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Bookstragrammers. Qué ofrecen y como cautivan a su público los influencers de libros

A cada red social, le cabe un fenómeno y a cada identidad, una comunidad: eso pasa en Instagram con los bookstagrammers, lectoras y lectores apasionados que comparten reseñas de libros, imágenes o escenas que expanden el universo literario y forman parte del engranaje para comunicar novedades editoriales, bajo la certeza de que a la lógica de la moda lo que se impone es una necesidad de compartir con otros el placer por la lectura.

Hay influencers para distintos órdenes de la vida, que pasan de compartir los tips de una vida saludable a pronunciar discursos alentadores sobre las contradicciones humanas, hay influencers disruptivos en temas como maternidades, masculinidades, crianza, artes, alimentación, influencers de astrología, pastelería, medicina, física y psicología. Hay también influencers de la nada, aquellos que se exhiben en decorados artificiales y consiguen el estatus “grammer” gracias a la compra de seguidores, inreíble, ¿Cómo entran allí los que comparten lecturas, cómo logran que una experiencia en apariencia solitaria se convierta en deseo de otros?

Porque si a cada red social le cabe un fenómeno, el que copa ahora la relación entre lecturas y redes sociales es el de los llamados bookstagrammers. Aunque en un tiempo no importará el soporte, serán otras las plataformas donde estos desplieguen su pasión, como lo hicieron en un primer momento con extensas reseñas en blogs, que luego en versión audiovisual dieron lugar a la aparición de los booktubers. Ahora, mientras los bookstagrammers se amplían a distintas generaciones, los más jóvenes migran a TikTok para devenir booktokers.

“Todas las redes sociales tienen fecha de vencimiento, sin embargo para muchos haber encontrado un grupo de personas con las cuales compartir la literatura no es una moda”, asegura Rocío Colabianchi, creadora de la cuenta @eltiempoentrelecturas, a la que siguen más de 12 mil usuarios de Instagram. Con comunidades afianzadas, las cuentas bookstagram en Argentina gozan de buena salud y hay para todos los gustos, edades y perfiles, y aunque quienes administran esos espacios no suelen considerar lo que hacen como un trabajo sus publicaciones inciden en las nuevas formas de comunicar novedades y en el engranaje editorial.

Como dice Santiago Satz, gerente de prensa de Grupo Planeta: “Las y los influencers ocupan un lugar muy destacado a la hora de comunicar y difundir una o varias publicaciones, forman parte del ecosistema en la estrategia de comunicación que implementamos en cada lanzamiento”. En este compartir hay también un potencial pedagógico porque en cada contenido no sólo se presenta una reseña-reflexión en formato texto o video. Lo que se promueve es una experiencia integral de la lectura en la que los comentarios y los libros se muestran con el culto a la estética visual: imágenes enmarcadas en escalas monocromáticas, entornos naturales, tazas de café; escenas que recrean una pausa, bibliotecas sacralizadas en su orden y su composición de colores según los lomos de los libros, o a través de reels, ese recurso que IG popularizó de videos que son muy cortitos.

A través de @dimequelees, en Instagram, la influencer recomienda libros pero también despliega una experiencia lúdica que convida movida lectora. “El foco está puesto en la lectura como un hábito y en la posibilidad de sumar más lectura a nuestra vida cotidiana. Para ello, simplemente comparto mi día a día en relación a la lectura e intento llegar a un público más amplio, no solo a los lectores y lectoras más habituales. Eso es todo un desafío”, dice Algozino, con más de 28.9 mil seguidores.

Tal vez en esa necesidad de compartir se exprese el crecimiento sostenido de bookstagrammers, cuyo origen se despega del exhibicionismo ególatra o del rédito económico y se sostiene sobre el gesto de leer y el intercambio. Eso le pasó a Algozino: “Dime que Lees surgió de la necesidad de encontrar personas a las que les guste leer tanto como a mí, personas para charlar sobre las impresiones de los libros que iba leyendo”.

En todos estos influencers hay una convicción casi generalizada de que las redes permitieron amplificar voces y democratizaron el acceso para que cualquiera volcara su pasión, “Cuando era niña, creía que el único espacio posible para hablar de libros eran los medios más tradicionales. Gracias a Instagram pude construir mi propio lugar desde el cual hablar”.

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