: á g a m En A
Separata Junio - Julio 2009
! a z a l p o d n ¡Estrena
Construyendo un sueño 3170 millones se invirtieron en la construcción de la plaza de mercado de Amagá La alcaldesa de Amagá Auxilio Zapata y el gobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos hicieron entrega oficial a la comunidad de Amagá el 12 de junio de cerca de cuatro mil metros cuadrados que se construyeron para hacer posible la plaza de mercado de Amagá “Carlos Adolfo Taborda Trujillo” obra que demandó inversiones de parte del municipio por 1870 millones y del departamento por 1300 millones, un total de 3170 millones, sin contar el costo del lote negociado en la administración del ex alcalde Guillermo Vélez Arias (QEPD) por 105 millones con la parroquia San Fernando Rey.
De la vergüenza al orgullo y el optimismo
Una nueva cara para Amagá
El Gobernador Luis Alfredo Ramos había dicho que Amagá tenía la plaza más fea del departamento y por eso se comprometió a cofinanciar la obra. El anterior gobernador, Aníbal Gaviria había hecho aportes por 600 millones de pesos gracias a la gestión del alcalde Carlos Adolfo Taborda (QEPD) y al acompañamiento clave de dos amagaseños que en ese entonces hacían parte del gabinete departamental, José Fernando Montoya Correa como Secretario de Educación para la cultura y Guillermo Cuartas Guzmán como Director de la Dirección Jurídica de la gobernación, gracias a los tres y a la aprobación dada al alcalde por parte del Honorable Concejo Municipal se facilitó también el empréstito por 1200 millones del IDEA que permitió terminar las obras de la Casa del Cultura e inyectar recursos para la plaza de mercado. La alcaidesa Auxilio Zapata gestionó los recursos faltantes, dispuso de recursos propios y aceleró la construcción del proyecto luego de un año completo de parálisis por falta de recursos. Amagá pasó a tener la más moderna plaza de mercado del departamento de Antioquia y entró a solucionar el grave problema del espacio público en el parque principal.
El sentimiento de satisfacción de la alcaldesa y de su equipo de gobierno ha sido notable; el entusiasmo y el optimismo contagiaron a todo el pueblo. El desfile de curiosos y de compradores ha sido evidente. Ajustes hay que hacer como en toda obra de esta índole, pero es muy grande el orgullo que se empieza a sentir por la nueva construcción que combina las tradicionales plazas de mercado o galerías construidas en muchos pueblos, con locales tipo centro comercial que quisieran tener ciudades intermedias. Días antes del 30 de mayo, plazo último dado para tener desocupado el parque Emiro kastos de Amagá, ya algunos comerciantes se habían ubicado en la nueva sede, como en el caso de Albeiro Colorado, él fue el primer vendedor en la nueva plaza de mercado, un kilo de plátano y un kilo de tomates, dos mil pesitos que se vendieron a las 8.35 de la mañana. El domingo 31 de mayo la mezcla de alegría y de nostalgia permitió muchas risas, pero también lágrimas. La algarabía de los vendedores y de los curiosos se mezclaba con el traquido de martillos, machetes, barras y palos que golpeaban desarmando los ranchos, los toldos y los tugurios que aparentaban muchos puestos de trabajo. Una llovizna de gotas gruesas hizo que todos aceleraran. A los cinco minutos volvió a salir el sol como si nada hubiese pasado. Unos turistas gringos tomaban fotos y otros filmaban mirando asustados lo que pasaba. A las seis de la tarde, en medio de las penumbras todo lucía desolado, como si una tormenta seca hubiera acabado de pasar. Todo está consumado, decían algunos entre chistes mientras cargaban lo que quedaba de ventas para sus nuevos puestos de trabajo. Carlos Adolfo Taborda (QEPD)