entrevistaroberto solsona caballer ROBERTO SOLSONA CABALLER, PRESIDENTE DE AEFYT
«Veo el futuro con optimismo» AEFYT, la Asociación de Empresas de Frío y sus Tecnologías, que preside Roberto Solsona Caballer, es una asociación, sin animo de lucro e independiente, representativa del sector empresarial del Frío en el ámbito territorial español. Su presidente nos explica más detalladamente su estructura y sus objetivos, especialmente su actual lucha con motivo de la implantación del nuevo impuesto de gases fluorados.
—¿Cuántas empresas forman parte ahora mismo de AEFYT? —Actualmente AEFYT está formada por 150 empresas directamente asociadas a las que hay que añadir 100 más, pertenecientes a Asociaciones Provinciales asociadas. Todas ellas de reconocido prestigio y trayectoria profesional en el sector de la refrigeración. Son empresas pertenecientes a diferentes subsectores de actividad dentro de la refrigeración, como la fabricación y distribución de equipos, componentes y material frigorífico, instalación y mantenimiento de instalaciones frigoríficas industriales, comerciales y de hostelería, fabricación y distribución de refrigerantes, acondicionamiento de aire, ingenierías, etc. —¿Cuáles son los objetivos más inmediatos de la Asociación? —Uno de los objetivos más inmediatos en la Asociación es conseguir la derogación del Impuesto que sobre los gases fluorados aplica el artículo 5 de la Ley 16/2013 que entró en vigor el pasado 1 de enero de 2014. Este Impuesto acaba por tanto de cumplir un año. Un año de aplicación donde se han confirmado las consecuencias económicas tan negativas que AEFYT había pre80
dicho y documentado en los diferentes subsectores y que está poniendo en grave peligro la subsistencia de empresas debido al aumento del mercado negro, al fraude, a la venta de estos gases en España a través de internet o mediante operaciones intracomunitarias que desde otros países miembros carentes de este impuesto se están realizando y que no están siendo controladas por la Administración. Al incremento de insolvencias originadas por la recaudación del impuesto que el instalador está obligado por ley a recaudar se suma la disminución de beneficios que se está traduciendo en pérdidas que hacen inviable el mantenimiento de las empresas y por lo tanto ocasionando pérdida de empleos. Todo esto origina una pérdida de competitividad para nuestras empresas. Derogando el impuesto se aseguraría una armonización con el resto de los países de la Unión Europea, a la vez que un camino más consensuado, realista y efectivo hacia la reducción de emisiones por gases de efecto invernadero, contemplada bajo el paraguas del Reglamento Europeo sobre Gases Fluorados que ha entrado en vigor en enero de 2015, y que hace redundante, injusta e ineficiente, además de suponer un serio agravio comparativo, cualquier tasa nacional que penalice estos gases, más en un país como el nuestro en el que las necesidades de refrigeración y climatización son mucho más exigentes que en países del centro y norte de Europa. Otro objetivo importante para este año es asegurar un buen comienzo de la implementación de dicho Reglamento F-gas europeo, para lo que desde AEFYT se informa regularmente sobre novedades, requerimientos legales, exigencias de reporte, además de colaborar estrechamente con instituciones como la CEOE o el MAGRAMA. Y por último, para completar lo más significativo, continuar nuestra labor en cuanto a las torres de refrigeración, así como incidir seriamente en la formación de los técnicos frigoristas ante el nuevo marco normativo y en la vigilancia de mercado. —Desde la Asociación, ¿qué actividades se llevan a cabo a favor de los socios? —AEFYT representa los intereses de las empresas del frío ante las Administraciones y Entidades Públicas Europeas, Estatales y Autonómicas, manteniendo con ellas una estrecha relación en