
4 minute read
Comunicación para la memoria contra el olvido
Yfue otra vez lo que pasó siempre en la República Dominicana. Se impuso el «borrón y cuenta nueva» a golpe de sistematización, de propaganda direccionada, paga y vilmente implementada. No se comunicó, de generación en generación, con una estrategia, al menos una táctica, la sangre derramada. La que correspondió a los héroes, a los que deseaban genuinamente un país en gozo de las libertades. No se les dijo a las niñas, los niños y a todos desde preescolar quién mandó a matar a Manolo, ni a Minerva ni a Orlando Martínez. No ha estado en el curriculum educativo de manera transversal.
No, falló la comunicación, y los asesinos, ideólogos y sátrapas vencieron, y hoy una Academia Dominicana de la Historia, celebra un nuevo ingreso, salpicada de color rojo y amparada
Advertisement
Ocho gestos y posturas corporales que
La comunicación encierra esos mensajes persuasivos que intentan convencer y ya no sólo mediante la palabra, sino también de símbolos, gestos y formas propias de elaborar los mensajes.
Es necesario interpretar un acto de comunicación considerando ambos lenguajes: el verbal y el no verbal. Ahora bien, es cierto que las señales y gestos envían mensajes especiales que pudieran generar cambios en la comprensión de las expresiones orales.
No se disocian en ningún momento los procesos, concomitantemente con las palabras todas las partes del cuerpo emiten significados. La postura, la vestimenta, los sonidos, los movimientos y otros elementos son estímulos para que el perceptor decodifique lo visto y escuchado. Es innegable la dependencia mutua entre la comunicación verbal y la no verbal.
El comportamiento no verbal puede acentuar la información, modificarla o incluso, a veces, anular su significado, convirtiéndose en una metacomunicación. Este surge con tal espontaneidad que no deja lugar a la mentira, pues escapa a la voluntad consciente de la persona.
Desde la irrupción de la comunicación audiovisual, ya no es tan importante qué se dice, sino cómo se dice. Entre los múltiples gestos, posturas corporales y expresiones faciales que un político debe evitar en su comunicación, están: en el hecho de que no se dirigió y no se sembró en la mente de nuestras próximas generaciones la consigna «memoria contra el olvido».
–Cruce de brazos: generalmente denota necesidad y deseos de protección. Es típico de quien está a la defensiva y experimenta inseguridad.
–Manos en los bolsillos: está asociado con el deseo de esconder algo, con falta de implicación en la conversación y de sinceridad. Crea una barrera protectora.
–Frotarse la nariz: suele suceder cuando la persona se dispone a mentir o a juzgar, y es porque al decir mentiras se liberan catecolaminas, sustancias que inflaman los tejidos internos de la nariz y producen picor.
–Saludo con las palmas de las manos hacia abajo: describe a quien desea demostrar superioridad y que está tan supuestamente seguro de sí, que devela prepotencia y soberbia.
Y no es que faltaran voces que se alzaran, pero la táctica de enterrar en el anonimato a los héroes de la historia reciente dominicana, fue muy exitosa, con ello despegaban al dominicano de cualquier empatía o dolor por asesinatos como el de Manuel Aurelio Tavárez Justo. Recientemente, se produjo un golpe que impacto la opinión pública: la renuncia de la historiadora y docente Mu-Kien Sang Ben, por el ingreso de Ramiro Matos González como miembro de la Academia Dominicana de Historia, a pesar de que los hijos del fundador del Movimiento 14 de Junio, Minou y Manolo Tavárez Mirabal habían enviado una misiva al liderazgo de esa entidad, en la que expresaban su oposición al ingresante por «haber comandado el escuadrón del Ejército que le dio, en la escena, el tiro de gracia al héroe nacional Francisco Alberto Caamaño Deñó y haber dirigido la patrulla que amarró, torturó y asesinó con la mayor de las crueldades a Manuel Aurelio Tavárez Justo, Manolo, nuestro padre, declarado por el Congreso Nacional mediante la ley 150 de 2004, Héroe Nacional de la República Dominicana».
Una parte de la sociedad se expresó y respaldo la posición de la investigadora, sin embargo, en esa Academia, y en las redes sociales, algunos opinaban infestados de la indiferencia que produce no tener conciencia de los actos lesivos de derechos humanos, y resultado de no haber implementado la frase «memoria contra el olvido».
–Pestañar sin cesar: no es por tener una pestaña en el ojo, aunque puede darse y uno lo confirma por otros registros faciales, se trata de un movimiento que hace para bloquear la visión de quien se tiene al frente, ya sea por aburrimiento o por desconfianza.
–Señalar con el índice: es un gesto agresivo y violento. Se percibe como irrespetuoso, amenazador y desafiante. Provoca enojo y pone a la defensiva al interlocutor, pues pudiera sentirse atacado, acusado, etc.
–Desviar la mirada: mirar a los ojos se considera fundamental dentro de las expresiones de respeto, empatía y sinceridad, evitando que sea por encima del hombro, de los lentes, etc.
–Sonreír con los labios apretados: se asocia con una tensión, rechazo y pocos deseos de compartir las emociones que se experimentan. La sonrisa sincera hace mostrar los dientes y conlleva unos movimientos faciales que la reafirman.
El ser humano tiene un mecanismo innato que le empuja a expresarse en armonía, con todo su ser y que la congruencia dota a la comunicación de credibilidad, la multiplica, la potencia; en cambio, la ausencia de concordancia en los lenguajes produce desconfianza en el receptor. La no verbalidad da mayor capacidad al receptor para entender el mensaje, puesto que llega a veces a donde las palabras no.
Siempre es preciso recordar a Daniel Goleman, analizando la inteligencia emocional, cuando concluye que incluso en el caso de que exista una aparente contradicción entre lo que se dice con palabras y lo que se expresa con gestos o con tono de voz, será la «verdad emocional», es decir, la que se transmite por causes no verbales, la que prevalecerá.