Hoja Misionera Enero- Febrero 2023

Becas a laVirgen de los Desamparados

Beca 13

SUMA ANTERIOR 1.907,30 €

CHULILLA: C.P.P 50,00 €

CHULILLA: C.P.P. 50,00 €

SUMA TOTAL 2.007,30 €

Beca 14

SUMA ANTERIOR 7,30 € C.B.S. 20,00 €

SAGUNTO: LIMOSNA LOTERÍA 162,00 €

ALCUBLAS: CAP. MILAGROSA 50,00 € ALCASSER: VARIAS SOCIAS 48,00 €

FAMILIA SERRA SALES 50,00 €

QUARTELL: LIMOSNA LOTERÍA 200,00 €

MURO ALCOY: UNA FELIGRESA 50,00 € SAGUNTO: LIMOSNA LOTERÍA 90,00 € ALCASSER J. y A. 1.000,00 €

ONTINYENT: P.S.JOSÉ-B.V. 400,00€ SUMA TOTAL 2.077,30 €

Beca 15

SUMA ANTERIOR 77,30 €

ALCASSER ANÓNIMO 1.500,00€

UN SACERDOTE 600,00 € SUMA TOTAL 2.177,30 €

Beca 16

MURO ALCOY: ANÓNIMO 2.000 €

Beca 17

P.S.P. 2.000 €

Beca 18

SUMA ANTERIOR 177,30 €

F.M. 10,00 €

ONTINYENT: P.S.JOSÉ-T.O. 100,00 €

ONTINYENT: P.S.JOSÉ 50,00 €

ONTINYENT: P.S.JOSÉ-M.M.F 20,00 €

PICAÑA: FELIGRESA POR SUS DIFUNTOS 30,00 €

PICAÑA: SOCIA POR SUS DIFUNTOS 50,00 €

SUECA: POR SU SANTO 40,00 €

PAIPORTA: P. S. JORGE 90,00 €

DONATIVO SELLOS 15,00 €

ALGEMESÍ: UNAS SOCIAS 9,00 €

TORRENT: C.M. 500,00 €

UN SACERDOTE 1.200,00 €

SUMA TOTAL 2.291,30 €

Beca 19

SUMA ANTERIOR 291,30 €

TORRENT: ANÓNIMO 500,00 €

TORRENT: C.M. 50,00 €

POBLA VALLBONA: LIMOSNA LOTERÍA 138,00 €

SUECA: M.H. 100,00 €

BONREPÓS: UNA SOCIA 50,00 € ANÓNIMO 50,00 €

SUMA TOTAL 1.179,30 €

BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN

Continuar la Misión de Cristo es tarea de todos los creyentes. Cada uno aporta lo que tiene: la vida, la oración,

¿Quiénes somos?

Somos una entidad Diocesana perteneciente a Obras Misionales Pontificias que trabajamos por los misioneros valencianos en el mundo. Si quieres conocernos mejor estamos en C/ Avellanas, 22 - 4º. 46003 Valencia

También puedes encontrarnos en: /delegaciondemisionesvalencia

@valenciamision Misiones Valencia-OMP http://misionesvalencia.blogspot.com. es misiones-valencia@omp.es 96 392 24 12 // 644757662

Imprime: Imprenta Nacher S. L.

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Hoja Misionera

Todos para uno y uno para todos

de los cristianos de otros lugares, más de los niños y sobre todo si necesitan algo. ¿Pero cómo saberlo?

El primer día de clase compartió con sus amigos algunas de estas inquietudes, y Clara, una compañera, lo comprendió y dijo: “lo preguntaremos en la clase de religión”. Marga, la profesora de religión, les dijo que buscaría información. Pepe estaba contento, es como si tuviese una misión que quería cumplir, sin saberlo estaba dentro de él este deseo de ser hermano de muchos, ¿por qué este deseo?

Un niño se sentía solo en casa y debería estar contento, tenía sus padres, abuelos. Y tenía todo lo necesario, más aún de lo preciso, según su abuelo. Lo cierto es que la soledad le dolía, no sabía si tener poca ropa dolería más, pero estar solo sí sabía que dolía.

Cuando rezaba no se sentía tan solo, pues Dios escucha siempre con mucha atención. Pepe sabe que todas sus circunstancias y conversaciones en la oración eran interesantes para su amigo Jesús, porque fue un niño como él. Pero hoy en Misa ha habido unas palabras que le han chocado: por el bautismo todos los niños cristianos de cualquier parte del mundo son hermanos. Y se preguntaba ¿Cómo puedo ser hermano? No tengo ninguna práctica de ser hermano de nadie. Mi padre tiene hermanos y tienen un grupo de conversación en el teléfono para compartir noticias, alegrías y pedir ayuda en lo que necesitan. Pero ¿cómo hacer eso con miles de niños de tantos idiomas?

No podía dejar de pensar en que estaba como contento de tener tantos hermanos, pero sin solución para el problema de como ser buen hermano de todos. En la oración de la noche se llenó de luz, ¡Podía rezar por todos! La ayuda de Dios llegaría a cada uno según su necesidad que sólo Dios sabe. Aunque ahora le interesa más saber

número:

En toda la semana no se olvidó, en su oración con Jesús pensó que todo era una respuesta de Dios, un plan muy grande en el que contaba con él, con Pepe, y con todos los niños bautizados en tantas iglesias del mundo. El domingo en Misa fue distinto una vez más, porque pudo estar unido a tantos niños que estarían en Misa como él, en tantos idiomas, y todos eran hermanos. Por fin llegó la clase de Religión y la profe Marga les habló de algo que él no recordaba haber oído pero que le pareció una idea extraordinaria, como de Dios, existe la Infancia Misionera, que es justo la posibilidad de que los niños de todo el mundo sean uno para todos y todos para uno.

Por esta institución del Papa de Roma todos los niños están comunicados a través de los misioneros. No solo nos contó las necesidades de otros niños como las de la “Ciudad de la Misericordia de San Nicolás”, en la que acogen a niñas de familias pobres en Ucrania, que con la guerra son más pobres. O la guardería de Pout, de la diócesis de Thiès en Senegal está formada por dos viejas salas parroquiales, reconvertidas en recinto escolar. En ella se acogen a más de 100 niños que el centro cuida a diario. O la Escuela Mesrobiana As-Salam de Kamechli, en Siria donde 135 alumnos están inscritos. Sus familias no pueden colaborar prácticamente con nada en el mantenimiento del colegio, dada la situación económica precaria que viven todos debido a la guerra civil. O en India, donde hay 34 escuelas y varios centros de discapacitados. En los últimos años, han sido ayudados allí más de 6.000 niños por los misioneros.

“Vimos un video de Infancia Misonera y podemos ayudar a esos niños a través de los misioneros que los cuidan, ¡vamos a recoger dinero para ellos, para que tengan su escuela, su alimentación, hospitales… !” afirma contento. “Además los niños de mi colegio, de mi parroquia también son mis hermanos, me gusta ayudar, pero ahora puedo hacerlo siempre y con todos porque son mis hermanos, también con los que no son cristianos, ya que Jesús quiere que todos sean cristianos. Quiero ser un niño de Infancia Misionera y saber todo de las misiones y sus niños.”

“Esta noche le diré a Jesús que me gusta mucho esta misión que me ha encargado, le daré las gracias y le pediré que me dé más encargos, porque son muy alegres.”

La misión es un reto constante

Fernando González es el actual responsable de Infancia Misionera en la Dirección Nacional de OMP. Natural de Turís, trabajó cinco años en nuestra Delegación. Compartimos algunos fragmentos de una entrevista que ha dado con motivo de la Jornada de Infancia Misionera de este año.

El lema de este año, “Uno para todos y todos para Él”, suena a novela de aventuras... ¿Es la misión una aventura para los niños?

Sin ninguna duda. Es una aventura que tiene todos los elementos necesarios para ser la aventura de la vida de cada uno. Tiene incertidumbre, pasión, novedades continuas, personajes increíbles, compañeros de “viaje” por descubrir... (...) ¡Es una aventura para todos, no solo para los niños! La misión es un reto constante, y, hoy en día, más. Y los niños, en esa etapa en la que se empapan de aprendizajes continuos, se motivan con retos. De esta Jornada de 2023, ¿qué mensaje te gustaría que se les quedara grabado en el corazón?

Pues que ellos son para los demás. Que la vida, igual que la fe, no puede vivirse solamente de puertas para adentro, sino que somos parte de una sociedad que necesita que demos lo mejor de nosotros mismos para los demás y para dar gloria a Dios. Y eso es lo que espera Él de cada uno de nosotros.

¿Cómo podemos ayudar a los niños a experimentar que en la Iglesia todos vivimos unidos en misión en torno a Jesús? Con nuestro ejemplo, con nuestra vida. Ya lo decía san Francisco de Asís: “Predica el Evangelio en todo momento, y cuando sea necesario, utiliza las palabras”. Los niños necesitan ver una Iglesia unida, pero ¿quién es la Iglesia? ¡Pues nosotros! Ellos se dan cuenta de todo y no hacen falta tantas explicaciones. Simplemente, comenzar por tratarnos con amor entre nosotros y poner a Jesús en el primer orden de las cosas.

Tras el cuatrienio “Con Jesús Niño a la misión”, ¿cómo va a trabajar Infancia Misionera?

En realidad no es una ruptura total con el cuatrienio. Durante este tiempo hemos aprendido que no podemos reducir esta Obra a una sola Jornada en el año. Hemos visto que hay niños, profesores y catequistas que se nutren de los recursos pastorales que proponemos, y por ello debemos seguir trabajando en esta línea. Sin la “rigidez” del cuatrienio, adaptándonos al calendario litúrgico o a los grandes momentos misioneros del año, pero sin olvidarnos de los animadores. Que sea un goteo constante de recursos para ellos con tinte misionero. ¿Te atreverías a lanzar alguna propuesta o invitación para dar un nuevo paso en la animación misionera de los niños hoy? (...) Creo que sí que podemos hacer algo más para “acercarnos a su mundo” y mostrarles con su lenguaje que todos somos misioneros y que no hace falta ser adulto para viajar lejos; podemos comenzar ya por el que tenemos al lado. A nivel organizativo, me encantaría que los consiliarios y párrocos descubriesen la Infancia Misionera; creo que es una ayuda buenísima para la pastoral infantil y veo que son pocas las parroquias que se toman en serio todo lo que puede ofrecer. Además de todos los proyectos que atiende esta Obra en el mundo, ¿qué aporta el “estilo” de Infancia Misionera ante nuestra sociedad, aquí y ahora?

La Obra de la Infancia Misionera tiene una dualidad muy bonita que, a veces, nos puede confundir un poco. Y es que, como dices, es una Obra que ayuda económicamente a millones de niños en el mundo. Desde el sostenimiento de orfanatos en Guinea, hasta las gafas que pueda necesitar un niño en Chad. Pero no solamente es eso: también es toda la animación misionera que podemos hacer con los niños.

Aquí, en España, intentamos trabajar en tres grandes “bloques”, como son creer, vivir y compartir. Invitamos a los niños a hablar con Jesús, a rezar y a pedirle por todos los niños del mundo y por todos los misioneros que cuidan de ellos. Intentamos que vivan siguiendo el estilo de vida de Jesús, amando a las personas y a Dios ante todo. Y les pedimos que compartan ese regalo que tienen con sus amigos; que hablen de Jesús a otros y ayuden, con una pequeña cantidad, a los niños del mundo que más lo necesitan.

Presencia, testimonio

Actualmente miembro del Equipo General de las Misioneras Dominicas del Rosario (MDR), Marie Claire Silatchom, nos cuenta como su vida misionera ha sido fruto del testimonio de otras personas, “sin esto no habría entrado en una congregación ni conocido a Dios„.

“Cuando era pequeña era monaguilla en mi parroquia. Allí me llamaba mucho la atención el cura, pensaba “yo voy a ser como ella, que acoge a los niños, que acepta a todo el mundo, habla tan bien, que nos visita...„ Por la sotana ¡creía que era una mujer! Cuando me enteré que era un hombre me turbé, pero al poco tiempo llegaron a mi parroquia las misioneras (MDR). Cuando las veía visitar a la gente, venir a mi casa, mirar con cariño, entendí que quería estar con ellas.

También les debo mucho a mis padres por su testimonio de vida cristiana, su herencia de fe y todo el amor que me daban me animó siempre y pensé que quería dar ese amor que había recibido de ellos, sobre todo a tantos niños que no lo tienen por tantas circunstancias. Así lo he hecho como misionera tanto en mi país natal, Camerún, como en la RD Congo. Por ejemplo, en este último, en el norte, la selva, con los pigmeos, vi la importancia del testimonio a base de lo que se hace, de nuestra presencia, un “estar con„ (aún en las dificultades), escuchar, trabajar con ellos y recibir tanto de ellos„ .

Proclamar la presencia viva de Cristo

Con profundo dolor por el fallecimiento del Papa emérito Benedicto XVI, unidos a toda la Iglesia, oramos por su alma. Durante sus ocho años de pontificado, el Santo Padre Benedicto XVI nos ha contagiado su amor a Dios, no solo a través de su magisterio y su brillante exposición de la doctrina, sino, sobre todo, por el testimonio de su vida. Todo su Magisterio pontificio ha estado atravesado por el hilo de oro de una incansable solicitud misionera. Desde la misa de inicio de su pontificado, Benedicto XVI ha repetido que la única razón de ser de la Iglesia es confesar y anunciar al mundo entero «la presencia viva de Cristo». Esta vocación misionera de la Iglesia ha sido afirmada en innumerables discursos pronunciados por el Papa Benedicto. Las Obras Misionales Pontificias eran para ello un instrumento privilegiado.

En el de 2012 afirmaba: “Junto a este grande signo de fe que se transforma en caridad, recuerdo y agradezco a las Obras Misionales Pontificias, instrumento de cooperación en la misión universal de la Iglesia en el mundo. Por medio de sus actividades, el anuncio del Evangelio se convierte en una intervención de ayuda al prójimo, de justicia para los más pobres, de posibilidad de instrucción en los pueblos más recónditos, de asistencia médica en lugares remotos, de superación de la miseria, de rehabilitación de los marginados, de apoyo al desarrollo de los pueblos, de superación de las divisiones étnicas, de respeto por la vida en cada una de sus etapas”.

Su pasión eclesial por la obra misionera se expresó en sus mensajes pero también en iniciativas extraordinarias como el Año Especial dedicado a San Pablo, «el mayor misionero de todos los tiempos». El Papa era muy consciente, como expresó en Spe salvi, de que solo Dios puede ser la esperanza para un mundo tan necesitado de su ayuda. A los misioneros, que llevaban y llevan a los rincones más olvidados del planeta esa esperanza que anuncia el Evangelio, Benedicto XVI les manifestó su gratitud en diversas ocasiones: “Deseo expresar con particular afecto mi agradecimiento a los misioneros y a las misioneras, que dan testimonio en los lugares más lejanos y difíciles, a menudo también con la vida, de la llegada del reino de Dios. A ellos, que representan las vanguardias del anuncio del Evangelio, se dirige la amistad, la cercanía y el apoyo de todos los creyentes” (Mensaje para la JMJ 2010).