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Ser mujer importa

Por: Lisbeth Hernández Lecona

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Lic. y Mtra., en Derecho con especialidad en Derecho Civil egresada de la UAEM. Lic. en Educación por el CENEVAL, Maestrante en Ciencias de la Familia por la Universidad Anáhuac. Fue Senadora de la República en las LVII y LVIII legislaturas en las que presidió la Comisión de la Familia y Desarrollo Humano. Actualmente es Presidenta de la Fundación para el Desarrollo Sustentable de las Familias A.C. y miembro activo de Iniciativa Ciudadana por la Vida y la Familia.

Un gusto compartir este artículo con los lectores, soy Lisbeth Hernández, ¡Mujer orgullosamente!, esposa, madre, casada desde hace 21 años con Miguel Ángel mi gran compañero a quien amo, tengo tres hijos de quien me siento muy honrada, ama de casa, abogada con dos licenciaturas y dos maestrías.

Tuve la gran oportunidad de ser senadora de la República, diputada constituyente en la CDMX, formar parte del parlamento latinoamericano, participé en organismos internacionales como la ONU, OEA, parlamento europeo, etc. Pero sobre todo sé lo que es levantarse antes que todos y que los trastes nunca se acaben, así como cuidar de las mascotas y de cada pequeño rincón del hogar.

Mi propósito al escribir este mensaje es poder motivarte para salir adelante con fe y esperanza, ya que puedo sentir tu preocupación por que me identifico contigo, por todo lo que hemos pasado las mujeres a lo largo de la vida, sé las pruebas y procesos. Recientemente perdí a un gran ser amado como lo fue mi madre, quien hace un par de meses dejó la vida para encontrarse con El Eterno, su gran amor y enseñanzas vivirán para siempre en mi corazón y formarán parte de mis principios y valores que hoy me hacen ser una mujer que lucha por sus ideales a pesar de las circunstancias.

Estudié y trabajé con esfuerzo y dedicación para salir adelante en un mundo difícil, superando retos en cada etapa. Al escribir estas líneas, lo hago desde el rincón más íntimo y seguro para mí, como lo es el estudio de mi hogar y poder abrir mi corazón al compartirte la importancia de ser mujer.

He tenido la oportunidad de conocer y trabajar con mujeres empoderadas del mundo y de México, presidentas, gobernadoras, senadoras, diputadas, presidentas municipales, directoras de empresas, así como las que sin tener un cargo público ejercen la más alta labor de ser amas de casa al dar su amor y tiempo para edificar su hogar y también las que ejercen ambas funciones, etc... Quienes tienen una gran influencia en diferentes áreas como gobernar y cambiar el rumbo de una sociedad, algunas han equivocado el rumbo por distintas circunstancias en ocasiones ajenas a su voluntad.

La palabra mujer proviene del latín “mulier”, un ser humano del sexo femenino. Nacemos biológicamente con los cromosomas XX con características que nos hacen diferentes al sexo opuesto masculino que tiene cromosomas XY.

Naturalmente somos seres humanos creados para estar juntos y poder reproducirnos. Ambos tenemos la misma dignidad y merecemos el mismo respeto, tal y como lo establece nuestra Constitución en al artículo 4: hombre y mujer somos iguales ante la ley.

La niña se convierte en mujer culturalmente hablado cuando llega a la pubertad o a la edad adulta, cabe mencionar que históricamente las mujeres no siempre han sido consideradas humanas de pleno derecho, es decir, su valía no ha sido reconocida como equivalente a la de los varones.

La historia nos relata las diferentes formas en que la mujer ha tenido desventajas por el hecho de ser mujer. Desigualdad marcada en el trabajo, menor salario, falta de oportunidad para

estudiar, desde la posibilidad de ejercer la custodia de sus hijos, formar parte de las democracias, votar y ser votada, violencia familiar, acoso, acceder a puestos ejecutivos de alto nivel, entre muchos otros más. El problema radica en una sociedad que desdibuja la verdadera identidad y respeto a la mujer a pesar de las leyes que la protegen.

Desde mi perspectiva hoy en día se está activando una cultura de falso empoderamiento, de falsas verdades que atacan tu identidad, dignidad, autonomía, libertad y justicia, en una lucha continua contra los hombres y en ocasiones entre las mismas mujeres. Te invito a que tomes unos minutos para reflexionar y te cuestiones sobre los momentos que te han desvalorado para desarrollarte plenamente como mujer.

Te has dado cuenta lo que en verdad hoy estamos escuchando, en los diferentes medios de comunicación, en la cultura, leyes, educación, arte, música, sociedad, gobierno, comunidad, una nueva forma de pretender extinguir el género femenino para ser solamente “personas”, (“personas gestantes”, “personas menstruantes”) ¿Qué pasará en un futuro con nuestra esencia, virtudes, atributos, características físicas y biológicas? ¿Será acaso el comienzo de la extinción femenina?

Sin embargo, esto dependerá de muchas de nosotras para proteger nuestra identidad y apreciar, valorar y reconocer todas las cualidades que nos hacer ser únicas e irrepetibles.

MARZO/ABRIL 20225

México Vive

Muchos avances y otros por lograr una relación social equitativa y justa para la sana convivencia, entre los hombres y las mujeres a través del respeto y la ayuda mutua, pretendiendo que somos diferentes pero complementarios, nos necesitamos mutuamente para construir un sólido matrimonio, a una fuerte familia y una gran nación.

La mujer sí importa porque:

Estamos formadas con dones y capacidades, tenemos sentido de vista para admirar, somos transmisoras de amor, alegría y serenidad.

Tenemos pies para tener movilidad y trasladarnos de un lugar a otro, para ser cercanas, con la capacidad de detenernos junto a los que necesitan recorrer caminos de libertad.

Tenemos manos para tocar, para activar sanación y ayuda, para moldear nuevas vidas.

Escuchamos para ser receptivas, atentas, comprensivas.

Podemos hablar, cantar, comunicar para dar aliento de ánimo, de perdón, palabras de vida, de paz y de verdad.

Un corazón de amor, de gratitud incondicional, compasivo, lleno de misericordia y bondad.

Somos la alegría de la vida, la sonrisa de la naturaleza, el calor del hogar, la intuición del saber, la compañía

de la ternura, la belleza del ser. Estamos pendiente de todo sin ser vistas, en nuestro vientre se engendra el regalo de la vida, ese milagro de amor que toma cuerpo dentro de nosotras, quienes somos continuadoras de vida por generaciones.

La mujer sí importa por su identidad única:

¿Alguna vez has encontrado a una mujer igual a ti? Somos únicas e irrepetibles, nuestra huella digital nos identifica solo a nuestra persona, así como el iris de nuestros ojos y las facciones de mujer. Aun imitadas seguiremos siendo únicas.

La mujer sí importa para lograr el gran propósito:

Únicas dadoras de vida, la maravillosa oportunidad de ser madres y poder llevar en nuestro vientre la gestación de nuestros hijos, diseño perfecto para trascender a través de nuestras generaciones. Nadie puede sustituir esta función biológica, construimos sociedad, educamos, transformamos, para edificar día con día el lugar al que pertenecemos.

La mujer sí importa porque desarrolla espíritu, alma y cuerpo:

La fuerza de nuestro interior que parte de la fe y la esperanza el gran amor incondicional de quien nos creó agradecidas por permitirnos ser mujer, hechas con un propósito divino.

6MARZO/ABRIL 2022

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