Alimentación y gasto energético

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA Facultad de Contaduría y Administración

MATERIA ERGONOMIA PROFESOR: SOLARES GUEVARA ARTURO DANIEL TRABAJO DE LA ALUMNA: Melva Edith Baeza Caballero : a289580 Grupo: Octavo Semestre de Licenciatura (MV 82). TEMA: ALIMENTACIÓN Y GASTO ENERGÉTICO

FECHA: 15 DE OCTUBRE DEL 2017


ALIMENTACIÓN Y GASTO ENERGÉTICO

Para que funcione el sistema hombre y pueda vivir, es decir: trabajar, crear, divertirse, educarse necesita energía y esta energía la produce el mismo sistema. La producción de energía en el hombre fundamentalmente es consecuencia de la combustión de los alimentos con el oxígeno. Existen tres tipos básicos de alimentos: 1. Carbohidratos. 2. Las Grasas. 3. Las Proteínas. El hombre obtiene casi toda su energía de las grasas y de los carbohidratos, si dispone de ellos, y cuando éstos se agotan hace uso de las proteínas. Como resultado de esta combustión se obtiene la molécula primaria de la energía, el trifosfato de adenosina, conocida por sus siglas ATP, que se almacena en pequeñas cantidades en los músculos a manera de reserva para iniciar una actividad que requiera un incremento de energía, mientras el organismo se pone a tono con la nueva situación creando más ATP. A medida que las circunstancias lo exijan el ATP va perdiendo radical fosfato PO4, cada uno de los cuales proporciona 33,5 kJ (8 kcal) de energía. El organismo posee reservas de fosfato de creatina (CP), que es un concentrado de energía 10 veces superior al ATP, el cual junto con el ATP de reserva puede hacer frente durante unos 30 segundos a las necesidades iniciales hasta que se inicie el glucolisis (oxidación de la glucosa y del glucógeno), que al principio se efectúa gracias al oxígeno almacenado en los tejidos en pequeñas cantidades. El metabolismo puede incrementarse en caso necesario unas 20 veces; es decir, aproximadamente desde 4 kJ/min del metabolismo basal, hasta 85 kJ/min.


El gasto energético en el hombre La eficiencia mecánica del cuerpo humano no rebasa en el mejor de los casos en ejercicios muy dinámicos el 20%. Esto significa que de la energía que se consume para realizar un trabajo físico sólo la cuarta parte, en contadas ocasiones, se aprovecha como trabajo útil y el resto se pierde en forma de calor. Si el consumo energético está por encima de las posibilidades del hombre, éste será incapaz de cumplir habitualmente la tarea. El gasto energético en función del consumo de oxígeno versus tiempo. Así pues, durante el tiempo comprendido entre t1 y t2 el organismo debe tomar energía de otras fuentes que complementen las necesidades de oxígeno aún incompletas. La energía complementaria necesaria se encuentra, en pequeñas cantidades, como reserva en los músculos en forma de moléculas de ATP, y en la energía anaeróbica que se produce a partir de la glucosa y el glucógeno mediante el glucolisis anaeróbico, hasta que los sistemas respiratorio y cardiovascular logran el abastecimiento completo en el instante t2. Por lo tanto, entre t1 y t2 parte de la energía es anaeróbica y parte es aeróbica. Los sistemas respiratorio y cardiovascular no se incorporarán de inmediato a la tarea e irán incrementando su trabajo, aumentando poco a poco la frecuencia respiratoria y el ritmo cardíaco, hasta que logran suministrar el oxígeno que exige el trabajo. Las energías anaeróbicas y de reserva consumidas al inicio para completar la exigida por la actividad hasta llegar a t2 minutos es una deuda pendiente que hay que pagarle al organismo, pues de lo contrario éste quedaría inerte, descargado, imposibilitado de iniciar cualquier nueva actividad. Entre t2 y t3 el trabajo se realiza aeróbicamente, y en t3, terminado el trabajo, no cesa el suministro de oxígeno, y los sistemas cardiovascular y respiratorio


continuarán acelerados e irán descendiendo poco a poco su actividad hasta alcanzar en t4 los niveles del reposo iniciales de t1 de A litros/min. Existen diferentes métodos para calcular el consumo energético de una actividad física. Éstos pueden ser de dos tipos: 1.

calorimetría directa: consiste en la medición del calor que pierde el organismo realizando una actividad dentro de un calorímetro. Este método requiere de un costoso calorímetro, y obviamente, que la actividad a medir

pueda ser realizada en su interior. 2. calorimetría indirecta: se puede realizar por cualquiera de los siguientes métodos:  Control de los alimentos que consume el hombre durante un período de tiempo relativamente largo; obliga a la cuantificación muy estricta de todas las actividades que realiza el trabajador durante días, de los alimentos que consume y de su peso, por lo cual, conociendo el valor calorífico de los alimentos, se puede saber cuántas calorías se han almacenado en su cuerpo y cuántas se han invertido en el 

trabajo y en las restantes actividades realizadas en el período. La medición del consumo de oxígeno de la actividad física es otro método de calorimetría indirecta, más práctico que el anterior. Conociendo el oxígeno que ha consumido una persona realizando una actividad (bolsa de Douglas, métodos electrónicos, etc.) y sabiendo que el valor calorífico del oxígeno es aproximadamente 20,1 kilo Joules/litro, cuando se ha utilizado una alimentación balanceada, ya que el aporte energético de los carbohidratos, grasas y proteínas no es el mismo, se puede conocer el gasto energético

que ha provocado la actividad. Medición de la frecuencia cardíaca. La relación que existe entre el consumo de oxígeno y la frecuencia cardíaca se comporta linealmente, al menos hasta las 170 pulsaciones por minuto. Sometiendo a una persona a varias cargas progresivamente mayores, y midiendo su consumo de oxígeno y su correspondiente ritmo cardiaco, se obtiene la recta V02-FC del sujeto. Esta linealidad


permite conocer a través de su frecuencia cardíaca, con suficiente exactitud, el consumo de oxígeno que tendrá ese individuo durante 

cualquier otra actividad física, desde moderada a muy pesada. Otros métodos. Otra forma de estimación del gasto energético es mediante la utilización de Tablas confeccionadas por especialistas a partir de investigaciones realizadas utilizando las metodologías anteriores. Estas tablas pueden presentarse según actividades específicas, o según posturas y movimientos.

El conocimiento del gasto energético que exige una tarea, es necesario para compararlo con el gasto energético que realmente puede permitirse la persona que va a realizar, lo que depende de su capacidad de trabajo físico. Se define la capacidad de trabajo físico (CTF) como la cantidad máxima de oxígeno que puede procesar o metabolizar un individuo, por lo que también se le denomina capacidad aeróbica o potencia máxima aeróbica, pues la cantidad de energía anaeróbica con que puede contar el hombre es muy pequeña, comparada con la aeróbica. La CTF se puede medir sometiendo al sujeto, bajo determinadas condiciones ambientales, a un aumento progresivo de la carga de trabajo físico, lo que irá provocando el incremento del consumo de oxígeno hasta que, a un nuevo incremento de la carga de trabajo, ya no se producirá más incremento del consumo de oxígeno. En ese momento el individuo habrá llegado a su potencia máxima aeróbica. El conocimiento de la CTF mediante el consumo máximo de oxígeno tiene una alternativa más simple y práctica que no somete al sujeto a esta prueba límite, y que rebaja el peligro de colapso y la obligatoriedad de aplicarse con supervisión médica.


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