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Reflexiones en el día del hombre
Por: Joshua Enior Jiménez
¿Qué es el patriarcado?
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Cosas para mantenerse alejado, si usted es un hombre:
1. Comida chatarra.
2. Pornografía.
3. Drogas estupefacientes.
4. Hombres ociosos.
5. Mujeres promiscuas.
6. Entretenimiento vano e irreflexivo (piensa en Marvel).
7. Música blanda y sin sentido.
Todas estas cosas, trabajan juntas en contra de tu masculinidad, ya sea debilitando tu cuerpo o tu mente. Las siguientes cosas son las que debes atesorar:
1. Comidas caseras proteínicas.
2. Si te estás quemando (sexualmente hablando), busca una buena mujer, cásate con ella y ten hijos.
3. Mente clara, conduce a un pensamiento claro: en lugar de drogas, estimula tu mente con buenos libros.
4. Sé selectivo con los que consideras amigos: mejor tener uno o dos amigos sabios, que te animan a
ser mejor, que ser parte de una manada de perezosos que impedirá tu crecimiento.
5. Manténgase alejado de las mujeres sueltas: destruyen matrimonios, familias y, en última instancia, hombres. Si te asocias con ellas, eres un tonto y te mereces lo que viene.
6. Tu recurso más preciado en esta vida es el tiempo: si dedicas horas todos los días a ver propaganda hipnótica (pues en eso se ha convertido la mayor parte del entretenimiento moderno, propaganda que sutilmente adoctrina), estás desperdiciando tu vida en algo que no sólo es vano, además nocivo. El entretenimiento es como golosina: nada malo tenerlo de vez en cuando, pero si lo conviertes en parte de tu dieta diaria, te volverás enfermizo.
7. La música es el narcótico más fuerte de la mente, adormece el alma misma de los hombres, llegando a profundidades que ningún discurso normal puede alcanzar. Por lo tanto, es el vector más efectivo para inyectar mensajes en el subconsciente. Ten cuidado con esto: si escuchas música solo porque te hace sentir bien, sin prestar mucha atención al mensaje, estás siendo reconfigurado, programado sin que te des cuenta.

Una cultura patriarcal
Por: Joshua Enior Jiménez
Una cultura patriarcal no es la que te produce un mundo donde mujeres son violadas, asesinadas y jugadas por hombres mujeriegos, violentos e irresponsables a gran escala. Esta es, de hecho, la antítesis de una sociedad patriarcal. Este es el resultado de una cultura en la que la mayoría de los hombres no crecen bajo la tutela directa de padres devotos, esposos devotos y cabezas de familia, es decir, patriarcas.
Niños criándose solos, sin la instrucción de sus propios padres que les enseñan cómo controlar y canalizar de manera constructiva sus energías sexuales intrínsecas, su agresividad masculina innata; que en lugar de esto, están siendo o sobre-mimados por madres solteras sobrecargas tratando de cumplir ambos roles de papá y mamá, o lo que es peor, siendo maltratados por padrastros agresivos y desinteresados. En todo caso: niños que nunca aprenden a convertirse en verdaderos jefes de familia.
¿Qué es lo que necesitamos para ver una transformación generacional a mejor? Simple: necesitamos padres. No simplemente progenitores, que como perros sin escrúpulos ni autocontrol, producen crías con quién saben cuántas hembras, solo para abandonarlos y hacerlo asunto del gobierno (es decir, de todos). ¡No! Necesitamos esposos que aman y se entregan fielmente al servicio de sus esposas; necesitamos padres devotos que asumen su deber de instruir y educar a sus hijos en casa; en poco, necesitamos hombres que han sido entrenados por sus propios padres a dejar sus formas infantiles de pensar, hablar y actuar, y que a su vez, estos mismos entrenen a sus propios hijos. He aquí el «patriarcado», de «pater” + “arché”, juntos, “el gobierno del padre”.
Mujeres, créanme: ustedes no quieren hombres débiles y afeminados. Podrán pensar que así serán más fáciles de manejar y dominar, pero al final, lo único que harán es dejarlas a ustedes completamente expuestas a la naturaleza intrínsecamente violenta y promiscua del hombre que carece la disciplina del padre.