Jueves 24 de junio de 2021. Culiacán, Sinaloa
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ÉTHOS
Los riesgos de la militarización DOLIA ESTÉVEZ @DoliaEstevez / SinEmbargo.MX
ASHINGTON, D.C._ La polémica propuesta de reforma constitucional para que la Guardia Nacional sea absorbida por la Secretaría de la Defensa Nacional, preocupa a quienes consideran un riesgo para los derechos humanos el empoderamiento de los militares. “El riesgo más obvio de una fuerza militar, con el papel de policía interna, es que la sociedad se canse con los abusos de derechos humanos relacionados a las Fuerzas Armadas (que es casi imposible evitar), y disminuya la confianza que se les ha dado”, me dijo Craig A. Deare, catedrático de la Universidad de la Defensa Nacional, ex oficial de Inteligencia del Pentágono, y ex asesor para América Latina en el Consejo Nacional de Seguridad. Para Craig, la “tragedia” de la propuesta es que México vuelve a postergar una vez más la oportunidad de empezar a construir una policía federal profesional, capacitada y eficaz para atender la delincuencia que debería corresponder a los cuerpos de procuración de justicia civiles y no a los soldados y marinos. “A México no le hacía falta un Ejército más grande para tratar temas de defensa nacional. Le hacía falta una entidad para tratar temas de crimen organizado o delincuencia organizada. Esta situación ha sido así desde 2007-2008. Tres presidentes consecutivos tuvieron ideas de fortalecer la Policía Federal-Calderón, Peña Nieto, y ahora AMLO-y ninguno tuvo éxito”, precisó el autor de The Tale of Two Eagles, texto que narra la evolución de la relación militar-militar EU-México en las últimas décadas. Stephanie Brewer, directora para México y migración en la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), fue más directa al rechazar la propuesta de AMLO. “Es el último paso en la militarización de las tareas policiacas”, escribió en Twitter, “a pesar de que ha probado ser un fracaso durante 15 años”. Lo que México necesita, planteó la especialista, son instituciones policiacas y civiles que garanticen el Estado de derecho y aborden la violencia en lugares donde la basta mayoría de crímenes contra la población permanece impune. Antes de ganar la presidencia, AMLO prometió que pondría alto a la política de Calderón y Peña Nieto de militarizar las tareas policiacas, regresando al Ejército a los cuarteles. Solía decir que su meta era que las corporaciones civiles asumieran todas las tareas de seguridad interna. Pero no sólo no ha cumplido, sino que usa a la Guardia Nacional en una
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amplia gama de tareas fuera de su competencia. Integrada por soldados y ex policías federales, la Guardia Nacional se ha vuelto una especie de fuerza mil usos a disposición del Presidente. Su uso y abuso dejó de ser una supuesta medida transitoria para volverse estrategia de largo plazo. “Son los únicos que me obedecen”, dice en privado AMLO. Aunque nominalmente está bajo la tutela civil de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Sedena tiene el control operacional diario de la Guardia Nacional. Además, las Fuerzas Armadas son responsables de entrenarla y de nombrar a sus comandantes. La reforma para incorporarla de lleno a la Sedena acabaría con la simulación de que son un cuerpo de civiles. En Latinoamérica, región marcada por sangrientos golpes militares, ceder poder prácticamente ilimitado a las Fuerzas Armadas es motivo de alarma. Sin embargo, los militares mexicanos carecen de tradición golpista. Craig me dijo que no le preocupa la posibilidad de que las Fuerza Armadas “jueguen un papel más político” que, observó, “no lo buscan y no lo quieren”, Más bien, la preocupación está en “la percepción de legitimidad de la institución”. WOLA coincide. El peso de las fuerzas armadas mexicanas dentro y fuera del ámbito de la seguridad, seña-
ló en un análisis reciente, “puede significar que no hace falta un golpe de estado para que las instituciones militares ejerzan niveles de poder que, sin constituir un gobierno militar, tampoco hablan de una institucionalidad democrática saludable (México militarizado, la guerra se perdió, pero la paz no llega, 12/05/2021). Otro peligro es la corrupción. Paradójicamente, uno de los motivos por los que Calderón acudió a los militares para librar su sangrienta guerra a las drogas fue que eran menos corruptos que la policía civil. Sin embargo, los militares son tan corruptibles y vulnerables a los sobornos millonarios del narco como cualquier otra autoridad. Michael Hayden, ex director de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad, me dijo que una de las mayores preocupaciones de los servicios de inteligencia de EU es la capacidad de “cooptación por parte del narco” de los altos mandos mexicanos militares y civiles a cargo de la seguridad (Ex director de la CIA: La agencia espía a líderes en México, 01/11/2018 SinEmbargo). Dos casos recientes muestran que el temor no es infundado. Generado García Luna, secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, fue acusado de vínculos con el narcotráfico en Nueva York en 2019. Permanece preso en espera de ser juzgado. Salvador Cienfuegos, ex titular de la Defensa de Peña Nieto, fue detenido y acusado en EU por presuntos nexos al narco en 2020. Tras la presión política del gobierno de
RODRÍGUEZ
ALEJANDRO SICAIROS alex.sicairos@hotmail.com
Da Rocha rasgos de Gobernador gestor Inseguridad, lo que preocupa a Sinaloa uando pareciera que los único verbos que conjuga la clase política local son los de olvidar, minimizar y simular para que los problemas de urgentes soluciones queden rezagados en la agenda pública, el Gobernador electo, Rubén Rocha Moya, expone ante la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el fenómeno de las desapariciones forzadas en Sinaloa que es quizás el semblante más doloroso de la crisis de seguridad pública, que angustia a las familias de la víctimas, estremece a la comunidad internacional, pero en el contexto estatal a las autoridades les resulta indiferente. Ha llegado el momento de reconocer que además de las desapariciones forzadas están creciendo situaciones como desplazamiento de personas debido a la violencia, feminicidios, involucramiento de población joven en el narcotráfico, adicciones a drogas y alcohol y toda esa gama delictiva contraria a los esfuerzos por legalidad, derechos humanos y paz. La costumbre gubernamental de cerrar los ojos para ignorar dicha autenticidad lo único que ocasiona es
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AMLO, fue regresado a México bajo el entendido de que enfrentaría la justicia en su país. No obstante, AMLO ridiculizó las pruebas que entregó EU para que fuera juzgado. La FGR cerró el expediente. No está claro cómo los cambios propuestos afectarían la deteriorada cooperación antinarcóticos en momentos en que los servicios de inteligencia de EU expresan alarma sobre el papel dominante de México en el tráfico de enervantes. De acuerdo con la CIA, los sindicatos de la droga mexicanos controlan el tráfico a lo largo y ancho del territorio nacional. México es importante productor y tránsito de éxtasis, centro significativo de lavado de dinero, gran abastecedor de heroína y el más grande proveedor de marihuana y metanfetaminas en el mercado de EU. Es el tercer productor de opio en el mundo y 95 por ciento de la cocaína procedente de Sudamérica que ingresa a EU pasa por México (The World FactBook 15/06/2021). El gobierno de Biden no se ha pronunciado sobre la controvertida propuesta presidencial. Probablemente no lo haga públicamente, sino en conversaciones privadas. Militarizar los órganos de procuración de justicia contraviene su férrea defensa de los derechos humanos y la priorización del combate a la corrupción como eje de su política exterior. Con todo, no dependerá de EU prevenir que la seguridad interna quede en manos militares sino del interés que haya en México en preservar la institucionalización civil.
‘Simulacro’
OBSERVATORIO
que toquen fondo estas complejidades y se hunda a la vez la expectativa de tranquilidad. Rocha se ha situado frente a instituciones federales que pueden tener, o mejor dicho deben asumir, las medidas de contención en crímenes que echan por la borda el logro tan publicitado de reducción en homicidios dolosos en Sinaloa. El descenso de asesinatos en un promedio casi sostenido de 10 por ciento anual durante el gobierno de Quirino Ordaz Coppel resulta inapreciable porque en las estadísticas de desapariciones el estado aparece entre los diez que concentran el 70 por ciento de los casos ocurridos en México, y junto a Sonora, Veracruz, Colima y Guerrero tiene el 57 por ciento de las fosas clandestinas localizadas en todo el País. Los indicadores plantean que la inseguridad debe atenderse con enfoque en las víctimas, más allá de las labores de fuerza pública, inteligencia y de tipo social que son obligación del Estado sostener. Las familias que abandonan los pueblos donde tienen patrimonio y arraigo, expulsadas por sicarios que siembran el terror, constituyen
otro ejemplo de la crisis humanitaria que necesita del tratamiento sensible de los gobernantes. A pesar de que no existe un censo acabado al respecto, La Comisión Estatal de Defensa de los Derechos de Sinaloa estima que serían alrededor de 25 mil personas desterradas de sus lugares de origen en poco más de una década. Los delitos tipificados como feminicidios, que presentan curvas de incidencia que en cualquier punto son preocupantes, delatan la poca o casi nula participación del sistema de protección a las mujeres (instituciones, ministerios públicos y jueces) que luce roto al momento que las policías estatal y municipales deben brindar protección a potenciales víctimas y en cambio pretextan la falta de elementos para cumplir la importantísima custodia. En la década 20102020 hay alrededor de 800 hechos reportados y en 2021, de enero a lo que va de junio, se reportan 14 casos. Aunque más allá de las estadísticas y lo doloroso de estos flagelos, lo cardinal es que los gobiernos federal, estatal y municipales reaccionen en la misma dimensión del sufrimien-
OPINIÓN 5A
to de las familias afectadas. Acudir a los números fríos y enseguida enconcharse en la apatía contribuye a que la sensación de abandono revictimice a quienes por derecho tendrían que ser atendidos con criterios de reparación de daños. La señal que manda Rocha Moya al anticiparse a las fechas formales en que ejercerá como Gobernador y buscar que se implementen políticas públicas de atención a las desapariciones forzadas, consiste en que ya chole con la generalizada y miope actitud de dejar de lado aquellos retos en los que fracasa el gobierno por indolencia, omisión o negligencia. El reconocimiento de la realidad es el mejor punto de partida hacia las respuestas, soluciones y emociones que acaben con la percepción de desamparo a las víctimas. Otra muestra de avance en trámites impostergables es la reunión que sostuvo ayer con el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, para tratar conflictos que les cierran las fronteras estadunidenses a productos sinaloenses de exportación. Eso de tirar toallas o lavarse las manos, vieja guarida de servidores públicos ineptos, carece hoy de razón de ser. Los azotes que recibe Sinaloa, llámense violencia, pandemia, sequía, corrupción o amenaza de catástrofe educativa, para nada ocupan de políticos que desde la función pública ocultan los hechos, en lugar de empeñarse en solucionarlos. El pavorrealismo de la política donde nadie quiere ensuciar sus ropajes al
RODOLFO DÍAZ FONSECA
rfonseca@noroeste.com rodifo54@hotmail.com
Convertirnos en puentes a historia humana es un mosaico tejido con innumerables hilos que se mezclan o entrecruzan en diversos giros y acentos. En ocasiones los hilos se esconden temerosos, mientras que otras veces emergen victoriosos; hay hilos tornasolados y otros que palidecen tremendamente desolados. Sí, la vida humana está compuesta de alegrías y agonías, cumbres de emoción y abismos de ambición, cimas de amor y simas de dolor. Lo importante es que nos convirtamos en puentes que permitan a los demás superar todas las barrancas y desniveles. Es clásico el poema de la escritora Will Allen Dromgoole, titulado “El constructor de puentes”, en el que señaló que un anciano trató de construir un puente y alguien le objetó para qué lo construía si él ya había cruzado el abismo, y respondió: “Es que por este mismo camino noté que hace algunas horas me trataba de alcanzar un jovencito inexperto que por acá ha de cruzar. Este profundo barranco para mí no ha sido nada, mas para el joven que viene será una encrucijada. En las sombras pasará cuando llegue aquí, es por eso que para él este puente construí”. El jesuita español, José María Rodríguez Olaizola, escribió que hay demasiados abismos y hacen falta puentes que acorten distancias y salven barreras: palabras, miradas, anhelos, virtuales, caricias. “Solo que, demasiado a menudo, nos ponemos en modo levadizo y elegimos la lejanía”. Entre las canciones clásicas de los 70, figuró el éxito: “Puente sobre aguas turbulentas”, con letra y música de Paul Simon, cantada por Art Garfunkel, que dice: “Creo tanto en ti, siempre tendrás mi mano, mi amistad. Tus sueños van camino de la luz, cruza el puente sobre aguas turbulentas, no te dejes arrastrar. Déjame que yo sea ese puente cuando decidas cruzar”. ¿ Me convierto en puente?
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encarar las grandes dificultades ha de transitar, ya, al esquema del gestor que puede domar al tigre y no se conforme con meter a un loro a la jaula. Entonces el hecho de que Rocha Moya dedique las semanas previas al primero de noviembre cuando inicia su período de gobierno, a tocar puertas en la Federación, habla de un cambio de mentalidad en cuanto a ir al encuentro de las dificultades y enfrentarlas antes de que éstas dobleguen al Gobernador, presidentes municipales y, principalmente, a los sinaloenses. Buen signo para comenzar a deletrear al Rocha Gobernador.
Reverso Disculpe Rocha la insistencia, De querer vivir más seguros, Es que los crueles datos duros, También mataron a la paciencia.
Sandeces irremediables
A propósito de esa costumbre del poder que repele las obligaciones y toma solamente lo fútil, ahí está el desordenado estado mental del Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez, quien aun siendo el responsable directo de atender el repunte del coronavirus traducido en pérdidas de más vidas humanas en el Municipio, se deslinda del problema y balbucea que “eso depende de los sistemas médicos, no del Ayuntamiento. Si se muere la gente de Covid-19 es por quienes los están tratando”. Lo dijo y existen audios que lo prueban. Y va de nuevo: ¡Ay, mi Mazatlán! En manos de quién volviste a caer.