
2 minute read
La lectura no termina en un libro
Que los chicos no leen, que están todo el día con el celular, que la falta de lectura ha llevado a una “pérdida de valores” que se traduce, indefectiblemente, en un total embrutecimiento cultural. Apocalípticos y repetidos diagnósticos desde el mundo adulto para cuestionar prácticas lectoras -o la falta de prácticas lectoras- de adolescentes.
Así como hay adultos que no leen, siempre hubo chicos que no se sintieron atraídos por los libros y dedos acusatorios sobre esa falta. Lo que sí resulta novedoso es esta aparente dualidad entre libros y tecnologías. Una ecuación en la que pareciera surgir la idea de que “a más pantallas, menos libros”.
¿Cuánto hay de cierto en estos diagnósticos?
En el “Encuentro Internacional de Booktubers” de la última edición pre-pandémica de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires el booktuber y escritor Javier Ruescas preguntó a un auditorio repleto de adolescentes cuántos de los que estaban ahí soñaban con ser escritores. Cientos de manos se levantaron en simultáneo.
Un rato más tarde la editora y promotora de literatura Cristina Alemany condujo un evento en el que los protagonistas fueron decenas de booktubers locales e internacionales que tienen desde 8 mil hasta 600 mil seguidores en los canales en los que reseñan libros. El booktuber Funes resume todo esto en esta frase: “Se dice que los booktubers solo leemos literatura juvenil, o comercial y basura, como la llaman algunos, y no leemos los clásicos’.
Esto es una contradicción inmensa, porque también escucho a la vez que dicen que los jóvenes no leemos en absoluto, pero cuando surgen medios que demuestran que no es así, se los acusa de leer mal.
Entonces nunca se puede sentir validado como lector”. Poner énfasis en las diferencias entre libros y pantallas impide ver la relación entre lecturas y tecnologías. Frente al avance de las tecnologías digitales emergen nuevos soportes vinculados a las prácticas de lectura, como e-books y audiolibros, con actores que utilizan las redes sociales para hablar y reseñar libros.
También surgen plataformas como Goodreads -una suerte de Facebook de lectores donde se comparten reseñas literarias, se rankean y se sortean libros- o Wattpad, la red de lectura y escritura más usada entre niños y jóvenes.