Basicos

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PASTA FROLA



INGREDIENTES 150 g de manteca 2 huevos 400 gr. de harina leudante 100 gr. de azúcar 1 cda de coñac (optativo) ralladura de 1 limón 500 de dulce de membrillo agua o vino para disolver


PREPARADOS En un recipiente ponemos la harina y en centro desgranamos la manteca que tiene que estar blanda. Luego agregamos los huevos, la ralladura, el coñac y el azúcar todo junto. Mezclamos bien y sin darnos cuenta ya tenemos hecha la masa para pastafrola. Llevamos a la heladera 1 hora o el tiempo que tenga ya que esto es para darle frío a la masa y que sea fácil manejarla. Mientras descansa la masa, vamos a ablandar el dulce y para eso ponemos una sartén al fuego con el dulce cortado en cubos. Agregamos 2 o 3 cucharadas de agua o vino que también queda muy rico y a medida que se va ablandando lo vamos pisando hasta que quede como una mermelada, retiramos y reservamos. Una vez que la masa está lista, separamos 1/3 y el resto lo estiramos hasta el tamaño de la tartera que vayamos a utilizar. Colocamos en la tartera, previamente enmantecada y enharinada y agregamos el dulce por toda la superficie. Tomamos el resto de la masa y la estiramos pero ahora cortamos en tiras para formar el enrejado tan típico de la pasta frola. Podemos pincelar con huevo y llevamos a un horno a 170º C.


CRENA DE NUECES O INTXAURSALSA



Ahora vamos con la receta que os he preparado, todo empezó por el taller al que fui a Madrid y que impartía Aran Goyoaga de Canelle et Vainille.Con lo cual un día, a nuestra querida Patricia Sánchez se le ocurrió preparar una receta viajera, consistía en q ue cada una mandásemos a otra una carta con una receta de nuestro entorno para cocinarla. Yo en concreto he recibido una carta de nuestra querida Laura de Because, me encanto su carta por las palabras que escribió y que me quedo para mi, la receta estupend a por su sencillez. En estos días andamos mal de tiempo y no me podía permitir algo muy complicado, con lo cual desde aquí agradecerle que pensara e n mí :), además os puedo asegurar que es una pasada de rica y se prepara en 15 minutos, no más. Espero que la preparéis, según me contaba Laura, es una receta típica en el País Vasco y se suele preparar mucho en Navidad, así que según he leído por Internet es todo un clásico. Su nombre Intxaursalsa. La receta en concreto una Crema de nueces, las nueces se muelen o machacan y tienen que tener una consistencia de polvo o harina. Así que espero que os guste, os he dejado los enlaces a los blogs de mis compañeras, ya que más de una ha ido ya publicando su re ceta. Espero que os guste y que de verdad la hagáis, merece la pena. Laura me comento que se podía tomar fría o caliente, yo la prefiero calentita, así que si la preparáis ya me contáis. Vamos con los ingredientes, he visto variaciones por la red, así que si os gusta os podéis dar una vuelta para elegir la rece ta que más guste o modificar algunos ingredientes.




INGREDIENTES 8 nueces peladas y picadas muy fina, textura de la harina. 200 ml de nata lĂ­quida espesa o leche entera. 2 cucharas soperas de azĂşcar. 1/2 cuchara de canela.


PREPARACION Pelamos las nueces y echamos en un mortero, machacamos hasta obtener la textura de la harina, puedes hacerlo tambiĂŠn en un procesador de alimentos. Calentamos a fuego medio-lento todos los ingredientes en una cacerola o cazo. Removemos de vez en cuando para que n o se nos pegue y retiramos cuando tenga la consistencia de una natillas. Se puede servir frĂ­a o caliente. Espero que os guste y que lo disfrutĂŠis.


CONSEJOS PARA EMPLATAR COMO UN PROFESIONAL



Éste es uno de esos post que nacen de una necesidad personal, y seguramente aprenderé lo mismo de él yo que vosotros (y faltita me hace, además). Todo empezó hace un par de semanas cuando, organizando algunos de los trabajos que he hecho para El País Semanal, me di cuenta de que había unas fotos cuyos emplatados estaban a años luz del resto. Se trata de unas recetas hechas con arroz que fotografió Mireia Rodríguez un día del verano pasado en mi casa, en el que se acercó a saludar Iñaki Aldrey, jefe de la partida de carnes de ABaC. Como es joven y le cuesta estarse quieto, quiso echarme una mano, y el resultado fue tan estupendo que cuando recuperé las fotos pensé lo bien que nos iría a todos un poco de esa magia. Así que me aproveché vilmente de su amabilidad y buena disposición y le propuse que me ayudara con este post. Iñaki sugirió emplatar tres recetas y utilizar en cada una de ellas trucos e ideas que después se puede aplicar a muchos otros platos.



La ensalada de crudités que acompaña este salmón está hecha a base de rabanito, manzana, apio, tallo de lechuga, cebolla, zanahoria y tomate cherry. Todos ellos laminados con la mandolina con el corte más fino –si no tenéis una, conseguidla en cuanto podáis, hay versiones muy baratas y es uno de los trastos de cocina más versátiles y útiles del mundo– y puestos en agua muy fría con hielo durante unos 10 minutos. El agua helada hace que los vegetales se ricen y cojan una textura espectacular, crujiente, gustosísima y que permite jugar con los siempre atractivos volúmenes verticales. Iñaki también comparte en este receta otra máxima del emplatado contemporáneo: las salsas –en este caso se trata de una crème fraîche con hinojo picado, para darle cremosidad y frescura al salmón–, siempre debajo. Y con una simple cuchara se consigue un efecto tan elegante como el de la foto: solo hay que poner un pegotito, arrastrarlo con decisión y voilà. El crujiente de la piel del salmón –que por cierto, seguía crujiente dos horas después, cuando nos lo comimos después de terminar la sesión– se consigue poniéndolo sobre ese lado sobre la sartén con un poco de aceite a fuego medio y dándole más caña después. Al servirlo, se puede pintar con un poco más de aceite para que brille, y es recomendable poner la sal en escama en el último momento para que llegue a la mesa entera. Otro de los trucos de este emplatado es tan sencillo como efectivo: alcaparras fritas en aceite de oliva bien caliente. En apenas cinco segundos se abren, convirtiéndose en la flor que hubieran llegado a ser de no haberlas encurtido siendo un capullito: solo hay que pasarlas por un papel de cocina y estarán listas para darle enjundia a vuestras creaciones. Un semicírculo de finas rodajas de rabanito, un poco de granada aquí y allí y ya tenemos un plato para darle estrellas Michelin a cascoporro.



Esta tosta de rosbif de solomillo de cerdo es la muestra de que se puede conseguir un plato espectacular con bien poco. Jugar con unas patatas con dos texturas y aspectos completamente diferentes, como las pont neuf –que se confitan primero y se fríen en aceite caliente después– y las chips de Vitelotte, de un precioso color morado, es una idea que alegra tanto a la vista como al paladar. La base de la coca es una rebanada de pan de centeno un poco tostado, sobre el que se dispone una salsa de mostaza y el solomillo de cerdo al punto, mezclado con pimiento asado –en la sartén, envuelto en papel de plata, tarda unos 20 minutos– de dos colores, jugando con el volúmen para que no quede plano, sino 3D a tope. Unos toques de mostaza antigua aquí y allí, unos brotes (en este caso, de lombarda) y unas hojitas de rúcula estratégicamente colocadas para aportar color y sabor rematan un plato que podría versionarse fácilmente con un bonito o unas sardinas en escabeche –las verduras escabechadas dan mucho juego visual– o unos restos de pollo asado.



El postre que veis aquí, con una pinta de lo más puturrú, es lo que Mikel llamaría una antirreceta, porque ningún fogón ha sido mancillado para crearlo, y prácticamente solo se ensucia un cuchillo y un par de cucharas. El 'caminito de tierra' que sirve de base al plato son galletas tipo Digestive mezcladas con cacao (también podéis añadirle canela, jengibre en polvo o algún fruto seco picado), y las bonitas quenelles de nata y helado de chocolate se consiguen con una cuchara mojada en agua bien caliente y un poco de práctica. El tallado de la fruta también es muy útil para conseguir efectos molones. Es posible que a la primera no consigáis tallar las fresas con la misma gracia que Iñaki, pero con una puntilla y un poco de paciencia es fácil conseguir una presentación en abanico, para la que solo hay que hacer láminas finas –sin cortar hasta el pedúnculo– y abrirlas con los dedos y un poco de cuidado. Unas láminas de ciruela roja y amarilla, cortadas con la mandolina y alternadas sobre el plato, o creando 'flores' con volumen, también pueden dar mucho juego. Un poco de corteza de cítrico rallada –en este caso, mandarina, pero puede ser lima, limón o lo que más os apetezca– y unas hojitas tiernas de menta le darán el último toque de color y sabor al plato.






CREMA PASTELERA



La crema pastelera es una crema muy utilizada en el mundo de la repostería. Normalmente es usada como relleno de tartas, milhojas, lionesas, éclairs, profiteroles, etc. A parte de usarse como relleno, es la base de cremas tradicionales tales como las natillas, cuya receta publiqué hace unos días, o la crema catalana. Se trata de una crema suave, cuyos ingredientes son muy básicos: Leche, yemas de huevo, azúcar y fécula de maíz, más conocida por el nombre comercial de Maizena. Del mismo modo que las natillas, podrás aromatizarlas como más te gusten, con esencia de vainilla, canela o ralladura de naranja o limón. Seguramente muchos de vosotros estaréis pensando que elaborar una buena crema pastelera no es fácil. Para vuestra tranquilidad, quiero confesaros que mis primeros intentos también fueron fallidos, pero cuando vi el problema pude hallar la solución. ¿Qué problemas puedes encontrar al hacerla? - Uno: que te quede una textura un tanto grumosa, eso es debido a que la fécula de maíz no se disolvió correctamente. - Dos: que las yemas de huevo se cuajen en el momento de mezclar la leche, eso se debe a la alta temperatura de la leche en contacto con las yemas y la solución a esto es muy sencilla, echar poca cantidad de leche mientras removemos constantemente la mezcla de yemas. Aún y con éstas, con la receta que hoy te muestro, verás que consigues hacer una fantástica crema pastelera a la primera.



INGREDIENTES 1/2 l de leche 1 vaina de vainilla 125 g de azúcar 40 g de fécula de maíz (Maizena) 4 yemas de huevo


ELABORACION En un cazo ponemos la leche junto con la vaina de vainilla, que habremos abierto a lo largo y extraído las semillas. Llevamos a ebullición, retiramos y reservamos. En un bol mezclamos el azúcar, las yemas y la fécula de maíz. Con unas varillas mezclamos todo hasta que quede perfectamente ligado. A la mezcla anterior echamos poco a poco la leche sin dejar de remover. Una vez todo unido lo ponemos a fuego lento, removiendo constantemente hasta que espese. Retiramos y dejamos enfriar cubriendo con film transparente la superficie.





Es importante que la crema pastelera la elabores con productos frescos y que tengas en cuenta que al llevar huevos, su consumo máximo debería ser de un par de días. Como ves, hacer crema pastelera es muy fácil y muy rápido ¿Te imaginas la cantidad de postres maravillosos que podrás hacer con ella?


MASA QUEBRADA



Siempre que hago un post suelo documentarme antes de escribir sobre el tema, busco en libros, revistas, internet… Por lo general hay bastante unanimidad, en algunas elaboraciones pueden cambiar cantidades o ingredientes, pero nunca he encontrado tanta controversia sobre cómo hacer masa quebrada. Me gustaría que visitarais el blog de mi compañera Miriam, El invitado de invierno, que hizo un post sobre la masa quebrada para quitarse el sombrero. Allí podréis ver que hay diferentes tipos de masa quebrada dependiendo del uso que le vayáis a dar. La masa quebrada, tal como su nombre indica, es una masa grasa quebradiza la cual hay que trabajar muy poco para que no se convierta en una masa elástica. Se usa para la elaboración de tartas saladas y dulces, aunque también se utiliza con bastante frecuencia para hacer galletas. Se elabora a base de harina floja o de repostería (por su menor contenido en gluten), mantequilla fría, huevo y dependiendo de su uso, salado o dulce, sal o azúcar. Como veis es una masa muy versátil y por lo tanto, no debería faltar en vuestro recetario de cocina. No penséis que es una masa difícil de hacer, ¡todo lo contrario! hasta un niño podría elaborarla, lo único que tenéis que tener en cuenta es seguir los consejos que os doy más abajo para que vuestra masa quebrada quede perfecta desde el primer día. Recordad que la receta es para una masa quebrada dulce, pero si queréis una salada, por ejemplo, para una quiche, lo único que tendréis que hacer es descartar el azúcar y poner un pelín más de sal.


INGREDIENTES 150 g de harina floja o repostería 75 g de mantequilla fría cortada a dados 1 huevo 50 g de azúcar glas Una pizca de sal


ELABORACION En un bol ponemos la harina tamizada junto con la mantequilla fría y mezclamos con los dedos hasta conseguir una textura tipo galleta desmenuzada. Con esta acción, lo que intentamos conseguir, es que la mantequilla atrape al gluten de la harina y lo aísle de los ingredientes húmedos. El gluten en contacto con ingredientes líquidos aporta elasticidad a la masa y justamente por eso intentamos impermeabilizarlo con la mantequilla, para que nuestra masa adquiera un punto crujiente. Una vez tengamos la harina mezclada con la mantequilla, añadimos el resto de ingredientes, el azúcar, el huevo y una pizca de sal, estamos hablando de una tarta dulce. Continuamos trabajando la masa con los dedos, pero evitaremos trabajarla en exceso, justo que quede todo ligado y podamos hacer una bola con ella. Dejamos la bola en el mismo bol y la tapamos con papel film. Dejamos reposar en la nevera durante una hora aproximadamente. Transcurrido el tiempo de reposo, colocamos nuestra masa en una superficie ligeramente enharinada, la aplanamos con la mano y seguidamente pasamos el rodillo dándole la forma del molde que vayamos a usar. Para transferir la masa estirada al molde, lo mejor es ayudarse del rodillo. Semi enrollamos la masa en el rodillo y la trasladamos al molde, desenrollamos la masa del rodillo y la dejamos caer sobre el molde. El siguiente paso es ajustar la masa a las paredes del molde, para ello cogemos un pedacito de masa sobrante y vamos apretando con suavidad la masa para que se ajuste bien. Retiraremos el exceso de masa pasando el rodillo por encima del molde y pincharemos su superficie con un tenedor. Sólo nos queda cocerla en el horno y para ello colocaremos sobre la masa papel de horno, yo suelo arrugarlo antes para hacerlo más manejable, algún tipo de legumbre seca que tengáis por casa, en mi caso usé garbanzos. El tiempo de cocción es orientativo y siempre dependiendo si va a volver a meterse en el horno o no. Si lo que vayáis a elaborar requiere una cocción posterior no dejéis que se dore, quizás con 10 minutos de horno, a 180ºC es suficiente, en caso contrario, retirar del horno cuando esté dorada.









Ahora ya sabéis cómo hacer masa quebrada, es muy sencillo y lo cierto es que hay mucha diferencia de sabor con respecto a la que venden en los supermercados. Todo lo hecho en casa sabe mucho mejor, y si vuestro problema es el tiempo podéis optar por una masa rápida, yo lo hago la mayoría de veces por falta de tiempo, se trata de mezclar todos los ingredientes a la vez, estirarla directamente sin reposo y hornear. Posiblemente, algún chef que me esté leyendo se tirará de los pelos, pero amigos… ¡la vida es demasiado corta!



GUACAMOLE



INGREDIENTES Aguacate Chile serrano Cebolla dulce Cilantro Unas gotas de aceite de aguacate Sal Unas gotas de zumo de lim贸n Granada (para aportar un toque fresco al final)


ELABORACIÓN Empezamos poniendo una pizca de sal. Con este truco logramos que el aguacate no resbale en el mortero. Al aguacate le añadimos una cucharadita de chile serrano bien picado Añadimos dos medidas de cebolla bien picada también Y otras dos cucharadas de cilantro Agragamos el limón expridido. Bastan unas gotas Con el mortero se machaca del exterior de las paredes hacia el centro. Despacio, de manera que se extraigan los sabores, pero queden trozos grandes, no queremos una papilla. Un chorrito de aceite de aguacate, solo unas gotas para que le dé cuerpo a la mezcla y emulsione. Esto es una invención nuestra. Un par de cucharadas de granada … Y listo ¡Acompañado de unos panecillos crujientes!


SALMOREJO CORDOBES



INGREDIENTES 1 kg de tomates rojos 200 gr de pan del dia anterior de miga blanca 250 gr de aceite de oliva virgen extra Sal al gusto 1 diente de ajo, opcional


ELABORACIÓN Lavar los tomates y pelar, echarlos en una fuente honda que podáis utilizar con la batidora o en un robot de cocina, mientras el pan ponerlo en otro bol cubierto de agua para que empape. Ir batiendo los tomates junto con el ajo y la sal, hasta que quede una crema fina y sin grumos, añadir el pan remojado y batir de nuevo, el truco para que salga una crema fina y suave esta en ir añadiendo el aceite poco a poco como cuando hacemos mayonesa, así quedara mucho más fino que si lo trituras todo a la vez. Dejar enfriar e n la nevera. A la hora de servirlo puedes hacerlo solo o co n huevo duro y jamón picado. Es muy versátil, otras veces lo sirvo con ventresca, todo un manjar.




CEBOLLITAS GLASEADAS AL VINO DULCE



No sé si os ocurre a vosotros pero, en mi caso, suelo caer en la elaboración de las mismas guarniciones una y otra vez. Generalmente, por falta de tiempo, recurro a mis clásicos. Pero me gusta mucho variar en cuanto a guarniciones se refiere, así que, siempre ando a la caza y captura de nuevas recetas, como es el caso de estas cebollitas glaseadas al vino dulce. Son fáciles de preparar, pero lentas. El proceso de elaboración lleva su tiempo, porque requiere de una cocción larga a fuego muy suave. Sin embargo, no conlleva estar esclavizados frente a los fogones, lo que supone un alivio y una ventaja. Podemos dedicar ese tiempo a otros menesteres, cosa que siempre se agradece.


INGREDIENTES (para 8 cebollitas o 4 personas) 50 g de mantequilla 8 chalotas 200 ml de vino blanco dulce sal y pimienta blanca molida.


ELABORACIÓN Comenzamos pelando las cebollitas y, para que la tarea resulte más fácil, recomiendo escaldarlas. Para ello, calentamos abundante agua en un recipiente amplio. Cuando alcance el punto de ebullición, introducimos las cebolletas y, a los dos minutos, las retiramos. Las introducimos en un recipiente con agua muy fría y las refrescamos, para cortar la cocción. Cuando atemperen un poco, procedemos a pelarlas. La piel saldrá con facilidad. A continuación, fundimos la mantequilla en una sartén. Conviene que ésta sea del tamaño adecuado para dar cabida a todas las cebollitas sin que haya demasiado espacio entre unas y otras. Doramos las cebollitas por todos sus lados, agregamos el vino y dejamos cocer al mínimo con la sartén tapada, hasta que las cebollitas estén tiernas. El tiempo de cocción dependerá del tamaño de las cebollitas, así como de su punto de madurez. Sabremos cuándo debemos retirar del fuego cuando, al pinchar con un tenedor, las cebollitas estén tiernas, pero no demasiado blandas. Si el líquido se consume antes de que las cebollitas alcancen su punto, añadimos un poco de agua. Cuando las cebollitas estén listas, salpimentamos al gusto.

Degustación Aunque mi recomendación es la de consumir estas cebollitas glaseadas al vino dulce como guarnición de carnes o pescados, lo cierto es que también se pueden tomar solas, como protagonistas de un entrante o como aperitivo. Si nos gustan con más salsa, podemos aumentar la cantidad de vino y, una vez estén tiernas las cebollitas y las hayamos retirado de la sartén, reducirlo a fuego fuerte. En este caso, necesitaremos buen pan para mojar.



OPERACIÓN SANGRÍA: CUATRO FORMAS DE RECUPERAR UNA BEBIDA MALTRATADA


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Como sé de buena tinta que a casi todos los que leéis este blog os gusta el pi-piribí-pi-pí, volvemos a la carga con una nueva entrada dedicada al bebercio. La de hoy va de dignificar la sangría, esa bebida con la que casi todos nos iniciamos en el mundo del alcohol (aunque fuera en dosis mínimas, que algo debía llevar ese trozo de melocotón que te daban para chuperretear después de dar la tabarra durante dos horas) y que se ha convertido en néctar oficial de los guiris, con ingredientes desconocidos, cantidades ingentes de azúcar y precio de uranio empobrecido. El primer consejo para que la sangría sea una bebida digna es más o menos el de siempre: usa unos ingredientes dignos. ¿Vino de tetrabrick? NO. Tampoco hace falta que le pongas un Pingus, pero es importante que el caldo sea mínimamente decente. ¿Las peras pochas y el melocotón de megaoferta que lleva una semana al sol? TAMPOCO. ¿Meterle todos los culos que quedan en el mueble bar de la casa de la abuela Luisa en la Manga del Mar Menor? TÚ VERÁS. Aunque a mí me da resaca sólo de escribirlo. Por lo demás, es importante darle su tiempo al vino (o la bebida que sea) para que se empape bien del sabor de la fruta, y al revés. Si no se dispone de una hora y media o dos, se puede usar almíbar en lugar de azúcar y darle unos meneíllos a la mezcla de fruta y vino para acelerar el proceso. Ah, y si usas frutas muy maduras y las pones en trozos muy pequeños al final vas a comer papilla con vino, así que usa el sentido común y respeta las texturas. En cuanto a pelarlas o no, menos el limón y la naranja –cuyas cortezas tienen aceites aromáticos que dan enjundia a la bebida– y la manzana y la nectarina, que le pueden dar un punto crujiente interesante, el resto de los pellejos es mejor desecharlos.


SANGRÍA DE VINO TINTO INGREDIENTES Un litro de vino tinto

Una nectarina

330 mililitros de gaseosa (opcional)

2 paraguayos

100 mililitros de Cointreau o Triple Sec

El zumo de dos limones

Un melocotón de viña

2 cucharadas de azúcar

Un melocotón de agua

Hielo a porrillo

PREPARACIÓN 1. Pelar la fruta (menos la nectarina) y cortarla en dados grandes. Mezclar en una jarra con el azúcar, el vino y el licor, remover bien y dejar reposar durante un par de horas en un sitio fresco (pero no en la nevera). 2. Añadir la gaseosa fría, el hielo, remover y lista para servir.

CONSEJO: Si se elimina el Triple Sec pero se usa un poco de infusión de cáscara de naranja, se mantiene el sabor del cítrico sin mezclar alcoholazos.


SANGRÍA DE CERVEZA INGREDIENTES 400 gramos de cerezas 200 gramos de moras 3 cucharadas de miel 100 mililitros de vodka (opcional) 1 litro y 1/2 de cerveza Hielo con moderación

PREPARACIÓN 1. Triturar las moras con 100 mililitros de vodka (si no se quiere añadir otro alcohol, un poco de agua también sirve) y las 3 cucharadas de miel. Pasar por un chino o un colador metálico de malla fina. Macerar en una jarra las cerezas deshuesadas en el zumo resultante durante un par de horas en un lugar fresco. 2. Para servir, poner unos cubitos de hielo sobre la fruta, la cerveza fría y darle unas vueltas (con suavidad, para que no desaparezca la burbuja) antes de servir.

CONSEJO Si se sustituye la cerveza por un par de botellas de vino blanco espumoso saldrá una sangría de sabor más delicado pero con más poder chuzante.


SANGRÍA SIN ALCOHOL INGREDIENTES 1 litro y medio de mosto de uva negra 1 vaso de zumo de naranja 1/2 vaso de zumo de limón 200 gramos de uvas verdes 200 gramos de uvas negras 2 naranjas Hielo a tutti

PREPARACIÓN 1. Pelar la naranja a lo vivo. Abrir las uvas por la mitad y sacarles las pepitas (si tienen). Mezclar en una jarra las frutas con el mosto, el zumo de naranja y el de limón y dejar reposar un par de horas en un sitio fresco. 2. Añadir hielo a la bebida y remover con ganas justo antes de servir.

CONSEJO: Si los que van a disfrutar esta sangría son niños (y teniendo en cuenta que no se ha usado azúcar en la preparación, excepto el de la propia fruta), añadir un puñado de ositos de goma o gominolas en el último momento puede proporcionarle un extra de emoción a la bebida.


SANGRÍA DE CANELA, NARANJA Y LIMÓN INGREDIENTES 1 litro y medio de vino tinto 4 limones 4 naranjas 2 ramas de canela 4 cucharadas de azúcar Hielo como para hundir el Titanic

PREPARACIÓN 1. Poner el vino en una jarra. Hacer zumo con dos naranjas y dos limones, y mezclar el zumo y los limones y las naranjas vacíos (con cuidado de que no caigan ninguna pepita, porque amargan) con el vino, el azúcar y las ramas de canela troceadas. Dejar reposar en un sitio fresco durante 24 horas. 2. Colar con un colador de malla fina el vino aromatizado, y volver a poner en la jarra con el limón y la naranja restantes troceados. Dejar reposar una hora más y servir con un montón de hielo.

CONSEJO: Esta sangría está ligeramente inspirada en el zurracapote, bebida con la que me cogí el primer pedo de mi vida en Logroño (no diré a qué edad porque no vaya a ser que a mis padres les quiten mi custodia con efectos retroactivos). Si se aumenta el tiempo de macerado el sabor será más intenso, aunque cuidado con la temperatura porque el azúcar puede hacer que se estropee.



LEMON CURD, CREMA DE LIMÓN



La receta que hoy os traigo es una de mis debilidades. Se trata de lemon curd, crema de limón inglesa que, si me dejan, me la como hasta a cucharadas. su textura súper cremosa y suave, y su sabor dulce y a la vez ácido, hacen de esta crema de fruta una auténtica maravilla. La palabra curd significa cuajado en ingles, con lo que el lemon curd sería una especie de crema cuajada de limón, huevo y mantequilla que se cocina a baño maría. En inglaterra, durante el siglo pasado, era tradición servir esta crema untada con los clásicos scones o con los english muffins. Se emplea también como relleno de tartas y pasteles, madalenas o simplemente con yogur. Os animo a que preparéis esta receta, está absolutamente impresionante, estoy segura de que será un éxito.


INGREDIENTES: 6 HUEVOS 430 gr. AZÚCAR 300 ml. ZUMO DE LIMÓN 200 gr. MANTEQUILLA RALLADURA DE 2 LIMONES



PREPARACIÓN: 1.- Lo primero que hacemos es batir los huevos. añadimos el resto de ingredientes y seguimos batiendo con unas varillas hasta que la mezcla esté incorporada. 2.- Vertemos la mezcla en un cazo y lo ponemos a baño maría. Cocinamos a fuego medio, sin dejar de remover en ningún momento, y cocinamos durante unos 10 o 15 minutos. Veremos que la mezcla irá espesando. Cuanto más tiempo lo dejemos, más espesa quedará. Tenemos que tener en cuenta que una vez fría, seguirá adquiriendo consistencia. Si os gusta el limón y los postres de limón, tenéis que probar esta receta, os encantará, estoy segura. Espero que os animéis a probarla.


MOJITO



No suelo publicar los viernes, pero esta receta de mojito que os he preparado tenía que publicarse hoy, es el día perfecto para salir después de trabajar con los amigos, tras una larga semana y tras unos pinchos, unas copichuelas no caen nada mal. Llegando esta época del año y aunque no suelo beber mucho un estupendo mojito como éste y en un viernes cae de maravilla. Así que espero que os guste la entrada de hoy tan refrescante, el auténtico mojito cubano. ¿Quién se apunta?



INGREDIENTES Ron blanco seco o ron de caĂąa, esto va a gusto. Zumo de lima. Soda o seven up. Hierbabuena, varias ramas. AzĂşcar moreno. Ramas de canela. Hielo picado.


PREPARACIÓN Os voy a dar las cantidades para un vaso, ya que cada uno le puede gustar de maneras diferentes, por ejemplo a mi no me gusta muy cargado, más bien suave. 

Echar en el vaso varias hojas de hierbabuena, a mi me gusta mucha cantidad, si os gusta menos pues al gusto, directamente la rama entera lavada. Los vasos deben de ser grandes, ahora esta muy de moda incluso en los bares de copas, utilizar botes de cristal que podemos tener en casa de conservas.

El siguiente paso añadir en el vaso entre dos y tres cucharas de azúcar moreno , según te guste más o menos dulce. Puedes utilizar azúcar blanca, pero yo siempre uso la morena y añadir la soda, más o menos por la mitad del vaso, que será el doble de ron que pondremos.

Cortar las limas en rodajas y añade varias al vaso, en un mortero machacar el resto de la lima y añadir el zumo a nuestra mezcla. Mezclar bien todo lo que tenemos en el vaso sin romper las horas de hierbabuena y por último añadir el hielo picado con una batidora o el que podemos comprar. Puedes utilizar también otro tipo de hielo, pero con el picado mucho más rico, rellena el vaso por encima de la mitad.

Ahora añadimos un chorrito de ron en el vaso, el que os guste, en mi caso he utilizado el ron de caña, para mi es menos fuerte, la cantidad depende del gusto de cada uno. Servir con una rama de canela y beber con pajita.

Listo para tomar y disfrutar con los amigos.


GANACHÉ DE CHOCOLATE



Ganache es una palabra francesa que nombra una mezcla suave y aterciopelada de chocolate y nata líquida en diversas proporciones. La ganache se prepara vertiendo la nata caliente (con un mínimo de 35-40% de grasa) sobre el chocolate troceado, y esta mezcla se remueve suavemente hasta que está homogénea. Hoy os contamos cómo hacer ganache de chocolate de forma indolora. La proporción chocolate/nata depende del uso que se le quiera dar a la ganache; se considera ganache básica cuando las proporciones son de 2 partes de chocolate amargo a 1 parte de nata líquida, en peso (es decir, 300 g de chocolate amargo por 150 g de nata, por poner un ejemplo). Para un baño fluido se utilizará una menor proporción de chocolate (hasta de 1/1) y para trufas una mayor proporción de chocolate, que dependerá de la receta en concreto. La ganache se puede preparar con chocolate amargo, chocolate con leche o incluso chocolate blanco, y se le pueden añadir distintos saborizantes, licores o extractos (como el extracto de vainilla). Si se utiliza la ganache para cobertura es frecuente agregarle mantequilla, aceite o azúcar invertido, para darle un acabado superficial más brillante. La proporción de cacao del chocolate empleado también afecta a la consistencia final; los chocolates amargos dan ganaches algo más consistentes que los chocolates con leche, por ejemplo. Una advertencia importante antes de empezar: Para manipularganache todos los utensilios deben estar completamente secos, o el chocolate se agarrará.



Una vez elegida la cantidad de ganache que queremos preparar y la proporci贸n chocolate/nata (que depender谩n de la receta concreta que estemos elaborando), troceamos el chocolate y lo ponemos en un bol que resista el calor. Calentamos la nata en un cazo o en el microondas, hasta el punto de ebullici贸n, y la vertemos sobre el chocolate. Dejamos reposar un minuto.



Mezclamos suavemente con unas varillas; veremos que al principio tiene un aspecto poco homogéneo, con trozos pequeños del chocolate que se distinguen en la nata, pero a medida que batimos con suavidad vemos que se forma una crema de chocolate que tendrá un aspecto brillante, denso y suculento. Et voilá! Ya tenemos la ganache de chocolate.



Cuando la ganache aún está templada y en estado líquido sirve para bañar pasteles y tartas, con tan solo verterla por encima. Una vez fría, adopta una consistencia untable, por lo que sirve de relleno y cobertura, como se ve en nuestra técnica de cómo hacer una tarta de ajedrez. Otro de sus usos es la preparación de trufas, para la cual se utiliza una fórmula de ganache siempre con una buena proporción de chocolate, para obtener una buena firmeza. Asimismo, la ganache fría del frigorífico se puede montar con varillas para obtener trufa montada, que también sirve como relleno y cobertura de pasteles y tartas. La calidad de una ganache depende directamente de la calidad del chocolate utilizado, por lo que si queremos obtener una ganache excepcional usaremos chocolate de buena calidad. La nata líquida debe tener el mínimo de grasa que hemos indicado anteriormente y ser pura, no nos sirven las natas para cocinar con otros ingredientes añadidos. Con este artículo sobre cómo hacer ganache de chocolate ya no podéis decir que no la preparáis porque es difícil. ¡Ánimo Como es viernes lo disfrutaremos con muchas ganas, que paséis un estupendo fin de semana.



BIZCOCHO SALADO



El bizcocho salado es ideal para la merienda o una cena rápida, para llevar como desayuno o tentempie al trabajo, como parte de un bufet frio o de una comida en el campo o la playa Se puede preparar el día anterior y el relleno se puede variar según el gusto de cada uno, teniendo en cuenta de que el peso total de todos los ingredientes sea de 300 gr. Algunos ejemplos de relleno: -Atún o surimi, aceitunas verdes, tomates deshidratados y queso emmental -Salmón ahumado, pepinillos, huevo duro, queso crema y eneldo. -Jamón dulce, champiñones en conserva, nueces y mezcla de quesos. -Salami, alcaparras, pimiento morrón, mozarella. Para el acabado queda muy bien con diferentes semillas ( amapola, sésamo, girasol, calabaza…) en vez del queso Parmesano.


INGREDIENTES BIZCOCHO 3 Huevos 175 gr. de Harina 75 gr. de Aceite de Oliva Suave 125 de Leche 10 gr. de Levadura Royal (1 cucharada) 1 cucharadita de Orégano ½ cucharadita de Sal RELLENO: 100 gr. de Bacon ahumado 100 gr. de mezcla de 4 Quesos rallados 50 gr. de Aceitunas negras sin hueso 50 gr. de Pimiento morrón en conserva 25 gr. de queso Parmesano en polvo o rallado


ELABORACIÓN Cortar el bacon en tiritas y saltear en una sartén sin nada de aceite. Dejar enfriar. En un bol grande batir los huevos con varillas manuales, añadir la leche, el aceite, la sal y el orégano, seguir batiendo. Agregar la harina y la levadura tamizadas y mezclar hasta que estén bien integradas. Deberá quedar una mezcla cremosa y homogénea. Agregar a la mezcla el bacón salteado, las aceitunas cortadas en rodajas, el pimiento morrón cortado en cuadraditos y el queso rallado, mezclar bien con una espátula. Verter la mezcla en un molde de silicona rectangular engrasado con unas gotitas de aceite, espolvorear con el queso parmesano y meter en el horno precalentado a 180º durante 35 minutos. Comprobar con un palillo que está bien cocido. Sacar del horno dejar entibiar y desmoldar. Cortar en rebanadas cuando esté frío y servir.




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