

En esta edición de México Ruta Mágica, nos dimos un buen festín visual, espiritual y emocional: fuimos del chile en nogada al vermouth de Turín, del mar bajacaliforniano a una ruta de aventura en Yucatán y de la gastronomía oaxaqueña al rap turístico —¡sí, así como lo lees!—. ¿Listo/a para acompañarnos? Te adelantamos lo que se viene, pero sin spoilers completos, porque lo bueno es dejarte con el antojo...
Comenzamos con un viaje entrañable a San Nicolás de los Ranchos, Puebla, donde el Popocatépetl observa desde lo alto mientras las cocineras tradicionales preparan ese poema tricolor llamado Chile en Nogada. Pero San Nicolás es más que platillos patrióticos: aquí se labra piedra volcánica con manos que cuentan historias, se reza con calma en una parroquia del siglo XVII y se cosecha con respeto en tierras generosas. Un destino que huele a leña, sabe a hogar y deja alma de turista bien alimentada.
Después, agarramos la chamarra y nos fuimos al norte, a Rosarito, Baja California, un lugar que se mete por la nariz con olor a mar y se queda en el corazón con sabor a langosta. Aquí no solo hay playa, hay caballos galopando al atardecer y recuerdos que duelen bonito. Ah, y sí, aquí probamos nuestro primer DairyQueen—una epifanía, se tenía que decir—. Si creías que ya conocías el mar, espera a verlo entre fogatas y música banda. Y hablando de aventura, Yucatán nos puso a remar entre manglares, a rodar en cuatrimotos por Izamal y a caminar por senderos mayas que no salen en Google Maps. Aquí, la adrenalina se combina con sabiduría ancestral, la pesca artesanal se hace en botes reciclados —jolateros, mis respetos—, y los cenotes son portales sagrados.
Luego, hicimos una pausa elegante en Turín, en el norte de Italia, porque uno también necesita una dosis de arte, fe y vermouth bien servido. Esta ciudad serena pero sofisticada nos recibió con museos de cine, plazas encantadoras, historia en cada esquina y la sabiduría del dolcefarniente.Ahí donde la Mole Antonelliana se alza como un faro y las trufas blancas se sirven con vino Barolo, descubrimos que la belleza también se saborea.
En Oaxaca, hicimos escala para conocer El Tendajón, un restaurante de cocina con alma, ingredientes endémicos, compromiso comunitario y sazón que respeta al campo.
En la sección Moda!, nos vestimos de lujo con Sandra Weil, diseñadora que celebra la feminidad con estructura, arte y responsabilidad.
Nos sentamos también a escuchar a Ian Poot, todólogo confeso y defensor de un turismo con cerebro, corazón y estrategia. Con ideas claras y flow incluido — sí, también rapea—, nos habló de sostenibilidad, turismo integral y la necesidad de que todos nos involucremos para construir experiencias significativas.
Así que ahí lo tienes, viajero/a: esta edición está pensada para que sueñes, te inspires, te rías, comas rico, y quizá hasta te lances a una ruta que no tenías en mente. Como siempre, no te damos el mapa entero, solo las pistas necesarias para que te den ganas de salir a buscar lo demás.
¡Buen viaje y mejor lectura!
POR FERNANDA MENESES HERRERA
SAN NICOLÁS DE LOS RANCHOS ES UN LUGAR
ACOGEDOR, LLENO DE TRADICIONES Y SABORES. NUESTRA VISITA COMENZÓ EN LA PARROQUIA DE SAN NICOLÁS DE BARI, CONTINUAMOS CON EL TRABAJO
ARTESANAL DE PIEDRA LABRADA Y TERMINAMOS EN EL CERRO DE TLALMIMILOLPAN, DONDE SE CULTIVAN LOS INGREDIENTES PARA EL CHILE EN NOGADA
Desde saleros y servilleteros, hasta metates que pueden costar entre 250 y 600 pesos, Froylán invita a no regatear, a valorar el arte como lo que es: una expresión viva del corazón de un pueblo.
Entre el Popocatépetl y los nogales
Después de empaparnos de historia y de arte, nos dirigimos al Cerro de Tlalmimilolpan, un lugar donde la tierra se conecta con el cielo, a tan solo 11 kilómetros del cráter del majestuoso Popocatépetl. El camino estuvo lleno de música, risas y paradas fotográficas en el Mirador de Xalitzintla que ofrece vistas que quitan el aliento.
ROSARITO, BAJA CALIFORNIA, NO SOLO SE RECORRE, SE SIENTE. DESDE UN DESAYUNO CON MACHACA HASTA UNA FOGATA JUNTO AL
MAR, ESTE DESTINO DESPIERTA LOS SENTIDOS Y SACUDE LA RUTINA
QUÉ SABER
› LA PELÍCULA TITANIC FUE FILMADA EN ROSARITO
› SE ESTIMA
QUE EN ROSARITO SE CONSUMEN MÁS DE 120 MIL LANGOSTAS AL AÑO
› ROSARITO TIENE PLAYAS COMO POPOTLA, K-38 Y CALAFIA, RECONOCIDAS POR SURFISTAS
velella velella o veleros del mar, viajeros azules que no buscan puerto y que dejaban su último aliento en la arena.
La esencia local
Otros días exploré la belleza urbana repetidas ocasiones y llegué a lo que parecía ser el corazón de la ciudad. Además de la belleza escénica de sus playas, hay dos sitios que destacan: el Rosarito Beach Hotel, cuyos muros guardan grandes historias, y el Mercado de Artesanías.
Con un siglo de historia, el Rosarito Beach Hotel inició como un modesto resort de diez habitaciones y fue promovido como la sensación de la temporada en San Diego, California, por su cercanía y por sus actividades como pesca, caza y playas, así como por el alcohol, justamente en una época en la que aún continuaba la Ley Seca en Estados Unidos. El complejo se volvió destino para la élite y celebridades de Hollywood, hospedando a figuras como Marilyn Monroe, Frank Sinatra, Orson Welles, Gregory Peck, Rita Hayworth, quizá por eso tiene hoy un famoso arco en su entrada con la frase: “Por esta puerta pasan las mujeres más bellas del mundo”.
A unos pasos del hotel, está el Mercado de Artesanías, donde el color, el sabor y la tradición se mezclan sin prisa. Los textiles bordados con paisajes, pulseras tejidas, jarritos de barro, artí-
› AÑO EN EL QUE SE FUNDÓ EL ROSARITO BEACH HOTEL
› PESOS CUESTAN 300 GR DE LANGOSTA EN PUERTO NUEVO (COMPLEMENTOS Y BEBIDA INCLUIDOS)
culos de cuero y guayaberas para niño enmarcaban el paisaje ya de por sí bello de Rosarito, así como las voces de los locatarios que invitaban a los turistas a probar la mixología rosarense.
No me podía ir sin probar la langosta de Puerto Nuevo, a 20 minutos en auto de Rosarito. Crujiente por fuera, jugosa por dentro. Se sirve dorada, con frijoles, arroz rojo y tortillas de harina recién hechas. Nació en 1950, cuando las mujeres del poblado comenzaron a prepararla para los pescadores y turistas. Hoy es un emblema culinario de Baja California, donde el mar y la tradición se encuentran en cada bocado.
Viajar sola y a tu tiempo te permite escuchar lugares como Rosarito, que no fue solo una parada en el mapa, fue un encuentro conmigo misma frente a un mar rebelde y profundo. Y en ese encuentro, entendí que algunos lugares no solo se visitan, se quedan en uno.
# ESRUTA ESMAGIA ESMÉXICO
POR FERNANDA MENESES
ENTRE NOGADA Y CHILE, ¡QUE NO SE NOS PASE LA FIESTA!
Como cada año, entre julio y septiembre, Puebla se viste de fiesta para celebrar una temporada que —aunque dura apenas unos meses— representa siglos de tradición. La historia popular dice que las monjitas agustinas del convento de Santa Mónica crearon este platillo para agasajar a Agustín de Iturbide, que entraba triunfante con el Ejército Trigarante. Más allá del mito, el chile en nogada tiene raíces profundamente comunitarias: son las cocineras tradicionales y los campesinos quienes lo hacen posible, año tras año, de la tierra a la mesa.
Además de la derrama económica y el impulso turístico —esperamos recibir a más de 550 mil visitantes y turistas así como vender más de 4.5 millones de chiles para superar las cifras del año pasado—, los turistas pueden conocer el detrás de este símbolo culinario, practicando turismo rural al recorrer las rutas por los campos de cultivo de los ingredientes del chile en nogada.
Las rutas del chile en nogada
MARÍA FERNANDA MENESES HERRERA LITERATA Y LINGÜISTA DE PROFESIÓN VIAJERA POR ELECCIÓN DIRECTORA EDITORIAL DE LA REVISTA DE TURISMO MÉXICO RUTA MÁGICA
CONDUCTORA DEL PODCAST “DE RUTA CON…”
FACEBOOK: @FERNANDA.MENESESHERRERA INSTAGRAM: @MISSATOMICBOMB007
La ruta del chile en nogada en San Andres Calpan es un ejemplo perfecto de cómo un producto gastronómico puede mover economías y corazones. Pero también es una ventana al México rural que aún resiste, gracias al trabajo colaborativo, al trueque, al fogón y a la cocina heredada de abuelas con más sazón que un libro de recetas. Imagínate caminar por santuarios naturales donde crece el auténtico chile criollo, y degustar un taquito de rajas con sal acompañado de cerveza artesanal y mezcal. Después de eso, te sumerges en el bosque a conocer más sobre los maíces endémicos de San
Mateo Ozolco y, entre incienso, ocote y flores, realizas un ritual de agradecimiento a la Madre Tierra. Al final, te espera una prueba de pulque “para elevar tu conciencia” —guiño, quiño— como lo hacían los antiguos sacerdotes. Y concluyes con una cena de seis tiempos en la que están presentes salsa de chile cascabel, tostadas de maíz azul, tamal de esquites con quelites, sopa de hongos con yerbabuena y, por supuesto, llega a coronar la noche: el chile en nogada. ¿Ves? No en cualquier lugar te espera una experiencia gastronómica del tercer tipo.
San Nicolás de los Ranchos, por su parte, es otro destino poblano donde el chile en nogada se vive con tradición, arte y sabor. El pueblo ofrece un festival en agosto con recorridos por los cultivos de ingredientes en el cerro Tlalmimilolpan, que regala mágicas postales del Popocatépetl, así como degustaciones del platillo. Pero San Nicolás también invita al recogimiento espiritual en la Parroquia de San Nicolás de Bari y ofrece artesanías de piedra volcánica, un oficio al que se dedican varias familias del lugar. Cocineras y artesanos locales comparten su legado con orgullo, haciendo de este sitio un refugio auténtico y generoso. Conoce más de esta ruta gastronómica, en el podcast De Ruta Con…
El lado divertido del chile en nogada Además de poder probarlo en 3 mil establecimientos poblanos que lo venden, según estimaciones de El Economista, podemos conocer sus variantes como el helado en nogada, la dona en nogada, el pulque en nogada —10 de 10—, la cemita en nogada, los chilaquiles en nogada, el sushi en nogada y la pizza en nogada. Si bien, para que un chile en nogada sea auténtico, los ingredientes deben ser de la región Izta-Popo, resulta divertido ver la diversificación de este emblemático platillo.
En tiempos donde el turismo masivo y la estandarización amenazan lo auténtico, el chile en nogada nos recuerda que la temporalidad es un lujo. Que lo que solo sucede unos meses al año tiene un peso simbólico. Que hay que saborear con historia y conciencia. Ojalá esta temporada nos llene no solo el paladar, sino también la mirada para ver en cada chile capeado una obra colectiva, una memoria comestible y, claro, la oportunidad de disfrutarlo en familia o en amigos, como si de una navidad gastronómica se tratara, tal como lo dice nuestro estimado columnista Alejandro Cañedo.
CHECKLIST VIAJERA
SANDRA WEIL CELEBRA LA FEMINIDAD A TRAVÉS DEL DISEÑO ESTRUCTURADO Y ELEGANTE, FUSIONANDO ALTA COSTURA CON UNA ESTÉTICA CONTEMPORÁNEA. FUNDADA EN 2008 EN MÉXICO, SU MARCA APUESTA POR LA PRODUCCIÓN LOCAL Y EL LUJO SOSTENIBLE, INTEGRANDO TÉCNICAS ARTESANALES Y TEXTILES REFINADOS. CADA PRENDA ES UNA DECLARACIÓN DE FUERZA, ARTE Y SOFISTICACIÓN FEMENINA. POR: FÁTIMA RIVERA | FOTO: DAVIS ARENAS / PEXELS
CON UNA PROPUESTA QUE ABARCA CORSETERÍA, SASTRERÍA Y PRENDAS FEMENINAS DE LUJO, SANDRA WEIL COMBINA DISEÑO ESTRUCTURADO CON SENSIBILIDAD ARTÍSTICA. SU MARCA EXPRESA UNA ELEGANCIA CONTINUA, IMPULSANDO LA MODA SUSTENTABLE Y EL TRABAJO ARTESANAL DESDE
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MÉXICO RUTA MÁGICA
En pleno corazón de Oaxaca, está El Tendajón. Abrió sus puertas en 2016 para ofrecer una experiencia gastronómica auténtica y arraigada en lo local. Esta propuesta, sencilla pero poderosa, conlleva ingredientes frescos y endémicos, técnicas bien ejecutadas y una hospitalidad cálida. Cada visita busca ser un recorrido por los sabores y tradiciones oaxaqueñas.
El menú se ha ido enriqueciendo con el tiempo. Hoy es posible encontrar una diversidad de moles oaxaqueños e ingredientes locales como el chile taviche, quelites silvestres, hongos de lluvia, setas de la Sierra Sur y quesos artesanales de distintas regiones. Cada platillo cuenta una historia, ligada a las raíces familiares de su chef, la tradición de su abuela y los productos que llegan frescos del mercado local semana a semana.
El compromiso de El Tendajón va más allá del paladar. La cocina trabaja con productores locales, pagando un precio justo y asegurando trazabilidad. Además, fomenta la economía regional al contratar mano de obra local y participar activamente en iniciativas comunitarias. Su enfoque sostenible se refleja en la reducción de desperdicios, uso responsable de recursos y reciclaje. Todo esto en un ambiente que respeta la diversidad cultural y de género, tanto entre el personal como entre los comensales.
POR GUADALUPE MINUTTI PÉREZ
FOTO: GAMALIEL PACHECO Y RICARDO REYES
Ingredientes:
• 1.5 oz de mezcal
• 2 oz de jugo de naranja
• 2 oz de jarabe simple
• ½ oz de Kalakas Green Zapotec
• 2.5 oz de jugo de piña de la Cuenca del Papaloapan
• 1 taza de hielo
• Una pizca de canela
Preparación:
1. En un shaker, agrega mezcal, jugo de naranja, jarabe y licor de chile
Kalacas Green Zapotec
2. Shakea durante unos segundos
3. Llena con hielo el vaso y vacía el contenido del shaker
4. Decora con rodajas de piña y naranja deshidratadas
5. Agrega gotas de mezcal sobre la naranja deshidratada
6. Flamea la parte superior de la bebida (con precaución)
7. Agrega canela en polvo, de abajo hacia arriba para avivar la flama
8. ¡Disfruta!
POR DAVID HIDALGO
Durante años, hemos defendido con fuerza el valor estratégico de la industria de reuniones: su capacidad para atraer inversión, para mover economías, para proyectar destinos. Pero hoy, desde una mirada más madura, más honesta, me hago una pregunta incómoda: ¿ese valor está transformando vidas… o solo llenando auditorios?
EL TURISMO DE REUNIONES NO DEBE SOLO ENFOCARSE EN MAYOR OCUPACIÓN HOTELERA Y CIFRAS DE ASISTENTES, SINO EN CREAR REDES ESTRATÉGICAS Y DESARROLLO SOSTENIBLE
DAVID HIDALGO AYALA CONSULTOR, CONFERENCISTA Y CEO DE CAPITAL MEETINGS CON 30 AÑOS DE EXPERIENCIA EN LA INDUSTRIA DE REUNIONES, HA DIRIGIDO PROYECTOS COMO IBTM AMERICAS. PRESIDENTE DE PCMA MÉXICO Y COFUNDADOR DE TREE ALLIANCE
FACEBOOK: @CAPITAL MEETINGS INSTAGRAM: @CAPITALMEETINGS LINKEDIN: @CAPITALMEETINGS
La industria de reuniones tiene un poder inmenso. Cada evento es una fuerza que moviliza talento, recursos, personas e ideas. Sin embargo, ese poder —si no se canaliza con intención— puede quedarse en lo superficial: un ciclo que va del montaje al desmontaje, del coctel al aplauso, y luego desaparece sin dejar huella real.
A veces confundimos impacto con ocupación hotelera. Éxito con cifras de asistentes. Pero la verdad es que un evento vale por lo que deja más allá del recinto: ¿conectó con la identidad del lugar?, ¿involucró a las personas que lo habitan?, ¿activó redes que puedan seguir vivas después de que los reflectores se apaguen?
Cuando integramos a proveedores locales, cuando promovemos lo auténtico de una comunidad, cuando diseñamos experiencias que conversan con su cultura, entonces estamos haciendo más que producir un evento: estamos creando desarrollo.
Lo he visto. Lo hemos hecho. Y sé que es posible. Cuando la comunidad deja de ser un telón de fondo y se convierte en protagonista, algo cambia: el guía local no solo da un tour, se convierte en embajador de su ciudad. La chef de un pequeño restaurante no solo atiende un banquete, muestra con orgullo su legado culinario. El proveedor emergente no solo renta mobiliario, em-
pieza un camino de profesionalización que transforma su vida.
Ese es el verdadero potencial de la industria de reuniones: no solo conectar personas en un salón, sino conectar ecosistemas. Ser sofisticados en la logística, pero profundamente humanos en el propósito. Y esto no es filantropía ni buena voluntad. Es estrategia.
Una ciudad que hace partícipe a su comunidad en los eventos que recibe, se vuelve más atractiva, más fuerte, más viva. Una industria que entiende su rol como plataforma de transformación, se vuelve más relevante y más sostenible.
Hoy no se trata de traer más eventos. Se trata de traer mejores eventos. Más conscientes. Más enraizados. Más comprometidos con el contexto que los recibe. Porque al final, el legado de un evento no se mide solo en retorno de inversión (ROI). Se mide en lo que deja encendido cuando ya se han apagado las luces.
Y si somos capaces de dejar algo más que métricas —una idea, una relación o una oportunidad— entonces podemos decir con certeza: este evento hizo una diferencia. No solo para quienes asistieron. Sino para quienes viven ahí… todos los días.
YUCATÁN ES UNA PUERTA VIVA A LA
AVENTURA CON ALMA: MANGLARES QUE RESPIRAN, CUEVAS QUE SUSURRAN HISTORIA Y CAMINOS QUE CONECTAN CULTURAS. AQUÍ, CADA EXPERIENCIA UNE NATURALEZA, ESPIRITUALIDAD Y SOSTENIBILIDAD EN UNA TIERRA DONDE EL PASADO AÚN CAMINA. DESDE FLAMINGOS HASTA CUATRIMOTOS, EL SUR MAYA INVITA
A SENTIR, EXPLORAR Y RECORDAR
Si quieres ir de aventura a Yucatán, descubrirás que es el corazón de la cultura maya, que late entre cuevas milenarias, selvas vivas, manglares que respiran y comunidades que conservan la sabiduría de sus ancestros. Aquí, la aventura no es solo adrenalina: es un reencuentro con la tierra, el agua y la historia. El estado se ha posicionado como uno de los destinos más completos para el turismo de aventura en México, donde cada actividad conecta con la autenticidad, la sostenibilidad y el alma profunda de su gente.
Manglares, cuevas y pesca
En lugares como Celestún, Río Lagartos y San Crisanto, remar en kayak es navegar por túneles verdes donde la luz cambia de color con el sol. El silencio se acompaña de alas rosadas: flamingos que cruzan el cielo mientras tú avanzas entre raíces flotantes y aguas serenas.
Yucatán protege más de 23 mil hectáreas de manglares, tesoros naturales que oxigenan al Golfo de México y cuentan historias al vaivén del viento.
En Tekax, Loltún y Homún, el suelo se abre para revelar grutas, cenotes y cavernas donde se respira la espiritualidad maya.
Recorrer estos espacios es internarse en un mundo subterráneo de estalactitas, arte rupestre y altares ceremoniales.
Tekax, en especial, es un epicentro del turismo de naturaleza: ofrece senderos, miradores y experiencias que despiertan el instinto explorador.
En las costas de Dzilam de Bravo, Sisal y Progreso, la pesca artesanal se transforma en una vivencia compartida, pues el mar se aprende con las manos: lanzar redes, preparar el pescado, cocinar con leña y conversar con quienes conocen los secretos del agua. Aquí aún usan los “jolateros”, botes construidos con tambores reciclados, símbolo de ingenio y sostenibilidad comunitaria.
PESCA EN YUCATÁN, REDES SABIAS Y ANCESTRALES | FOTO: WWW.YUCATAN.TRAVEL
CONOCE CELESTÚN, UN RINCÓN MANGLEÑO | FOTO: BRUNAH / UNSPLASH | FOTOS: WWW.YUCATAN.TRAVEL
# ESRUTA ESMAGIA ESMÉXICO
Cocodrilos, cuatrimotos y espiritualidad
Por si fuera poco, en Río Lagartos, tierra de sal, agua y mangle, la aventura toma forma al amanecer o bajo la luna. Allí, los cocodrilos se dejan ver en su hábitat natural, en recorridos guiados que revelan la biodiversidad de este rincón salvaje del estado.
Recorrer el Camino del Mayab es avanzar sobre huellas antiguas. Esta red de senderos conecta selvas, cenotes, haciendas y pueblos que aún conservan el pulso de su historia.
Cada paso es un puente entre el pasado y el presente; cada encuentro, una historia contada por quienes habitan este legado.
En Izamal, el Pueblo Mágico bañado en amarillo, la adrenalina y la historia se combinan. Recorrer en cuatrimoto sus caminos rurales y zonas arqueológicas es descubrir otro rostro de este lugar sagrado, donde conviven el legado maya y el mestizaje colonial.
Turismo con alma maya y compromiso real
Cada una de estas experiencias se realiza bajo un enfoque de turismo sostenible. Con guías certificados, conservación activa y una participación directa de las comunidades, Yucatán ofrece no solo destinos, sino vivencias que transforman.
En este estado del sur de México, la naturaleza, la cultura y la aventura no son espectáculos, son parte del día a día de un pueblo que sigue mirando al futuro sin olvidar su raíces.
Yucatán es un mosaico de maravillas naturales y culturales. Cuenta con más de 3 mil cenotes, 378 km de playas de arena blanca y aguas color esmeralda, asimismo, es hogar del flamenco rosado en México.
Ofrece 17 zonas arqueológicas abiertas al público, incluyendo joyas como Chichén Itzá y Uxmal, reconocidas a nivel mundial.
La gastronomía yucateca es reconocida en todo el continente y, recientemente, en Fitur 2025, Yucatán fue nombrada Capital Iberoamericana de la Gastronomía.
Su capital, Mérida, ha sido reconocida dos veces como Capital Americana de la Cultura y es la única ciudad de México en el Top 5 de Mejores Ciudades del Mundo por Condé Nast Traveler (2022).
Yucatán conecta de forma directa con la Ciudad de México, a través del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México (AICM) y del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), Guadalajara, Monterrey y muchas ciudades más de México y el extranjero, como Miami, Houston, Dallas, La Habana, Guatemala y Toronto (por temporada).
Después de conocer todas las maravillas naturales que ofrece, ya tienes suficientes razones para poner a Yucatán en tu checklist.
¿POR QUÉ NOS ASUSTA LO NUEVO SI VENIMOS DE SIGLOS DE MESTIZAJE, DE CRUCES, DE TRANSFORMACIONES? IAN CUESTIONA TÉRMINOS COMO EL SENTIDO DE PERTENENCIA Y LA GENTRIFICACIÓN EN EL CONTEXTO ACTUAL
IAN POOT FRANCO PRESIDENTE DE EXPERTOS EN TURISMO, DIRECTOR GENERAL DE POOT TRAVEL Y YATEFY. MAESTRO EN ADMINISTRACIÓN DEL TURISMO DE LA UNAM, DOCTORANTE EN ADMINISTRACIÓN Y CATEDRÁTICO DE LA UIC, DIRECTOR ACADÉMICO DE LA MAESTRÍA EN INNOVACIÓN EN EXPERIENCIAS TURÍSTICAS SUSTENTABLES EN LA EARTH & LIFE UNIVERSITY.
POOT TRAVEL - REFORMA 180, CUAUHTÉMOC, CIUDAD DE MÉXICO IAN@POOT.MX
TELÉFONO: 552 865 4210
Y si te dijera que nadie es de aquí? Nos gusta pensar que sí, que pertenecemos a un lugar por derecho de nacimiento, de historia o de linaje, pero lo cierto es que la pertenencia, tal como la concebimos, es una construcción que cambia con el tiempo y con el poder. En México, por ejemplo, solemos quejarnos —con razón— de la Conquista Española. Señalamos cómo llegaron, impusieron su religión, su idioma, su arquitectura y su lógica de mundo. Pero rara vez miramos hacia atrás, hacia lo que pasaba antes de que Colón cruzara el Atlántico. En el Valle de México, antes de los españoles, vivían pueblos como los otomíes, acolhuas, tepanecas… hasta que llegaron los mexicas y los desplazaron. Les impusieron costumbres, formas de gobierno, tributos; incluso, el náhuatl, que hoy muchos romantizan como “la lengua original de México”. Fue el idioma del imperio mexica, del poder, de la expansión. El náhuatl fue en su momento lo que el inglés es hoy en el mundo: una lengua dominante que desplazó a muchas otras.
Y no lo menciono para relativizar, sino para entender que la historia es una cadena de movimientos, desplazamientos y dominaciones. Que cuando hoy hablamos de "regresar a los orígenes", muchas veces no sabemos a qué origen nos referimos, porque ese origen, también, fue resultado de una conquista.
Todo esto lo conecto con un tema actual: la gentrificación. En los últimos años, sobre todo en ciudades como la Ciudad de México, Mérida o Oaxaca, el término se ha vuelto parte del discurso cotidiano. Se habla de extranjeros que llegan, compran casas, suben las rentas, transforman barrios enteros. Y sí, es un fenómeno que existe. Pero también es cierto que, en muchos casos, hay una línea delgada entre denunciar la gentrificación y disfrazar la xenofobia de crítica social.
Porque cuando un mexicano se va a Estados Unidos, Europa o Australia en busca de mejores oportunidades, lo celebramos: es el migrante valiente, el luchador, el que triunfa lejos de casa. Pero cuando alguien con pasaporte extranjero viene a invertir en México, automáticamente es sospechoso. Se convierte en el colonizador moderno. En el enemigo. ¿Por qué?
Nos molestamos porque no pagan impuestos. Pero, ¿quién sí los paga? El mexicano que recibe becas del bienestar, que va al hospital público sin pagar nada, que tiene varios hijos en la escuela pública, que se cuelga del diablito, que compra en la economía informal, que no factura, que no contribuye. Y mientras tanto, muchos extranjeros que quizá no pagan impuestos sobre la renta porque no tienen ingresos en México, sí los pagan de otra forma: consumiendo, rentando legalmente, usando servicios formales, generando IVA. Son quienes más veces utilizan la economía formal. Entonces, también es un tema de evasión y responsabilidad. Pero eso rara vez se señala. Preferimos resumir todo en un odio cómodo, enfocado en el otro, aunque nosotros no estemos haciendo algo distinto.
Yo conozco mexicanos que han comprado edificios enteros en España. ADO opera rutas de transporte público allá, restaurantes como Chambao —de origen mexicano— están en Madrid y en muchas otras ciudades del mundo. Y no es solo eso: muchas grandes empresas globales tienen detrás sueños y capital mexicano, como Bimbo, que opera en decenas de países. Entonces, ¿por qué nos escandaliza que alguien venga e invierta aquí? El que tiene dinero compra donde quiere y donde puede. Londres huele a curry porque la migración del sur de Asia transformó su gastronomía y su cultura. Barcelona tiene barrios donde se habla más español con acento argentino que catalán. ¿Eso es gentrificación o migración?, ¿colonización o globalización?
La verdad es que en muchos casos, estamos buscando con lupa algún error del extranjero para ponerlo en la hoguera. Hace poco se viralizó un caso donde un hombre blanco corrió a un trabajador de una banqueta. Las redes sociales lo lincharon por ser gringo, clasista, invasor. Días después se supo que no era extranjero, que simplemente era güero. Pero ya estaba condenado.
Pareciera que más que resolver los problemas estructurales —el acceso a la vivienda, la desigualdad económica, la especulación inmobiliaria—, preferimos encontrar un culpable fácil. Y ese culpable, por lo general, habla inglés y es nómada digital.
Además, hay algo que rara vez se menciona: muchas de las colonias que hoy se dicen “gentrificadas”, estaban en abandono. La Roma, La Condesa, partes de Mérida… eran zonas deterioradas que revivieron con inversión, no solo extranjera, sino también nacional. Porque no hay que olvidar que para vivir en La Roma hay que tener dinero y mucho. Muchos de los que viven ahí son mexicanos adinerados. Entonces, ¿a quién le molesta realmente la gentrificación: al que no puede pagar la renta o al que no quiere compartir su barrio con alguien diferente?
Y en medio de todo esto aparece otra idea: la autenticidad. “Queremos conservar lo nuestro”, se dice. Pero, ¿qué es lo nuestro?, ¿qué es lo auténtico?
Los tacos al pastor son shawarmalibanés con tortilla. La cochinita pibil no existiría sin el cerdo, que fue traído por los españoles. Las salsas que decimos que ya no pican son parte de una gastronomía en constante evolución. Lo que hoy consideramos tradición es, en muchos casos, una mezcla, una adaptación y una fusión.
Entonces, ¿por qué ahora nos molesta tanto la mezcla? ¿Por qué nos asusta lo nuevo si venimos de siglos de mestizaje, de cruces, de transformaciones?
Claro que la gentrificación tiene consecuencias. Desplaza. Cambia. Desordena. Pero el problema no es el extranjero que llega. El problema es el sistema que permite que todo se venda al mejor postor. El problema es la desigualdad. El problema también es el mexicano abusivo que sube las rentas, que le triplica el precio al menú porque “ya vienen los gringos”, que quiere vender quesadillas en dólares y luego se queja de la gentrificación. El problema es el malinchismo disfrazado de patriotismo selectivo. No es el acento con el que se habla. Nadie es de aquí. Pero todos tenemos derecho a construir el “aquí” que queremos habitar.
ENTREVISTA CON:
IAN POOT EMPRESARIO, CATEDRÁTICO, VIAJERO Y ESCRITOR
Ian Poot es un empresario, catedrático, viajero y escritor que ha logrado transformar su pasión por el turismo en iniciativas empresariales. Miembro de la comunidad Expertos en Turismo y autor del libro Turismo para no turisteros; promueve un turismo colaborativo que involucra a empresarios, comunidades, dependencias y gobiernos
En su perfil de Instagram, Ian Poot Franco se presenta como empresario, catedrático, viajero y escritor; un auténtico todólogo, como comprobamos en el podcast De Ruta Con…, donde nos relató cómo su curiosidad e iniciativa lo llevaron al mundo del turismo. Con el tiempo, adquirió experiencia, construyó redes de contacto y fundó empresas como Poot Travel, agencia de viajes, y Yafety, dedicada al alquiler de yates en los destinos turísticos más destacados de México, transformando una pasión individual en un emprendimiento empresarial. Es presidente de Expertos en Turismo, una comunidad integrada por empresarios, directivos, académicos, profesionales y consultores del sector. Además, imparte seminarios y recientemente publicó el libro Turismo para no turisteros, dirigido a quienes no cuentan con formación académica en el área, pero desean generar experiencias significativas y desarrollar sus propios proyectos turísticos.
Durante la entrevista, abordó temas como el turismo de masas. Según Ian, viajar es una necesidad intrínseca del ser humano: “si hubieran querido que nos quedáramos en un mismo lugar, nos habrían dado raíces en vez de piernas”. Para mitigar la masificación, propone avanzar hacia la diversificación de destinos, redirigiendo flujos de visitantes hacia áreas aptas para el ecoturismo y el turismo rural, aliviando así la presión sobre los lugares ya saturados.
Para él, un verdadero experto no se queda en la teoría. Es fundamental “sumar, multiplicar y hacer sinergia entre las personas”: definir ideas, llevarlas a la práctica, expandirlas y construir redes colaborativas. Destacó la importancia de un turismo integral, donde convergen comunidades locales, sector privado, gobierno, academia y visitantes para diseñar y gestionar experiencias de forma conjunta.
Este enfoque integral y colaborativo impulsa las economías locales mediante la generación de empleos y el fomento de microempresas (guías, hospedaje, servicios gastronómicos, artesanos, etc.),
Si hubieran querido que nos quedáramos en un mismo lugar, nos habrían dado raíces en vez de piernas
El turismo es un proyecto colectivo que hacemos todas y todos
además de canalizar inversión hacia servicios básicos como salud, educación e infraestructura, fortaleciendo la cohesión social y reduciendo la desigualdad. También promueve la educación ambiental y cultural, pues capacitar tanto a la comunidad como a los visitantes contribuye al respeto por el patrimonio y a una convivencia consciente y responsable.
En este contexto, Ian Poot va más allá de la teoría y apuesta por la acción estratégica: conectar a los actores involucrados, cogestionar los destinos, replicar iniciativas exitosas y sensibilizar a todos los participantes. En su visión, el turismo es un proyecto colectivo que hacemos todas y todos, debe construirse desde la práctica, la colaboración y un firme compromiso con el entorno.
Por cierto, como bonus track, te recomendamos leer su columna en nuestra revista mensual y escuchar “No me imagino” en tu plataforma de música favorita, con eso Ian nos demostró que está dispuesto a utilizar todos los canales posibles —incluso, rap— para hacernos llegar la Palabra de Poot.
POR BETTYNA BENÍTEZ
“AL PAN, PAN, Y AL VINO, VINO”,
“EL VINO ES LA ÚNICA OBRA DE ARTE QUE SE PUEDE BEBER”
Sin ser experta en el tema, me declaro aficionada a visitar complejos vinícolas en el mundo, algunos en Argentina, Chile, la Ribera del Duero y las Islas Canarias en España y, recientemente, los ubicados en México.
Lo que me gusta de estos lugares es su clima templado, que resulta ideal para el cultivo de uvas, sus hermosos paisajes, recorrerlos para conocer sobre las variedades de uvas, su proceso de producción –muchas veces artesanal–, las degustaciones y maridajes.
En días pasados, tuve la oportunidad de visitar el Valle de Guadalupe, en Baja California, la principal zona vitivinícola de México con la producción aproximada del 70% del vino nacional y con más de 150 casas vinícolas que han generado experiencias sostenibles en torno al agroturismo.
agosto, recorridos en viñedos a caballo, en carritos de golf o en bicicleta, talleres de cocina, spas, entre otros.
Algunas de las uvas comunes cultivadas en el Valle de Guadalupe para la elaboración de vinos tintos son Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Nebbiolo, Syrah y Merlot, y para los blancos el Sauvignon Blanc, Chenin Blanc y Chardonnay.
Resulta importante señalar que, por su calidad, son varios los vinos de la región premiados internacionalmente, en especial en el Concurso Mundial de Bruselas, en los que, de 2019 a la fecha, han obtenido diversas medallas de oro y nombrado “Vinos Revelación Mundial”.
ABOGADA Y CONSULTORA DE TURISMO Y DE REUNIONES
DIRECTORA GENERAL DE CONECTA MÉXICO DMC
EXSECRETARIA DE TURISMO DEL ESTADO DE MÉXICO Y EXPRESIDENTA DE LA ASETUR
X: @BETTYNABENITEZ
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Aunque en la región existen vinícolas muy antiguas como las Bodegas de Santo Tomás, que datan de 1888, los pobladores locales señalan que el auge del turismo en el Valle de Guadalupe inició hace aproximadamente dos décadas.
Hoy cuentan con servicios de hospedaje en cabañas, hoteles boutique y glampings; alta gastronomía en restaurantes con cocina de autor y cocina BajaMed –algunos reconocidos con Estrellas Michelin–, y diversas actividades como catas, festivales como las Fiestas de la Vendimia en
Dentro de las bodegas productoras de estos vinos galardonados destacan El Cielo, Monte Xanic, Casta de Vinos, Finca La Carrodilla y Vinícola Maglén, resultando interesante acudir a sus salas para degustarlos o a sus restaurantes de especialidades para el maridaje. Finalmente, resalto la infraestructura que se ha desarrollado en los últimos años en el Valle para la realización de reuniones. Desde lugares privados en las bodegas (incluso en las cavas), hasta espacios únicos al aire libre que ofrecen una combinación única de paisajes vinícolas, gastronomía de alta calidad y experiencias memorables para eventos corporativos y sociales.
“Al pan, pan, y al vino, vino”, el Valle de Guadalupe es la región vinícola más importante en México para la producción del buen vino, el turismo y las reuniones en torno a esta industria.
TURÍN, LA JOYA SERENA DEL PIAMONTE, DESLUMBRA CON HISTORIA, SABORES Y ELEGANCIA SIN PRISA. DESDE LA SÁBANA SANTA HASTA LA MOLE ANTONELLIANA, CADA RINCÓN SUSURRA
TRADICIÓN E INNOVACIÓN. ENTRE VERMOUTH, TRUFAS Y BAROLO, ESTA CIUDAD ITALIANA INVITA A QUEDARSE… Y SIMPLEMENTE VIVIR
POR ALEJANDRO CAÑEDO FOTO: FABIO-FISTAROL-VJA / UNSPLASH
Seguimos viajando por el norte de Italia. A veces pensamos que Italia siempre fue como la conocemos hoy, pero no. Italia es el resultado de una compleja historia de reinos, principados y territorios que, a mediados del siglo XIX, gracias a la visión y el liderazgo de Víctor Emmanuel II, lograron unificarse para formar esa gran nación que tanto nos ilusiona, que tanto añoramos. Viajar por Italia es recorrer un país que es moda, arte, historia, gastronomía… y también ese arte tan italiano de disfrutar sin hacer nada: ildolcefarniente.
Hoy llegamos a Turín, o Torino, como la llaman los italianos. Una ciudad elegante, serena, con alma de capital, pero sin la prisa de las grandes metrópolis. Turín es historia, fe, cultura y buen vivir.
Donde el arte respira fe
Uno de sus mayores tesoros es la Sábana Santa, la reliquia que millones de cristianos veneran con profunda devoción. Se resguarda en la Catedral de San Juan Bautista (Duomo di San Giovanni Battista), y aunque su exhibición es ocasional, su presencia espiritual marca la identidad de la ciudad.
Turín también se vive caminando. Es imposible no dejarse llevar
por sus portales infinitos, sus cafés tradicionales y sus plazas. Y en el horizonte, casi como un faro urbano, se alza la Mole Antonelliana, el símbolo de la ciudad. Esta imponente estructura fue concebida como una sinagoga, pero hoy alberga el Museo Nacional del Cine, un tributo perfecto a la creatividad italiana.
Pero Turín también sabe a vermouth. Aquí nació esta bebida tan clásica, y también aquí se instaló la primera sede de Eataly (sí, con “EA-T”, del verbo "comer" en inglés), esa brillante combinación de mercado gourmet y restaurante que hoy enarbola la bandera del buen vivir italiano en todo el mundo.
Otro rincón fascinante es el antiguo complejo industrial de Fiat. La fábrica se ha transformado en un moderno centro de convenciones y espacio cultural, pero conserva en su techo la pista de pruebas de automóviles, una joya de la ingeniería convertida en símbolo de innovación.
Y, por supuesto, se come de maravilla. Turín es capital de la región del Piamonte, cuna de trufas blancas, quesos exquisitos y vinos como el Barolo y el Barbaresco. Aquí cada comida es una celebración, cada vino, un relato.
Turín es una ciudad que no grita, pero encanta. Que no presume, pero conquista. Es ese rincón del norte que invita a quedarte un poco más.
Viajemos juntos.