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LA CALIDAD DEL AGUA EN LAS PISCINAS PÚBLICAS
LOS PROBLEMAS
La llegada del verano a los países del hemisferio norte implica el incremento de las temperaturas y por tanto, de no poderse viajar a las costas, la costumbre es visitar, generalmente con la familia, piscinas públicas dentro o alrededor de los países.
En esta temporada, se presentan picos de afluencia de turistas a estas piscinas, como en la Semana Santa, en la que, al menos durante 4 días, las autoridades públicas y privadas dan vacaciones a los trabajadores.
La recreación y la sensación de una mejor temperatura en periodos de calor son derechos de todas las personas y por tanto se promueven. Sin embargo, de no tomarse las debidas medidas, esto trae también efectos negativos y hasta trágicos, como los ahogamientos y enfermedades. En este artículo solo se centrarán los efectos debidos a enfermedades producidas por la baja calidad del agua de las piscinas públicas.
¿QUÉ SE ENTIENDE POR UNA BAJA CALIDAD DEL AGUA EN PISCINAS PÚBLICAS?
Se refiere a la presencia de contaminantes físicos, químicos o biológicos que pueden comprometer la salud de los usuarios y afectar la claridad y seguridad del agua. Estos contaminantes pueden surgir de fuentes ambientales o ser introducidos por los propios bañistas.
Estos contaminantes provienen regularmente del ambiente, como suciedades y escombros traídos por el viento, fuentes del agua ya contaminadas, la lluvia y excrementos de aves.
Además, los contaminantes son introducidos por los bañistas, en forma de bacterias, virus y hongos de personas infectadas y por secreciones corporales: sudor, cosméticos, bronceadores, orina, saliva y materia fecal.
Estos contaminantes pueden reaccionar con los desinfectantes del agua, formando subproductos como las cloraminas, que son menos eficaces como desinfectantes y más irritantes para los ojos y las vías respiratorias de los nadadores.
Las Consecuencias
Producto de la contaminación de las aguas, se encuentran:
A. Las llamadas “Enfermedades del agua recreativa (RWI)”, como son Infecciones intestinales, cutáneas, respiratorias y oculares.
B. Formación de subproductos de desinfección: Sustancias potencialmente nocivas resultantes de la reacción entre desinfectantes y materia orgánica.
C. Proliferación de algas, que pueden provocar aguas turbias y superficies resbaladizas.
Los Casos
Lo descrito anteriormente no es teoría de salud pública. Los medios continuamente reportan casos y estudios en los que se demuestra la contaminación de las aguas en piscinas públicas.
A. En Agosto de 2023, el medio digital “Salud y Medicina” dio a conocer los resultados de un estudio, en el que se descubrió que entre los años 2015 y 2019, más de 3,600 personas se enfermaron por bañarse en agua mal desinfectada en piscinas, jacuzzis y parques acuáticos.
B. El mismo estudio indicó que en esa temporada detectaron que los nadadores introducían heces en el agua de la piscina con frecuencia. En concreto, el análisis encontró que el 58 % de las muestras de filtros de piscina analizadas dieron positivo para Escherichia coli.
C. Además, se detectó Pseudomonas aeruginosa en el 59 % de las muestras, cuando no se acepta ninguna presencia de las mismas según las normas. Esto provoca dos tipos de infecciones: los foliculitis de la bañera y el oído del nadador. Los síntomas de la primera incluyen erupciones cutáneas y ronchas rojizas en la piel y los de la segunda producen picor, pus y dolor en el oído infectado. Adicionalmente, la bacteria puede causar infecciones en las córneas, vías urinarias y respiratorias.
En agosto de 2024, los medios españoles informaron de la clausura de una piscina climatizada en la comunidad de Talavera de la Reina, debido a problemas de salud reportados por los usuarios, como dificultades respiratorias y picores en la piel, relacionados con el mal estado del agua.

¿QUÉ HACER?
La OMS recomienda estrategias clave para minimizar riesgos en piscinas y entornos acuáticos:
A) Control de calidad del agua
Monitoreo regular del agua: Control de parámetros como pH (7.2-7.6), cloro libre residual (1-3 mg/L), turbidez y temperatura del agua.
Filtración y circulación adecuadas: Para eliminar partículas y contaminantes microbiológicos.
Mantenimiento y limpieza periódica: Evitar acumulación de desechos orgánicos y algas.
B) Gestión y regulación de piscinas
Protocolos de desinfección y respuesta a incidentes: Instrucciones claras en caso de contaminación fecal o brotes epidémicos.
Capacitación del personal: Operadores deben estar entrenados en seguridad, monitoreo de la calidad del agua y manejo de emergencias.
Inspecciones sanitarias: Autoridades deben evaluar instalaciones periódicamente para verificar cumplimiento normativo.
C) Educación y concienciación de los usuarios
Prácticas de higiene personal: Ducharse antes de ingresar, evitar nadar si se tiene alguna enfermedad infecciosa, usar gorros de baño y evitar orinar en el agua.
Supervisión de niños y personas vulnerables: Reducir riesgos de accidentes y contagios.
