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EL ABANDONO EMOCIONAL

Yliana Armenta

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Mi correo electrónico yliana.armenta@gmail.com

Yliana M. Armenta Martínez Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, Maestría en Desarrollo Humano, Diplomados en Ciencias de la Educación, en Tanatología, en Desarrollo Humano y Espiritualidad Ignaciana, en Intervención Socio Educativa con Jóvenes en Situación de Riesgo: Conceptos, Experiencias y Herramientas, en Introducción a la Suicidología, en Atención para Adolescentes en Situaciones de Vulnerabilidad, en Psicooncología, Certificación como Suicidólogo.

El abandono

emocional.

“Cuando temes al abandono de otro, la probabilidad de que te abandones a ti mismo, aumenta” Autor Desconocidos Todos los seres humanos queremos ser aceptados y queridos, por nuestra familia, por nuestra pareja o por nuestro grupo de amigos, ya que las relaciones sociales son parte de nuestra naturaleza humana.

Sin embargo, a veces ocurre que sentimos que un ser querido no nos dedica la suficiente atención o que se muestra distante y frío, sin saber exactamente a qué se debe. El término abandono no se refiere solo a una ausencia física.

La forma más común de abandono, de hecho, se refiere a la ausencia emocional de la figura de apego principal. Y este sentimiento de vacío no tiene edad, porque cualquier niño puede percibirlo, así como para cualquier adulto puede ser devastador. El abandono emocional es un estado en el que el individuo se siente no querido, abandonado, inseguro o descartado. Se siente indeseado, dejado de lado, inseguro o incluso rechazado.

El abandono emocional es la falta de atención a las necesidades emocionales de niños, adolescentes o adultos. Se trata de una ausencia de respuestas a las expresiones emocionales y a los comportamientos de aproximación o interacción que inician las personas.

También se puede ejercer abandono emocional con muy buenas intenciones motivadoras: como procurar que los niños sean los mejores en la escuela o destaquen en alguna actividad. De hecho, el abandono emocional puede tomar múltiples formas, desde la imposición de expectativas exageradamente altas hasta ridiculizar o ignorar las opiniones.

En algunas ocasiones el miedo al abandono se relaciona con un problema de afecto o con una situación traumática durante la infancia. Si de niño se han sufrido situaciones de inseguridad, de adulto se puede manifestar el miedo al abandono.

A diferencia del abandono físico, el abandono emocional no deja huella visible y, por lo tanto, es difícil de identificar.

Este fenómeno suele ser ignorado en la mayoría de las ocasiones, y quienes lo han padecido sufren en silencio sus consecuencias, y con frecuencia, estas personas sienten que sus emociones no son válidas y tienen que guardárselas. El abandono emocional tiene como consecuencia una baja autoestima, desconfianza e inseguridad. Las personas que han sido abandonadas emocionalmente pueden presentar varios problemas que varían en cuanto a su gravedad y repercusión en la vida diaria. Los síntomas más comunes suelen ser de tipo depresivo, como tristeza, pérdida de interés por actividades que antes eran placenteras, así como el evitar interactuar con otras personas, ya sea por miedo a ser herido de nuevo o por falta de ganas. Cabe mencionar que este tipo de situaciones forman parte de la vida de todo ser humano, y el sufrir abandono emocional no siempre implica el desarrollo de un trastorno psicológico, aunque si llega a ser un importante factor de riesgo. Una persona que está pasando por un proceso de este tipo puede desenvolverse de forma totalmente adaptada en su día a día, solo que lo hará pasando una etapa de mala racha.

Pueden darse diversas manifestaciones del miedo al abandono; entre las más frecuentes encontramos: Acercarse a la gente. Una persona que teme estar sola suele ser extrovertida y se acerca a hablar con la gente con facilidad.

Lo hace para asegurarse de que no se va a quedar sola. Sentir pánico cuando no obtiene respuesta. Cuando envía un mensaje o hace una llamada y no recibe una respuesta inmediata entra en un estado de nerviosismo muy intenso y comienza a tener pensamientos negativos como “no le importo”, “no se preocupa por mí”, “esta persona se quiere marchar”, entre otras. Utiliza el chantaje emocional. Las personas que tienen miedo a estar solas utilizan como herramienta el chantaje y usan expresiones, como: “si te vas, no sé qué va a ser de mí”. Ser complaciente. Son personas que harán todo lo posible para que te quedes con ellas; incluso harán cosas que no les gustan o incomodan. Baja autoestima. Una persona que tiene miedo al abandono no se valora, no sabe ver lo bueno que hay en ella y no es objetiva con respecto a sus capacidades. Problemas para dormir.

Estas personas tienen dificultad para conciliar el sueño, incluso pueden llegar a tener pesadillas en las que las personas las abandonan.

Las personas que sufren de abandono emocional pueden encontrar ayuda a través de atención psicoterapéutica para superarlo, para tratar de racionalizar el temor a la soledad y dejar de lado la necesidad de complacer para evitar que las personas se alejen. Aunque los tratamientos son útiles, hay que indicar que si una persona está sintiendo que un ser querido la está abandonando emocionalmente, el primer paso para ver hasta qué punto esto es cierto, debe ser, el de hablar con su ser querido. Se debe abordar el tema, hablar de los sentimientos que se están viviendo y sí se debe a algo qué hace la persona que lo está padeciendo.

A veces, una conversación profunda y sincera puede ser el mejor de los remedios para dejar de sentir abandono emocional.

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