Julio 2010
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Conciencia ambiental
Honrar la vida ¿Se imagina al mayor carnívoro de nuestro continente vagando por los barrios de Derqui? ¿Y al ave más grande de América corriendo por nuestras calles? por Marcos Cabrera (Es del barrio Monterrey y pertenece a la Asociación Patrimonio Natural)
U
nos doscientos años atrás el ñandú era libre en los campos sobre los que hoy se asienta nuestra ciudad. Hace poco más de cien años el yaguareté aún encontraba refugio en los pajonales y dejaba sus huellas sobre la costa de los arroyos de la zona. Por supuesto, ambas especies no viven más en Derqui. Muchas más han desaparecido y aunque se conoce que la extinción es un problema a nivel mundial, muy pocos son lo que se interesan por defender las plantas y los animales locales. Las principales causas de desapa-
rición son la pérdida del ambiente, la contaminación y la invasión de especies exóticas. Las plantas nativas son la base de nuestro ecosistema. En ellas los animales encuentran comida y refugio. En miles de años de convivencia, plantas y animales han alcanzado un equilibrio que, aunque no es estático, sí es armonioso. Pero muchas veces se ha roto. En los viajes alrededor del mundo, los hombres llevaron plantas de un ecosistema a otro generando una competencia desleal: la planta exótica, al no tener “predadores” en la zona, puede reproducirse mejor que las nativas y terminar desplazándolas. Evitar esto es fácil, solo se necesita hacerles un lugar a las nativas en
Marcos junto a un amigo, plantaron el “Sen de campo” en la plaza Latinoamérica.
nuestras veredas, jardines, escuelas y plazas. La dificultad está en que no son conocidas y casi nadie las cultivan. La Asociación Patrimonio Natural lleva adelante un vivero que se dedica exclusivamente a ellas. Desde allí las multiplicamos y difundimos ya que son las que nos aseguran un ambiente realmente sano. Por eso nos sumamos a “Floreciendo Derqui” plantando el “Sen del campo”. Éste es un arbolito pequeño que bien merece un lugar en nuestros
jardines por su abundante floración de color amarillo intenso. Pero además de flores el Sen nos da... ¡mariposas! Es que de sus hojas se alimenta la oruga de una mariposa de color amarillo, a la que llamamos “limoncito”. En primavera y verano es común ver parejas de limoncitos girando en el aire cerca del Sen. Las plantas nativas no necesitan ser podadas ni fumigadas. Sus flores embellecen el paisaje y nos devuelven el respeto hacia la naturaleza. n