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Dos vidas diferentes, un solo propósito
from Ed.485
El sueño americano, el nombre que se le ha dado al anhelo de llegar a Estados Unidos, conseguir la ciudadanía, un buen trabajo, una vivienda cómoda y un automóvil, quizá siga siendo solo eso, un sueño, pero a pesar de que no se pueda obtener todo al mismo tiempo, tampoco se puede decir que es imposible lograr, eventualmente, cada una de esas metas.
Uno de los principales objetivos de quienes llegan a Norteamérica es tener su propio auto, pero… ¿cómo hacerlo sin estar legalmente establecidos en la nación?; no hablo inglés, ¿alguien me podrá ayudar?; no tengo historial de crédito. Éstas y muchas otras son las barreras que encontramos a la hora de comprar un vehículo, que es tan necesario para vivir en los Estados Unidos.
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Y en eso fue precisamente lo que pensó Juan Mares cuando ayudó a diseñar el programa “Sueño Americano” para la concesionaria de vehículos Seelye, en Kalamazoo. “Lo hice basándome en mi propia experiencia.” Dice Juan. Y es que este programa ha sido tan importante para la comunidad latina que las directivas del concesionario decidieron contratar a otro representante que habla español, Joel flores.
“El programa es más que ayudar a otros hispanos a comprar un automóvil; se trata de ayudarlos a aprender sobre la importancia de establecer un crédito que eventualmente los ayudará a lograr otras metas, como ser propietarios de una casa. Después de todo, eso es parte del sueño americano, ¿verdad?”, comentan Joel y Juan.
Dos vidas diferentes una misma meta
Joel Flores llegó al suroeste de Michigan desde Chicago. “Yo nací en Chicago, pero mi papá es de Zacatecas y mi mamá de Michoacán, los dos de México.” Joel nació y creció cuando pequeño en la Villita de Chicago. “Era muy difícil. Muchas pandillas. Mucha gente viviendo al lado de uno. Nosotros solo éramos de la casa a la escuela y de la escuela a la casa.”
La vida de Joel es la típica representación de aquellos que han nacido en los Estados Unidos de padres inmigrantes. “Mis padres no hablaban inglés, así que yo era el que les traducía todo. Somos dos hijos y yo soy el mayor. Cuando estaba en el grado sexto, mis padres decidieron salir de la villita y nos cambiamos para el sur de Chicago. Allá la mayoría es negra y los blancos son muy pocos.”, cuenta Joel.
Joel, aunque con las garantías de un ciudadano nacido en los Estados Unidos, ha tenido también que superar las barreras de la pobreza. “Nosotros no éramos ricos. He tenido que trabajar durante toda mi vida. Pero también he tenido la oportunidad de estudiar.”
Joel cuenta con un grado de asociado en ciencias y estudió en la Southern Illinois University Carbondale, donde fue presidente de la hermandad Sigma Chi. “Quería seguir en el área de la salud. Quería estudiar para ser enfermero. Pero me di cuenta de que no era lo que realmente quería.” Y buscando más oportunidades y trabajando en diferentes lugares, llegó a l suroeste de Michigan. “Llamé al concesionario y me dieron una entrevista. La entrevista fue tan amena que duró tres horas. Me dieron el trabajo. Dejé mi trabajo en Chicago un viernes y empecé el lunes siguiente”, comenta Joel.
“Yo vengo de una familia donde no comíamos con cuchara de oro. Hablo español e inglés. Entiendo a la gente, entiendo sus necesidades y por eso creo estar en el sitio correcto. Aquí puedo ayudar a las personas que, como yo, hablan español. Soy honesto y trasparente y eso es importante a la hora de ayudar a nuestra comunidad.”, concluye Joel.
Juan Mares, a diferencia de Joel, lleva más tiempo trabajando para Seelye. “Llevo trabajando más de seis años. Y he vivido en el área de Kalamazoo más de 16 años”. Juan está casado con Sandra desde hace 17 años y tienen 4 hijos.
Juan, como inmigrante, ha tenido que sobrepasar muchas barreras. “Desde que llegué empecé trabajando en un restaurante. Allí duré mucho tiempo hasta que me asocié con el propietario y abrimos otro en Portage.” Pero la sociedad no funcionó. Juan y su socio decidieron separar los negocios y él – Juan – se quedó con el de Portage. “Un día estaba muy frustrado con el negocio. “Ese día fue al restaurante alguien que trabajaba en Seelye y que yo conocía y me vio frustrado, entonces me dijo que trabajara para ellos. Vine como ‘sin querer queriendo’ y ya llevo más de 6 años trabajando y ayudando a la comunidad latina del área.” Dice Juan.
Conocido como “Tu amigo”, el compromiso de Juan de apoyar a su comunidad y a las empresas hispanas locales es el resultado de su propio espíritu empresarial y su experiencia. Su ética de trabajo ha sido moldeada por muchos años como propietario de, no solo de uno, sino de dos negocios locales: un restaurante y una empresa de limpieza. Recientemente vendió su restaurante a un pariente, pero él y su esposa, Sandra, aún poseen y operan Mares Cleaning LLC, aunque ella administra el negocio a tiempo completo.
“Mi enfoque no es vender, vender, vender, vender y vender. Mi enfoque es ayudarle a los miembros de nuestra comunidad a cumplir su sueño americano. Desde ayudándoles a crear su historial crediticio hasta la compra de un vehículo, e incluso una casa”, concluye Juan.
En las familias Latinas, la necesidad de la familia es más importante que las necesidades individuales. De hecho, esto es tan cierto que la confianza en sí mismo, el valor, la seguridad y su identidad son determinadas por su relación con otros miembros de su familia. Tanto Joel como Juan, nos son la excepción de esto. Pero ellos van más allá con una solo meta a cumplir: ayudar a la comunidad hispana del suroeste de Michigan.