6 minute read

blur La nostalgia es un lujo

un buen trabajo, teniendo en cuenta las circunstancias. Pero eso de estar haciendo música y saliendo continuamente y tomándote… Son experiencias ridículas.

—¿Es mejor dejar más tiempo entre un disco y el siguiente?

(Damon) Es necesario, no mejor.

Es la primera vez que James Ford produce un disco de Blur, aunque ambos ya habíais trabajado previamente con él. Tú, Damon, en Gorillaz. Y tú, Graham, en The Waeve. ¿En qué medida ha mejorado vuestra música?

(Damon) Creo que para Graham y yo es fantástico tenerlo en el estudio. Para todos, en realidad. Es capaz de ilustrar lo que todos queremos, pero tocando cada instrumento si es necesario. ¿Sabes lo que quiero decir?

(Graham) Nos ayuda mucho de un modo exploratorio. No es un papá, no ejerce esa figura de padre.

(Damon) No, es parte de la banda.

¿Os gusta su disco?

(Damon) No lo he oído. No lo he oído aún.

(Graham) Es bueno, es interesante. Para mí es muy interesante porque yo grabé en el mismo espacio, en el estudio que tiene en lo alto de su casa, y el sonido me resulta muy familiar. Escucho con mucha atención sus producciones, y lo que me gusta de él es el sonido que extrae de los instrumentos de viento y madera, y el de la batería, que es buenísimo.

(Damon) Sí, es brillante con las baterías.

¿Creéis que todos los proyectos que mantenéis al margen de Blur son una influencia decisiva cuando os juntáis de nuevo para grabar otro disco?

(Damon) Por supuesto.

(Graham) Y también en sentido contrario. Podemos probar cosas nuevas en nuestros

3otros proyectos, pero también probarlas en Blur, donde siempre hay hueco para desarrollar eso para lo que estabas esperando una oportunidad. Incluso desde hace años. No puedes forzar las ideas sonoras, tienes que esperar la oportunidad. Blur siempre ha sido un buen sitio para eso, porque combina muchos sonidos y enfoques distintos, en realidad. Diferentes tipos de música dentro de la misma banda.

Entiendo que no siempre esas diferencias han sido fáciles de conciliar, y creo que eso se ha visto en algunos giros radicales de sonido a lo largo de vuestra carrera. ¿Os sentís como una familia, en la que al final importa más lo que os une que lo que os diferencia?

(Damon) Absolutamente. Por supuesto.

(Graham) Hemos tenido diferencias, pero en realidad no tienen nada nuevo si miras a tu alrededor y las comparas con las diferencias que cualquiera de nosotros puede tener con quienes nos rodean, no digamos ya en Inglaterra [risas].

¿Os resulta fácil mantener la ilusión?

(Graham) Creo que hablamos de gente que está al servicio de la música que hace, y no importa lo que ocurra alrededor. Eso es lo que nos preocupa, al máximo. Y es lo que ocurre entre Damon y yo. La música es la que dicta las normas.

(Damon) No nos interesa nada más, ni nada de los que los demás hayan podido hacer, cuando estamos en el estudio. Solo nos concentramos en una cosa. El resto es irrelevante. Y tiene que ser así. De otro modo, no llegarías a ningún lado.

En muchos países aún se habla de Blur como una banda de britpop, cuando habéis explorado muchas otras sonoridades, procedentes de muchos otros puntos geográficos, a lo largo de vuestra carrera. Quizá como pocas bandas.

(Damon) No me importa. Solo pienso en nosotros como una banda.

(Graham) Creo que la gente está por fin empezando a vernos como nosotros mismos lo hacemos. Intentamos darle sentido a la vida en el momento. Ha sido así siempre a lo largo de nuestra carrera. Sobre cómo reaccionamos ante el mundo y ante nuestras vidas en cada momento. Y no tiene que ver con movimientos musicales, ni con el britpop ni con ideologías que podamos compartir con otros grupos. Siempre ha sido así. Nos han llamado banda britpop, y a mí un guitarrista britpop, pero esa es una visión muy limitada. ¿Qué significa eso?

Por suerte, nuestra longevidad ha probado que, por mucho que hiciéramos la mayoría de nuestros discos en los noventa, no tiene por qué ser britpop. El britpop parece una empalagosa y desesperada forma de… (Damon) No tiene nada que ver con nosotros.

Para la prensa fue bueno… (Damon) Fue muy bueno para la prensa, pero es que siempre hemos tenido esta obsesión en nuestro país, para lo bueno y para lo malo, con nosotros mismos. Somos una isla que se mira mucho el ombligo. Y desafortunadamente, cuando la imagen que nos devuelve el espejo es la del Brexit, también nos obsesionamos con ello. Yo recomiendo a todo el mundo que nos ignore cuando empezamos a hablar de la identidad británica. Es una isla insegura.

Os iba a preguntar por eso. Entrevisté a Paul Simonon cuando salió el último disco de The Good, The Bad And The Queen, y me decía que estaba muy marcado por esa Inglaterra que, lejos de Londres, en ciudades mucho más pequeñas y en ám- bitos rurales, había optado mayoritariamente por el Brexit. No sé si en Blur queda algo de ese deseo de plasmar, de algún modo, esa realidad sociocultural.

(Damon) Sí, por supuesto. Está en este disco también. Pero es un disco al que nunca podrías llamar britpop, ni de coña.

(Graham) Somos ingleses, y eso se tiene que notar en todo lo que haces.

(Damon) Y aún estamos tambaleándonos por toda esta travesía del Brexit. Una decisión desastrosa, de la que yo no he formado parte.

¿Crees que el país sufrirá las consecuencias?

(Damon) Las está sufriendo ya. No hay nada más estúpido que alienarte de tus vecinos más próximos. Y dudo que económicamente tenga nunca algún sentido: ¿por qué dejarías de comerciar con tus socios prioritarios? Hay tantas razones por las que no tiene sentido… Yo me disculpo en el nombre de toda la gente que no votó a favor del Brexit.

¿Hay algún disco de Blur del que os sintáis especialmente orgullosos?

(Damon) Sí, seguro.

¿O quizá un disco que debería haber tenido más visibilidad, puede que “Modern Life Is Rubbish”?

(Damon) Sí, ese mismo.

(Graham) Creo que con ese disco estábamos buscándonos a nosotros mismos.

(Damon) Sí.

(Graham) Hay algunas canciones que grabamos nosotros mismos, sin productor, que finalmente entraron en el disco, que no utilizaban esos trucos de Madchester ni nada por el estilo, empleábamos loops de batería y nos estábamos liberando, concentrándonos más en las estructuras de las canciones, más al estilo de la vieja escuela pop. Fue divertido el inicio de los noventa. La música que sonaba en Top Of The Pops y todo eso, vieja música rave que aún sonaba… Fue como un agujero entre lo que fue Madchester y el despegue de lo que luego fue el britpop. Nosotros estábamos intentando averiguar quiénes éramos en ese pequeño espacio. En “Modern Life Is Rubbish” estábamos en el camino a “Parklife”, en el tren que nos conducía ahí. (Damon) Creo que también es bueno que hayamos estado parados como Blur tanto tiempo, porque en la naturaleza cíclica de la música pop, y de la moda, la música de guitarras se está poniendo nuevamente de moda, y podemos volver a destacar.

Aquella primera mitad de los noventa, como decías, fue un territorio de nadie en Reino Unido, ¿no?

(Graham) Así fue. Escuchábamos músicas muy diferentes, como hacen los chavales hoy en día. Lo que fuera. Wire, Pink Floyd, punk, psicodelia, Julian Cope, cosas de los ochenta… Todo eso nos influenciaba. No podíamos buscar material a través de Spotify y sus algoritmos. Tenías que encontrarlo en tu propia colección de discos o en las de tus amigos. No era tan fácil como ahora. (Damon) Tenías que ir a buscarlo todo de forma activa, sobre todo aquello que estaba más oscurecido.

¿Escucháis música nueva últimamente que os impresione?

(Damon) A mí me gustan los que son inte- ligentes, como siempre. Bandas como Yard Act o Wu-Lu.

Yard Act tocan hoy.

(Damon) ¿Yard Act?

Sí, creo que a las siete de la tarde. (Graham) A mí me gusta el disco de Jockstrap.

¿Creéis que hay una buena generación ahora en el pop británico?

(Damon) Sí. Eso parece. Creo que habíamos pasado por un periodo horroroso en cuanto a música punk de guitarras.

(Graham) No me gusta cuando hay guitarras pero no hay sexo. Cuando no parece que haya ninguna raíz.

(Damon) Cuando se convierte en horriblemente genérica, es horroroso. Te hace huir en cuanto ves una guitarra.

(Graham) No aporta nada nuevo, y es triste. (Damon) Está cambiando.

¿Creéis que, a malos tiempos, socioeconómicamente hablando, mejores grupos?

(Damon) Por supuesto.

(Graham) Aunque ahora no puedes irte a Londres y tratar de vivir allí, es muy difícil. (Damon) Vivíamos en squats en los ochenta. (Graham) Los alquileres eran más baratos. (Damon) También tiene que ver con la destrucción del sistema de educación de las escuelas de arte en nuestro país. No todos los que iban se convertían luego en artistas brillantes, pero todos sentían esa llamada para estimular su libertad creativa. (Graham) Aprendías a desarrollar ideas. A trabajar en ellas.

¿Cómo os sentís en España y cómo veis a su público?

(Damon) Está en pie hasta muy tarde. (Graham) Creo que son…

(Damon) Muy apasionados. No muy diferente al público sudamericano.

(Graham) Es muy agradable tocar aquí, te hace feliz ver al público.

(Damon) Les encanta cantar. Eso es fantástico.

Incluso aunque no sepamos lo que estamos cantando, a veces.

(Damon) Me encanta eso, de verdad. Una multitud cantando es alegría pura. c.p.z.