al quechua la frase ‘casa del rey’. Llama poderosamente atención el énfasis doble en lo único. Este doble énfasis se entiende bien desde la perspectiva española del siglo XVI, pero no desde la perspectiva andina.
A diferencia de la Edad Media, y sin duda a diferencia de los Andes prehispánicos, el poder supremo, tanto terreno como divino, se encarnaba en la monarquía española en el cuerpo individual vivo del ‘único rey’ y su legitimidad descansaba en el derecho de sucesión. No lo disputan ni el clero ni el Papa ni los poderosos vasallos. Tampoco era ya vigente la autoridad del emperador, heredero del imperio de Constantino. El único soberano representaba en la tierra, dentro de los límites de su reino, al único Dios.
Desde el siglo XIV aproximadamente, se ha realizado en Europa una gran transformación en todos los ámbitos de la vida social entre cuyos efectos políticos relevantes para nuestra discusión están la consolidación de las monarquías hereditarias, el inicio del largo y el complejo proceso de formación de identidades
Ilustración de Felipe Guamán Poma de Ayala [1615]1987: palacios reales.