CELEZTE CRUZ

LA ACTRIZ ARGENTINA ESTUVO EN PRISIÓN Y

AL SALIR LANZÓ MUNDO X,

UNA PRODUCTORA QUE DA

SU LUGAR A LAS MUJERES Y DIGNIFICA EL OFICIO

Su larga cabellera rubia atrae la atención por donde vaya. Detrás de unos lentes oscuros esconde una mirada matadora que no necesita mostrar para seducir porque posee el cuerpo del deseo, que se contonea de aquí a allá en un andar cadencioso que deja a todos preguntándose quién es aquella diosa.

Ese rostro y figura pertenece a Celezte Cruz, la actriz porno argentina que muchas quisieran ser, no sólo por ser la indiscutible reina del porno en Latinoamérica, sino porque logró sobreponerse a dos años en la cárcel.

Durante 18 meses, Luisa Lorena Billordo, nombre real de Celezte, no fue el símbolo sexual que está acostumbrada a ser desde que tenía 17 años; fue una más de las mil 700 reclusas del Penal Femenil de Santa Martha Acatitla, donde estuv recluída durante dos años acusada de encabezar una organización dedicada a la trata de personas en la Ciudad de México.

“Desde que empecé a hacer porno quería ser productora, y para hacerlo debía tener antes una trayectoria, trabajar en una base, que soy yo, para que alrededor de mi personaje se construyera todo lo demás”, cuenta a H Hoy, a cinco años de la noche en la que fue el objetivo de un operativo policiaco, Celezte presume Mundo X, su propia productora de contenido erótico en internet.

Esta página de internet fue puesta en línea apenas unos meses después de ser liberada de prisión en 2017, luego de que la justicia no hallara elementos para probar que se dedicaba a explotar sexualmente a otras actrices porno, con las que organizaba fiestas privadas y espectáculos eróticos en salones de fiesta.

Mundo X actualmente tiene miles de suscriptores, no sólo en México, y es el sueño materializado de una mujer que tiene como objetivo desmitificar la industria del porno, para que deje de ser vista como algo pecaminoso y nocivo, y comience a ser apreciado como una expresión de libertad y hasta de arte.

Las fiestas de Celezte Cruz fueron legendarias; ella y algunas amigas de la industria porno se reunían y montaban un espectáculo erótico en un salón de fiestas. Se realizaba una convocatoria en redes sociales y se hacía una lista de invitados, con base en los seguidores que pagaban la cuota para entrar a ver los bailes y los espectáculos de sexo en vivo. Adentro se consumía alcohol y botana. Era como el Uber de los table dance, en una época en la que el Gobierno del Distrito Federal comenzó a cerrar todos los antros con el pretexto de combatir la trata de personas, dejando a cientos de bailarinas sin trabajo.

Celezte Cruz llegó a México desde hace más de una década. En Argentina empezó como modelo erótica apenas cumplió la mayoría de edad, luego se dedicó a grabar videos con una empresa rusa y en nuestro país construyó un nombre trabajando con diferentes lugares, con tanto éxito que incluso la llegaron a llamar de las grandes productoras de Estados Unidos. Pero en noviembre de 2015 fue detenida junto con su esposo durante una fiesta en la colonia Narvarte, en la que ella y otras actrices y modelos realizaban un show erótico privado, con el pretexto de que eso era trata de personas, sustentado en una denuncia anónima que nunca se comprobó. Pasó casi dos años recluida, pero jamás renunció a su sueño de tener su propia productora.

“Yo me pasé dos cumpleaños, dos navidades, dos años nuevos encerrada, y eso es lo más difícil, sientes mucha tristeza, no sé cómo aguanté estar ahí en esos momentos. La situación más dura fue la muerte de mi madre, ocurrió ocho meses antes de que saliera, me enteré de casualidad. Pasé dos meses en los que no me quería ni despertar, porque ella estaba en Argentina y yo hasta aquí, lejos y sola”, recuerda con dolor.

A pesar del tiempo perdido, Celezte asegura que estar en la cárcel, lejos de deprimirla y hacerla olvidarse de su objetivo en la vida, la hizo más fuerte de lo que era antes, pues demostró su inocencia, valoró todas las cosas buenas que tiene en la vida y adquirió la fortaleza para enfrentar cualquier tipo de reto que le ponga en la vida.

“Antes de todo eso yo vivía en una burbuja, fue una sacudida de Dios para darme cuenta cuáles eran los valores más importantes de mi vida por tanto trabajo, de ver a las personas malas que había en mi vida para sacarlas y quedarme con aquellos que me quieren”, explica la nacida en la provincia de Misiones, Argentina.

Además de la experiencia de estar en prisión, Celezte Cruz aprendió que en un negocio como la pornografía no se podría manejar solamente con promesas de palabra, que si quería materializar su sueño de tener su propia productora de videos, debía hacerlo con las bases legales existentes. La actriz recuerda con dolor lo ocurrido, pues se sintió traicionada por las personas que se supone eran sus amigas, pues no declararon a su favor, pero acepta que parte de la culpa es de ella por confiar en la palabra de la gente y no asesorarse legalmente para evitar que se pensara que prostituía a sus amigas en vez de ayudarlas a formar un muy lucrativo negocio. “El tiempo se me hizo eterno, porque todos los días tenía que trasladarme de un reclusorio a otro para las audiencias. Era levantarse a las cuatro de la mañana y acostarme a las once de la noche, significaba un desgaste físico y emocional, aunque nunca me sentí triste, jamás pensé que ahí me iba a quedar.”, confiesa.

Las audiencias de su caso se prolongaron más de un año debido a que algunas de las chicas que participaban en las fiestas con ella no acudían a declarar. Al no haber pruebas suficientes en su contra, finalmente fue absuelta de los cargos y liberada.

Pero no todo fue malo dentro de prisión, ya que salió con muchas amigas sinceras y el conocimiento para dar pláticas motivacionales a mujeres, animándolas a explorar su sensualidad, pues en ese rubro tiene experiencia de sobra.

“Les di charlas, les expliqué sobre su sexualidad a mujeres que no sabían nada, que están ahí sólo porque robaron algo, es a ellas a las que también les falta experiencia. Yo gracias a Dios tengo esa labia para llegar a esas mujeres y ayudarlas a ser felices, haciéndolas explorar su propia sexualidad”, afirma la mujer que desde hace varios años se naturalizó mexicana.

Contrario a lo que pensaba en prisión, Celezte obtuvo más ofertas de trabajo que antes de ser aprehendida. El sobrevivir al encierro le dio fama y madurez para decir que no a los espectáculos eróticos que hacía y la decisión de comenzar con Mundo X.

“Salí con muchos miedos, pensando en cómo me iba a recibir la gente, si me iban a criticar, si aceptarán que de nueva cuenta me presente, pero afortunadamente la gente me reconoce y me ovaciona ya no por lo que hago arriba del escenario, sino por haber sobrevivido a un lugar horrible que es la cárcel, que pudo haberme derrumbado pero salí diez veces mejor”, sentencia.

Celezte Cruz ya no trabaja con las empresas que hacen porno en México y no tiene planes de hacerlo. Al contrario, ahora realiza películas en las que no se trata a la mujer como un simple objeto sexual, en las que ellas se sientan identificadas y tomen conciencia de su propia sexualidad.

“En el mundo de la pornografía hay cosas bastante sucias, te topas con productores que con tal de tocar o cogerse a la mujer hacen de todo. Ahora la industria del porno es así, por eso estoy preparando un proyecto de porno en el que la mujer se sentirá identificada sin ser utilizada. Tato de hacer escenas con historias reales, en donde hombres y mujeres por igual tienen el poder y el control sobre su sexualidad. Estamos en un país donde todavía las mujeres estamos muy desprotegidas en todos los ámbitos, por eso siento que el trabajo que hago puede ayudarlas a empoderarse”, concluye.