
6 minute read
El costo del exilio feminista
Por: Andy Hernández
Abogada con posgrado en Psicología Forense y Perfilación Criminal. Diplomada en Criminología y Criminalística. Certificada (CONOCER) en Transparencia y Acceso a la Información Pública. Conferencista internacional, activista social a favor de los derechos de niños y adolescentes. Titular de la Jefatura Política del Comité Ejecutivo Nacional de “Con Más México. Consejera general “Frente Chiapas Vida y Familia”. Corresponsal de la revista México Vive en Chiapas.
Advertisement

“No tengo miedo…yo nací para esto”. Juana de Arco
¡Feminismo! Quisiera asumir que al menos todas las mujeres tuvieran el conocimiento del origen del feminismo y, por supuesto lo más importante para mí, sus corrientes ideológicas, ya que esas son las tablas normativas que regulan perfectamente sus pensamientos, conductas y acciones.
Pero lamentablemente en un país, al menos como México, con un rezago educativo significante, ni las propias militantes de la corriente actual del feminismo, las hegemónicas de género, tienen ni la más mínima idea de lo básico de lo que dicen defender y representar.
“¡Gracias a las feministas puedes…!” ¡Alto! Ante el avasallamiento de esta ideología a nuestros jóvenes, dejaré claro esto: el derecho al voto y a poder participar en la vida activa de la política, de la educación, el trabajo, las cuentas de banco, libertades, igualdad, heredar, entre otras actividades, se lo debo o debemos a las mujeres feministas sufragistas (por la libertad), sindicalistas y a hombres que reformaron las leyes, no se confundan.

Me atrevo asegurar que no existe mujer que no sea feminista, pero, estamos dos grupos:
a) Las que sí estamos informadas, tanto que seguimos con la línea ideológica de las sufragistas en respetar y salvaguardar los principios de “igualdad”.
b) Las que tienen un interés político y económico, obviamente hablo de las líderes y/o operadoras, y si hablo de sus seguidoras solo son las que necesitan pertenecer a algo, que con base en resultados tienen tanto complejo de inferioridad que necesitan beneficios específicos.
“Se tiene que reivindicar a las mujeres por los años de esclavitud”, ¿es en serio? ¿Se les va a reivindicar a mujeres que lucharon por la igualdad, que por cierto ya están muertas, con leyes exclusivamente llena de beneficios por parte del Estado, a pesar de que violan sistemáticamente los Derechos Humanos de otros?
¿Y el principio de igualdad? ¿Y la indefensión a los hombres?, ¿no?, ¡bueno!, ¡qué congruentes!, ahora entiendo por qué no representan a todas.
El feminismo sufragista me dio la libertad tanto del hombre como en su caso del Estado, pero las de género (verdes, moradas) quieren que cambie de dueño y ahora me someta a ellas, sí, si tú eres una mujer completamente libre y no te sometes, te conviertes en su enemiga y en muchos casos te conviertes en un tema personal.
Por ello, la mayoría, por muy silenciosa que se vea, no aceptamos el adoctrinamiento, tan es así que elegimos voluntariamente renunciar a ser denominadas, etiquetadas y ni siquiera ser comparadas con las feministas de género, en pocas palabras les regalamos el término, pero no el contexto y los resultados.
¿Cuáles son los precios a pagar por gozar de tus libertades, independencia, tu inteligencia, valores y sobre todo, tus derechos, así como tus obligaciones?


• ACOSO: Durante los últimos cinco años he sido blanco de su acoso mediático que van, desde los clásicos insultos con adjetivos calificativos denigrantes, hasta sus mensajes por DM y Messenger, que son los deseos más buena ondita que puedan imaginar, desde el, -”ojalá que te mueras”, “-si te tuviera enfrente te molería a palos”, “-ojalá te violen para que sientas lo que se siente”, “-cuando te maten, gritaré tu nombre”, entre otras agresiones...
• ESCRACHE O FUNADA: Soy clienta consentida de lo que los jóvenes denominan “funar”, que es la acción de exhibir tu foto en redes sociales como memes, con insultos, opiniones donde desacreditan mi persona y hasta difamaciones, solicitando a los demás corran a tus perfiles o comentarios para realizar acoso o agresión, ellas le llamarían incitación al odio, pero como son ellas pierde efecto.
De hecho, hace un mes, fui funada, denigrada, minimizada tanto como persona como profesionalmente. “Algo debiste hacer”, pensarán, ¡por supuesto!, pisé intereses personales, de feministas de alto perfil en mi estado, diría un dicho: “Al no poder matar el mensaje, querían linchar a la mensajera”. ¿El motivo? no poder desechar una propuesta de ley que su servidora presentó, que derrumbaría sus beneficios de víctimas en los casos de guarda y custodia, salvaguardando y priorizando en todo momento EL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO.
Y quiero recalcar que estas acciones pueden escalar en amenazas, denuncias falsas y acciones violentas como lo hicieron con la persecución que desataron en contra de la Lic. Elsa Méndez, quien era diputada local en Querétaro y de cada una de las mujeres que son y han sido violentadas por las verdes/ moradas.
• CENSURA: Han denunciado mis redes sociales, casualmente por expresar libremente lo que considero necesario de expresar, exhibir, más bien demostrar la verdad de sus mentiras.
De hecho, me hackearon mi cuenta personal, que, casualmente siendo mía, el proceso para demostrar que yo soy yo me llevó dos meses, sin contar que cuando me han censurado ha sido hasta por seis meses.
¿Creen que es todo? No he ni empezado, toman tan personal el que no te sometas a ellas que saben dónde atacar, la única vez que me han tambaleado fue cuando hicieron parte de su presión a mi esposo e hijos menores, y los exhibieron en redes sociales, poniendo en riesgo su seguridad personal, cuando el único error de su esposa y madre es no someterse.
Entonces, ¿valen la pena esos precios? Absolutamente sí, porque, ¿quién fuera yo si en vez de aferrarme a lo que soy (una mujer libre, inteligente, autosuficiente, profesional, profesionista, ética y con el gran amor a la verdad y a la justicia), me sometiera a una agenda que pretende destruir todo lo que hemos logrado?
¿Qué legado de vida les dejaría a mis hijos y a tus hijas? Que toda esa horda de violencia hacia mí y hacía otras mujeres que elegimos ser la diferencia en esta vida, vale la pena. Ellas jamás han entendido que yo no quiero pertenecer, anhelo prevalecer, por eso elijo vivir plenamente el ser libre en el exilio feminista.
“Mejor la integridad en llamas que sobrevivir en la retractación de la verdad” Juana de Arco

