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ARDE BOGOTÁ

Rock del siglo XXI

Arde

texto Don Disturbios fotos Mónica Figueras

NO CABE DUDA de que este 2023 va a ser el año de Arde Bogotá. Los de Cartagena están en boca de todo el mundo y su presencia en todo festival de clase media que se precie asegura un show contundente a la par que dinámico. Un directo de esos que invitan al desenfreno y a corear a grito pelado los adictivos estribillos marca de la casa. Y es que, en buena medida, las responsables de ese éxito estival que se intuye como certeza, van a ser las doce canciones que componen su nuevo álbum titulado “Cowboys de la A3”. En él, han afilado su sonido, buscando una mayor heterogeneidad en los temas y subiendo las revoluciones. (Dani Sánchez, guitarra) “En mi opinión es un disco continuista, pero permite ver una evolución y eso es algo que deberían hacer todas las bandas: no estancarse. Y creo que, además, lo hemos conseguido de una manera muy natural, sin pensarlo, porque sabíamos lo que nos funcionaba, pero esta vez hemos hecho un café y le hemos quitado el edulcorante, que a lo mejor era esa inseguridad de ponernos una etiqueta rock y de hacer un sonido rock. Y eso es lo que lo diferencia de ‘La Noche’. Quitar capas de ‘reverb’, quitar parte de ese sonido que tiene que ver más con el indie con el que siempre se nos ha asociado y ahora no. Ahora queríamos sonar a ‘Marshall’, a ‘Tara’, a un bajo peleón”. Estoy totalmente de acuerdo. “Cowboys de la A3” es un segundo álbum que ahonda en lo ya trazado por Arde Bogotá, aunque lo haga buscando una mayor profundidad en todos los sentidos. Un disco trazado en la carretera a lo largo de una extensa gira de ochenta y seis conciertos que ha unido a la banda con ese juramento de sangre del que hablan en “Copilotos”. (Antonio García, voz) “Al final el local de ensayo es, desde hace muchos años, un lugar seguro para nosotros. Es el lugar en el que se puede hablar de todo. Es un sitio que se hizo para poder trabajar lo emocional de forma artística y profesional Y lo bonito de ese espacio es que nos ha permitido ver que nuestras vidas, siendo gente muy distinta porque somos muy diferentes, son muy similares, porque todos nos hemos encadenado al mismo barco. Y ese destino común nos hace recorrer caminos muy similares y, aunque nos peleamos por cosas distintas con la gente que queremos, en el fondo son cosas parecidas Y eso te permite hacer canciones que nos importan a todos, por lo que dicen, y luego buscar un sentimiento común y encontrar soluciones para otro compañero”.

ARDE BOGOTÁ SON UNA RARA AVIS en el panorama de nuestro país. Su sonido bebe de fuentes anglosajonas clásicas como Arctic Monkeys, Foo Fighters, Kings Of

Criticando

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ROCK / ARDE BOGOTÁ se han convertido en una de las grandes bandas nacionales, de esas que ocupan las primeras líneas en los festivales. Pero la revolución de estos cartageneros debía pasar la prueba de fuego de su siguiente movimiento y ya ha llegado. “Cowboys de la A3” hace gala de un sonido totalmente rock, pero un punto más afilado que en “La Noche” (Sony, 21). Un disco plagado de referencias de esas que tanto les gustan, desde el fútbol de antaño hasta un hotel de La Mancha, los coches e incluso los famosos cruces de horóscopos. La banda ha aprendido mucho durante estos dos años y se han convertido en unos maestros de género. alejandro caballero

Leon o Kasabian y no se cortan un pelo a la hora de procesarlo a través de nuestro idioma. No los puedes enclavar dentro de la tradición más garagera de grupos como Mujeres o Carolina Durante. Tampoco en la más emo de bandas como Cala Vento o La Paloma, ni en la más indie que sigue la alargada estela de Los Planetas. Ellos van a lo suyo con sus propios códigos. Unas señas de identidad en las que las letras de Antonio García juegan un papel importante. No es habitual exhibir tanta vulnerabilidad dentro del “grande rock” y eso es un hecho que los sitúa directamente en este siglo, en el que tenemos la obligación de construir una nueva masculinidad alejada de los viejos tics del patriarcado. (Antonio García) “Por la parte que me toca, como letrista ‘cis’ y hetero en el siglo XXI, creo que hay que hacer un ejercicio complejo de revisarte y pensar en ‘¿cómo puedo hablar del amor y del deseo desde una perspectiva que no sea machista directamente?’ o ‘¿cómo puedo hablar de mis problemas o de un sentimiento de euforia sin que eso quede egocéntrico o prepotente?’. Pues es complejo y no sé si lo logro. Pero, como mínimo, una de las cosas que sí que intento es mostrar abiertamente vulnerabilidades, no ocultarlas. Creo que el primer pasito de revisión de la masculinidad es la de ser capaces de compartir cosas y de desprenderte de ciertas capas que tienen otras generaciones y que, por suerte, ya no hace falta llevar encima. Cosas muy manidas como esa de que los chicos también lloran no dejan de ser un primer pasito hacia comprender lo que es mucho más difícil dentro de una revisión de la masculinidad”. Muy lejos quedan por tanto los comportamientos infantiles tan asociados al género. Aunque no por ello se pierda la esencia de lo que significa el rock. (Antonio) “Hay que ser capaz de hablar de los temas del rock, que sin querer

Bogotá SL

SIEMPRE ES UNA NOTICIA fantástica que una nueva banda se incorpore al proceso de profesionalización y abandone el ‘amateurismo’ que siempre ha lastrado tanto nuestra escena. Salto importante, a la par que complicado, y que implica crear una estructura y saber organizarse para no morir en el intento. Justo en ese proceso se encuentran inmersos los cuatro de Cartagena y, como nos acaban de contar, ese proceso también ha influido y mucho a la hora de elaborar “Cowboys de la A3”. Pero ¿cuál ha sido la división de tareas y cómo se han repartido los roles? Cambiemos de formato y que sean ellos quienes nos lo expliquen todo.

¿Qué roles tiene cada uno dentro de la banda?

(Jota) Yo llevo el tema de las redes.

¿Eres el Community manager?

(Jota) Sí, aunque odio esa palabra al igual que odio las redes. Llevo las redes odiando las redes. Lo cual es la hostia porque hace que no esté muy involucrado en la red a pesar de que me he hecho adicto. Pero bueno, es algo que no me hace perder el sueño porque no creo que seamos una banda que tenga que estar supeditada a las redes sociales. ¡Gracias a Dios! Creo que somos una banda a la antigua con la que lo orgánico funciona. Y quiero pensar que nuestro crecimiento es súper orgánico, gracias a los conciertos que hacemos y no hace falta convertir lo que es una banda de música en una puta ‘sitcom’.

¿Qué otros roles tenéis en la banda?

(Antonio) En lo no creativo Pepe se encarga del ‘merchan’.

(Pepe) ¡Es creativo! [risas].

(Antonio) Todo es creativo.

¿Y vosotros?

(Dani) Yo llevo toda la parte más técnica relativa al equipo, organizar el local, etcétera. (Antonio) Yo me encargo como de recursos humanos y coordinar que todo el mundo esté en orden y tal, y también hago un poco de abogado en el tema contractual.

¿Cual es tu especialidad en la carrera de Derecho?

(Antonio) Propiedad intelectual. Y por eso llevo todo el tema de contratos editoriales y todo eso y ahora también estoy intentando montar la S.L.

¿Esa división de tareas e implicación es también muy del siglo XXI, no? Porque antes los músicos lo dejaban todo en manos de una oficina y luego pasaba lo que pasaba. (Antonio) Sí, pero yo también tengo el miedo de lo contrario. En plan, The Beatles en cuanto más empresarios se volvieron dejaron de ser músicos, y los Rolling son ‘ceo’ de una multinacional, pero ya no son músicos.

El Apunte 3

Bueno, pero si llegas hasta los setenta y ocho años dentro de la banda ya te puedes dar por satisfecho (Antonio) Habiendo hecho “Sympathy For The Devil” firmo [risas].

(Dani) Pero tienes razón. Ha cambiado mucho la mentalidad y nosotros ahora tenemos pleno control de nuestro proyecto y de nuestras canciones y de todo lo que está pasando y somos los que elegimos quién trabaja con nosotros.

(Jota) Este es un mensaje para todas las madres que tienen hijos e hijas que quieren ser músicos. Al final solo un cuarto de lo que haces cuando te profesionalizas en una banda es música. El resto son movidas ¡qué flipas! [risas] Pero es muy divertido. d.d.

son muy cíclicos, de la rebeldía, de la juventud, de la libertad, de la liberación, pero desde otra perspectiva. La de una persona que ya no puede ser un animal de reventar camerinos, tirar televisiones y follar con las groupies. No, no va de eso. Ser parte de este siglo, de lo que está ocurriendo y de lo que tiene que pasar con los hombres en este momento también implica que pase con nosotros que hacemos música”. Una rebeldía y un descontento que tienen su máxima expresión en el disco en un tema como “Todos mis amigos están tristes”. (Antonio) “Esa canción es de esas en las que llega primero la letra y una especie de concepto muy básico a partir de la letra… Hubo un momento, al salir de la pandemia más dura a finales del 21, que era realmente así. Todo el mundo estaba triste, más por una cosa emocional que política. Y de ahí viene un poco la reflexión de este tema. Y si todas las canciones son un viaje, en esta hacemos un viaje a la venganza. Porque la reflexión que hacemos en el tema podría haber sonado triste y melancólica y ser una balada, sin embargo, es todo lo contrario. Creo que es la canción más dura del disco, y lo es porque esa tristeza lo que nos genera es rabia, es impotencia y ganas de pelear contra aquello que pone a mis amigos tristes”. Llegados a este punto, no puedo evitar confesarles que me hubiera gustado encontrar en el disco algún tema de corte más social o político como fue en su día “Tijeras”. (Jota) “¡Qué temazo! Me encanta esa canción”. (Antonio ) “Esa es la más política que tenemos”. (Dani, guitarra) “En todos los discos al menos hay una, porque en el primer epé estaba ‘Te van a hacer cambiar’ que también tiene esa fuerza”. (Jota) “En este disco sucede algo parecido con ‘Los Perros’ pero no somos The Clash”. (Antonio) “En este disco creo que hay más queja que reivindicación como ‘Los Perros’ o ‘Qué vida tan dura’”. Letras en las que, según la propia banda, también se habla sobre romper con las cosas que te atan y la libertad. Sin embargo, a lo largo del disco también se desprende lo mucho que han cambiado sus vidas a la hora de dar ese salto a la profesionalización, dejar los diferentes curros y lanzarse a ejercer como banda de rock a jornada completa. Un cambio de vida que ha acarreado dificultades a la hora de mantener una vida sentimental estable. (Antonio García) “Yo por ejemplo sigo con mi pareja, pero sí que es cierto que el disco habla mucho de las cosas que nos hemos enfrentado durante este tiempo. Me gusta decir que es un disco que explica lo que nos ha pasado mientras hacíamos un disco. Y mucho de lo que nos ha pasado ha sido la confrontación con un cambio radical en nuestra vida y cómo afecta eso a la gente que queremos. La temática de la ruptura sentimental está muy presente y, aunque no ha ocurrido, es como un ente que sobrevuela. Pero no solo en lo romántico, sino también con la familia, con los amigos, con la gente que quieres. Al final hay muchas canciones que hablan de eso y no están referidas siempre a la misma gente. ‘Cowboys’ es una ruptura sentimental, podría ser, pero para mí hace referencia a la gente que formaba un colectivo y ya no está, como que te abandonan en la carretera y solo quedas tú”. (Jota) “El cambio de vida abrupto que tuvimos que decidir al dedicarnos exclusivamente a la música puede incluso hacerte sentir culpable. Porque hace que te tengas que ir constantemente para hacer cosas que aparentemente no son normales y eso afecta y te hace reflexionar. Y la gente que te quiere, y acepta ese cambio radical en tu vida, tiene muchísimo mérito. Eso también se puede ver en la temática del disco”. d.d.