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5/Mondo freako Grian Chatten Clásico y moderno

Curiosa manera de emplear unas merecidas vacaciones la de sacar un primer disco en solitario, pero el apasionado vocalista de Fontaines D.C. no ha podido evitarlo. “Chaos For The Fly” (Partisan/[PIAS], 23) muestra a un compositor más reflexivo e intimista, pero nada acomodado.

EL IRLANDÉS NECESITABA dar salida a unas composiciones alejadas de la electricidad urgente y visceral de su banda. Instrumentos acústicos, atmósferas oníricas y ritmos electrónicos sutiles arropan unos textos más personales si cabe. El resultado es de un clasicismo con toques modernos y por supuesto irlandeses, en el que tiene mucho que ver la complicidad del experto productor Dan Carey. Llamamos a Londres a un cordial Grian para que nos cuente más. La eterna conexión entre la verde isla y España sale a relucir, así como la rara y preciosa complicidad con su sello Partisan y el refinado estilo vocal de su admirado Chet Baker. “La idea de hacer un disco en solitario se me ocurrió cuando tuve una idea para una canción que acabaría en el disco, ‘Bob’s Casino”’, un día mientras estaba contemplando el mar en Dublín. Me llegó como una cosa cerrada, y no quería pedir a los otros chicos del grupo que tocaran exactamente lo que quería, sino hacerlo yo mismo. También me parece que hoy en día, por cómo está la industria, lleva tanto tiempo hacer un disco, por los plazos que se manejan en cuanto a la producción, los arreglos y el prensado (de los vinilos), que necesito estar en dos proyectos a la vez”.

GRIAN PRETENDÍA que “Chaos For The Fly” sonara simultáneamente clásico y contemporáneo. Y lo ha conseguido. “Creo que gran parte vino del primer tema, ‘The Score’. Al principio sonaba mucho a Leonard Cohen, y le fuimos quitando cosas esencialmente para que no sonora a una especie de imitación, sino a una canción que hubiera surgido en un casino. Crecí en una ciudad costera pequeña con casino, y siempre me han gustado los ruidillos y sonidos asociados a las máquinas que oí durante los ochenta y noventa. Quería que todas las canciones parecieran como

3generadas por esas máquinas, en lugar de sonar a imitaciones de Leonard Cohen”. La influencia de artistas como el canadiense o Nick Cave es, no obstante, “bastante grande”, pero el irlandés está precisamente alerta para no mimetizarles demasiado. “He querido tener la cantidad justa de clasicismo y modernidad. Mi novia es muy buena a la hora de sacarme de mis gustos más antiguos, también con la literatura. Está empeñada en que me gusten cosas que se hacen hoy, y probablemente eso sea bueno. Sin su influencia no habría modernizado el disco, por decirlo de algún modo, con sonidos electrónicos”.

LA COMPLICIDAD durante diez días de grabación con el consumado productor británico Dan Carey –responsable también de los tres discos de su banda–, ha tenido mucho que ver en el resultado final. “Es capaz de ver muy, muy rápido la esencia de lo que intentas conseguir. En un sentido casi espiritual. Creo que lo ha vuelto a hacer con su toque genial, en el sentido de que el álbum entero suena muy brillante. Yo no entendía al principio a dónde quería ir, hasta que comprendí que le estaba dando a todo el disco una pátina fantástica, casi una especie de falsedad surrealista. Es como cuando vas a ver una película y los colores están un poco realzados. Sucede, por ejemplo, con las películas de Almodóvar: los colores en todas sus películas tienen ese aspecto onírico. Pues creo que Dan ha subrayado los colores del disco, haciendo que prácticamente parezca un sueño”. El famoso cineasta manchego no es el único guiño cariñoso que Grian lanza a nuestro país. “No sé si lo has leído, pero una buena parte la compuse en España. Algunas canciones, en Madrid. Siempre me ha parecido un lugar muy inspirador para componer. Creo que fue el primer sitio al que fui solo con mis amigos, sin familia ni nada por el estilo. Fue el primer lugar al que fui con libertad total. Madrid siempre ha tenido algo especial para mí. De hecho, me compré una guitarra en una tienda de Madrid. No recuerdo el nombre, pero es bastante famosa. Volví con ella y compuse ‘Fairlies’, ‘All Of The People’… Gran parte del álbum”, dice.

SUS LETRAS entre poéticas y confesionales son, desde luego, uno de los principales alicientes del álbum. “Una de las cosas que pasaron es que como sabía que eran para un disco en solitario, se hicieron más íntimas y personales. Por ejemplo, la de ‘All Of The People’. Los sentimientos que expreso en temas como ese son sencillos, un poco ingenuos. Me habría dado un poco de vergüenza venir con las canciones y decirle a los demás: ‘Así es como suenan’. Creo que una parte de querer sacar un disco en solitario es precisamente expresar estas cosas y seguir adelante”. El vocalista asegura haberse esmerado en sus interpretaciones –se nota–, además de inspirarse en la delicadeza de Chet Baker alargando las sílabas, más que en la pura potencia. Era el momento, en definitiva, de experimentar variando el tono y el sentimiento de los temas. “Siempre he sido una persona más de discos completos que de singles. Y quizá la cohesión de los discos de Fontaines haga que se pierda eso. Hay variedad, pero tienen una coherencia mucho mayor que este disco. Quizá ha sido un experimento ver si canciones tan distintas podían coexistir de forma armónica”.

CAMBIANDO DE TEMA, el irlandés no tiene más que elogios para Partisan Records, el sello de Brooklyn que también publica su disco en solitario. Su relación, subraya, es “alucinante. Les debemos mucho. Estuvieron dispuestos a ayudarnos en los malos tiempos; por ejemplo, durante la pandemia, o cuando decidimos regrabar nuestro segundo disco [‘A Hero’s Death’ (20)]. Fueron muy comprensivos. He hablado con amigos que están en sellos más grandes y les da mucha envidia que no interfieran para nada. Especialmente con ‘Skinty Fia’ (22): se lo entregamos sin más. Nos dieron el OK y lo sacaron”. En este sentido, destaca que, aunque demos por sentado lo contrario, esta confianza tan bonita e inspiradora no abunda en la industria, ni mucho menos. “Si te soy sincero, no conozco demasiado el mundo de los grandes sellos. Pero sé de bandas que han tenido que componer tres veces su disco, no me jodas… Yo asocio la composición de canciones con la libertad total. Y gracias a Partisan puedo seguir disfrutándola”. jc peña

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