Número 04 julio-septiembre

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COMITÉ EDITORIAL PÉRGOLA DE HUMO Núm. 4 (julio-septiembre 2020) Directora general Tania Rivera Relaciones públicas Alejandra Zuccolotto Dictaminadores de poesía Edgar Humberto Paredes Ornelas Gerardo Ronzón Dictaminadores de narrativa Alejandra Zuccolotto Tania Rivera Colaboradores externos Evaluna Pereyra Eufrasio Daniela de la Fuente Mtro. José Luis Martínez Suárez Portada e ilustraciones del presente número Aurora Quiterio REDES SOCIALES Facebook: @pergolaDhumo Instagram: @PérgolaDeHumo Correo electrónico: pergoladehumo@hotmail.com

Registrado bajo licencia Creative Commons. Se permite su reproducción total o parcial citando la fuente.


Sobre nuestra artista invitada: Aurora Quiterio Nuñez “Estudié la licenciatura en filosofía en la UNAM. Comencé a hacer ilustraciones y collages en mi celular de manera autodidacta sólo por experimentación. Me gusta mucho el arte en todas sus manifestaciones. Soy una gran admiradora de la literatura y también me gusta mucho ver ilustraciones, pero nunca me he atrevido a escribir o dibujar realmente. Quizá es por esto que me acerco a estos campos a través de mi manera de ilustrar, ya que me es mucho más fácil o inspirador pensar en imágenes a partir de textos literarios”.

Redes sociales Instagram: @i_would_prefer_not_to_too


PRESENTACIÓN ESTO NO ES UN ARTÍCULO Guía de supervivencia para leer a los clásicos Elisa Hernández 3 NARRATIVA La semana grande Luis Fernando Rangel

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El último mexicano Gustavo Masso 8 Tienes razón, quiero reírme Celeste Díaz Carvajal 10 Cíclope José Luis Aguirre

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POESÍA

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Y yo sigo, irremediablemente Beth Guzmán 15

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Para leer a Sartre en un encierro Gerardo Ronzón 16

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Y más allá de la vida, su trascendencia como vida Mario Jaime 18 Ophelio Isaac Garduño

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CRÓNICA Reencuentro con Kukulkán Antonio Zamudio Ramírez

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ENSAYO Voces y cantos de la melancolía Silvia Yulmaneli Moreno León Atisbos de la experiencia mística Jonathan Guzmán 33

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RESEÑA Blond(e) de Fran Ocean, un álbum trascendental Carlos Gael Escobarete Ávila 39 La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca Alejandra Zuccolotto 41

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PRESENTACIÓN

Muy probablemente, nuestros queridos lectores ya estarán cansados de leer en todos lados cualquier mención a “pandemia”, “Coronavirus” o “COVID-19”; no obstante, incluso en Pérgola de humo no pudimos mantenernos ajenos a esta situación. Es por ello que este número está dedicado al encierro, pero no como ese espacio macabro y oscuro en que todos nos hemos encontrado en alguno de estos meses de cuarentena, sino como un lugar propicio para la creación. En esta cuarta entrega podrán descubrir algunas emociones y sentimientos que estos días en casa han propiciado en nuestros autores, y con los cuales seguramente ustedes se sentirán identificados, desde la tristeza, el humor y la ironía, la violencia y la furia hasta la posibilidad de releer esos libros olvidados, disfrutar de un buen álbum musical o de la magia de las leyendas populares y los animales mitológicos. Aunado a lo anterior, el cambio también se ha convertido en el pan de cada día. Tenemos que adaptarnos a nuevas formas de comunicación e interacción con los demás, especialmente al uso de nuevas tecnologías y herramientas digitales. Por ello, con este número inauguramos una nueva sección llamada “Esto no es un artículo”, dedicada a difundir estos medios y espacios de comunión en internet. Para ello, hemos invitado a Elisa Hernández, una amiga muy especial que nos brinda la oportunidad de conocer un poco sobre el mundo de booktube. Esta no es la única nueva sección que encontrarán en este número, también podrán leer “Crónica”, destinada a compartir autores de este género literario. Pero no teman, queridos lectores, estas nuevas

secciones no pretenden suplantar a otras, más bien buscan dar un panorama más amplio de la literatura y sobre todo una mayor cabida a escritores de distintos géneros para que puedan colaborar con nosotros en números posteriores y, por supuesto, para aquellos creadores de contenido que también lo deseen. Tampoco teman que nos alejaremos de los clásicos, pues como firmes creyentes de que para ser revolucionario hay que conocer a la tradición, encontrarán también en estas páginas una guía de supervivencia para leer a los clásicos y algunas lecturas de Santa Teresa, Calderón de la Barca, Sartre y Pizarnik. Por último, agradecemos como siempre a todos los que permiten que nuestra revista continúe, empezando por los autores y artistas que nos comparten su trabajo. Especialmente queremos agradecer a Aurora Quiterio por la maravillosa portada y las ilustraciones que decoran cada sección. Y por supuesto que no podemos dejar que comiencen a leer sin darte las gracias a ti, querido lector, por continuar con nosotros. Sabemos que el mundo se ha vuelto notablemente más complicado y compartimos contigo ese cúmulo de emociones que hierve en el interior, sin embargo, también confiamos en que todo estará mejor pronto y esperamos que las siguientes páginas te ayuden a mejorar un poco esta larga estadía que nos queda en este planeta.

Comité editorial de Pérgola de humo Xalapa, Veracruz, julio 2020

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ESTO NO ES UN ARTÍCULO

Guía de supervivencia para leer a los clásicos El librero de Elyse Mucha gente que comenta mis vídeos me dice “Yo intenté leer este clásico pero me aburrió al momento”, “No le entendí”, “Me obligaron a hacerlo”, “Yo esperaba otra cosa”, etcétera, y me han preguntado cómo hago para leer tantos libros clásicos. Por eso decidí hacer una lista de tips basados en lo que a mí me ha servido a lo largo de los años para poder encaminarlos a esta maravillosa literatura. Primero hay que definir qué es un clásico. Muchos autores han dado su propia definición, sin embargo, tomaré la del escritor italiano Italo Calvino (1923-1985), aparecida en su libro Por qué leer a los clásicos (1991), en donde asegura que un clásico “es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”. Esa es la magia de estos libros: siempre te encontrarás con algo totalmente nuevo. Son obras que constantemente se están releyendo y que aún dan de qué hablar. En ellas siempre podrás encontrar un nuevo aprendizaje. ¿Por qué? Porque es lo mismo que pasa con nosotros: no somos los mismos, aunque pase el tiempo y nos percibamos de la misma forma. Los clásicos nunca envejecen. Son atemporales, son siempre vigentes, pertenecen a nuestra época a pesar de situarse en siglos pasados. Otra cosa que vale la pena resaltar es que los clásicos no necesariamente tuvieron un gran impacto al momento de su publicación ni fueron los más vendidos o los más populares como a veces pensamos. Hay obras que ahora se consideran fundamentales en la historia de la literatura, pero que en su momento pasaron casi desapercibidas. Es decir, que un libro tenga una buena recepción inicial no es garantía de que se convertirá en un clásico; más bien serán el tiempo y el tipo de lectores los que lo determinen. Una vez que ya sabemos a qué tipo de libros nos referimos, ya podemos seguir con los tips: 1. Primeramente hay que quitarnos esa idea errónea de que todos los clásicos son libros largos y aburridos. Si bien hay algunos que parecen serlo, no significa que siempre sea el caso. No te dejes intimidar. 2. Busca un libro que realmente llame tu atención –por el título, porque haya inspirado una película, porque hablaron de él en las noticias, etcétera--. Debe ser algo que te atraiga, ya que leer algo por obligación suele ser malísimo, tal como ocurre en algunas ocasiones con las lecturas que nos encargan en la escuela. 3. No te presiones si sientes que no has avanzado en la historia, ya que en muchas narraciones la historia no es lo único importante, sino también las técnicas con las que es contada. Ten paciencia para leerlo, disfrútalo y dedícale el tiempo que sea necesario. 4. Lee sobre el autor y el contexto histórico en el que fue publicado el libro. Esto te será de mucha utilidad para entender cómo está sucediendo la historia, y también te ayudará a comprender por qué este libro merece ser un clásico. 5. Mirar reseñas del libro también podría serte de provecho, pues éstas te indicarán el camino de lectura que debes seguir. 6. No te sientas obligado a leer cierto libro o a determinado autor. En internet es común encontrarse con entradas como “Treinta libros que deberías leer antes de los veinte años”, “Cien libros que debes leer antes de morir” o “Si te consideras lector debes leer estos libros”. No estás obligado a 3


ESTO NO ES UN ARTÍCULO leer nada que no te interese. No sientas que debes leer a Miguel de Cervantes, Shakespeare, Dostoievski, o a las Brönte sólo porque te digan que no te puedes llamar “lector” si no los has leído. Tú ya eres un lector por el simple hecho de leer. 7. Ten cuidado con las editoriales. En el mundo editorial hay ediciones que son muy económicas y, como los clásicos son de dominio público, los publican sin poner mucho cuidado en la traducción o en la presentación, por lo que tu lectura podría verse entorpecida o aburrida. 8. Si el libro no te gusta o no es lo que esperabas, ¡déjalo! Si tiempo después te interesa puedes retomarlo, pero si en ese momento la lectura no te está gustando, no la comprendes o te está aburriendo, déjala. De nuevo, no te sientas obligado a leerlo, pues la lectura es algo que debes disfrutar. Para terminar, si tienes ganas de leer algún clásico y no sabes cuál, aquí te dejo tres recomendaciones de libros con los que puedes comenzar. Orgullo y prejuicio (1813) de Jane Austen (1775-1817). Yo tenía la falsa idea de que no era más que una novela rosa, pero en una segunda lectura me sorprendí con cosas totalmente diferentes a las que recordaba. La historia fluye y tiene descripciones, aunque éstas no son demasiado pesadas. Es una buena opción si quieres empezar a leer. El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1886) de Robert Louis Stevenson (1850-1894). Esta historia que puede serte más conocida, pues ha sido parodiada por caricaturas como las de los Looney Tunes. Es una novela corta, la historia es también bastante fluida y seguramente no te va a aburrir. Fahrenheit 451 (1953) de Ray Bradbury (1920-2012). Es el más reciente de esta breve lista. Seguramente sufrirás con la constante quema de libros que caracteriza al mundo distópico de esta historia, pero no dejarás de sentirte atrapado. Con estas recomendaciones puedes iniciarte en el mundo de los clásicos o retomar alguna lectura de este tipo que hayas tenido que dejar. Recuerda que deben ser libros que llamen tu atención y que no debes sentirte obligado a nada.

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ESTO NO ES UN ARTÍCULO

Mi nombre es Elisa, aunque la mayoría me conoce como Elyse. Actualmente soy estudiante de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Veracruzana. Estudié el diplomado en Creación Literaria en la Escuela de Escritores de Xalapa “Sergio Galindo”. Tengo un canal de Youtube titulado “El librero de Elyse” y un Podcast llamado “Cumbres Literarias”, en ambos hablo sobre literatura. Fui ganadora de la sexta edición del concurso Somos Booktubers organizado por la Feria Internacional del Libro Guadalajara. En el 2019 participé como tallerista en la 30° edición de la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil de Xalapa, promoviendo el fomento a la lectura y el interés por la misma con el uso de las redes sociales.

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NARRATIVA

La semana grande Luis Fernando Rangel Alicia corrió a donde estaba su madre, la tiró del vestido y, asustada, señaló a la ventana. A lo lejos vieron cómo una procesión de nubes de polvo anunciaba la llegada de la Semana Grande. Eso no era novedad: esos días traían vientos tan fuertes que solían llevarse a los niños. Alicia se asustó y buscó una solución para protegerse: encerrarse en su habitación hasta que terminaran los días santos. Los habitantes de San Juan de los Relámpagos se burlaron de la pequeña Alicia. Así que harta de lo que decían los demás, salió de su casa para enfrentarse al viento. Pero apenas puso un pie afuera, una ráfaga de aire se la llevó. Sacudió los brazos, pero fue en vano. No sabía volar. Alicia se fue más allá del cielo, de sol y de las montañas que rodeaban al pueblo. Nadie volvió a verla. Su madre lloró muchísimo y el viento trajo grandes nubes hinchadas que se instalaron en el pueblo durante todo el domingo. Ese día no dejó de llover. La madre de Alicia, sorprendida, imploró que la lluvia cesara y pidió volver a ver su hija. Ese domingo nadie lo olvida: un rayo de luz bajó hasta la tierra encendiendo un árbol cercano. Dicen que así nació el relámpago. Por eso cada que un relámpago cae es porque la pequeña Alicia quiere visitar a su madre. Y así cuentan los viejos.

Luis Fernando Rangel (Chihuahua, 1995) Licenciado en Letras Españolas. Autor de Hotel Sputnik (Tintanueva, 2016), Poemas para un Lugar Común (ICM, 2018), Dibujar el fin del mundo (UACh, 2019; Premio Estatal de Poesía Joven Rogelio Treviño 2017) y Los líricamente desmadrados (Ediciones O, 2020). Ha publicado en revistas como Tierra Adentro, Visitas al Patio, Punto en línea, Punto de Partida, Pliego16, Himen. En 2017 obtuvo el segundo lugar en el Premio Nacional Sergio Pitol de Relato y fue becario del Noveno Curso de Creación Literaria para Jóvenes de la F. L. M. Es director editorial de Sangre ediciones.

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NARRATIVA

El último mexicano Gustavo Masso —Papá, ¿qué es un mexicano? El padre mira el folleto distribuido ex profeso. —Eran gentes extrañas —lee sin entender —, unidas por un destino incierto. Padre e hijo tratan de abrirse paso entre la multitud apiñada ante la inmensa jaula de cristal. Al fin, logran ubicarse en la primera línea, frente a los amplios ventanales. —Por lo valioso de este ejemplar —está diciendo el guía —se ha procurado reproducir, lo más fielmente posible, su hábitat. Dentro de la jaula, un hombre bajito y bigotón, sentado indolentemente en una especie de diván, tañe con desgano una guitarra. A su alcance tiene una botella a la cual da esporádicos sorbitos. —Debido a la naturaleza reflejante de los cristales —sigue diciendo el guía—, el espécimen no puede vernos. Esto es para favorecer a su aislamiento. Aunque hemos notado, y ustedes se darán cuenta — el guía se permite una sonrisa maliciosa—, de que él sabe que estamos aquí. El hombre deja a un lado la guitarra y da un gran trago a su botella. Una lágrima desciende con naturalidad por su mejilla. —Lo que ven al fondo de su jaula —continúa el guía su perorata —es un retablo en honor de Guadalupe, una deidad mayor a quien los mexicanos adoraban. Pero además se especula sobre una cierta abstracción llamada “El Peso”, que también era muy venerada. El hombre se incorpora de repente y, acercándose al ventanal, hace extraños gestos y ademanes. —¡Hoy estamos de suerte! —exclama muy sonriente el guía — Eso que acaban de admirar es un rito ofensivo. Según los estudiosos, el ademán con el brazo es una mentada y las señas de la mano quieren decir: ¡mocos, gueyes!— El guía se encoge de hombros —Conocemos su simbolismo, pero no su significado. En el interior, el hombre vuelve a tumbarse en el diván y ataca, sediento, su botella. —La bebida que consume —acota de inmediato el guía —es un líquido espirituoso llamado tequila al que, para quitar sus efectos perniciosos, se le han adicionado, sin afectar su sabor, los nutrientes necesarios para la subsistencia del sujeto. Además, cotidianamente se le ofrecen diversos alimentos consistentes en maíz y chile que, como es sabido, constituían la dieta de su raza. Adentro, el hombre, al fin, permanece quieto con los ojos vidriosos y la mirada perdida. —Y eso es todo por esta presentación —concluye engolado el guía. La multitud comienza a dispersarse. 8


NARRATIVA —Papá— pregunta entonces el hijo—, ¿por qué todos los ejemplares están en parejas o grupos y a éste lo tienen solito? El padre busca presuroso en su folleto. —No te preocupes, hijito —interviene diligente el guía —. A fin de cuentas los mexicanos siempre vivieron solos.

Gustavo Masso. Narrador y guionista cinematográfico, pertenece a la generación de la literatura de la Onda; su narrativa refleja las condiciones de las clases populares: El albañilito Rodríguez transcurre en el barrio de Tepito de la Ciudad de México, en el cual recrea un mundo sumergido, soslayado, donde campean la crueldad, el humor, la violencia y la injusticia. Asistió al taller de cuento de la revista Punto de Partida, fue becario del Instituto Nacional de Bellas Artes para el Fondo Nacional de Actividades Sociales (fonapas) (19781979). Ha colaborado en las revistas Educación, Tierra Adentro, El Cuento y en los suplementos "Diorama de la Cultura" y "Sábado".

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NARRATIVA

Tienes razón, quiero reírme Celeste Díaz Carvajal Al despertar sientes entre tus costillas una fuerza sobrenatural, es como si estuvieras hecha de lluvia, estás acostumbrada a sentir caerte del cielo todos los días pero ahora estallas dentro de ti para no molestar al que duerme a tu lado. Crujen tus dientes, masticas con lentitud la rabia, y como el animal enjaulado que es ha destrozado toda tu mandíbula, sientes como se ha desgastado el músculo de tu lengua, a veces sueñas con besar pero no sabes si podrás hacerlo con ese látigo sin fuerza, no quieres enmudecer, piensas para tus adentros, mascullas y tu voz alcanza a rodear la esquina de tu oído, gritas pero es demasiado tarde, tu lengua, ahora una niña regañada se enrolla, la sientes muy dentro de tu garganta. -Ya volverá. Y te incomodas, a ti te sofocan las siete paredes de esa casita minúscula, te mueves pero ya no hay rincones posibles donde quepa tu vida, lo solucionas andando a ratos de la cocina al baño y ya conoces la rutina, mirarte al espejo y tocarte la cara, cada pulgada del rostro adolorido es recorrido por tus dedos carcomidos por la ansiedad, a esta hora de la tarde te transformas en la persona más bella del mundo, es una lástima que nadie más pueda verlo -Un día de estos alguien aprenderá a mirarte. Te atormentas pero no dejas de observar el gesto adiestrado que el encierro te ha enseñado a hacer. Te das la vuelta y así sigues la costumbre de darte la espalda a ti misma pero esta vez en lugar de alejarte, te observas desde el rabillo del ojo y con la pesadez del siguiente parpadeo, al abrir la mirada ya no te encuentras en el reflejo. Siempre a las siete es lo mismo, tu tregua con la soledad es suficiente para hacerte desaparecer. Del otro lado de la casa suena el teléfono, te emocionas y tu sombra se mueve hacía el sonido, dudas en levantar el auricular, enlistas todas las consecuencias de contestar la llamada, no quisieras alejarte más de los demás pero ahora piensas que será inevitable. Dejas a la contestadora hacer lo suyo, escuchas que es la línea de un banco llamándote afortunada, ríes, te han seleccionado para probar una nueva tarjeta de crédito, de pronto no resulta mala idea hablar con Marla, la vendedora, quien parece simpática, es la voz de una persona que te puede cambiar la vida y antes de atreverte a conocerla practicas tu voz muda, pruebas la lentitud de las vocales, tu boca saca un tibio aire, acercas tu mano a los labios y acaricias el silencio que como un gato, 10


NARRATIVA esquiva tus dedos y lo ves escapar por la ventana llevándose consigo también la voz de Marla, que se despidió sin siquiera decir que volvería a llamar. Te desquicias porque el segundero no deja de adueñarse de tu sala, de la habitación, el ruido de las manecillas se convierte en tu interlocutor, sigue avanzando y con su caballería te destroza los nervios le pides silencio y en medio de la locura, parece ser el único que te oye porque el tiempo se detiene, tu sombra camina con pesadez hasta la puerta y te asusta que se acabe el día, te tranquiliza recordar la voz de Marla, tu tregua con la soledad se está por acabar y estás inquieta. Le ruegas al segundero, por favor no te muevas, por favor no, son las 9 y el segundero sin escrúpulos camina. -Ven a la cama. Y vas calmada, tu cuerpo reaparece abultado en medio de las sábanas, un abrazo frío te desviste y compartes la cama, te duele lo que ocurre en el mundo durante la noche, la carcajada te salva, parece que realmente quieres al carcelero, tu risa de locura es contagiosa, finges estar pero por suerte ya te encuentras muy lejos.

Celeste Díaz. Creadora escénica, investigadora y escritora mexicana egresada de la UNAM.

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NARRATIVA

Cíclope José Luis Aguirre-Garay Me llamo Verónica y nací con un solo ojo, un prominente globo ocular de pupila verde justo en el centro de la cara. Esta malformación me etiquetó como una aberración de la naturaleza y, por ello, crecí en el aislamiento de casa, sin ver la luz del exterior más que por una ventana, bajo el encierro de cuatro paredes atiborradas de libros. Gracias a que mi único ojo funcionaba a la perfección, aprendí a leer. En mi infancia y adolescencia, Dostoievski, Verne y Balzac se convirtieron en mis mejores amigos. A los quince años viví mi primera experiencia en el exterior. Papá, aprovechándose de mi habilidad lectora, contactó a un grupo de ancianos para que les leyera por las tardes. Estos ancianos, en palabras de mi padre, eran una docena de retirados en la octava década de la vida olvidados por sus familiares, cuya única afición era ver el transcurrir de los días previos a la muerte en el patio de una vieja casa. Por fin, agregó mi padre, alguien joven y con mejor vista que ellos, acudiría a romper la monotonía de su interminable letargo. Yo me sentía temerosa y a la vez emocionada con la encomienda; cualquier cosa sería mejor que seguir encerrada por años. Por supuesto, papá no expondría al mundo mi terrible condición física, ni complicaría desde el inicio lo que pintaba ser un excelente negocio. Así que, bajo sus órdenes, mamá confeccionó una especie de burka o velo de tela negra que cubría la totalidad de mi rostro. De esta manera, y a pesar del velo, pude salir por primera vez de casa, caminar por las calles de la ciudad y llegar, guiada por mi padre, salva hasta mi destino. La casa, según me enteré, era propiedad de una de las ancianas, y servía como el centro de reunión de los viejos. Lo primero que me sorprendió al llegar fue un intenso olor a orina. Alfombras, cortinas, paredes, todo lo que alcanzaba a distinguir a través del velo estaba penetrado por un fuerte hedor amoniacal. Gabriela, una vieja de manos huesudas repletas de anillos, fue quien me dio la bienvenida. —¡Pasa, hija, estás en tu casa! Te estábamos esperando. ¡Nuestros compañeros están muy emocionados! Espera, hija, ¿qué es eso tan raro que llevas en la cabeza? —¡Nada, señora, no se fije! —interrumpió de inmediato mi padre—. Es una bufanda que su mamá le regaló. —¡Ah, entiendo! —dijo la anciana, no muy convencida—. No hay problema, hija, aquí te la puedes quitar. Tenemos la chimenea prendida y hace un confortable calor. —Así estoy bien, señora. Es usted muy amable —respondí. Después de algunas palabras que no alcancé a escuchar, mi padre me besó la frente. Percibí sus labios y el rostro húmedo por encima del velo. Se despidió de mí y salió de la casa. Gabriela me tomó de la mano con sus dedos huesudos y me llevó hacia un salón contiguo, donde los ancianos esperaban. Alcancé a ver, a través de la pesada tela negra, que los viejos estaban sentados formando un círculo perfecto 12


NARRATIVA alrededor de una silla de aspecto confortable. Al oírme entrar, comenzaron a aplaudir emocionados, y se levantaron con la poca fuerza que sus torcidas rodillas aportaban. —¡Ha llegado la niña! —exclamó Gabriela, reavivando los aplausos de los viejos—. ¡Es un gusto que estés aquí, pequeña Verónica! Te prometo que te sentirás muy a gusto con nosotros. ¡Aquí serás muy feliz! Los viejos rompieron el círculo y Gabriela me condujo hasta el centro. Tomé asiento en el que se convertiría mi lugar definitivo y de mi bolso extraje la lectura del día. Ellos guardaban silencio... Abrí el libro —La Odisea— y comencé a leer. Pero el velo era tan denso en sus tejidos que me dificultaba considerablemente la lectura. Lo levanté un poco, de manera que mi único ojo fuera capaz de ver las diminutas letras sin revelarse ante los demás. Aún así, leer me costaba demasiado. Después de una media hora en la que los viejos no movieron ni un solo músculo, atentos a las palabras que salían de mi boca, no pude resistirlo más. Contra toda la expectativa del terror que mi apariencia pudiera provocarles, tomé el velo y lo deslicé hacia arriba, dejando al descubierto mi horrible rostro. Sorpresivamente, no obtuve ninguna respuesta o grito de terror sino, más bien, un nuevo aplauso de satisfactoria emoción... Porque, cuando mi vista pudo adaptarse a la luz del lugar, descubrí horrorizada que, la docena de viejos también tenía un único ojo en la mitad de la cara. Entonces comprendí que, tal y como ellos, envejecería y moriría en este triste claustro para fenómenos.

José Luis Aguirre-Garay. Nació en Saltillo, Coahuila, México. 40 años. Médico especialista en Medicina del Trabajo por la Universidad Autónoma de Coahuila y la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Escritor del género fantástico y de terror. Ha publicado el libro 13 Cuentos y Lulú y la antología Narrar Abajos, bajo el sello de Cravioto Editores, de la ciudad de Torreón, Coahuila. Colaborador editorial en los periódicos Vanguardia y El Siglo de Torreón.

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POESÍA

Y yo sigo, irremediablemente Beth Guzmán "...Y yo había pasado por la vida tan sólo de paso, lejana de mí misma." María Zambrano Mi nombre en tus labios despierta sabores hogareños. Mi nombre en tus labios suena a casa, pero no es etéreo como ella. Ancla, parece que dices. Hace tres días mi cuerpo decidió no tener patria y me lapidaron. Me mintieron: nunca me salieron las alas nomás se me robustecieron las raíces como las caderas y los pechos cuando no quería que me vieran. Traigo cargando un costal de sonrisas que me pesan y así, cruel y desagradecida, voy caminando a tropezones. Los desarraigados me saludan desde el otro lado de la calle. Inalcanzables. Envidiables. No tengo el valor para arrancarme las raíces. En sueños mi reflejo siempre tiene algo de enfermo en sueños se me caen los dientes y no puedo ni juntarlos en sueños, ni en sueños puedo. Me pesan amarillos los recuerdos que jamás tuve. Hay una grieta en mis manos que atraviesa el mundo. Y yo sigo, irremediablemente. Sin recuerdos ni ganas de tenerlos.

Beth Guzmán (Tepatitlán de Morelos, Jalisco, 1995). Licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara. Poeta, promotora de lectura, docente de preparatoria y correctora de estilo. Tiene publicaciones tanto de creación, ensayo e investigación en revistas digitales nacionales e internacionales. Becaria INTERFAZ 2018. Ha participado en encuentros de escritores en diferentes estados del país y en la UNICAMP, Brasil, además de colaborar en la organización de eventos de investigación y arte. Está seleccionada en tres antologías poéticas: las dos últimas ediciones del Encuentro de Escritores Jóvenes Jesús Gardea (2018 y 2019) y Mujer y poeta de los Altos (2020). 15


POESÍA

Para leer a Sartre en un encierro Gerardo Ronzón Hoy he jugado a ser. Me dieron reglas y las grabé en la piedra de mi cráneo. Jugué, como he dicho, a limar cada barrote, a fundir mi hueso en mundo. ¿Sabes cómo ajar las sirgas de mi padre? Mi espalda era una lengua saboreando la textura del látigo. ¿Toda sangre sabe a libertad? Me clavaron una aguja en cada articulación del habla ¿Cómo probarme, entonces, que soy libre? Decidí corretearme en el fatal sendero de la alcoba. Cerradas ya las puertas, las ventanas, cayeron mis vértebras —una a una—, y agrietada la carne fluyó en ceniza de lo vivo. Mi travesura fue decir «No» No quiero ya la soga del ahorcado. No quiero ya la torre y su derrumbe. — Madre gritando Inútil en mi oído Alguien gritando Puto en mis narices; Aguanta vara; bájale de huevos. — Jugar es agrietar mi carne y las paredes; Hablar. ¡Que hable la herida con su lamento tosco de ladrillo; 16


POESÍA la piel derrame el pulso de la roca! En cada martillazo, el miedo se filtrará del muro, mas es preciso dejar que gota a gota se quiebre en mi epidermis la cascada que romperá el rezón de mi silencio Sabrán quebrarse, todavía… Los ronzales? Los cabestros?

Gerardo Ronzón (Xalapa, Ver., 1997). Estudiante de Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Veracruzana e integrante del comité editorial de Pérgola de Humo.

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POESÍA

Y más allá de la vida, su trascendencia como vida Mario Jaime Es decir, el culmen de la materia en sueños de materia Todas las posibilidades Sobre todo, los bosques de azules flores enraizadas en las nubes Y los microbios culturales dándose un atracón en la ionósfera El futuro es de ácidos adiamantados Agua liberada de las rocas Varios tigres alados y dragones microscópicos en celo Desde el lenguaje bailarín de las abejas Hasta el aroma sensualísimo del óvulo flotante Y más allá de sólo ansiarse por moléculas inertes Será el deseo infantil Jugar siempre hasta evitar la muerte de los sueños

Mario Jaime. Recibió el premio internacional de divulgación de la ciencia 2012 otorgado por el Fondo de Cultura Económica; el premio nacional de novela “Jorge Ibargüengoitia” y el premio nacional de poesía “Efraín Huerta” en 2013. En 2010 el premio nacional de poesía Mérida y en 2007 el premio nacional de dramaturgia Mexicali.

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POESÍA

Ophelio Auridicente

En esta cárcel de carne que mi Padre gobierna se me retuercen los dedos el vientre la boca el sueño y me consumo ardo en mi claustro hasta ser arena.

-y te veo por un espejo-

En esta celda de palabras que mi Madre cimenta se llora en más noches se grita despierto y uno Cae Ca e C a e

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POESÍA

-y te veo por un agujerocomo un . en una sentencia.

En esta trinchera que mis hermanos construyen con sus egos dolidos sangrantes, traspasados anhelantes de herir y desangrar al desangrarse.

-y te veo por un reflejo-

En esta cárcel que yo sin opción mantengo pensando que soy útil que soy amado con cada día con cada noche las columnas de mi pasado se ven que

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sa s

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POESÍA

hasta que la tierna imagen viene

-y te veo-

me veo más claro más sincero en el fondo del seno del lago.

Isaac Garduño Cruz. Alumno del Octavo Semestre de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la FFyL de la UNAM. Participante como ponente en el Coloquio de Letras Hispánicas en su edición XIX. Miembro del Comité Académico del Colegio de Letras Hispánicas, FFyL, UNAM. Actual Becario PAPIIT. Delegado de la REDNELL ante la FFyL de la UNAM. Interesado en la Lingüística Forense, la Lingüística Computacional, y la literatura de la posvanguardia y metavanguardia. Ilustrador Digital Amateur.

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CRÓNICA

Reencuentro con Kukulkán Antonio Zamudio Ramírez El pasado tres de junio amaneció como todos los días últimamente, hizo tanto calor como el resto de la semana, estuve todo el día en mi casa como casi todos los días de esta cuarentena infinita, desayuné, comí y cené a la hora de siempre, tuve el insomnio de siempre… Pero fue especial para mí porque ese día, por la tarde, sentado frente a mi computadora iba a dar un clic con el desgastado botón izquierdo del ratón, mismo que presionaría, a su vez, la instrucción de “enviar” a ese correo que representaba el fin de mis estudios universitarios. También para los aficionados a la astrología fue un día importante, conocido como Venus star point, que no es más que una parte destacable en el ciclo del planeta vecino, ya que se alinea con la Tierra y el Sol. El ciclo de Venus se divide en dos: cuando es la estrella de la mañana y cuando es la estrella de la tarde. En fin, Venus star point en géminis como estrella de la mañana culmina con un ciclo de cuatro años desde la última vez que estuvo en el mismo signo, pero como estrella de la tarde; a la vez que termina con un ciclo más grande todavía, de ocho años, desde que estuvo en las mismas condiciones que el tres de junio pasado (We Mystic, 2020). Pero también fue un día importante para la antigua cultura maya que sigue en pleno apogeo en algún punto del pasado. Eso que recientemente llaman con un nombre mamalón en inglés no es otra cosa que un ciclo del gran Kukulkán. Así es, los mayas descifraron perfectamente las fases del planeta Venus, que asociaban con dicho dios desde hace muchísimos años (Carrasco y Carramiñana, 1996). Ese día me desperté tarde…. Fue un día importante para Kukulkán y para mí, yo, después de cuatro años, terminaba mi carrera; él volvía al punto de su ciclo matutino que coincide con el comienzo de lo que yo creí sería mi vida universitaria, en 2012, cuando empecé a estudiar música de manera profesional. Di una última revisada al trabajo final: un libro diseñado y maquetado en equipo por mi novia, Paty, y por mí, para la materia de Trabajo Editorial y de Imprenta, casualmente, era un libro sobre cuentos del espacio exterior. Todo estaba bien… Cuatro años más tarde, cuando el dios maya estaba en el mismo punto, pero invertido, estrella de la tarde, las cosas cambiaron, casualmente. Para mí, representó un cambio de carrera, abandoné, no sin dolor, mi primer mundo para sumergirme en la lengua y la literatura. Paty también dio el visto bueno final, así que sólo quedaba mandarlo… Cuatro años después, lo que duró mi carrera, nos encontramos de nuevo, esta vez con más precisión, no en la misma etapa, no en el mismo mes, ni en el mismo ciclo venusiano, sino en el mismo día. Volvió para que termináramos juntos lo que habíamos empezado al mismo tiempo.

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CRÓNICA Temía que pasara desapercibido ese final, que mandara el correo y no sintiera nada, no pensara nada, ni un suspiro, ni un recuerdo, pero en vez de eso me llegaron estas reflexiones aleatorias y alocadas a la mente. No soy creyente de la astrología, pero me pareció una coincidencia cuando menos divertida. En estos últimos ocho años nada ha sido como lo planeé, pero no me ha ido mal. Aunque tiene su tristeza y su patetismo terminar algo tan importante de manera virtual, me sentí satisfecho, miré al cielo, ahí donde los planetas giran ignorando la insignificancia de mi día a día (tal vez influyendo en él); ahí donde se ambientan los cuentos de mi trabajo final; ahí donde, aunque ya invisible por la hora, Venus cumple otro ciclo en su larguísima vida. Pero qué cursi. Puse La noche de los mayas para darle un soundtrack más épico al asunto, sonreí. Apreté el botón de enviar. Hasta la próxima, Kukulkán. Referencias Carrasco, E. y Carramiñana, A. (1996). Venus y los ciclos de Kukulcán. Recuperado de https://www.inaoep.mx/~rincon/venus2.html#:~:text=Venus%20es%20tambi%C3%A9n%20Ah zab%20Kab,que%20despierta%20a%20la%20Tierra.&text=Pero%20era%20en%20la%20obsesi%C 3%B3n,365%20d%C3%ADas%20%3D%202920%20d%C3%ADas). We Mystic. (2020). Venus Star Point 2020. Recuperado de https://www.wemystic.com/es/venus-starpoint/

Antonio Zamudio Ramírez. Egresado de la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. En 2018 ganó el concurso M68: Tinta de la memoria en la categoría de dramaturgia, ha presentado creaciones literarias en las Jornadas académicas de La Ciencia Ficción y lo Fantástico en el Cine y la Literatura en las ediciones de 2018 y 2019 y en la Noche de las estrellas, organizada por la UNAM en la edición del 2019, aparece en la antología M68: Tinta de la Memoria, editado por la UNAM (2019).

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ENSAYO

Voces y cantos de la melancolía Silvia Yulmaneli Moreno León “[…] El dolor te ha descompuesto y te ha desfigurado / temblando por la estridencia de todas las melodías, / arpa de cuerdas rotas, tú – pobre corazón-, / donde crecen las flores enfermas de la melancolía.” Crepúsculo, Georg Trakl.

I La muerte, la locura, la ansiedad y la melancolía, términos aplicados a distintos malestares del alma humana, que pueden manifestarse en diversos actos cuyo principio y fin siempre es el mismo, expresar la pesadez de haber nacido humano. Escuchar a los que sufren este tipo de dolencias, conducirá a comprender un aspecto sustancial olvidado: la enfermedad mental puede ser definida y determinada por características comunes en todos los casos, pero sus reacciones y los actos performáticos que emanen de ésta, son distintos y diversos como la humanidad misma. II Sobre estos padecimientos, se han escrito diversos tratados y estudios, uno de estos textos que resulta sustancial para comprender el alma de un melancólico es Anatomía de la melancolía (1621) del inglés Robert Burton. En este libro, se encuentran muchas claves e imágenes sobre aquellos seres tristes y las causas posibles de su amargura; explica que una de las causas de su angustia es la idea del futuro, las reflexiones emanadas de ésta, la muerte; otras son la pérdida de un ser querido, el amor y lo religioso; así como hace una declaración trascendental, “nadie puede curarse a sí mismo”; ya que cuando no se tiene una perspectiva real sobre el sí mismo, los otros y el contexto que rodea, difícilmente podrá tenerse conciencia de las enfermedades de la psique. Burton define a la melancolía como silenciosa a diferencia de la locura, a la cual entiende como un desvarío intenso sin fiebre, que es mucho más violento que la locura, que se encuentra “lleno de ira, voces, miradas horribles, acciones, gestos que perturba a los pacientes con mucha más vehemencia tanto en el cuerpo como en la mente” (Burton, 2015: 64). El filósofo inglés explica que, el temor y la tristeza no son síntomas comunes a todos los melancólicos, algunos pueden estar angustiados pero no tristes y otros, todo lo contrario. Los preocupados de todo, se caracterizan por temer, por ejemplo, que el cielo se les caiga en la cabeza, otros de estar heridos o poder estarlo, de que una enfermedad mortal los aqueje en algún momento de sus vidas o que este daño se produzca en sus seres más queridos. Los temores que describe Burton en su libro, siguen estando presentes en los hombres y mujeres que padecen algún trastorno psiquiátrico, así que los testimonios y actitudes de ciertos pacientes de años anteriores a 1621 (año en que fue publicado el libro), son tan actuales, así como la necesidad de algunos médicos de dar respuesta y ayudar con la disminución de estos síntomas que aquejaban a los enfermos. Entre tanto, puede notarse también que las terribles penas que embargaban a estos humanos de antaño no han sido superadas, sino que se han adaptado a nuestro tiempo, pues a pesar del avance tecnológico y científico, siempre existirá el temor a 28


ENSAYO la muerte propia o de un ser querido, a las enfermedades físicas, a las catástrofes ambientales, a la perdida de estabilidad económica, o simplemente al futuro incierto. III No hay remedios mágicos para curar este mal que aqueja a los seres humanos, quizá desde que notaron lo efímero de su existencia y de los suyos. La melancolía arraigada, no tiene cura, afirma Burton, ya que según las indagaciones que hizo en los escritos de varios filósofos, entre ellos a Montano, cuyo texto Pro Abbate Italo cita en su estudio sobre dicha enfermedad y expone que ésta normalmente acompaña hasta la tumba, y aunque la labor de los médicos pueden suavizarla, y con ello, permanecer oculta durante un tiempo, no pueden curarla, sino que se volverá más violenta y aguda que al principio. Parece ser que la melancolía va mermando poco a poco a quien la sobrelleva, ya que los diversos sueños, pesadillas, fantasías y recuerdos, pueden dirigir al individuo a un grado de inconciencia total, semejante al que pueden provocar las drogas, donde la lógica de la conservación de la vida se ve sobrepasada por la del placer o la del temor, eliminando cualquier barrera que podría proteger la integridad del sujeto. A propósito de los recuerdos, y del trastorno que se posea, en algunos sujetos que presentan TLP (Trastorno Límite de Personalidad), pueden presentarse como si se pudiera tocarlos, es decir, como si un día por la mañana se camina por un sendero y, algún elemento del lugar llevara a ese momento donde se espera al tren para trasladarse a Berlín, se siente entonces, la misma emoción que en ese instante; o dependiendo de la memoria, la misma tristeza y ansiedad atroz de cuando el amado tan amado, dijo que llegaría 5 minutos después de las 3 horas que ya se había estado esperando; aparece el brote, y como lo explica Owen Milgrim (Jonah Hill), en la serie Maniac, la paranoia y el enojo guardado se hacen presentes en gritos y arrebatos, el sujeto es tomado por su inconsciente durante el brote psicótico; pero previamente de ello, antes de que se pierda el control, existe un parpadeo, algo que indica que se está a punto de desaparecer, en el caso de Owen, son las palomitas de maíz; pero para cada uno, la locura, así como la muerte, parafraseando a Cesare Pavese, tiene una mirada. Afectados por la bilis negra y quizá por la influencia de Saturno, “la imaginación inquieta y débil, en ellos anula el esfuerzo de la razón” (Verlaine, 1972: 60), quienes padecen alguna enfermedad o personalidad de esta naturaleza, transfiguran y deforman todo, como lo haría un miope cuando intenta enfocar algún objeto del que solamente puede percibir siluetas engañosas. No hay lugar seguro para estos seres, ni siquiera en el amor. En algunas ocasiones, éste causa sufrimientos profundos o alteraciones peligrosas para quienes padecen melancolía “que el amor no admite cuerdas reflexiones”, nos recita Rúben Dario al oído, mientras se permanece inmóvil mirando al ser querido: “señora, Amor es 29


ENSAYO violento, / y cuando nos transfigura / nos enciende el pensamiento” dice, mientras resolvemos que no hay escapatoria, ni recinto de salvación para los melancólicos de razón nublada. Peter Sloterdijk en Estrés y libertad (2017) habla de los factores que pueden llevar a un sector de la humanidad a pensar que no hay salida para sus males, es decir, cuando el yo individual se ve sobrepasado por lo social, ya que, aunque la tristeza y el estrés pueden tener síntomas genéricos, es muy distinto tener como únicos predicamentos los factores biológicos que perjudican el entendimiento, como la falla de algunos neuroreceptores, a diferencia de, y agregando que, saberse angustiado por no tener una calidad de vida asegurada, es decir, un trabajo digno, momentos de recreación, comida, salud; en ambos factores influye el elemento de la desesperanza, sin embargo en cada uno convergen diversos fenómenos que propician un desenlace fatal; algunos pueden tan absurdos que él individuo, por su sensibilidad, llevó al límite, o tan complejos como los que condujeron a Li Ming, obrero chino de 31 años, a arrojarse desde la ventana de la fábrica donde laboraba como un esclavo, donde el amor, la alegría y la dignidad humana parecen cosas extrañas, ajenas. IV En la cocina hay olor a gas, lanzarse por la ventana, acostarse a dormir sobre las vías del tren, como lo haría “el hombre delgado que no flaqueará jamás”, Pedro Casariego Córdova, en 1993, ya no cuenta ovejas, hoy duerme en paz, son algunas de las maneras en que, distintos personajes han decidido poner fin a una enfermedad psiquiátrica que los aqueja. La fascinación, como el morbo que rodean el tema puede llegar a romantizar un acto cuyos orígenes son sumamente profundos, cargados de meditaciones incesantes, sobre el cómo, el cuándo llevar a cabo este último acto. “La habitación de una suicida es como cualquier otra, aunque pretendamos pensar siempre lo contrario”, asegura de manera incesante la poeta nicaragüense, Alejandra Sequeira, para que los espectadores no teman acercarse a uno de los lugares íntimos de quién ha decidido acortar las veredas para volver a la tierra. Recolectar los testimonios de poetas suicidas y de los suicidas en general, llevaría a hacer tomos interminables donde a pesar de la especificidad, sería imposible abordar el tema con todas sus aristas y detalles significativos. En algunas ocasiones ocurre el milagro de que el sujeto que se encuentra bajo los influjos de un malestar psiquiátrico, puede agudizar su talento para expresar las emociones más hondas que lo afectan y, si se cultiva este talento, asemejarse a la definición del poeta que describe el filósofo danés, Søren Kierkegaard en la primera página de Diapsálmata “¿Qué es un poeta? Es un hombre desgraciado que oculta profundas penas en su corazón, pero cuyos labios están hechos de tal suerte que los gemidos y los gritos, al exhalarse, suenan como una hermosa música” (Kierkegaard, 1996: 51). Nombres de poetas, artistas, músicos resuenan en la mente. De los últimos mencionados, algunas melodías tristes retratan el hondo pesar que llevan consigo. Voces que cantan desde el desgarro, Jeff Buckley, Mark Linkous, Elliott Smith aparecen las imágenes, Buckley entrando al Río Wolf mientras canta “Whole Lotta Love”, Linkous apuntando a su corazón con una escopeta y a Elliott en una ensordecedora escena, clavándose un cuchillo de cocina en el mismo lugar que Linkous, mientras su novia se encuentra en una habitación contigua, There’s the moon asking to stay / long enough for the clouds to fly me away / well it’s my time coming, i’m not afraid to die, asevera el cantautor de Grace.

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ENSAYO Apreciar el canto de estos artistas, entender sus angustias manifestadas en la obra que dejaron, es una labor que sin duda debe contener un grado de sensibilidad alta para comprender con claridad cada palabra, sonido, color y tono que emane de la mente de estos humanos, cuya razón de ser y continuar se encuentra apoyada, en muchas ocasiones, de los efectos que produce la generación de obras artísticas, que sirven de catarsis para sus tormentos, así como son catalizadores de la intensidad de sus emociones. V Desde aquel día me trajeron para acá, será porque no me dejaba rasurar, canta Saúl Hernández, sobre las lógicas de un loco, que se encuentra, quizá como José María Panero, en el oscuro jardín de un manicomio. Hablar de enfermedades mentales, conlleva también a detenerse a mirar a las instituciones que se encargan de “curarlas” o tratarlas para evitar que produzcan estragos. Elementos de horror llenan el imaginario sobre los centros psiquiátricos, no únicamente para los que no padecen de una personalidad que distorsiona lo cotidiano, sino para los que la sufren; allí en esos sitios de olvido, donde quieren ocultarse a los inadaptados a las lógicas sistemáticas con que la sociedad se rige, permanecen los soñadores de realidades alternas, los desequilibrados, los sensibles a los cambios de cualquier tipo, los observadores minuciosos del pasado, del presente, y del futuro. Según la clase social, las instituciones encargadas de restablecer la salud mental pueden ser casi paradisiacos por su cuidado y limpieza, como en el que estuvo Susana Kaysen, de Girl interrupted, o terribles desde el momento de la entrevista donde se te pregunta: “¿Usted desea ser madre?”, “¿qué posiciones sexuales prefiere?” y al no contestar, colocan en el expediente “juicio carente”. En casos más terribles, están llenos de imágenes como las que Panero carga su libro Poemas del manicomio de Mondragón (1987), “un loco tocado de la maldición del cielo / canta humillado en una esquina/ sus canciones hablan de los ángeles y cosas / que cuestan la vida al ojo humano / la vida se pudre a sus pies como una rosa / y ya cerca de la tumba / pasa junto a él / una princesa (Panero, 1987: 7). En estos sitios se anula a quienes no pueden seguir el ritmo que la posmodernidad exige, pero donde la sociedad, puede ocultar su desnudez. Aplicando a los hospitales psiquiátricos el ejemplo que Walter Benjamin usa para hablar en Calle dirección única (1928), sobre la indulgencia de los berlineses para los indigentes, a los aquejados con ciertas condiciones psicológicas, se les otorga un tratamiento médico pero no humano, esto para tranquilidad de la sociedad, pues considera que la necesidad ha sido cubierta, de un modo o de otro. A través de la institución médica se han formulado mecanismos que invalidan los juicios de estos seres, con la intención de mantener ocultos a los seres melancólicos que viven aquejados por distintas pesadillas y recuerdos, que son presentados bajo su lógica, como realidades inexorables y, que representan el reflejo de la fragilidad humana.

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ENSAYO VI Como consideraciones finales añado que esta no es una apología sobre la locura, la melancolía y el suicidio, sino que por lo contrario, es un apunte sobre marginal sobre el tema, dentro del gran libro donde se encuentran clasificados todos los dementes y seres con tristeza aguda, cuya danza y escenarios cotidianos se asemejan al butoh japonés. Lo que debe reflexionarse es la mirada desde la alcantarilla y no desde la autoridad que categoriza, y vuelve objetos a los sujetos que sufren de manera crónica los embates de una enfermedad metal. Una visión del mundo, diría Pizarnik, donde “la rebeldía consiste en mirar una rosa hasta pulverizarte los ojos”, pues no hay mayor acto subversivo que sentirlo todo en diferentes matices, enfrentarse a ello y sobrevivir, o por lo menos, trascender mediante el acto de la creación artística, científica, pero sobretodo humanista.

Fuentes bibliográficas Burton, Robert (2015) [1621]: Anatomía de la melancolía. Madrid: Alianza Editorial. Kierkegaard, Søren (1996): Estudios estéticos I (Diapsálmata. El erotismo musical). Málaga: Editorial Librería Ágora. Panero, Leopoldo María (1987): Poemas del manicomio de Mondragón. Madrid: Hiperion. Sloterdijk, Peter (2017): Estrés y libertad. Argentina: Ediciones Godot. Trakl, Georg (2006): Sebastián en sueños y otros poemas. Madrid: Galaxia Gutenberg. Verlaine, Paul (1972): Antología poética. Barcelona: Editorial Bruguera. Fuentes digitales Darío, Rubén (2008): “Que el amor no admite cuerdas reflexiones (A la manera de Santa Fe)” En: Poesía en español < https://www.poesi.as/rd189903.htm > (15 de mayo de 2019). Sequeira, Alejandra (2016): “Los cuerpos”. En: La piraña < https://piranhamx.club/index.php/quienessomos-2/la-nave-de-los-locos/itemlist/user/288-alejandrasequeira> (4 de abril de 2019).

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ENSAYO

Silvia Yulmaneli Moreno León (Zolotepec, Edo. de México, 1993). Licenciada en filosofía por la UAEMEX. Autora de Pizarnik: El frenesí hecho poesía. Compilación de poemas de Alejandra Pizarnik. Colección El alba dorada, Editorial Norte/Sur. Toluca, México.

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ENSAYO

Atisbos de la experiencia mística Jonathan Guzmán En este esbozo de ensayo, atisbo de reflexión, propongo esclarecer el lenguaje de la mística en Bergson y Santa Teresa de Jesús. Esclarecer quiere decir salir de las penumbras, mostrar aquello que desconocemos, en un trabajo de meditación que nos dirige al centro iluminado del problema. Así, haremos una incursión al lenguaje de la mística en la filosofía de la religión de Bergson y el bello poema Vivo sin vivir en mi de la santa. Viraje cuidadoso, cauteloso, en el cual dejaremos abierto el juicio del lector, puesto que las verdades absolutas solamente expresan la perspectiva sistemática de una persona. El ensayo como un diálogo entre la subjetividad y lo absoluto, iluminar ideas sin pretender la gloria: enseñanza de Theodor Adorno. Justificar implica proponer razones, motivaciones que involucren racionalidad y emoción. De esta manera, mi acercamiento a la mística manifiesta mi preocupación por el fenómeno místico, como una realidad histórica que ha existido en todas las culturas humanas, y que en el caso de nuestra tradición hispánica logra cúspides en la mística clásica española: Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola y San Juan de la Cruz. Racionalmente, la vía de acercamiento a la mística implica plantear preguntas; preguntas que llevan en sí el germen de la llegada, y nos trazan el camino de toda investigación posible. ¿Es la mística un conocimiento? ¿Cuál es la relación entre mística y lenguaje, es decir, entre la experiencia y la expresión? La modernidad ha establecido que el conocimiento depende del método científico a partir del cual es posible formular leyes universales que expliquen la naturaleza. Así, el conocimiento, en una visión positivista que aún hoy influye al pensamiento, es el que nos proporcionan las ciencias físicas, químicas, biológicas, sociológicas. Sin embargo, la experiencia humana es más amplia que la ontología de estas ciencias, y el abrirnos al lenguaje místico nos brinda una forma de acercarnos al mundo. Y la única vía para comprender la mística es a través del lenguaje de los grandes místicos en la poesía y la prosa. Arriesgarnos a formas alternativas de conocimiento y, en este bello naufragio, vislumbrar la experiencia mística en la poesía, y en el caso de este ensayo, en un poema de Santa Teresa de Jesús. En Las dos fuentes de la moral y de la religión, un clásico del pensamiento occidental, Bergson propone una caracterización de la mística por medio de dos conceptos: experiencia y amor. La experiencia es la unión total del alma, de la persona, a una realidad trascendente llamada Dios. La experiencia, como una vivencia interior, tiene dos movimientos que podemos denominar ascendente y descendente. Así, el “alma abierta”, el alma que se abre, aspira a una identificación con la Vida, con Dios, y en este plano, el movimiento es ascendente, puesto que el alma, antes cerrada, ahora se abre en la unión del Principio de la vida. Pero esta unión es el primer momento, y está delimitado al ámbito de la contemplación, es un misticismo incompleto. En las reflexiones de Bergson, el Nirvana del budismo, y de otras religiones orientales, es un misticismo incompleto ya que termina en la sola contemplación. La experiencia mística debe prolongarse en acción. El segundo movimiento de la experiencia mística es descendente, es decir, en el instante en que el alma está en unión contemplativa con Dios, el alma recibe vida y energía de Dios, y entonces la contemplación se transforma en acción; acción en la tierra, en el mundo, de un alma plenamente abierta 34


ENSAYO no solamente a Dios sino a los otros seres humanos. De esta manera, la experiencia mística descrita en Bergson, implica un movimiento que va de la contemplación a la plena identificación de Dios por medio de la acción. La sucesión es la siguiente: <<alma cerrada>> ̶ <<alma que se abre>> ̶ <<alma plenamente abierta>>. En el esfuerzo por comprender la mística, Bergson nos ha puesto de relieve el carácter contemplativo y activo de esta experiencia. Ahora bien, el otro elemento que configura la mística, y que es lo fundamental en el lenguaje místico, es el amor. El lenguaje de la ética, es en Bergson lo mismo que el lenguaje del amor y de la mística. El <<alma abierta>>, que ha renacido en una vitalidad que proviene de Dios mismo, Quien ha creado por amor, es un alma personal que vive el amor de Dios a sus creaturas y que sale de sí en el amor a la humanidad. Es decir, el ser místico se funde con Dios en el amor, pero no es solamente un amor del alma en Dios, sin duda privilegiadamente, además contiene una dimensión ética de amor a los seres humanos, puesto que, afirma Bergson: “Porque el amor que le consume no es ya simplemente el amor de un hombre por Dios, sino el amor de Dios hacia todos los hombres. A través de Dios, por Dios, ama a toda la humanidad con un amor divino”. De esta manera, el lenguaje de la mística es el amor; amor del alma hacia Dios, y de Dios hacia sus creaturas. Espero que Bergson nos haya aportado alguna comprensión acerca del lenguaje de la mística, constituido por la experiencia y el amor. Pero no pido mucha consideración al lector, en el sentido de que acepte dogmáticamente lo dicho acerca de la mística, pues nada sería más contrario al espíritu ensayístico que legó Montaigne: la incertidumbre. Incluso la mística no puede dejar de ser, para un individuo en la cultura secularizada, una gran incertidumbre respecto de la realidad. Para el místico, unido con la totalidad, el misterio insondable de la existencia no desagarra su alma; pero nosotros, hijos de la ilustración y de los genocidios, debemos practicar la incertidumbre, incluso de las ideas más arraigadas. Pero continuemos con este ensayo. Santa Teresa de Jesús, que nos dice en el Libro de su vida que gustaba de jugar al convento cuando era niña, es uno de los personajes más importantes de la mística clásica española, que cautivó al poeta San Juan de la Cruz, lo cual es ya decir mucho. Sin duda, Santa Teresa es una de las mujeres españolas más conocidas en la historia, y las investigaciones acerca de su prosa y poesía están vigentes. Sin embargo, no es mi interés hablar acerca de su vida y la gran influencia de su producción literaria; el cuestionamiento está dirigido a la configuración del lenguaje místico en el poema Vivo sin vivir en mí. Tres son las palabras, los símbolos, que estructuran este inagotable poema: la vida, la muerte y el amor. Para llevar a cabo esta elucidación del lenguaje de la mística en el poema mencionado, haremos un diálogo continuo con la idea de mística que hemos esbozado en Bergson. Así mostraremos la dinámica entre la mística y el lenguaje poético. 35


ENSAYO En la experiencia mística, el alma personal siente una vitalidad que proviene del principio de la vida; toda la vida es fruto de Dios, y en este sentido, el alma es vivificada en la contemplación y en la acción. En la vida del alma, unida en Dios, la muerte corporal deja de ser un obstáculo, puesto que la verdadera vida consiste en esta unión del místico con lo divino. La muerte corporal, la salida de lo terrenal, es el inicio en la Vida, del alma que es reconocida por el Amado, y que es plena en la experiencia mística. Así, la experiencia mística es la certidumbre, el conocimiento de que la vida supera a la muerte, a la Nada. El poema de Santa Teresa comienza: Vivo sin vivir en mí, Y de tal manera espero, Que muero porque no muero. El alma mística ha encontrado la vida, y en el ascetismo que es una espera, muere, desespera, ante la promesa filial, la certidumbre, de la plenitud en Dios. Es decir, la experiencia mística del “alma abierta” desespera por la promesa, la cual fue experimentada. Estos versos expresan la vida que encontró el alma abierta, vida que consiste en ser el principio de la totalidad y que desborda el alma. La muerte ya no es la muerte como la nulidad, más bien es la desesperación alegre de una alegría ya sentida. Y en los siguientes versos, Santa Teresa expresa el amor experimentado en la unión con Dios, configurando el lenguaje del amor: Mira que el amor es fuerte; Vida, no me seas molesta; Mira que solo te resta, Para ganarte, perderte; Venga ya la dulce muerte, El morir venga ligero, Que muero porque no muero. El amor es fuerte. El alma mística es consumida por el amor de Dios. El amor de Dios es la certidumbre, la esperanza verdadera, de que al morir encontrará la vida y no la nada. La vida terrenal es una transición a la única vida; única vida que la santa ha degustado. Por eso dice “Venga ya la dulce muerte”, pues el encuentro con Dios, la plenitud de la vida, debe ser dulce, alegre, entusiasta. El poema místico Vivo sin vivir en mí muestra la muerte de la muerte, la vida de la vida, ya que, al igual que Bergson, la creación vital es la negación de la muerte. El alma mística superó la muerte en el amor que le ofreció el creador. * Más de 300 años separan a la Santa del filósofo Henri Bergson. El punto de partida es radicalmente distinto. Santa Teresa, por medio de la poesía, del lenguaje poético, manifiesta la experiencia mística que vivió. Hay una travesía de la mística a la poesía. Bergson es un filósofo, y por lo tanto, no abandona los senderos de la inteligencia. Bergson no es místico, sin embargo, descubre en los escritos de los grandes místicos una experiencia auténtica que él describe en un lenguaje discursivo por medio de los conceptos 36


ENSAYO de amor y experiencia. La inspiración, el móvil es diferente entre Santa Teresa y Bergson. Pero, ¿acaso no vemos la afinidad espiritual entre estas almas separadas por 3 siglos? Santa Teresa de Jesús escribe para sus hermanas carmelitas, y escribe para mostrar el camino que la llevó al encuentro místico, experiencial, con Dios. Sus poemas expresan la mística completa, realizada, y rememora la dulzura de esta experiencia, la cual ha ganado ya para siempre. La mística es un fenómeno verdadero. La ilustración, la apuesta por la racionalidad y el progreso científico y tecnológico del mundo moderno, a fines del siglo XIX, instauró el positivismo. La mística fue gradualmente olvidada, abandonada a un momento histórico que el positivismo denominaría estado religioso. Pero Bergson lucho ante este positivismo, restituyéndole la verdad a la experiencia mística, tratando de reconciliar el conocimiento científico y el conocimiento místico, que nos dirigiría a la totalidad y una respuesta ética. En conclusión, nos toca a nosotros, individuos del siglo XXI, reflexionar acerca del lenguaje de la mística, ya sea en su forma poética, prosística, filosófica, teológica, y cuestionar fuertemente si la mística es un fenómeno real que nos proporcionaría conocimiento, o es ya un vestigio histórico con el cual nos recreamos estéticamente.

Jonathan Alberto Guzmán Díaz (Xalapa, Ver., 1988). Licenciado y maestro en filosofía por la Universidad Veracruzana.

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RESEÑA

Blond(e) de Frank Ocean, un álbum trascendental Carlos Gael Escobarete Ávila Resulta innecesario mencionar que estamos en una de las épocas más importantes para el colectivo LGBT+, con una liberación sexual sin precedentes y más allá de eso, la libertad de poder expresar tus sentimientos tal y como son sin ser tachados como, en el caso de los hombres, un «maricón» y el de las mujeres, una «machorra». Es apropiado hacerle honor a uno de los mayores representantes de este colectivo musicalmente hablando, este es Frank Ocean, cantante y compositor estadounidense, nacido en Nueva Orleans el 28 de octubre de 1987. Considerado uno de los mejores artistas de la década. Contando con 4 álbumes [Nostalgia, ultra; Channel Orange; Endless y Blond(e)] en los que a través de sonidos R&B y Pop habla sobre temas como el amor, la búsqueda de identidad, inseguridades y religión. Ganador del Grammy el 2013 gracias a Channel Orange. Sin embargo en esta ocasión nos encontramos para discutir sobre su último álbum: Blond/Blonde. Publicado el 20 de agosto de 2016. Contiene 17 canciones donde nos cuenta acerca de experiencias de su vida, amoríos del pasado y en específico, sobre su orientación sexual, pues esta toma un papel muy importante en esta obra al usar su bisexualidad como un recurso, por ejemplo: la razón por la que este álbum tiene dos nombres es para representar esa dualidad. A continuación se analizarán tres canciones de la propuesta para justificar el porqué esta fue tan alabada por la crítica: Ivy: El titulo es una de las formas para referirse a la marihuana. La canción se compone de un sonido algo distorsionado hecho por una guitarra que busca generar esa sensación de que nos encontramos en un sueño, esto es enfatizado por la oración con la que abre Pensé que soñaba cuando dijiste que me amabas. La obra como tal habla acerca de lo que él considera como su primer amor, apelando a esa nostalgia y lo feliz que sintió en aquellas épocas. Algo resaltable es que a lo largo de la canción nunca menciona el género de esta persona de la que habla, aunque posteriormente Frank declararía que se trata de un chico del que se enamoró cuando tenía 19 años. Esta es la segunda pieza del álbum, donde nos demuestra que no es el típico artista que busca mostrarse rudo escondido tras miles de joyas, sino que es una persona sensible que no teme en decirnos los errores que ha cometido, las ocasiones donde se siente triste o cuando extraña su pasado. Nights: La novena canción y la más importante del repertorio porque Frank aplica nuevamente el recurso de la dualidad al ocupar esta como un muro que divide las canciones pasadas (de Nikes a Good Guy) y las próximas (de Solo Reprise a Futura Free). La razón por la que hace esto es que el primer grupo de canciones se caracteriza por hablar sobre temas de corte más romántico y sonidos cálidos, a diferencia del segundo donde se empiezan a tratar temas aún más personales e inclusivo tomarse de melancólicos, con sonidos fríos. Nights te explica esto ya que la primera mitad se presenta como una canción bastante animada, mientras Ocean nos habla acerca de una relación que tuvo y su vida cuando se mudó a Houston, pero es por la mitad de esta que cambia bruscamente por un tema más apagado y a 40


RESEÑA partir de allí comienza a cantar sobre los problemas que tenía en la misma relación y la monotonía de su vida (con versos como Todas las noches arruinan los días siguientes, todos los días arreglan las noches siguientes); he ahí el motivo del nombre, porque hace un switch al cambiar del primer grupo, que podríamos llamar como el Día, al segundo, que se podría llamar la Noche (Night). Seigfreid: decimoquinta canción y la cual se presta a muchas interpretaciones respecto a los temas que trata: puede hablar acerca de su vida, reflexionando sobre las decisiones que ha tomado, sus amoríos pasados y las tragedias que ha sufrido (como la vez en la que el huracán Katrina pasó por su pueblo natal y destruyó su estudio de grabación); también puede contarnos acerca de Willy Cartier (modelo), con quien se rumoreaba que tenía una aventura y que curiosamente se parece bastante al personaje de Siegfried (mitología germánica), del que ocupa su nombre para el titulo de la canción, solo que una variación del mismo [esta forma de explicarla se ve reforzada gracias a la línea Haría cualquier cosa por ti (en la obscuridad)]; otra interpretación surge gracias a que hay un verso donde dice Esta no es mi vida, es solo una cariñosa despedida para un amigo, haciendo referencia al hecho de que una de sus amistades más íntimas terminó con su propia vida. Por lo que queda a elección personal cual significado tomar o incluso considerarlo como un todo. Sin embargo, independientemente a los temas que trate, sí tiene un punto claro y este es que Frank lo que nos quiere admitir es que no es un hombre valiente, es alguien temeroso, que se ha arrepentido de cosas, alguien inseguro, al igual que tú, al igual que yo. Una obra que por más palabras que le dedique nunca llegará a igualar el viaje de sensaciones que te provoca Frank a través de las 17 canciones que componen su propuesta. Un álbum que muestra el lado sensible de una persona, que muestra sus temores, sus traumas, sus miedos, sus amores y sus dudas, y así es como podemos sentirnos identificados con su música, porque todos hemos llegado a sentirnos igual de vulnerables que él. Allí es donde nadie pone en duda el porqué es uno de los iconos para el colectivo, pues este tipo llegó para quedarse y marcar a toda una generación al abandonar la concepción de que un hombre nunca debe de llorar (curiosamente su discográfica se llama Boys don’t cry) y mostrarse como es, una persona que siente, que sufre y que puede deprimirse. Y si llegaras a preguntarte el motivo por el que no ganó un Grammy, bueno, es por la sencilla razón de que lo dejó fuera de la competición. Es un álbum que todo el mundo debería escuchar, es una de las obras más influyentes de los últimos tiempos y aparte, es la hermosa historia de una persona que iba descubriéndose poco a poco y junto a eso, su orientación sexual.

Carlos Gael Escobarete Ávila (Ciudad de México, 2004). Estudiante de la Escuela Nacional Preparatoria Plantel No. 9, UNAM. Aspirante a escritor. Ha publicado poemas en revistas como Ibídem, Collhibrí y Perro Negro de la Calle. Correo: carlosgaelesc@gmail.com

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RESEÑA

La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca Alejandra Zuccolotto La mayoría de las veces que leo alguna reseña casi siempre va dirigida a libros recién salidos del horno u obras no tan alejadas a nuestros días; sin embargo, creo necesario regresar unos siglos y dar un lugar a esos autores, a veces olvidados o únicamente leídos por los críticos especializados y alguno que otro estudiante a quien su maestro de literatura se lo ha puesto entre las lecturas obligatorias del curso. La época de los Siglos de Oro españoles, por ejemplo, es el albergue de un cúmulo de obras que a veces resultan ser una especie de acertijo, pues su contenido es tan hermético — ¡Hola, Góngora! — que al finalizar la obra te das cuenta de que no has entendido nada. Afortunadamente, en estos tiempos es posible acercarse a un número considerable de críticas o análisis que ofrecen una luz y permiten acceder al oscuro entramado de significados y referencias de este tipo de obras, con lo cual podemos conocer su genialidad e importancia. El siglo XVII resulta importante ya que, gracias a una nueva manera de distribución y publicación de las comedias, es que por primera vez hay un autor dramático que puede dirigirse a un público amplio y estable. Para Juan A. Ríos (2014) la actividad creadora del dramaturgo de dicha época está sujeta a dos factores principales: a) la estructura económica y profesional que convierte la comedia en un objeto sujeto a la oferta y la demanda o vendible, y b) la ideología dominante o hegemónica, que se sirve del alcance masivo de la comedia e intenta controlar este instrumento de propaganda. Por lo tanto, el autor de la obra se veía en la necesidad de vender la comedia al dueño de la compañía de teatro por un precio que dependía de diversos factores, siendo uno de ellos el prestigio del creador. Pero no sólo se vendía la obra, sino también los derechos sobre ésta; lo que provocaría más adelante diversos problemas a la crítica textual e historiadores, pues a menudo un título era compatible con numerosas variantes de éste, y la autoría resultaba dudosa. Dicha situación trajo consigo quejas de los autores de éstas. Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600 - id., 1681), de hecho, manda al duque de Veragua en 1680 una carta para expresar su molestia: Yo, señor, estoy tan ofendido de los muchos agravios que me han hecho libreros e impresores (pues no contentos con sacar sin voluntad mía a luz mis mal limados yerros, me achacan los ajenos, como si para yerros no bastasen los míos, y aun esos mal trasladados, mal corregidos, defectuosos y no cabales), tanto que puedo asegurar a V.E. que aunque por sus títulos conozco mis comedias, por su contexto las desconozco; pues algunas que acaso han llegado a mi noticia, concediendo el que fueron mías, niego el que lo sean, según lo desemejadas que las han puesto los hurtados traslados de algunos ladroncillos que viven de venderlas, porque hay otros que viven de comprarlas; sin que sea posible restaurar este daño, por el poco aprecio que hacen de este género de hurto los que, informados de su justicia, juzgan que la poesía más es defecto del que la ejercita, que delito del que la desluce. (citado por Rios, 2015, p. 30) Revisar este contexto permite platearse algunas preguntas importantes como, ¿qué hubiera sucedido con esas obras fundamentales, que por esta situación podrían pasar desapercibidas?, ¿qué pasaría con La vida es sueño? Ésta misma ha sido objeto de numerosos análisis, y es considerada una obra fundamental del 42


RESEÑA poeta y motivo de diversas discusiones. Para la crítica “es un ejemplo antológico del discurso teatral donde se exige leer la imagen y ver las palabras para conseguir llegar a la esencia del mensaje anunciado por la metáfora del título”. Fue estrenada en Madrid, y existen dos versiones, una que data de 1630 y otra de 1636. Sobre los aspectos estructurales se puede glosar lo siguiente: se encuentra dividida en tres secciones llamadas jornadas, con versos de distintas métricas como son: silvas, décimas, quintillas, redondillas y octavas reales, existe una preponderancia de los romances. Los personajes que la conforman son: Basilio, rey de Polonia; Segismundo, príncipe; Astolfo, duque de Moscovia; Clotaldo, viejo y tutor de Segismundo; Clarín, gracioso; Estrella, infanta y Rosaura, dama. El argumento de la obra parece sencillo; sin embargo, conforme se va analizando, es posible notar distintas problemáticas de orden filosófico. El rey Basilio de Polonia es advertido por los astros de que Segismundo, su hijo recién nacido, traerá consigo la ruina; para evitar que esto ocurra, el monarca decide encerrarlo en una torre a fin de que no sepa su verdadero origen hasta que sea un adulto. Durante su encierro el prisionero tiene únicamente contacto con su tutor Clotaldo; sin embargo, desde la primera escena vemos que esto ya no es así. Rosaura, disfrazada de hombre y en compañía de Clarín, vaga por las cercanías de la torre, a tal punto que son escuchados por el prisionero y más tarde descubiertos por el mismo Clotaldo. Segismundo después es llevado ante el rey, quien ha decidido ponerlo a prueba y ver si su naturaleza vil ha desaparecido, es importante mencionar que el prisionero es drogado y después trasladado a la corte. Tanto el plan como la estrategia del rey son perversos, pues en caso de que el prisionero no muestre ninguna “mejoría” será regresado a su celda, se pretenderá que todo ha sido un sueño y que realmente nunca salió del lugar donde estaba. El uso de diversos recursos retóricos por el autor permite retratar la experiencia que tiene el personaje al enfrentarse con Polonia. Tal es el caso de Rosaura, quien al entrar a escena deja claro que su primer encuentro con la no es de lo más grato, y esto se ve representado con el uso de la figura del hipogrifo en su diálogo: “Hipogrifo violento que corriste parejas con el viento, ¡dónde, rayo sin llama, pájaro sin matiz, pez sin escama, y bruto sin instinto/ natural […]” (Calderón, 2004, p. 7) “El personaje de Rosaura está concebido como un ser caótico, y esto se puede ver reflejado en su vestimenta y su lenguaje, además de, en la metáfora del hipogrifo como una significación apocalíptica, y que es sustentada, cuando Rosaura usa el nombre de Astrea, la diosa cuyo retorno a la tierra trae consigo el amanecer de una nueva era de oro. Basilio, al contrario, ve una Polonia pacífica, justa y armoniosa, con la misma ingenuidad con la que cree que simplemente con encerrar a Segismundo en una torre resolverá sus problemas. Es decir, su visión es inocente y reniega en gran medida la existencia de cualquier tipo de conflicto. Pero dicha tranquilidad se verá interrumpida por la presencia de Rosaura. Por otro lado, a Segismundo, ignorante de toda esta situación, no le queda más que el lamento desde su celda: ¡Ay mísero de mí! ¡Ay infelice! Apurar, cielos, pretendo, 43


RESEÑA ya que me tratáis así, qué delito cometí, contra vosotros naciendo […]” (Calderón, 2004, p. 7). Luis Alfredo Intersimone (2014) realiza una lectura muy interesante desde la posición de Segismundo como la figura de Jesús o como el Anticristo, apoyándose en las reflexiones de Busquets y Apostolidés, lo que permitiría a Calderón justificar el fundamento divino de la monarquía española. La interpretación de Segismundo como el Anticristo, está basada justamente en la descripción de su prodigioso nacimiento bajo malos augurios. Intersimone (2014) menciona la relación entre la declaración del rey con la apoteosis del Mesías: El mayor, el más horrendo eclipse que ha padecido el sol, después que con sangre lloró la muerte de Cristo. (Calderón, 2004, p. 32). Para este autor, “la inversión es perfecta: el nacimiento de Segismundo equivale a la muerte del Mesías”, donde los fenómenos naturales anuncian a un contra-Mesías que no viene a salvar sino a destruir; por ello, la solución de Basilio será encerrarlo en esa torre esperando que una vez adulto haya cambiado. Se podría decir que, para Basilio, la esperanza será lo último que muera. Sin embargo, la discusión de si se trata o no del mesías resulta “un falso problema”. Esto no significa descartar la carga de lo sagrado, aunque sí implica una lectura desde otra postura, “en concordancia con Agamben, es el carácter ambivalente de lo sagrado”. En la relación entre Basilio y Segismundo, el padre se asume como propietario de la vida del hijo, para instaurar con ese acto de violencia la Ley, ya sea mediante la orden de encerrar al hijo por considerarlo una posible amenaza a su reinado, por ejemplo. “Basilio, entonces, es un símbolo de Dios Padre, un soberano absoluto con absoluto poder sobre la vida de sus súbditos” (Intersimone, 2014, p. 176). El reclamo de Segismundo en la celda, siguiendo esta lógica, bien la podríamos equiparar a la pregunta de Cristo a Dios Padre: ¿Por qué me has abandonado? En un primer momento ambas vidas parecen muy similares, pero existen diferencias sustanciales. Segismundo al final es liberado, mientras que Cristo muere en la cruz; aunque éste al final del tercer día resucita. Si bien el hijo de Basilio no puede resucitar, atraviesa por un proceso similar en tres ocasiones (que bien podemos comparar con los tres días de Cristo). Para poder explicar esto habría que recurrir a la figura del sueño como muerte. Como ya se mencionó, Basilio drogaba a Segismundo, lo cual resulta crucial para llevar a cabo la simulación, en dado caso de que el plan saliera o no. Ambas figuras, sueño y muerte, han estado en relación íntima en la literatura, en la obra de Calderón de la Barca ilustran el carácter onírico de toda la existencia, así como Quevedo mencionó que el sueño es la imagen de la muerte; sin embargo, del sueño es posible, casi siempre, regresar. En la obra de Calderón, la metáfora sirve para resaltar esa simulación en la que el ser humano vive y que Segismundo en su momento alude al final de la segunda jornada cuando pregunta “¿Qué es la vida? Un frenesí/ ¿Qué es la vida? Una ilusión” (Calderón, 2004, p.90). Lo real, como bien lo señaló en 44


RESEÑA su momento Lacan, es inalcanzable para el sujeto, él vive constantemente bajo simulaciones, en las cuales están representadas las diversas realidades. A lo largo de la obra podemos ser testigos de las distintas maneras en que el país de Polonia funge como un representante de las experiencias vividas de cada personaje, la visión del mundo inocente del monarca; la hostil de Rosaura o bien la confusa de Segismundo. Esta última me parece una de las más cercanas a nosotros, pues como sujetos estamos en constante incertidumbre sobre todo aquello que nos rodea. La obra de Calderón de la Barca nos invita a cuestionarnos sobre la existencia del ser y a no concebir la verdad como un absoluto, sino como un cúmulo de verdades. Referencias: Baczyńska, B, (2016). Pedro Calderón de la Barca. Dramaturgo en el gran teatro de la historia. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Bandera, C. (1972). El "Confuso abismo" de la vida es sueño. MLN, 87(2), 214-231. doi:10.2307/2907733 Calderón, P. (2004). La vida es sueño. https://elibro.net/es/ereader/bibliotecauv/36008?page=10

El

Cid

Editor.

Recuperado

de:

Cilveti, Á. (1973). “La función de la metáfora en la vida es sueño”. Nueva Revista De Filología Hispánica, 22 (1), 17-38. Recuperado de: www.jstor.org/stable/40288042 De Armas, F (1993). “’El más horrendo eclipse’. La Astrología en King Lear y La Vida en sueño”. Vidas Paralelas. El teatro español y el teatro isabelino. London: Tamasis. Pp. 89-100. Díaz-Plaja, G. (1972). “Prólogo”. La vida es sueño. Méiico: Porrúa. Dorantes, A. (2014). “El sueño y la muerte en Nostalgia de la muerte, de Xavier Villaurrutia, o de cómo definirse por la indefinición”. Valenciana 10, 211-231. Doi https://doi.org/10.15174/rv.v0i10.37 Intersimone, L. (2014). "Homo sacer", soberanía e incesto en La vida es sueño. Hispanic Review, 82(3), 263-284. Recuperado de: www.jstor.org/stable/44135075 Rios, J.A. (2014). Apuntes de la asignatura Teatro del siglo de Oro. Curso 2014 2015 (Teoría). Recuperado de: http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/39035

Alejandra Zuccolotto (Córdoba, Ver., 1989) es licenciada en Psicología por la Universidad Veracruzana. Actualmente cursa la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la misma institución.

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Número 4 (julio-septiembre 2020) Xalapa, Veracruz México 46


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