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“PEDRO OCHOA ES ESCRITOR”

“PEDRO OCHOA ES ESCRITOR”

POR GUADALUPE RIVEMAR

Pedro Ochoa Palacio quien fuese director de Centro Cultural Tijuana, sorprende a la comunidad al estrenarse como escritor. Ochoa presenta su primera obra bajo el título: Y muy tarde comprendí, una biografía novelada donde recupera anécdotas de su infancia, a partir del recurso de su memoria y las historias de familia.

Siendo un personaje que ha pasado por varias instituciones (Director del Cecut en dos gestiones, Secretario de Cultura, agregado cultural del consulado de México en San Diego), etc.), el libro se presentó en un espacio alternativo, las instalaciones del icónico (ex) Cine Bujazán, en plena zona Centro de Tijuana, hoy en día convertido en el Observatorio Centro de Estudios Cinematográficos.

El lobby del cine que aún conserva rasgos del Art Deco (a mi me parecía Barroco) y a cuya apertura asistió la actriz Libertad Lamarque para el estreno de la película “Deseada”, esta ocasión estaba lleno de amigos, familia y personajes de la comunidad artística, presta a escuchar a los comentaristas (de lujo) del libro: Pavel Granados, director general del Canal 22, la querida maestra y poeta, Ruth Vargas Leyva, el afamado el escritor sinaloense, Elmer Mendoza y por supuesto, al actor principal de esta escena: Pedro Ochoa.

Elmer Mendoza, opina: “Pedro Ochoa es escritor. Sabe tejer recuerdos y provocar emociones. Su escritura es limpia, acuciosa, propositiva. El chico que se mueve en sus páginas es visible, palpable. Los seres que habitan este libro tienen fuerza; gozan sufren, se divierten. Hay una historia en estas páginas, voces audibles de niños, jóvenes y adultos. El autor nos deja ver la progresión de sus sueños en esa edad en que uno cree que nada es imposible. Si el hombre llegó a la luna yo puedo diseñar mi futuro, moldear los días y pasear por las voces de los grandes poetas, las atmósferas de los genios de la narrativa, las notas de los grandes músicos y los batazos de los peloteros de los Padres”.

Entre esos pasajes que nos permiten asomarnos a las aventuras infantiles y juveniles del autor, algunas de ellas verdaderas cápsulas de suspenso, no exentas buen humor, encontramos a Ochoa en el centro de históricos momentos para Tijuana, como la federalización de Escuela Preparatoria Lázaro Cárdenas, suceso desencadenado por un movimiento que orquesta el profesor Jesús Ruiz Barraza. El director Barraza, convence al entonces presidente Luis Echeverria, de acudir a las instalaciones de la escuela como parte de una gira por Baja California. Los estudiantes, entre ellos Pedro, lo esperaron durante varias horas, hasta que entrada la noche, el Presidente se trasladó caminando desde el Hotel Palacio Azteca a la escuela, acompañado por otros líderes estudiantiles, maestros y parte de su comitiva quienes, con dificultad, le siguieron el paso hasta el centro escolar.

Este libro hay que leerlo y gozarlo. Elena Poniatowska ha dicho del autor: “Pedro es capaz de animar a una piedra” y es que el sentido del humor que le caracteriza y trasmina en su narrativa, es parte de su esencia, así lo demuestra aquella anécdota de la infancia, donde un maestro le pide participar en la asamblea de un lunes, mas no como abanderado de la escolta, sino para contar chistes, encomienda que realizó con singular gracia y naturalidad.

Hay que mencionar entre otros valores del libro Y muy tarde comprendí, primero, la importancia de honrar al linaje familiar, con todas la implicaciones emocionales que este ejercicio conlleva, y segundo, que nos reconecta con una Tijuana, de la cual, similar al recinto donde se celebraba la presentación (Cine Bujazán), sobreviven ciertos vestigios como pequeños tesoros, mientras otros más, han quedado a merced de lo que reconstruye nuestra frágil memoria. Así es la vida. Bien lo remarca en su texto la maestra Ruth Vargas: “No hay nada que indique lo ocurrido en el pasado, excepto la narrativa que construimos. Comprendemos el pasado por el presente. Esta es la materia de la que estamos hechos”.

¿Podríamos pensar que a sus 60+ Ochoa es un escritor tardío? No lo sé. Si bien ha decidido apenas publicar, quienes hemos seguido su trayectoria, parece que ya conocíamos su vena de escritor, al escuchar sus lecturas de textos breves, pero salpicados de gran audacia literaria, en innumerables eventos culturales. Entonces, diríamos que se tardó en publicar su primer libro. Y enfatizo “su primer”, porque se murmura que esta es solo la punta del iceberg donde asoman historias desde la mirada infantil y adolescente, pero en el tintero de Pedro Ochoa, hay más, mucho más. No cierro mi comentario sin antes mencionar el impecable trabajo de edición e impresión del libro, a cargo de Gilberto Licona y Alejandro Zavala, respectivamente. De igual manera, reconocer el acierto en la apertura del evento, donde Gaby Bojorquez, interpretó con su bella voz, “Hasta que te conocí” original del Divo de Juárez, Juan Gabriel, la pieza de donde se toma la línea que da título al libro: Y muy tarde comprendí

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