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A pesar del Presidente

Los tenues avances de México en disminución de la pobreza no han sido gracias al gobierno de López Obrador, sino a pesar suyo.

La crisis China-Estados Unidos y la herencia de sus odiados antecesores le pusieron en bandeja la posibilidad de sacar a México de la pobreza, y no sólo a un reducido y relativo porcentaje.

Sus obsesiones y ego lo han impedido.

Desde luego esa cantidad de mexicanos que ya no son pobres suena bien, pero es ínfima comparada con lo sería con un gobierno sensato.

La disminución del número de pobres se debe al acierto de incrementar los salarios, que en el sector automotriz lo impuso Estados Unidos para renovar el TLC en su segunda versión, el T-MEC.

También, al aumento exponencial de las remesas (61 mil millones de dólares anuales), debido a que México volvió a ser el principal expulsor de migrantes a Estados Unidos.

Los paisanos y los apoyos de la Casa Blanca a personas y a empresas, no el gobierno de AMLO, salvaron a México de la hambruna durante la pandemia.

Nuestro país había logrado una tasa aproximada a cero de migración de mexicanos que

EN TOTAL EROGARÁN 140 MDP nearshoring, o relocalización de empresas, debido en gran parte al deterioro de las relaciones de Estados Unidos con China.

Pablo Hiriart @PabloHiriart

la cual aumentan de manera impresionante las remesas. En dólares, son el doble de las ventas de crudo de Pemex.

phiriartlebert@gmail.com entraban y salían de Estados Unidos en los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto, y con López Obrador se disparó el éxodo de connacionales al país vecino.

Factor clave para que México no se caiga es la integración económica con Estados Unidos, que se hizo a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).

La tabla de salvación y plataforma de despegue para el país fue obra del presidente Carlos Salinas y de la confluencia de votos del PRI y el PAN en el Congreso.

Si por López Obrador hubiera sido, el TLC no se habría logrado, pues en su contra marchó y acusó al entonces presidente de entregar la soberanía nacional a Estados Unidos.

AMLO presume, en su gobierno, los frutos de aquello que como opositor boicoteó.

Enrique Quintana apuntó el jueves en estas páginas que México es el principal proveedor de Estados Unidos –sobre China y Canadá–, con 15.9 de sus compras en el exterior, superior al 13.7 por ciento de 2018.

Es decir, vendemos unos 72 mil millones de dólares anuales más a Estados Unidos que en 2018.

Ha sido posible a pesar del presidente López Obrador.

Si los inversionistas privados no fueran bloqueados para producir energía eléctrica, más barata que CFE, la relocalización de empresas para instalarse en México se dispararía.

Y pudo invertir centenares de miles de millones de pesos, que le dejaron, para crear una red de infraestructura de carreteras, puertos y aeropuertos.

Pudo hacer de México un país con sistemas de salud de primer mundo.

Tuvo los instrumentos que le dejaron sus antecesores, una coyuntura internacional preciosa y el respaldo social necesario.

Lo que tocó, sin embargo, lo destruyó.

La cantidad de mexicanos deportados, detenidos o expulsados ipso facto una o más veces, alcanzó el récord histórico de 800 mil el pasado año fiscal.

Eso da la idea de cuántos sí logran pasar, y la razón por

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