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LO QUE SE LLEVÓ

En

ace cinco años, sólo cinco años, el malecón de Coatza era una fiesta frente al mar. Cada viernes y sábado era el punto de reunión para cientos de personas, pero hoy la violencia e inseguridad tienen en la histeria a sus habitantes, empresarios y a toda su economía, convirtiéndola en un auténtico pueblo fantasma.

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Tradiciones Muertas

Daba gusto vivir en este lugar con atardeceres envidiables frente al mar, desde donde se puede ver el cinturón de Venus en un cielo con tonalidades lilas. Ahí, las familias se reunían a disfrutar de un coco con Lupe, un nativo de la ciudad que tenía fama de vender los más ricos del rumbo, pero ahora son pocos los que se animan a salir aunque sea por una botana.

“Nos vamos temprano, cuando el sol cae, esto está muerto, preferimos no arriesgarnos, a que nos peguen un susto”, dice Lupe mientras con su machete parte un coco en dos de un solo golpe.

Lupe pone su triciclo justo en frente de las Escolleras, donde inicia lo que fue la zona de antros, es uno de los comerciantes que no ha bajado la guardia, siempre de temperamento alegre y servicial.

Alguna Vez Fue Hermoso

Coatzacoalcos, al sur de Veracruz, está lejos de ser la ciudad próspera de apenas hace algunos años. Por las tardes, un clásico eran los súper hotdogs; no te cabía en la boca y con uno te llenabas. Estaban siempre listos después de echarte una bailada al ritmo de No le pegue a la negra en La Burbuja, o cantar Lamento Boliviano en Roca-Rock, así fuera de madrugada.

Alguna Vez Lo Fue

El malecón también era punto de reunión para los amantes de los autos; clubes de vochos, caribes y uno que otro Tsuru exótico con puertas de Lamborghini inundaban la avenida con sus luces de colores y música a todo volumen, para poner el ambiente mientras disfrutaban del fresco que da la brisa del mar.

Y no sólo los porteños, habitantes de Minatitlán, Jáltipan, Acayucan, Agua Dulce y Las Choapas, los municipios más cercanos, incluso de Tabasco, eran atraídos por la fiesta que se vivía cada fin de semana en el malecas de Coatza.

Lo Que Alguna Vez Fue Coatza

Había quien se juntaba a echar la chela o para el precopeo antes de entrar a El Acuyo, La Morena o alguno de los muchos antros que se encontraban sobre la acera de enfrente, siempre con el arruyo del mar en el aire. Nadie te decía nada, nadie se metía contigo y con suerte, hacías nuevos amigos, porque las malas intenciones no existían hace unos cuantos años, al contrario de ahora, que los jóvenes prefieren quedarse en casa viendo la tele, aburridos, pero seguros. Bares como Clamatos, la casa del perreo; Heaven; Roca-Rock cerraron sus puertas definitivamente desde hace años y poco a poco las noches del

El Abandono No Acaricia

no sólo los antros han cerrado sus puertas. este restaurante de mariscos también tiró la toalla y todo el edificio está a punto de caerse a pedazos.

malecón, esas que caracterizaban al puerto, perdieron su encanto y su gente, y se volvieron vacías e totalmente inseguras.

Vecino

Para los restaurantes no fue distinto, uno a uno fueron bajando sus cortinas por la poca afluencia y los cobros de piso instaurados por el crimen organizado; lo que antes era llamado la zona turística de la ciudad, hoy luce desolada, abandonada, es más, en algunos tramos, ni el alumbrado público funciona.

En los parques que están sobre la playa, no hay niños, se convirtieron en nidos de mariguanos, teporochos y asaltantes que están a la caza de algún despistado o entusiasta para atracarlo.

La M S Insegura Del Pa S

El puerto sureño fue considerado, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), efectuada por el INEGI, la ciudad más insegura del país, de acuerdo a la percepción de sus habitantes, por encima de Ecatepec y Naucalpan, municipios del Estado de México.

Un 94.5 por ciento de las personas entrevistadas se siente inseguro en Coatzacoalcos. Y no es para menos, pues sólo en los primeros seis meses de 2019 se registraron 835 homicidios en la ciudad, además de secuestros, robos y extorsiones.

Ahí no paran los nombramientos, meses antes de ser revelada la encuesta del INEGI, Coatzacoalcos fue considerada en el lugar 26 del rankin de ciudades más peligrosas del mundo, aquellas con las tasas más altas de homicidios, con 48 por cada 100 mil habitantes en 2018.

Su ubicación geográfica estratégica, recursos naturales y ser el centro del sector petrolero en el país son las bondades que han puesto a la ciudad en el ojo de las bandas delictivas.

Todo lo anterior, a pesar de que a mediados del año pasado se instaló en aguas de Coatzacoalcos la plataforma petrolera Odín, la cual no ha representado un alza en la actividad económica de la ciudad; la empresa que opera dicha plataforma decidió hospedar a su personal en el municipio de Dos Bocas, Tabasco, a 180 km de donde están explorando, pues prefieren eso que arriesgarlos a la ola de inseguridad que permanece en el puerto.

TODOS SALEN, NADIE ENTRA

Si los habitantes de Coatza emigran a otras ciudades y quienes se quedan no salen de sus casas por miedo a sufrir la violencia, el turismo no es, por mucho, un sector que vaya a la alza, la ocupación hotelera de Coatzacoalcos es la que más se ha reducido en los últimos cinco años en Veracruz; de haber cerrado en el año 2014 con el 60.8 por ciento, para el mes de octubre de este 2019 descendió a 34.7 por ciento, según la base en datos de los hoteleros aportados a la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal.

El sector inmobiliario es uno de los más golpeados en la ciudad, residencias, casas y departamentos son rematados y proyectos residenciales han sido detenidos convirtiéndose en elefantes blancos, los cuales combinan perfectamente con el panorama descuidado de la ciudad.

“A todo se acostumbra uno, menos a no comer”, cita un dicho popular. Los habitantes de Coatzacoalcos están acostumbrados a dos cosas, espectaculares atardeceres y operativos policiacos y militares. Es común que un helicóptero sobrevuele el puerto o que convoys militares se paseen en las calles de la ciudad y la pregunta del colectivo es: ¿y ahora a quién mataron, a quién buscan o qué pasó? Pero ya sin generar asombro.

todo el malecón está lleno de edificios en ruinas como este, que alguna vez tuvieron vida.

La Tragedia Del Caballo Blanco

El último table dance que mantenía sus puertas abiertas en Coatzacoalcos se convirtió en una sucursal del infierno el pasado 27 de agosto, cuando un grupo criminal irrumpió en el negocio armados con fusiles de asalto y en medio de ráfagas incendió el lugar con bombas molotov, provocando la muerte de 29 personas, entre clientes y personal que ahí laboraba. Entre las víctimas había dos filipinos, lo que puso a la ciudad nuevamente en el ojo del mundo. Este ataque es la cereza del pastel, la joya de la corona, el último ingrediente para dejar en claro que ninguna estrategia de seguridad, marcha por la paz o buenas intenciones ha logrado que Coatzacoalcos sea lo que era, hace apenas cinco años.

Puerto Con Historia Milenaria

Coatzacoalcos significa en lengua náhuatl “donde se esconde la serpiente”, pero antes de la llegada de los mexicas, era la capital de una provincia tolteca. En 1522 los españoles se establecieron ahí en busca de oro, fundando la Villa del Espíritu Santo. Durante la colonia, este pueblo fue víctima de enfermedades y el ataque de piratas portugueses y franceses, por lo que se edificaron varios fuertes. En el porfiriato, la ciudad fue fundamental en el paso de mercancías a la península mediante el ferrocarril.

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