Diseño grafico - Manual de impresión para diseñadores gráficos

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Capítulo 7

Imágenes procedentes de Internet: optimización y resolución Ciertamente no es buena idea dedicarse a descargar todo lo que te gusta de Internet y usarlo tal cual. Si lo haces, posiblemente te veas recibiendo una denuncia por ello. Antes de seguir, asegúrate de que tienes permiso del propietario de los derechos. De otro modo, podría resultarte un error muy costoso. Asumiendo que has recibido la autorización necesaria, deberías aprovechar la oportunidad para solicitar una copia de mayor calidad de la imagen que quieres utilizar. De no ser así, lo que tienes raramente será adecuado para imprimir. Esto se debe a varias razones: las imágenes para páginas web siempre son RGB o de “color indexado” (el formato GIF); siempre se guardan como archivos JPEG, GIF o PNG; y su resolución suele ser de 72 dpi, demasiado baja para ser útil, a menos que comprimas la imagen a un tamaño físicamente menor para aumentar la resolución. Aparte de ello, si es un JPEG, posiblemente se haya guardado en baja calidad, y no por medio de la optimización, para hacer que el tamaño del archivo sea menor. Existe la creencia equivocada de que la resolución 72 dpi se conoce con este nombre por ser la resolución de nuestras pantallas. De hecho, las pantallas de PC han tenido una resolución de 96 dpi durante años, y los Mac, que solían tenerla de 72 dpi, ya se han puesto al mismo nivel. Sin embargo, las ruedas de la industria gráfica giran algo más despacio y posiblemente en los próximos años sigamos refiriéndonos a los 72 dpi como la resolución para páginas web. Esto implica que si quieres que una imagen se muestre con 10 cm de ancho en una página web, deberás asegurarte de que tiene 378 píxeles de ancho y no 283, que sería la cifra requerida para una imagen de 10 cm de ancho a 72 dpi. Si no haces esto, la imagen aparecerá más pequeña de lo que querías en todos los PC y en la mayoría de los Mac.

Optimización La optimización aún no es una práctica universal, por lo que tendrás suerte si descubres que la imagen que quieres utilizar tiene una calidad razonablemente alta. Si no, una imagen optimizada siempre será un mejor punto de partida que si alguien ha intentado reducir el tamaño del archivo simplemente guardando el JPEG a un nivel más bajo. Cuando ocurre esto, la imagen queda seriamente dañada. La optimización, por otra parte, reduce mucho más el tamaño del archivo, pero —aunque suene raro— mantiene la apariencia de la imagen mucho más cercana a la del original. Piénsalo así: tu imagen tiene una superficie que puedes ver, y una profundidad que no puedes ver. Si la guardas a niveles más y más bajos, le estás quitando detalles de la superficie y dejando la distorsión (el artifacting) en su sitio. Si en lugar de esto la optimizas, estarás eliminando todas las profundidades que no se ven y dejando la superficie más o menos sin tocar.

7.27 La de la derecha es la imagen optimizada.

Como ejemplo, vamos a tomar la imagen que utilicé antes para demostrar los efectos de la compresión en JPEG. Claramente, la imagen guardada con un nivel de calidad 10 era infinitamente superior a la que guardamos con nivel 0, e incluso en términos de tamaño, la imagen con nivel 10 pesaba 13 KB, mientras que la de nivel 0 era de sólo 11 KB. No era una gran diferencia y, ciertamente, esta tampoco era muy útil. La imagen optimizada, por otra parte, pesaba 3 KB y no era diferente a primera vista. La he vuelto a guardar como TIFF para poder imprimirla, y aquí la tenéis al lado de la original (fig. 7.27). Se han ampliado ambas imágenes de modo que cualquier diferencia entre ellas debería ser fácil de ver. ¿Puedes decirme cuál es cuál? Evidentemente, si tienes que utilizar una imagen procedente de una página web, te será mucho más fácil utilizar una imagen que ha sido optimizada cuidadosamente, antes que otra que ha sido dañada al guardarla a un nivel de calidad bajo. Cómo optimizar una imagen No hay necesidad de optimizar una imagen si tienes intención de colocarla en una maquetación para imprimir. Sin embargo, cuando tienes que guardar una imagen para una página web, o enviar una foto de buena calidad en pantalla por correo electrónico, es extremadamente útil. Una vez que hayas guardado la imagen en alta resolución como TIFF o EPS en Photoshop, pero mientras aún tengas la imagen abierta en pantalla, selecciona Archivo > Guardar para web y dispositivos. En la ventana que se abre, pulsa sobre la pestaña “2 copias” de la parte superior. Esto mostrará la imagen original a la izquierda y una copia de la misma a la derecha. Fíate sólo del tamaño que se muestra bajo la imagen de la derecha, puesto que la otra muy probablemente refleje lo que la imagen ocuparía si se guardara como TIFF... ¡lo que no resulta nada útil! La copia también muestra los tiempos de descarga con varias velocidades de módem.


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