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Aprender, emprender y enseñar: El camino de Lilian

Nació y creció en Bogotá, estudió en la Universidad de Konstanz en Alemania gracias a la obtención de una beca. Fue allí donde se graduó como Ingeniera de Sistemas y también conoció a quien más adelante sería su esposo, Rainer. Lilian se casó y tras pasar un tiempo en Alemania trabajando y ahorrando, decidió volver a Colombia junto a su esposo e iniciar con un proyecto que desde niña la desvelaba: tener su propia empresa.

Este sueño inició gracias a su padrino, el esposo de una tía, quien era emprendedor y se había convertido en su modelo a seguir. Su llegada se vio enmarcada en una industria en la cual no había desarrollo en Colombia, se denomina a sí misma como

“la abuelita del Big Data”, pues fue pionera en el sector de análisis de riesgo a través de la comprensión de datos.

Debido a esta experiencia que obtuvo al trabajar en Alemania y tras recibir la clase de creación de empresas en el MBA que cursaba en la Universidad de Los Andes, inicia el proceso de formar una entidad que realizara esta gestión en el país, en ese entonces, innovadora en el campo.

La empresa fue bautizada Lilian Simbaqueba LTDA y posteriormente se transformo a LiSim, gracias a la idea de un amigo muy cercano y colaborador.

¿Mujer ≠ Empresaria?

Lilian inicialmente no era muy cercana a las causas feministas, tenía una perspectiva estereotipada de lo que significaba. Sin embargo, en su paso por la Universidad de Los Andes llamó su atención una clase dictada por un antiguo profesor que admiraba, no le interesó mucho la temática inicial de la clase pero quería volver a ser alumna de ese profesor. De esta manera, asistió al taller de Conciencia femenina y liderazgo... A partir de ese momento la forma en la que Lilian veía el mundo y su percepción como mujer, cambió.

Una de las perspectivas más relevantes de este cambió fue analizar la naturaleza de ser mujer: notó que entre los hombres y las mujeres hay muchas diferencias, pero cada uno posee cualidades distintas y necesarias, que al tener una buena administración son fundamentales y muy aprovechables en el mundo empresarial. “Hombres y mujeres son diferentes, y eso es bueno, pero se deben tener los mismos derechos y posibilidades.” Concluye.

En el ámbito colombiano, Lilian cree que hay muchos retos, si bien en Alemania fue víctima de discriminación por ser mujer en un mundo de matemáticos, dice que la cuestión en Colombia es a otro nivel: la mujer acá tiene una mayor carga de actividades, al finalizar su jornada laboral sigue siendo mamá y/o esposa, significa más actividades para cuidar y organizar su hogar, una actividad en la que es casi nulo el apoyo que se obtiene de sus parejas.

Aunque en el país se han tomado iniciativas y normatividades para impulsar la equidad de género, Lilian recalca que el cambio se genera también desde el pensamiento y la cultura, pues la legislación es solo uno de los pasos para mejorar, pero quedan ámbitos a los que no se pueden impactar a través de estas políticas.

A pesar de los grandes avances en equidad de género, Lilian considera que las mujeres tienen una desventaja en tiempo enorme con los hombres, iniciando por el voto femenino en Colombia, el cual se da hasta el año 1954. Esto implica una serie de circunstancias que desembocan en problemáticas transversales de la sociedad actual. Uno de los sectores más notorios con esta situación es el de la tecnología, Lilian menciona que en Colombia ni siquiera se plantea a la mujer en este sector.

Ella lo nota bastante en el curso de su hijo, ya que las mejores notas en física y química son de las niñas, pero al momento de elegir su carrera se decantan por otras profesiones que no tiene nada que ver con CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) que son las materias en las que mejor desempeño obtienen en el colegio, ocasionando que esos talentos natos tomen caminos en otras profesiones, incentivadas en gran medida por la presión social y las expectativas que se generan “por ser mujer”.

Ahora bien, la problemática de desigualdad en el campo de la tecnología no es exclusiva de Colombia, fue también una situación que pudo identificar en un evento de mujeres empresarias en San Francisco, California. En este programa se incluía un espacio para apoyar a niñas que quieren ingresar al mundo CTIM, una de ellas le mencionaba que ella era la única niña en su clase de refuerzo de matemáticas de 50 personas, en la que incluso un docente le cuestionó la razón de que quisiera tomar dichas clases.

Su proceso de mentoría es diseñado hacia mujeres, principalmente porque cree que es más fácil para una mujer aprender de otra mujer en esta temática, además de enseñar a través de su experiencia. No obstante, en otros escenarios también apoya empresas que incluyen grupos mixtos. Siempre ha sido consultora, así, su empresa se basa precisamente en analizar estadísticas para tomar decisiones y eso le encanta, por esto le gusta el proceso de realizar mentorías.

De esta forma, cree que por naturaleza la mujer es más cuidadora y organizada con el dinero, adicionalmente, en las relaciones interpersonales, tienen mejores herramientas que los hombres. Son estas las características principales que se deben potenciar en las mujeres empresarias.

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