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C O N C E RTAC I Ă“ N F E M I N I S TA P RU D E N C I A AYA L A

UNA LEY DE IGUALDAD REAL PARA TODAS Ley de Igualdad, Equidad y Erradicaci贸n de la Discriminaci贸n contra las Mujeres

lar u p o P n 贸 i s Ver

Una ley de igualdad real para vos, para mí, para todas

¡Hola! ¿Cómo te ha ido? Me imagino que siempre atareada, como la mayoría de nosotras las mujeres que cuidamos de la casa, de las hijas y los hijos, de los hombres y de la familia. También asumimos otras tareas de acuerdo con nuestra edad. Y no solo eso. Muchas también trabajamos fuera de la casa y nos rebuscamos para llevar el pisto a nuestros hogares, aunque nos paguen menos que a los hombres. ¡La verdad es que hacemos doble o triple trabajo! ¿Te has puesto a pensar qué injusto es esto?

Yo me he fijado que en las escuelas, en los trabajos, en los juzgados cuando ponemos alguna demanda, o en otros lugares, hasta en nuestra misma familia, nos tratan como si fuéramos menos que los hombres. ¿Y vos creés que un hombre vale más que vos? ¡Yo no lo creo!

Yo quiero decirte que valemos igual que los hombres. Y en este punto, no importa si trabajamos más o menos; si cuidamos de la casa, de los hijos o del marido, o si no lo hacemos. Todas valemos igual que los hombres. ¿Sabías que la Constitución de El Salvador es el libro donde están escritos los principios en los que se basan todas las leyes? ¿Sabías que los gobiernos de cualquier partido deben 3

respetar esas leyes y hacer que todas y todos también las respeten? En la Constitución dice “que todas las personas son iguales ante la Ley”. Así mismito lo dice.

Y para gozar de los derechos de esa igualdad aquí en el país no importa si sos salvadoreña o extranjera; si sos chele, morena o indígena; si sos católica, evangélica, de otra o de ninguna religión. Y oí esto: no importa si la persona es un hombre o una mujer. ¡Todas las personas somos iguales ante la ley! ¿Qué te parece?

Vos y yo somos iguales ante la ley. Es un derecho universal.

Aparte de lo que dice la Constitución, el país ha firmado varios pactos internacionales. Esos acuerdos también dicen que todas las personas somos iguales ante la ley.

El de la CEDAW es uno de esos acuerdos. La CEDAW es el nombre corto de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Otro pacto internacional sobre los derechos de las mujeres es la Plataforma de Acción de Beijing.

Pero si la Constitución y los acuerdos internacionales dicen que somos iguales, preguntate esto: ¿Por qué las mujeres morimos por enfermedades que se pueden prevenir? ¿Por qué las mujeres somos más pobres? ¿Por qué solo las mujeres tenemos que hacer el trabajo doméstico? ¿Por qué las mujeres ganamos menos que los hombres?

No hay igualdad, ¿verdad? Pero fijate que las mujeres de la Concertación Feminista Prudencia Ayala fueron el 8 de marzo de 2010 a la Asamblea Legislativa. ¡Sí, ahí donde las diputadas y los diputados aprueban las leyes! Estas mujeres rebeldes presentaron una propuesta de Ley de Igualdad, la cual fue aprobada el 17 de marzo de este año por La Asamblea Legislativa.

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¿Querés saber qué es la Ley de Igualdad? ¡Yo te quiero contar qué es y los beneficios que nos traería a las mujeres y a todo el país! ¡Ponele coco y seguí leyendo o escuchando!

Primero debés saber el nombre completo de la Ley. Se llama: Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra las Mujeres ¿Qué te parece? ¡Suena bien!, ¿verdad?

Ahora poné atención al siguiente dibujo. Este nos ayudará a ver las grandes partes que tiene nuestra Ley:

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Los capítulos nos dicen el tema general. O sea, la Ley contiene 7 temas generales. Y los artículos son los detalles, los que aterrizan cómo se van a cumplir los grandes temas. ¿Me expliqué?

Esto no es solo bla-bla-bla. Esta Ley es la que garantizará que esa igualdad que está en las páginas de la Constitución de la República se haga realidad en la práctica. ¡Si es de lo primerito que las mujeres de la Prudencia escribieron en esa Ley! ¡Está en el Artículo 1 de la Ley! Otra cosa bien importante, es que esta Ley será el fundamento de la política de igualdad del Estado salvadoreño.

¿Te has preguntado alguna vez qué es el Estado salvadoreño? ¡Yo te lo quiero explicar! El Estado es la población que habita en un lugar determinado y que establece sus normas de convivencia, delegando su administración en las instituciones de gobierno nacionales y en los gobiernos locales (alcaldías). Por ejemplo, el Órgano Legislativo es la Asamblea Legislativa, donde las diputadas y los diputados crean y aprueban las leyes que deben beneficiar a toda la gente que vive en esta tierra guanaca. El Órgano Ejecutivo está compuesto por todos los ministerios, como el de Salud, el de Educación y el de Justicia y Seguridad Pública del cual depende la PNC; también está la Presidencia de la República y sus diferentes dependencias, como el ISDEMU y otras secretarías. ¿A ver quién se acuerda de otros ministerios y de algunas secretarías de gobierno que deben garantizar los derechos humanos de la población? ¡Ay, se me olvidaba mencionar al Órgano Judicial! A ese pertenecen la Corte Suprema de Justicia con todos sus tribunales y juzgados, y también el Instituto de Medicina Legal.

Para no cansarte, te digo que el Estado salvadoreño está formado por las instituciones y por todas y todos los habitantes que vivimos en estos 20 mil y pico de kilómetros cuadrados de nuestro territorio nacional.

Pero hay algo mucho más importante: los gobiernos, tanto el nacional como los locales, no son propiedad de ningún partido político.

Quienes trabajan en el gobierno están obligados a servir al pueblo.

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Entonces ¿Qué significa que la Ley sea el fundamento de la Política de igualdad del Estado

salvadoreño?

Significa que la Ley de Igualdad es la base jurídica de donde van a surgir todas aquellas políticas públicas que garantizarán la igualdad real y efectiva para las mujeres. Así, todas las instituciones nacionales y municipales estarán obligadas a cumplir esta ley en todo lo que hagan; y no importará el color del partido que gane: no se podrán hacer los locos a la hora de aplicarla.

Eso pusimos las de la Concertación Feminista en el artículo 2 de la Ley de Igualdad. ¿Lo querés ir a revisar?

¿Creés que El Salvador es un país democrático?

Un país democrático es aquel donde las y los ciudadanos deben de tomar las decisiones para el desarrollo del país, y las y los gobernantes elegidos por el voto tuyo y mío son los encargados de cumplir esas decisiones que nos afectan a todas y todos.

La Constitución de El Salvador dice que a través del voto elegimos a quienes toman las decisiones por vos y por mí. ¿Y vos creés que tus intereses y tus necesidades son tomados en cuenta por quienes deciden? ¡Hey! ¡Las cinco reglas que mandan!

La propuesta de ley de las Prudencias tiene cinco ideas, normas, reglas o principios que son los que van a dirigir la manera de pensar y de actuar de cualquier institución pública y de cualquier gobierno, sea este nacional o municipal, con respecto a nuestra igualdad.

Estos son los cinco principios que aparecen en los artículos 5 y 6, en el capítulo I Igualdad No discriminación Equidad Respeto a las diferencias entre mujeres y hombres Transversalidad 7

¡Huy! Este último de esa tal “transversalidad” suena algo enredado. Pero no te aflijás. Voy a desmenuzar uno por uno para que veamos qué buenos son estos principios rectores.

Desmenucemos el principio de igualdad Es un derecho individual y colectivo ¿Te acordás que vimos al inicio que ante la ley todas y todos somos iguales? Pero también reflexionamos que eso no se cumple en la realidad… Ni para una mujer como individua ni para las mujeres como colectivo de personas.

Pero con esta Ley de Igualdad podremos exigir que se protejan los derechos de una sola mujer así como los de un colectivo de mujeres. Veamos un ejemplo: ponele que en una maquila violen los derechos de una sola de las trabajadoras de esa fábrica. En verdad, tendríamos el derecho de exigir que el Estado vele por los derechos de esta mujer, aunque solo se trate de una persona. Ponele que se violen los derechos de un grupo de mujeres en esa maquila, igual, tendríamos el derecho de exigir que se les respete sus derechos.

No importa si se trata de una sola mujer o de un grupo de mujeres, tan importante es el derecho de una como los derechos de un colectivo de mujeres. ¿No te parece?

Hombres y mujeres somos iguales Yo creo que las mujeres somos equivalentes a los hombres en nuestra dignidad. O sea, tanto merecen ellos el respeto de sus derechos como nosotras.

Tenemos iguales capacidades que ellos, sin importar las diferencias físicas. Ahí dicen que somos el “sexo débil”. Eso ya nadie se lo traga hoy en día. En toda la historia de la humanidad, las mujeres hemos sobresalido y continuamos dando muestras de nuestra gran capacidad, sin importar las diferencias que la sociedad y la familia han impuesto.

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Igual respeto, trato y protección Como ya te expliqué antes, el Estado está compuesto por todas las instituciones públicas, como por ejemplo, las del gobierno nacional (que son las de la Presidencia de la República, las de los ministerios y sus secretarías, entre otras). Los gobiernos municipales y sus alcaldías son también parte del Estado. También, los juzgados y la Asamblea Legislativa que es donde se aprueban las leyes.

Pues, volviendo a lo de la igualdad, este principio de igualdad ante la ley se entiende también como nuestro derecho a que todas las instituciones del Estado respeten, traten y protejan nuestro derechos como ciudadanas tanto como el de los ciudadanos hombres.

Imaginate que yo me he dado cuenta de que cuando una mujer va a la Procuraduría a poner una demanda por cuota alimenticia y hay una resolución que después se va a los juzgados, a veces los jueces y las juezas le dicen a esta mujer que se conforme con lo que el hombre le da, aunque la cuota que pase este hombre a los hijos e hijas sea una miseria y el hombre gane más dinero que la mujer. ¿Vas a creer qué ganga?

Ahí no hay igual respeto, trato y protección. Pero con esta Ley de Igualdad aprobada, podemos exigir que se cumpla el principio de igualdad en casos como este y otros diferentes.

Igualdad real y efectiva Pues sí. La igualdad debe ser plena.

Completa. No solo que esté escrita en las páginas de la Constitución y en un montón de leyes. ¿De qué me sirve a mí si no se cumple? ¿De qué te sirve eso a vos? La cosa es que sea real, que sea efectiva, que se cumpla. Si no, para qué. Es como que si no estuviera escrita. ¡Que todas las instituciones públicas cumplan el principio de igualdad!

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Igualdad de oportunidades y de trato Te voy a poner un caso. Llega una mujer a pedir un trabajo a una oficina. Llega también un hombre. Ven la experiencia de los dos. Tanto ella como él tienen la misma experiencia y capacidades. Vienen y les dan a los dos un trabajo en donde tienen que hacer lo mismo. Pero a él le pagan más y le dan oportunidad de ir subiendo en la empresa. Y a ella le pagan menos por el mismo trabajo y no la dejan que se desarrolle y tenga buenas oportunidades solo porque es mujer. Hasta más trabajo le cargan.

Ahí no se estaría dando igualdad de oportunidades y de trato en el trabajo. Con la Ley de Igualdad, esta mujer podrá denunciar a esa empresa y exigirle igualdad de oportunidades y de trato. Las mujeres no solo podremos exigir nuestros derechos en las empresas, sino que también en las instituciones públicas y en todos los lugares y situaciones donde se nos violente el derecho de igualdad de oportunidades y trato a las mujeres en el trabajo que realizamos.

Te pongo otro caso. La igualdad de oportunidades se entiende también como igualdad y equiparación de 10

esas oportunidades. Pensá en una mujer que conozcás. Yo le voy a poner un nombre a la mujer en la que yo estoy pensando. La voy a llamar María Isabel. Ella tiene tres hijas. Es bien inteligente. Tiene unas grandes ganas de superarse. Quiere estudiar en la universidad. Pero no puede porque la menor de sus hijas todavía no va a la escuela y no tiene quién la cuide. ¿Vos creés que es justo que María Isabel no saque un título universitario que le dará mejores opciones en la vida solo porque no tiene quién le cuide a su hijita menor? La mayoría de las veces somos las mujeres las que cuidamos a los hijos y las hijas, y ahí nos vamos quedando sin desarrollarnos porque no hay equiparación de oportunidades.

Si las instituciones públicas aplican la Ley, deberán poner guarderías para madres que deseen estudiar, trabajar y superarse. Esa sería una acción de equiparación de oportunidad para María Isabel, en vez de que por el hecho de tener tres hijas ella no pueda estudiar. ¡Ya vamos llegando!

Desmigajemos el principio de no discriminación La discriminación es cuando tratan a una mujer o a un grupo de mujeres como si fueran o valieran menos solo por el hecho de ser mujeres. ¿Te acordás que te mencioné a la CEDAW? Esa ley internacional, aceptada también en El Salvador, prohíbe todo tipo de discriminación contra las mujeres.

La CEDAW prohíbe toda discriminación que traiga como resultado que no se respeten nuestros derechos humanos y nuestras libertades en todo lo que toca nuestras vidas. Y no importa si sos una mujer rica, pobre, indígena, gringa, palestina, diputada, ama de casa, trabajadora del sexo, campesina, rural, lesbiana. Cualquiera que sea tu condición, no importa. Lo que sí importa es que no seas discriminada y que sos libre para exigir que se te respeten tus derechos.

El principio de equidad Este es el principio de “emparejar”. Cuando vos tenés algo desnivelado, para que quede igual, lo emparejás.

Este principio de equidad se ha puesto en la Ley de Igualdad para emparejar el trato que se nos da a nosotras las mujeres.

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¿Cómo dice esta Ley que debe hacerse? Se debe hacer por medio de acciones positivas, hechas a propósito, con dedicatoria. La idea de las acciones positivas es compensar las desventajas que tenemos las mujeres y corregir y eliminar las desigualdades. ¿Qué te pareció el ejemplo de la guardería para la hija de María Isabel? Ese es un ejemplo de una acción positiva como un instrumento de justicia social y para corregir o eliminar la discriminación o desigualdad que le impedía a María Isabel estudiar.

El respeto a las diferencias entre hombres y mujeres Este principio se refiere a los derechos ciudadanos. Por el simple hecho de vivir en El Salvador, todas y todos somos ciudadanas y ciudadanos. Por lo tanto, tenemos derechos ciudadanos.

En el caso de nosotras, no importa si una mujer es lesbiana o heterosexual; si es trabajadora del sexo o monja; si es del área rural o de la ciudad; si es soltera, casada o divorciada; si tiene el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA) o si está sana; si tiene hijos e hijas o no; si es joven o mayor; si tiene una religión o no; si es de izquierdas, de derechas o de ninguna ideología política; si ha estudiado o no.

En fin, según este principio de respeto a las diferencias, todas las mujeres sin excepción tenemos derecho a vivir legítimamente en igualdad de derechos ciudadanos. Recordá: todas las personas somos iguales ante la ley.

El principio de transversalidad ¡Qué palabrita esta de la “transversalidad” más enredada! Ya me afligí pensando en cómo voy a hacer para desmenuzar este principio de la “transversalidad”. Pero dejame intentarlo porque es estratégico. Es importantísimo para que se logre nuestra igualdad.

Vaya, veamos. Decime algún espacio de la vida donde no haya mujeres. ¿En la familia? ¿En las escuelas, 12

colegios y universidades? ¿En los trabajos? ¿En la política? ¿En las empresas? ¿En las instituciones? ¿En el mercado? ¿En el campo? ¿En la ciudad? ¿En las calles? Estamos en todas partes, en todos los espacios.

En todo. No somos un sector. Somos más de la mitad de toda la población salvadoreña.

Entonces, la famosa “transversalidad” quiere decir que las mujeres estamos en todo. Por lo tanto, el Estado tiene que ver cómo hace para incluir las necesidades, los intereses, las experiencias y las contribuciones tanto de mujeres como de hombres en las leyes, en las políticas y en las acciones estatales.

Así que cuando el Estado aplique la estrategia de transversalidad que está en nuestra propuesta de ley, reconocerá que los derechos de hombres y mujeres son equivalentes. Y eso tiene que reflejarse en lo que las instituciones digan y hagan.

La condición es que cuando valoren y atiendan las necesidades de hombres y mujeres, nos valoren y nos atiendan en igualdad de derechos. Eso se llama “simetría”. Y también las instituciones públicas deben tener cuidado de que las decisiones que tomen con esto de la transversalidad no vayan a crear más desventajas y desigualdades para nosotras. Eso sí sería fregado.

Te paso un ejemplo. Imaginate que el Gobierno decidiera desarrollar un proyecto para hacer que más niñas y niños vayan a la escuela. Ponele que, para lograrlo, ofrezca dar pisto a la familia de esta mujer. Pero, para darle ese dinero, le pone como condición a esta familia que tiene que llevar a las hijas y los hijos a la unidad de salud cada 15 días y que tiene que ir a las reuniones de padres y madres, y además ayudar en actividades de la escuela.

FAMILIA ESCUELA

LOS DER ECHOS DE LAS MUJERES

LOS DERE CHOS DE LAS MUJERES

SALUD

LOS DER ECHOS DE LAS MUJERES 13

¡Se ve chiche y bonito! ¿Pero quién de esa familia creés vos que va a llevar a las niñas y los niños a la unidad de salud? ¿Quién creés que va a ir a las reuniones de padres y madres? ¿Quién de la familia va a ayudar en las actividades escolares? ¡La mujer!

Entonces, eso va a significar que esta mujer tendrá mucha más carga y esté más cansada y estresada. Si ese proyecto no tiene una perspectiva de género, es decir, que tome en cuenta la igualdad de las mujeres, se tendría un efecto contrario al que queremos, ¿no te parece?

Por eso se debe tener cuidado de que el principio de la transversalidad se aplique correctamente.

Más allá de ese detalle, estos principios rectores están buenísimos. Por eso, la Ley de Igualdad pide que se desarrollen derechos bien concretitos como: trabajo, educación, salud, vivienda, participación política y otros más de los que te voy a ir contando poco a poco.

ISDEMU dirigirá la orquesta ¿Y cómo creés que va a hacer el gobierno para hacer valer todos estos principios para fortalecer nuestra igualdad? ¿Sabés qué es el ISDEMU? Es el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer. Según la Ley de igualdad, el ISDEMU es la institución del gobierno que se encargará de dirigir la orquesta para que nuestra igualdad sea real.

El ISDEMU es el que les va decir a todas las otras instituciones qué hacer y cómo hacer para que se cumpla la Ley de Igualdad. Y también va a comprobar que lo hagan. Por eso el gobierno tiene que darle al ISDEMU todo el apoyo, el pisto, las personas, los materiales y todos los recursos que necesitará para el gran trabajo que le espera.

Pero el ISDEMU no solo va tener ojo de águila con las instituciones públicas. También estará pendiente de que 14

MINISTERIO DE ECONOMIA MINISTERIO DE HACIENDA

MINISTERIO DE EDUCACION POLITICA NACIONAL DE LA MUJER

MINISTERIO DE SALUD

ISDEMU otros organismos responsables del logro de nuestra igualdad, como los partidos políticos, los sindicatos, las asociaciones del empresariado, los gremios, las organizaciones ciudadanas y otros también cumplan con la Ley de Igualdad.

Y cada vez que se elija un nuevo Presidente o Presidenta del país, el ISDEMU tendrá que elaborar el Plan Nacional de Igualdad para que se realice en los cinco años que dure ese gobierno. Las alcaldías de los 262 municipios de El Salvador también deberán tener sus propios planes. Las demás organizaciones no se deberán quedar atrás.

Los planes, programas y proyectos de los gobiernos y de las organizaciones no andarán disparados cada uno por su lado. Al contrario deberán coordinarse para que apliquen los principios rectores de la Ley de Igualdad.

Como ya sabés, sin pisto no se hace nada. Así que los presupuestos de cualquier institución del Estado deberán tomar en cuenta las necesidades no solo de los hombres, sino también las de nosotras las mujeres. ¿Te acordás que los terremotos de 2001 causaron mucha destrucción? Se dañaron siete hospitales nacionales. Uno de ellos fue el Hospital de Maternidad. Sí, el único hospital nacional especializado en todo El Salvador en enfermedades de mujeres. Claro, hay otros hospitales para mujeres pero son privados. ¿Quién puede pagarlos?

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SALUD EDUCACION SEGURIDAD

Después de los terremotos el gobierno hizo un préstamo de más de 142 millones de dólares para reconstruir estos siete hospitales. Un montón de plata. Bien chivo iba a quedar el de Maternidad, y tenía que estar reconstruido en el año 2007. ¿Y qué pasó? Nada bueno.

Resulta que se le dio más importancia a los otros seis hospitales. El de Maternidad nunca se construyó. El pisto para este hospital desapareció misteriosamente. ¡Corruptamente, diría yo! ¡Les valió pepa que cada día se mueran 30 mujeres por problemas de embarazo, parto y otras enfermedades relacionadas! ¡15,200 mujeres que mueren al año en nuestro terruño por no tener buenos hospitales! ¡Esto es una ingratitud!

¡Con nuestra Ley de Igualdad aprobada, el ISDEMU no dejaría pasar estos actos de corrupción y menosprecio a las necesidades de nosotras las mujeres!

Otra cosa importante. El ISDEMU velará porque todos los funcionarios y funcionarias públicos, sí, toda esa gente que trabaja en instituciones estatales, no usen palabras, ya sea escritas o habladas, que nos hagan quedar como menos o que traten de volvernos invisibles, como si no existiéramos.

Yo he escuchado a algunos funcionarios decir esta frase: “Llora como una mujer lo que no has sabido defender como un hombre”. ¿Qué pretenden dar a entender con esto? Como que si ser mujer y llorar fuera signo de debilidad y un defecto. Y como si ser hombre y no llorar fuera una cualidad. Y como si ser hombre es mejor que ser mujer. ¡Qué machistas! Ni llorar es algo de qué avergonzarse, ni mucho menos ser mujer. ¡Así que se dejen de estar disminuyéndonos con sus palabras!

O como cuando nos invisibilizan en los documentos. Mirá cómo dice esta parte de la Ley de Educación:

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a) Desarrollar al máximo posible el potencial físico, intelectual y espiritual de los salvadoreños, evitando poner límites a quienes puedan alcanzar una mayor excelencia; Aparte de que en El Salvador la mayoría de las personas que vivimos aquí somos mujeres, yo no soy “salvadoreño”. Yo soy salvadoreña. Y como dicen por ahí: “Lo que no se nombra no existe”.

Como ves, el ISDEMU jugará un papel clave para hacer valer nuestros derechos. Quiero decirte que el ISDEMU fue creado como un resultado del compromiso internacional que aceptó el gobierno de El Salvador en la Cuarta Conferencia sobre la Mujer, de las Naciones Unidas, realizada en Beijing, en China, en 1995. ¡Mirá qué importante es que el gobierno asuma compromisos o acuerdos internacionales que nos favorecen!

Derecho a educarnos Mi abuelita era gemela con un hermano. La familia le dio educación y privilegios solo al gemelo hombre. Así que cuando ella tuvo a su único hijo sufrió mucho. Como no se casó, la familia la trató peor. Ella huyó de la casa, se rebuscó y crió a su hijo a pura venta de dulces típicos en la calle. Le tocó una vida durísima. Con todo y todo, logró darle educación a su único retoño, a pesar de que mi viejita solo tenía segundo grado. Si mi abuelita hubiera tenido una educación, las cosas hubieran sido mejores para ella.

Hoy en día más niñas y mujeres van a la escuela. Pero alguna gente todavía mantiene la creencia de que mandar a las niñas a la escuela es “gastar pólvora en zope” porque las mujeres están hechas para serviles a los hombres, tener hijos o hijas y cuidar la casa.

Si vos agarrás a todas las mujeres que viven en este país y las separás por grupos de cien, comprobarás que de cada grupo de cien, dieciséis no saben 17

leer ni escribir. ¡Volale pluma cuántas te saldrían si hacés la cuenta en todo el país! ¡Un montón de mujeres analfabetas! ¿Y los hombres? Si hacés la misma operación con los hombres, verás que de que cada cien solo 11 no saben leer y escribir. 16 y 11. ¡No mamita, ya ves que siempre las mujeres llevan más desventajas!

Niñas faltan a escuela por hacer oficio Pero en la educación lo yuca no acaba ahí. Lo fregado es que cada día en las escuelas, asisten más los niños que las niñas. ¿Y por qué creés que se da eso? ¡Pues porque las familias dejan a las niñas haciendo los quehaceres de la casa: cocinando, lavando, planchando, limpiando, cuidando a otros niños y niñas! ¡Qué barbaridad!

Fijate que en una averiguación que hicieron en 2008, se descubrió que ese año casi 4,000 niñas entre cuatro y 15 años no asistieron a la escuela porque tenían que hacer oficios en la casa. En cambio solo 62 niños faltaron por esa razón. ¡Dios guarde! A ellos no los dejan faltar porque dicen que son hombres. ¡Aguantás! Ahí podemos ver cómo la gente y la familia tratan injustamente a las niñas y a las mujeres.

Con la Ley de Igualdad, el gobierno deberá hacer todas las acciones necesarias para que las niñas y las mujeres tengan un acceso real e igualitario a la educación.

Si las niñas no estudian, cuando se convierten en mujeres, ya están atrasadas y no pueden ir a la universidad o aprender una carrera técnica. Entonces, ¿qué les ha tocado a la mayoría de las mujeres? ¡Quedarse en la casa haciendo un trabajo no pagado, dependiendo del hombre! ¡Y si a eso le agregamos que el tipo es penqueador…! La consecuencia es que las mujeres sufrimos más pobreza porque ya con los hijos o hijas y sin estudio ¡es bien difícil hallar un trabajo pagado!

Con la Ley de Igualdad aprobada, podemos lograr que el Estado busque las maneras para garantizar que niñas y mujeres sí nos eduquemos en la escuela, en institutos técnicos o en la universidad, y que tengamos mejores oportunidades.

El Ministerio de Educación estará obligado a que en las escuelas se enseñe a niñas y niños que las tareas domésticas y el cuido de otras y otros se debe repartir por igual entre quienes conforman una familia.

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Si todos los días escucháramos en la televisión, en la radio y en la calle que las tareas domésticas son responsabilidad de hombres y mujeres, te aseguro que el machismo bajaría bastante, porque ayudaría a cambiar la mente de la gente sobre este punto. Por eso el Estado debe hacer este tipo de campañas.

Embarazadas a estudiar Una amiga me contó que una cipota de 15 años salió embarazada. En el instituto donde estudiaba, la querían echar. Pero otras estudiantes conscientes de los derechos de las mujeres se organizaron, y pararon esta acción del Director. Le dijeron que si echaba a la joven, tenían que echar también al cipote que la embarazó porque el hecho de que solo a ella se le viera la panza no quería decir que él no era también responsable del embarazo. Entonces, ya no la echaron y logró terminar de estudiar el año.

La Ley de Igualdad incluye acciones positivas como por ejemplo que se les den becas a mujeres que se hayan atrasado en sus estudios por maternidad, para que puedan estudiar cualquier cosa que ellas quieran. ¡Ah! Y que les pongan guarderías para el cuido de sus hijas e hijos.

No violencia contra las mujeres Tener mujeres educadas no les conviene a los machistas, pues entre más ignorantes nos mantengan menos aprenderemos a exigir y a defender nuestros derechos, y más sometidas nos tienen. Por eso me llega eso de que no queremos ni Estado ni hombre macho.

Con la Ley de Igualdad, las escuelas estarán obligadas a dar una educación diferente, no sexista, que enseñe a niñas y niños que la violencia contra las mujeres no es natural, cualquier tipo de violencia: la de las palabras y la de los golpes. Escuchá bien: ¡No es natural!

Ese nuevo tipo de educación también incluirá las grandes contribuciones que hemos hecho las mujeres a lo

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largo de toda la existencia del mundo. Hemos tenido y tenemos grandes científicas, deportistas, cocineras, presidentas, astrónomas, monjas, pastoras, empresarias, políticas, escritoras, pintoras, inventoras, etc.

Y ya no se diga con las palabras que usamos. Las palabras que se refieran a nosotras tienen que ser positivas, buenas. Y que nos hagan visibles, no invisibles.

Todos estos derechos que tienen que ver con nuestra educación, podés encontrarlos en los artículos del 16 al 19. ¡Por nuestra educación, luchemos porque esta Ley de Igualdad se aplique!

Mujeres al poder “¡Que viva la Presidenta de El Salvador!” ¡Mmmmh! ¡Cómo sueño con el día en que una mujer se siente en la silla de la Presidencia de la República! Pero tiene que ser una mujer con conciencia de género, si no, mejor no. Sería un macho más en el poder. ¡Ja, ja, ja! ¡Qué chistoso se escuchó eso! No. En serio, necesitamos más mujeres en puestos de poder. ¿Has notado que en los puestos más importantes de las instituciones públicas la mayoría son hombres? En la Asamblea Legislativa hay 84 puestos. De esos, para el periodo 2009-2012, solo 18 son ocupados por mujeres diputadas. Los restantes 66 puestos son ocupados por hombres. Y para las 262 alcaldías que existen en el país, apenas tenemos solo 29 alcaldesas. Eso no está bien.

Primero, porque las mujeres somos capaces de desempeñar un puesto. Segundo, porque somos más de la mitad de la población salvadoreña y debemos estar representadas tanto en el gobierno como en la Asamblea Legislativa y en los gobiernos locales.

La propuesta de Ley que presentó la Concertación Feminista Prudencia Ayala exigía un mayor acceso de las mujeres a los puestos públicos y de decisión. Y para ello, propusimos un sistema de cuotas, de tal manera 20

que cuando hubiera elecciones, si estamos hablando de diez puestos, los partidos políticos debían poner cinco hombres y cinco mujeres en las listas. Además, exigía que participáramos mitad hombres y mitad mujeres en los sindicatos, en las cooperativas y en todas las organizaciones de la sociedad civil.

Tener ese sistema de cuotas si hubiese sido bonito, pero los diputados y diputadas de la Asamblea Legislativa lo quitaron de la ley. Negándonos una vez más el acceso de las mujeres a la política. Pero esto no nos debe desanimar. Es necesario que nos agarremos de esta ley para seguir demandando la participación de las mujeres en los puestos donde se toman las meras decisiones. Ya basta de que estemos esperando que otros decidan por nosotras.

Empresarias y empleadas ¿Te gusta tener tu propio dinero? ¡A mí sí! Así no tengo que estarle pidiendo a ningún hombre o a nadie hasta para comprarme un calzón. Después te lo están sacando. O no te lo dan. O te lo dan cuando les da la gana.

O te ponen condiciones para dártelo.

Tener tu propio dinero te da libertad, te da independencia, te da poder. Nadie nos está fregando por unos pesos.

A no ser que nosotras lo permitamos. ¿Te gustaría ser empresaria, poner tu negocio y crear tu propio dinero? Tal vez te asustés pensando que no sabés cómo hacerlo. ¡No te angustiés! En el artículo 24 de la Ley de Igualdad, dice que el ISDEMU deberá buscar aliarse con instituciones y organismos que apoyen la creación o el fortalecimiento de empresas de mujeres. ¿Cómo nos apoyarán? Por medio de capacitaciones y ayuda sobre cómo crear una empresa ya sea chiquita, mediana o grande; que no nos carguen tantos impuestos por ser empresarias; que nos den pisto prestado con pocos intereses; que nos den chance de vender a otras empresas o lugares que nos puedan comprar nuestros productos o servicios.

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Eso solo para mencionarte algunos beneficios que la Ley de Igualdad buscaría. Otra acción positiva será que estas empresas de mujeres serán las primeras en recibir préstamos de pisto de parte del gobierno.

Las mujeres somos buena paga. ¿Te has puesto a pensar alguna vez qué difícil es la vida de las mujeres indígenas que viven en nuestro país? ¿O de las que viven allá en los montes, muy lejos de los pueblos, que a veces no tienen ni maíz para echar tortillas? ¿O de las que son sordomudas, o ciegas, o que tienen que andar en silla de ruedas? Pues con nuestra Ley de Igualdad, esas mujeres recibirán una atención especial de parte del gobierno para que ellas puedan poner sus negocios y ganar su propio dinero.

Empleos iguales, salarios iguales En El Salvador, un puño de mujeres bien preparadas trabajan en fábricas y oficinas. Eso me alegra. Lo que sí me molesta es que a una mujer le paguen menos que a un hombre cuando tanto ella como él realizan el mismo tipo de trabajo.

En este país nuestro de las pupusas y el loroco, resulta que entre más preparada está una mujer menos le pagan. Son como $200.00 dólares que les pagan menos que a los hombres. ¿Por qué? Porque es mujer.

Te aseguro que en muchos casos esa mujer hace mil veces mejor su trabajo que un hombre. Con la Ley de Igualdad, ninguna empresa o institución podrá pagar menos a las mujeres que a los hombres. ¡Por igual trabajo, igual paga!

Trabajadoras con prestaciones y con seguro En muchos trabajos, las mujeres no tenemos beneficios como el seguro social, aguinaldos, permisos por enfermedad y otras prestaciones. Las mujeres que más sufren esto son las empleadas domésticas. Ni el mínimo se les paga y tienen que vivir medio esclavas en casas que no son sus casas.

Esta Ley de Igualdad garantizará que a las trabajadoras domésticas se les pague por lo menos el salario mínimo y que se les den los beneficios y prestaciones que mandan las leyes. Eso significa que deberán tener seguro social, trabajar solo ocho horas, recibir permisos por enfermedad y otras prestaciones igual que cualquier otro trabajador o trabajadora.

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¡Fuera el acoso! ¡Qué hostigue es que un jefe o un compañero de trabajo te hagan insinuaciones sexuales y para rematar que te amenace con despedirte o quitarte una prestación si no le hacés caso! ¡Qué mal caen! Eso se llama acoso sexual. ¡Qué horrible es también que llegués a un trabajo todos los días y que de solo pensar que tenés que presentarte te dé angustia o miedo porque tu jefe o tu jefa te gritan, te hostigan todo el día y te dice que tu trabajo no sirve! ¡Vivir las ocho horas, todos los días, toda la semana ese calvario! Eso se llama acoso laboral.

Tanto el acoso sexual como el acoso laboral son delitos. Nuestra Ley de Igualdad hará que el gobierno salvadoreño tome medidas para castigar y quitar de raíz todos los tipos de acoso en los trabajos.

Nuestra salud Una de mis mejores amigas murió cuando ella tenía solo 32 años.

Le descubrieron cáncer en el útero. Pero ya era muy tarde. Murió.

Era una mujer superespecial. Sus dos hijos se quedaron sin ella.

Yo también me quedé sin ella. Todavía la extraño.

Una de las principales causas de muerte en las mujeres es el cáncer de útero. Lo más triste es que el cáncer del útero es curable si se descubre a tiempo. En El Salvador, la cantidad de mujeres que mueren por causas relacionadas al embarazo y al parto es bien alta. El SIDA también está causando estragos. Muchas mujeres son contagiadas de SIDA por hombres. Y lo que pasa es que, aunque las mujeres solo tengan relaciones con sus compañeros de vida, ellos las contagian porque no quieren usar condón en sus relaciones sexuales, menos cuando son “sus” mujeres, como si fueran propietarios de sus cuerpos.

Así que ellos son los irresponsables y las mujeres las contagiadas. Los hombres se contaminan y no les importa contaminar a sus parejas.

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Necesitamos urgentemente que se mejoren los servicios de salud para nosotras. No solo la cantidad de los servicios sino que también su calidad. Ya basta de servicios de salud donde te tratan mal, como si limosna pidiéramos. O de servicios que no dan medicamentos o te dejan citas hasta dentro de un año y vos bien grave. O donde tengamos que viajar a las grandes ciudades para que te hagan una operación.

Ya basta de leyes como la del SIDA que dice que una mujer de menos de 18 años que se quiera hacer el examen del SIDA solo puede hacerlo con el permiso de sus padres. ¿Y si no tiene confianza con ellos? ¿Y si la golpearían por siquiera intentar hacerse ese examen? La vida sexual y reproductiva de muchas jóvenes comienza bien temprano.

Por miedo a informar al padre o a la madre, una adolescente puede morir entre los 13 y los 18 años si depende de esa clase de permiso para poder hacerse ese examen. Ese requisito de la ley del SIDA es tonto, absurdo.

En la salud, las necesidades de las mujeres son muy diferentes a las de los hombres. En cada etapa de nuestras vidas tenemos necesidades diferentes: cuando somos niñas, cuando somos jóvenes, cuando somos adultas y cuando somos mayores. Por eso, el Ministerio de Salud en sus proyectos deberá tomar en cuenta e incluir las necesidades de salud de cada una de nuestras etapas. Nuestra Ley garantizará que todas las mujeres y los hombres tengamos acceso a servicios de salud. ¿Sabías que la información es poder? Necesitamos que se nos dé buena información y educación sobre el ejercicio responsable de la sexualidad, el autocuidado y la prevención de riesgos en salud sexual y reproductiva. Que sea no solo útil para personas con relaciones entre hombre y mujer, sino para personas con relaciones de pareja hombre-hombre o mujer-mujer. No se nos deberá discriminar por ninguna razón para poder recibir esos servicios de salud. ¿Has visto cuántas mujeres venden en la calle? Que si ropa, que si cosméticos, que si comida, que si juguetes, que si plantitas. En fin, miles de cosas para salir adelante. A ellas se les llama trabajadoras informales porque no tienen un empleo permanente donde les paguen prestaciones. Por lo tanto, no tienen seguro social.

En el artículo 30 de nuestra Ley de Igualdad dice que el Estado garantizará que todas estas mujeres tengan seguridad social. ¡Todas tenemos derecho a servicios de salud de bajo costo y de buena calidad!

Reconocer el trabajo doméstico y el del cuido ¿Te has puesto a pensar cuánto dinero hubieras ganado a estas alturas de tu vida si te pagaran por hacer la comida, planchar, lavar, hacer limpieza y por cuidar a otras y otros en tu casa? ¡Un montón de pisto!, ¿verdad?

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En el artículo 27 de nuestra Ley de Igualdad se pide que el Estado salvadoreño reconozca que nuestro trabajo en casa tiene un valor en dinero. Pide que el Estado reconozca que ese trabajo es una contribución bien importante y que es igual de importante al trabajo que hacen las personas en oficinas y fábricas.

Por eso, el ISDEMU desarrollará acciones que concienticen a la gente acerca de que esos oficios de la casa y el cuido de los hijos, las hijas, abuelas, abuelos y otras personas de la familia no solo son responsabilidades de las mujeres sino que también de los hombres. Vamos mitad y mitad en todo. Eso se llama corresponsabilidad. Responsabilidad igual entre mujeres y hombres.

Para eso, se va a promover la creación de centros de desarrollo infantil (CDI). También que en los trabajos empiecen a facilitar permisos a los hombres y a las mujeres para que asuman su corresponsabilidad doméstica.

Cuando he ido a reuniones de la escuela de mi hija, me fijo que la mayoría solo somos mujeres. Cuando voy a los supermercados o a los mercados, más mujeres haciendo las compras. Cuando voy a consulta al hospital o a la unidad de salud, mujeres llevando a sus hijos e hijas. Pues no más. La carga se debe distribuir igual entre hombres y mujeres.

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Protección e inclusión social de mujeres en situación de trata interna y transnacional Las mujeres en situación de explotación sexual comercial tienen derechos. Recuerda: todas y todos somos iguales ante la ley, sin importar tu situación. Por eso el artículo 31 de la Ley de Igualdad exige que el gobierno prevenga, detecte, atienda y castigue la explotación sexual comercial de mujeres.

Conocí el caso terrible de una niña que a los diez años de edad fue puesta en explotación sexual comercial.

De tanta violación, la pobrecita salió embarazada a los once años y adquirió una enfermedad de transmisión sexual. Por suerte fue rescatada por una institución.

Otra joven de 14 años fue llevada con engaños a Guatemala. Allá la obligaban a prostituirse y la golpeaban si se negaba. La tenían encadenada de los pies para que no escapara. Arriesgándose a que la mataran, logró huir. Y así tantos casos que te podría contar. Estoy segura de que vos sabés de otros casos. Las heridas de estas niñas y mujeres son profundas.

Lo que debemos tener claro las mujeres es que todas tenemos derechos. Por eso, nuestra Ley de Igualdad establece que El Estado deberá garantizar la restitución de los derechos de las mujeres que son explotadas y abusadas sexualmente, ya sea con fines económicos o sociales Esto también significa que se harán acciones de apoyo comunitario para eliminar la discriminación de las niñas explotadas y abusadas sexualmente. Con que ya suficiente han sufrido como para que también la comunidad y las instituciones las sigan hundiendo más, viéndolas de menos. Debemos apoyarlas y no verlas de menos ni se las debe culpar por lo que les ha ocurrido. El Estado debe apoyarlas. Nuestra Ley de Igualdad incluye los derechos de estas niñas, jóvenes y mujeres.

Medio ambiente y mujeres ¿Has visto que chucos están nuestros ríos? ¿Te has dado cuenta de cuánto humo hay en el aire que respiramos? ¿Has notado cómo escasea el agua que nos llega a través del chorro? ¿Te has fijado que todo El Salvador parece un basurero porque la gente tira la basura donde quiera?

Las mujeres tenemos un papel que jugar para mejorar el medioambiente. Nuestra Ley de Igualdad dedica el artículo32 a hablar de las políticas ambientales. Ahí dice que a nosotras se nos debe dar igualdad de oportunidades para que tengamos acceso a lo que la naturaleza nos ofrece como por ejemplo: la tierra, las plantas, los animales, el agua y otros.

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Para que usemos bien estos recursos, nuestra Ley de Igualdad establece que se nos den billetes para proyectos que nosotras administremos. Estoy segura de que protegeremos y conservaremos lo que la naturaleza nos ofrece. Y estaremos ojo al cristo para que otra gente o autoridades no despilfarren estos recursos. ¡Mirá cómo ha cambiado el clima por no cuidar el medio ambiente!

¿Y nuestras viviendas? ¡Ay! Si es que cada historia que yo te puedo contar. Supe hace poco de una mujer que el marido la golpeaba de alma. Ese hombre le quitó la casa a esta mujer. La mamá se la había heredado. Pero el muy sinvergüenza se fue a vivir ahí sin ella.

Para lograr evitar acciones como esta es que estoy tan contenta y entusiasmada de que se haya aprobado la Ley de Igualdad. En el artículo 33 dice que se dará preferencia a las mujeres a la hora que se den casas.

Y cuando los bancos den préstamos, deberán preferir dárselos a las mujeres que son cabezas de hogar.

También la Ley dice que cuando se construyan casas se tomen en cuenta los derechos y necesidades de mujeres y hombres en el acceso a los servicios de agua, recreación y seguridad, entre otros que se mencionan.

Por ejemplo, una acción sería que haya iluminación en parques, pasajes y calles donde transitan mujeres. O también que se construyan canchas en lugares abiertos y seguros para que las mujeres hagan ejercicio, jueguen o practiquen algún deporte.

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Las mujeres del campo y sus derechos Las zonas rurales del país son aquellas que están lejos de las ciudades y pueblos. Es el campo, pues. Yo he visitado mujeres que viven en lugares tan alejados de las escuelas, de las unidades de salud, de mercados y de todos los beneficios que tenés cuando vivís en una ciudad o en un pueblo. Ahí están ellas cuidando sus niños y niñas, moliendo maíz y torteando. Una vida muy dura.

Pero las mujeres rurales también tienen derecho a desarrollarse y a una vida mejor. Por eso, la Concertación Feminista Prudencia Ayala incluyó en la Ley de Igualdad los artículos 36 y 37 que están dedicados a los derechos de las mujeres que viven y trabajan en el campo.

Las mujeres rurales podrán recibir apoyo para que sean miembros y lideresas de sindicatos y cooperativas que trabajan la tierra y crían pescados para venderlos. Y que reciban también los beneficios del trabajo que realicen.

El otro punto buenísimo es que la Ley de Igualdad va a hacer que el gobierno garantice que las mujeres sean las propietarias de la tierra y que también puedan heredarles la tierra a sus hijas.

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Una Defensoría para nuestra igualdad y no discriminación ¿Quién creés que va defender nuestra igualdad? ¿Quién pensás que se va a ocupar de que no nos discriminen? La respuesta la da nuestra Ley de Igualdad en el artículo 38. Ahí dice que La Procuraduría General de la República será la institución encargada de defender, garantizar y fomentar la igualdad y no discriminación de las mujeres. Para ello deberá crear una oficina que se dedique a esto nada más.

Esta institución va poner cuidado en que se cumplan las leyes, los reglamentos y todo lo que se refiere a nuestros derechos. Entre muchas de las cosas en que nos ayudará, también va a recibir denuncias de mujeres o de organizaciones cuando se haya violado nuestros derechos, y las va a canalizar para que se haga justicia. También dará apoyo legal a las mujeres que lo necesiten.

La Procuraduría General de la República estará con ojo de águila, junto al ISDEMU, velando porque se respeten nuestros derechos. Y si no se respetan, ella también nos ayudará a saber sobre qué se debe hacer.

¡A exigir la implementación de la Ley de Igualdad Yo te podría seguir detallando muchos beneficios más de esta Ley. Pero ya no te quiero aburrir. Mejor te invito a que les contés de esta Ley a tus amigas, compañeras, hijas, madres, abuelas, vecinas y familiares. ¡Vamos a exigir todas que se cumpla la ley de igualdad! ¡Ya no más desigualdad para nosotras las mujeres! ¡Merecemos que se respeten nuestros derechos y el Estado está obligado a hacer que nuestra igualdad se cumpla! ¡Que vivan todas las mujeres de El Salvador!

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