Explota la bomba sexy FABIOLA MARTÍNEZ

LOCACIÓN: BAR SAVU CONDESA NIGHT CLUB.

FB: savucondesanightclub

IG: @savucondesa AV. NUEVO LEON 73. CONDESA. CDMX.

ELLA ES EL MOTIVO POR EL CUAL LE PRENDES A LA TELEVISIÓN A VER CHISTES QUE YA TE SABES. PERO ADEMÁS DE SER UN SUEÑO CASI IMPOSIBLE, ES UNA MUJER CUYA FORTALEZA SE DEMUESTRA EN LA VOLUNTAD DE SOBREPONERSE A LOS PROBLEMAS Y SALIR ADELANTE, CON EL ÚNICO FIN DE INSPIRARNOS.

En una mañana fría de invierno en la Ciudad de México, la gente no puede evitar voltear a verla pasar por la calle, cruzar entre los coches y cautivar al mundo con ese andar cadencioso que casi es tan sensual como el brillo de su mirada y sonrisa. Es Fabiola Martínez, la bomba sexy de Telehit, quien al fin llegó hasta nuestras páginas.

Ella sabe el efecto que causa en los hombres, le es imposible coquetear, le sale natural y a la menor provocación te puede conquistar con un simple gesto, es por eso que es graciosa casi sin querer y por tal motivo es una de las caras más reconocidas en el mundo de la comedia.

A ella la has visto contando chistes en La Escuelita Telehit, en shows en vivo al lado de El Borrego Nava y Radamés de Jesús y bailando al lado del Perro Guarumo. Nacida en Monterrey, Nuevo León, incursionó en el negocio de las risas casi por casualidad, pues de ser atractivo visual tomó un rol protagónico que no piensa soltar.

Sin embargo, los últimos meses han sido difíciles para ella, ya que en septiembre del año pasado perdió a su esposo en un atentado en Escobedo, Nuevo León, pero lejos de derrumbarse, esta mujer tiene bien claro que su trabajo es sobreponerse a todas las adversidades porque hay miles de personas que dependen de su sonrisa.

No me lo esperaba, cuando entré a Guerra de Chistes yo venía acompañando a un personaje, se llamaba Ernestina del Mar, un personaje de hace mucho tiempo allá en la televisión de Monterrey, y yo era como su patiño, nos llamaron a hacer el programa, nos dieron la oportunidad pero sólo me quedé yo porque les gusté más por cómo no sabía contar chistes.

En aquella ocasión conté un chiste, pero lo conté mal y eso les encantó, por eso me pedían que descompusiera los chistes, pero yo no lo hacía a propósito, es algo nato; me equivoco y ese era mi encanto porque quedaba. Cada programa debía aprender un chiste nuevo nada más para contarlo mal y que fuera más gracioso.

Yo sola no, me da muchos nervios, me da miedo. No me aprendo tantas cosas, soy alguien que prepara 12 chistes y de esos a veces se me olvidan todos y necesito que alguien me salve, ya sea Radamés, el Borrego o el que esté y así es como funciona. Yo sola no podría.

En redes sociales me dicen de todo, un 98 por ciento me apoya, me piropea, les gusta mi forma de vestir, todo lo que hago. Hay gente a la que no le caigo bien, me dicen de todo, que si soy presumida, que si estoy operada, que si soy interesada, muchas cosas.

Hay veces que sí les contesto, les digo que si presumo es porque tengo de qué presumir, que si estoy operada, pues que se operen ellas para saber lo que significa tener que mantener ese cuerpo con trabajo todos los días, esfuerzo y dedicación. Aunque, la verdad, la mayoría de las veces que me hacen enojar sólo les contesto maldiciones.

Sí ayuda, porque cuando te metes a la televisión o te subes a un escenario dejas de ser una persona a la que le está sucediendo algo malo, porque tu trabajo es darle magia a la gente, debemos darles algo a los que nos ven, para que sueñen y se esfuercen por algo, no puedes sufrir frente a la gente que te admira.

Cuando me subo a un escenario o subo una foto en Instagram les estoy dando una ilusión a las personas, pero ya cuando estoy hablando con un amigo o familiar ya puedo ser yo y contar las cosas que me han pasado y que nunca imaginé. El show debe continuar y yo trato de dividir esas dos Fabiolas.

Mis fans me mandan mensajes, comparten historias, muchas mujeres me cuentan cosas similares a las mías, me han dicho que el tiempo lo cura todo, que puedes rehacer tu vida. Otras personas me recetan pastillas, remedios, cosas que hacer para no caer en una depresión y yo lo agradezco mucho.