[18] PAÍSPOLÍTICO
ENTREVISTA
DEL 26 DE JULIO AL 1 DE AGOSTO DE 2022 » SANTO DOMINGO, RD » PAISPOLITICO.NET
YONI CRUZ | PAÍS POLÍTICO
NORMA VÁSQUEZ (MOMA MILITANTE DEL 1J4
«¡Yo muero siendo una catorcista!» Moma, a sus 89 años, es parte del grupo de valientes mujeres que aportaron a la construcción de la democracia actual. Ella, como tantas, aportó su lucha para que hoy fuera posible la participación femenina en el activismo político, en los espacio de la articulación y la presión por sus derechos. ROSARIO MEDINA GÓMEZ @rosariomedinag
N
orma Vásquez (Moma), una guerrera de la vanguardia, que ha luchado por la libertad desde los tiempos de la oprobiosa tiranía de Rafael Leonidas Trujillo. Ella es de las heroinas que, con su valentía, aportó a la construcción del espacio ganado por las mujeres en el activismo politico dominicano. Con arriesgadas tareas revolucionarias desafió las temibles garras del miedo. Su noble amor a la Patria le hizo llevar a cabo con éxito cada misión asignada en el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4) con la valentía que da cumplir con el deber. Mamá natural de uno, pero se convirtió en la madre de muchos otros, protegiendo sus vidas de la persecución y la intolerancia política de los años de dictadura. Alojaba, y aún lo hace, a gente que simplemente lo necesitaba para combatir, para estudiar o para subsistir. Para todos los que la conocen esta revolucionaria dominicana es un ángel, dueña de un corazón noble, dulce de trato y serena la voz, capaz de mantener el temple y el coraje en los momentos más cercanos a la muerte. Para el movimiento revolucionario fue la mujer que se distinguía por su firme valor en el cumplimiento de cada encomienda asignada, la que desempeñaba con inteligencia táctica natural, habilidad que le posibi-
litó ser emisaria de los más peligrosos contenidos, trasladando desde la palabras comprometidas hasta las municiones para la causa, o ejerciendo con eficacia su don para trasladar y colocar a muchos compañeros en lugares estratégicos para preservar sus vidas. Moma es heredera de una estirpe de valientes luchadores por la libertad y los intereses de las mayorías. Nieta de combatientes; hija de Augusto Vásquez y Luz Cabrera, muy temprano se convirtió en una luchadora antitrujillista, de manera abierta y sin temor a la represión que imperaba en el país. Hermana y prima de opositores a la dictadura de Trujillo, postura que asumieron desde los tiempos en que aún residían en Santiago de los Caballeros. Mujer emprendedora, que confeccionaba ropa para muchas personas de las diferentes clases sociales en Santo Domingo, era propietaria de un salón de belleza cuando pocas lo tenían, negocio que no solo fungía como centro para la estética femenina, sino que servía también para alojar a aquellos militantes izquierdistas que pasaban a la clandestinidad para escapar a la persecusión política. Culta e interesada siempre en todo lo que acontece en su Patria, lo primero que hace al levantarse es ejercitar la labor de informarse, para no estar ajena a las noticias más importantes. Ella nos recibe en su hogar con la hospitalidad que le ha ca-
Norma Vásquez habla sentada en su mecedora antigua, la misma desde la que conversó con tantos combatientes.
En la casa donde vivíamos colocaban dos calieses afuera, y a veces ellos entraban y tomaban las sillas sin pedir permiso. Mamá, que era una mujer muy valiente, le dijo una vez «si desea, entre y siéntese, porque no le tengo miedo a Trujillo ni a nadie». racterizado siempre. Durante la entrevista repasa gentil y cordialmente la historia con los periodistas de País Político, rememorando todo lo que le resulta más leve para sus emociones y aquello que aún duele tanto como si fuera el día mismo del suceso. Antes de que pueda articular sus primeras palabras, un nudo aprieta su garganta, y su pecho. Vienen a su memoria las escenas de dolor y llanto que en un tiempo fueron su día a día. Tanto dolor conmueve hasta obligarnos a detener la entrevista por un momento. Mientras se repone, sale a relucir ese don de gente con las personas que toca a su paso, y muestra su capacidad de atender una entrevista, al tiempo de coordinar lo que se le va a brindar a los visitantes, mientras, vuelve coherentemente para responder las preguntas formuladas.
Madre y militante política Ella pudo siempre con todo, conciliando su rol de madre de su unigénito y de tantos otros que no parió, con las responsabilidades de mujer dueña de sus emprendimientos, al mismo tiempo que cumplía con las tareas políticas que cada vez más le asignaban en el partido. A su decir, esto no era un sacrificio para ella. Era lo que le correspondía hacer. Por eso no titubeó para sembrar en su hijo, sobrinos y nietos la llama de la lucha por la democracia, la libertad de expresión y el respeto a la dignidad y la vida de los otros, los demás. Pasados los años y el tiempo de la barbarie, hoy muestra con orgullo la cosecha de su siembra. Su fortuna es la familia, lo heredado por sus muchachos, como parte de ese legado ancestral de patriotismo. Por eso se le ilumina el rostro cuando habla de su nieta Natalia Mármol Candelario, formada muy cerca de su ejemplo y quien en la actualidad es una destacada activista por los derechos humanos, y quien le repite orgullosa «Moma, de ti aprendí que nunca se han cerrado las puertas de esta casa a los revolucionarios, entonces tengo que ser igual que tú». Moma exclama, enchida de alegría, «para ella soy muy importante. Y eso me basta». ¿Qué mueve a una mujer en un momento tan adverso como una dictadura a ser parte de un movimiento subversivo como el 14 de Junio?
Nosotros habíamos pasado por… (se le quiebra la voz al tratar de responder). Nosotros somos de un lugar en Santiago de los Caballeros que se denominaba Canca Reparaciones. Soy hija de Augusto Vásquez y de Luz Cabrera. ¿En qué momento tú y tu familia inician la lucha antitrujillista? Cuando vivíamos en Santiago de los Caballeros ahí comenzaron los problemas… La situación política de la época. Nosotros comenzamos en 1957 con los problemas políticos. Pero antes, había una situación con los Estévez, primos procedentes de Santiago. Ellos pertenecían a un grupo opositor a Rafael Leonidas Trujillo. En él estaba Bolívar Vásquez, mi hermano, quien luego desapareció en la cárcel. Al primo Fellito lo llevaron preso junto a Bolívar Vásquez, Gilberto, Marino y estos últimos eran sobrinos. Eran de la familia Estévez Cabrera. ¿Cómo era la situación en la dictadura? Cuando vinimos de Santiago a vivir a la calle Benito Monción, en Gascue, mamá abrió una pensión en un hostal que alquiló y con la trayectoria que se traía de la actitud de mi hermano César frente a la dictadura y la de los primos, los del gobierno metieron allí a los calieses. Vinimos a vivir a Santo Domingo desde Santiago, porque mi hermano Hernán Vásquez había tenido un problema… Fui la primera que llegué. En la casa