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COMUNICACIÓN POLÍTICA

par funciones de representación debe estar a la delantera el conocimiento del protocolo y de sus normas. A seguidas, un ejemplo de lo anteriormente planteado.

Falta de enfoque respecto a su perfil e imagen a proyectar Permanentemente, hay confusión de parte de algunos dirigentes políticos, que son tan influenciados con determinadas tendencias que no logran tener claro si ellos son políticos o si desean proyectarse como personajes de farándula. Complejidad que trae situaciones difíciles para establecer un perfil de proyección de la marca, por ende, en el establecimiento de los objetivos para gestionar la imagen.

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Muchas veces, el daño inicia por la vestimenta. Si bien es cierto que hay que establecer una marca personal al respecto, también hay que saber cuáles son los rasgos correspondientes a una marca política y cuáles los de un artista o persona del espectáculo, porque no establecer estos linderos podría proyectar al candidato o funcionario como una persona desenfocada y sin comprensión de su rol y de la imagen a comunicar en ese sentido.

ROSARIO MEDINA GÓMEZ @rosariomedinag EDITORA DE COMUNICACIÓN POLÍTICA

La mayoría de los políticos tienen habilidades innatas o las cultivan, empero, hay determinados temas o aspectos que pueden colocarlos en aprietos si no tienen el conocimiento de prevenirlos o evitarlos. La mayoría de estos son evitables, pero también sucede lo que reza el refrán de que «nadie aprende en cabeza ajena» y al llevarse de su propia convicción, dirigida por las emociones, pueden provocar momentos bochornosos o fiascos para su imagen. Diversas son las circunstancias o elementos que los pueden provocar, en esta versión se colocan solo unos cuantos generadores de estos momentos adversos y algunos casos como ejemplo.

Desconocimiento y falta de cultura general

Uno de los paradigmas que todas las generaciones de políticos respetaban era el de la formación, desde los padres fundadores de la política hasta hace unas décadas era lo más valorado en las características de un perfil político, pero los cambios en los modelos económicos, que han impactado a lo social y lo político, ha atraído a la profesión a perfiles sin formación, que vienen desde los linderos de cualquier sector y con una conciencia muy clara respecto de que sus luces no vienen dadas por el conocimiento, sea este autodidacta o formal. Eso ha ido colocando en los espacios de liderazgo a personas que no tienen idea de cómo gestionar las políticas públicas que necesita una nación, ni cómo aportar a su desarrollo. Se llaman metidas de pata por falta de educación.

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