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Ciudades Santuario en EE.UU.: Historia, Impacto y el Enfoque de Trump
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Redacción - New/Nueva Opinión
Las ciudades santuario en Estados Unidos han sido un tema de constante debate en la política migratoria del país. Ciudades como Los Ángeles, Nueva York y Chicago han adoptado políticas más tolerantes hacia los inmigrantes indocumentados, lo que les ha valido la etiqueta de “santuarios”. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump a la presidencia, estas ciudades han estado en la mira de su gobierno, que ha promovido una agenda de deportaciones más agresiva.
¿Qué es una Ciudad Santuario?
El término “ciudad santuario” no tiene una definición legal universal en EE.UU., sino que se refiere a jurisdicciones que limitan la cooperación de las autoridades locales con las agencias federales de inmigración, particularmente con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). El propósito de estas políticas es permitir que los inmigrantes indocumentados vivan con menor temor a ser detenidos y deportados, promoviendo su integración en la comunidad.
El concepto de “santuario” tiene raíces históricas. En la Edad Media, las iglesias ofrecían refugio a aquellos perseguidos por la ley. En Estados Unidos, el movimiento resurgió en la década de 1980 cuando activistas religiosos ayudaban a refugiados centroamericanos a escapar de la violencia y la persecución en sus países de origen. Desde entonces, varias ciudades han adoptado políticas de protección para los inmigrantes indocumentados.
Las políticas de una ciudad santuario pueden incluir:
Prohibir que la policía local pregunte sobre el estatus migratorio de una persona.
Restringir la colaboración con ICE en detenciones y deportaciones.
Ofrecer servicios municipales sin importar el estatus migratorio.
No obstante, estas medidas no impiden que ICE lleve a cabo redadas y arrestos dentro de las ciudades santuario, lo que sigue generando temor en la comunidad migrante.
Chicago en la Mira de Trump
Desde su primer mandato, Donald Trump ha criticado duramente a las ciudades santuario, acusándolas de ser refugios para criminales y argumentando que ponen en peligro la seguridad pública. Como parte de su política migratoria, su administración ha buscado recortar fondos federales a estas ciudades y ha intensificado operativos de ICE en sus territorios.
Chicago es una de las ciudades que ha resistido firmemente la presión del gobierno federal. En 2017, la ciudad demandó a la administración Trump por intentar retener fondos de seguridad pública a las ciudades santuario, y en 2020, el entonces alcalde Lori Lightfoot reafirmó el compromiso con la política de “Ciudad Acogedora”.
Con el retorno de Trump al escenario político y su retórica sobre una nueva ola de deportaciones masivas, Chicago y otras ciudades santuario han vuelto a estar en la mira. Recientes operativos de ICE en Chicago, Atlanta, Denver y Miami han generado preocupación entre los inmigrantes, especialmente en comunidades como La Villita, un barrio con una gran población latina.
Redadas y el Creciente Temor en la Comunidad Migrante
A pesar de las políticas de santuario, los operativos de ICE en ciudades como Chicago han continuado. Se han reportado redadas en viviendas, centros de trabajo e incluso en espacios religiosos. Por ejemplo, en 2023, una iglesia en Chicago suspendió temporalmente sus misas en español por temor a represalias contra sus feligreses inmigrantes.
Las redadas han impactado no solo a los individuos detenidos, sino a toda la comunidad. Muchas familias han optado por no enviar a sus hijos a la escuela o por evitar salir de sus hogares por miedo a ser arrestados. Además, los negocios en barrios con alta población inmigrante han visto una disminución en la clientela, afectando la economía local.
El objetivo del gobierno de Trump ha sido presionar a las autoridades locales para que cooperen con las agencias federales en la identificación y deportación de inmigrantes indocumentados. Sin embargo, muchos líderes locales, incluyendo el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, y el gobernador de Illinois, JB Pritzker, han reiterado su compromiso con la protección de los inmigrantes, argumentando que las políticas de santuario fortalecen la confianza entre la comunidad y las fuerzas del orden.
El Futuro de las Ciudades Santuario
Las deportaciones no son un fenómeno exclusivo de la administración Trump. Tanto Barack Obama como Joe Biden han llevado a cabo operativos de deportación, aunque con diferencias en su implementación. Obama, por ejemplo, priorizó la deportación de criminales convictos, mientras que la administración Trump ha tomado una postura más agresiva, incluyendo la detención de personas sin antecedentes penales.
Si Trump regresa a la Casa Blanca en 2024, es probable que su administración intensifique aún más las políticas contra las ciudades santuario, lo que podría aumentar la presión sobre los gobiernos locales y generar más incertidumbre en las comunidades migrantes.
Mientras tanto, las ciudades santuario continúan defendiendo sus políticas, argumentando que promueven la seguridad pública al fomentar la confianza entre los inmigrantes y las autoridades locales. Sin embargo, la confrontación con el gobierno federal y el temor a la deportación siguen siendo una realidad cotidiana para miles de inmigrantes en Estados Unidos.