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Los aranceles en EE.UU.: posibles efectos en consumidores y negocios latinos

Las recientes medidas comerciales impulsadas por Donald Trump podrían influir en los precios de productos importados y afectar a sectores vinculados al comercio internacional.

Redacción - New/Nueva Opinión

El pasado miércoles 9 de abril, el presidente Donald Trump anunció una pausa de 90 días en la aplicación de nuevos aranceles para decenas de países, al tiempo que incrementó al 125% los gravámenes a las importaciones provenientes de China. La medida marca un giro parcial en la política arancelaria anunciada una semana antes, que incluía un impuesto mínimo del 10% a todas las importaciones hacia Estados Unidos.

De acuerdo con Trump, la decisión se basa en la voluntad de negociación expresada por más de 75 países, y tiene como objetivo “fomentar soluciones bilaterales” mientras se mantienen presiones sobre China, a la que acusó de “falta de respeto hacia los mercados mundiales”.

¿Qué se mantiene y qué cambia?

Con la nueva disposición:

  • China enfrentará un arancel del 125%, con efecto inmediato, en respuesta a lo que la Casa Blanca calificó como una escalada en la guerra comercial.

  • Todos los demás países mantendrán un arancel base del 10%, aunque con una suspensión temporal en los aumentos previstos.

  • Se otorgará una pausa de 90 días para que las naciones que no han tomado represalias puedan negociar con Estados Unidos individualmente.

  • México y Canadá siguen dentro del marco del T-MEC, pero continúan vigentes aranceles anteriores para sectores como el acero, aluminio y vehículos.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, confirmó que la suspensión beneficiará a los países que se abstuvieron de responder con represalias. Por su parte, Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, reiteró que los aranceles podrían revisarse en función de la conducta comercial de cada país: “No tomen represalias y serán recompensados”.

Reacción de los mercados y tensiones globales

Tras el anuncio, los mercados financieros en EE.UU. reaccionaron positivamente: el índice S&P 500 subió un 6%, rompiendo una racha de pérdidas que comenzó tras el anuncio original de aranceles masivos la semana anterior. Sin embargo, las bolsas europeas y asiáticas, que operaron antes del anuncio, registraron caídas significativas.

La Unión Europea había anunciado represalias por los aranceles estadounidenses a productos como el acero y el aluminio, apuntando a bienes estadounidenses por valor de más de 20.000 millones de euros. No obstante, no respondió directamente a los nuevos aranceles del 20% que Trump había impuesto previamente.

Por otro lado, China respondió endureciendo su postura. El Ministerio de Finanzas chino calificó las nuevas medidas como una provocación, y elevó al 84% sus aranceles a productos estadounidenses. También bloqueó términos como “arancel” y “104” en sus redes sociales, en un claro intento por controlar la narrativa interna.

Impacto en consumidores y negocios latinos

Para la comunidad latina en Estados Unidos —más de 63 millones de personas, con un poder adquisitivo superior a los 2 billones de dólares anuales— estas políticas podrían generar consecuencias concretas, especialmente en regiones como el suroeste de Michigan, donde muchos negocios y empleos están conectados con el comercio internacional.

Productos que podrían encarecerse:
  • Electrodomésticos y tecnología, especialmente fabricados en China;

  • Ropa y calzado importado;

  • Herramientas, repuestos y maquinaria industrial;

  • Alimentos procesados con ingredientes extranjeros.

Pequeños negocios latinos, como tiendas, restaurantes y servicios de importación, también podrían enfrentar mayores costos operativos. Aquellos que dependen de insumos importados —desde salsas hasta equipos de cocina— podrían verse obligados a ajustar precios o reducir márgenes.

Además, muchas familias latinas envían remesas a países que podrían verse afectados por una reducción de exportaciones hacia Estados Unidos, lo que generaría una presión económica doble.

¿Qué sigue?

Durante estos 90 días de pausa, se espera que Estados Unidos avance en acuerdos bilaterales “a medida” con naciones aliadas. Países como Japón y Corea del Sur ya han enviado delegaciones a Washington para negociar condiciones favorables.

El presidente Trump, por su parte, ha defendido su estrategia como una manera de revitalizar la manufactura nacional y combatir lo que considera una “competencia desleal” de países como China, a la que también ha acusado de manipulación de divisas y dumping comercial.

Mientras tanto, organizaciones comunitarias, cámaras de comercio y líderes económicos en EE.UU. observan con atención los efectos de estas medidas en la vida cotidiana. La incertidumbre económica persiste, y con ella, el desafío de mantener a flote los presupuestos familiares y la estabilidad de los negocios.

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