Boletín N°9

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Laboratorio de Medicina Narrativa

En el segundo semestre del 2023, nuestras actividades estuvieron fuertemente marcadas por la presencia de la medicina gráfica, una disciplina cuyo nombre se debe al médico inglés Ian Williams. Se trata de la intersección entre el mundo de los cómics, la ilustración y las novelas gráficas con la medicina. Podríamos señalar que es una rama emergente de las humanidades médicas y que en la medicina narrativa se convierte en un instrumento muy atractivo para provocar reflexiones y conocer gráficamente y en primera persona, la mayoría de las veces, la experiencia del padecimiento.

Más interesante aún es poder dar cuenta que el espacio de la medicina gráfica convoca a una variedad amplia de profesionales, por lo que es habitual que dibujantes, ilustradores, aficionados al dibujo, bibliotecarios y personas de la comunidad en general, formen hoy parte de este movimiento.

Las novelas gráficas han proliferado en los últimos años y cada vez se traducen más libros al español, así como se crean nuevas posibilidades en nuestro idioma.

Otro aspecto que compartimos en este número está relacionado con la extensión de nuestras actividades hacia espacios sanitarios. El proyecto "Leer, Narrar y Cuidar", iniciado en el año 2022, se extendió a la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de Arica. Gracias al trabajo conjunto con la Editorial de la Universidad de Valparaíso, los libros donados y el programa de fomento lector, se vieron potenciados por un plan de desarrollo de la medicina narrativa en esos espacios, lo que incluyó diversas actividades.

Boletín Nº9 / Abril, 2024

Actividades del Laboratorio

Curso de medicina y literatura

En el segundo semestre del 2023, se llevó a cabo la segunda edición del curso de competencias narrativas en salud, el cual contó con la participación de 35 estudiantes procedentes de diversas regiones de habla hispana.

Asimismo, en agosto se ofreció el curso de medicina y literatura titulado "La Escritura como Fármaco", el cual contó con la participación de Rodrigo Vergara, Pamela Jofré y Ernesto Pfeiffer.

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4° Encuentro de Medicina Gráfica

El 4 de agosto se desarrolló el cuarto encuentro de medicina gráfica, el que se llevó a cabo en la biblioteca de la Facultad de Medicina y asistieron profesores y estudiantes de diferentes escuelas. La ilustradora Valeria Díaz, presentó su novela gráfica “Diario de un derrame cerebral”, y se realizaron actividades propias de la disciplina.

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Inauguración Rincón de Medicina Gráfica

El 13 de septiembre se inaugura oficialmente el rincón de medicina gráfica en la biblioteca de la Facultad de Medicina, casa central. El evento contó con la participación de profesores, estudiantes y directivos de las distintas escuelas que alberga la facultad, además de la conferencia de Juan Carlos Claro, de la Pontificia Universidad Católica de Santiago.

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Jornada en San Felipe, duplas AMA – MAS Proyecto leer, narrar y cuidar

El 14 de septiembre se llevó a cabo una actividad de capacitación en medicina narrativa, dirigida a las duplas de terapeutas ocupacionales y kinesiólogos a cargo del programa AMA_Mas en los distintos CESFAM de Aconcagua. Durante la actividad, se les entregó una copia del libro de Violeta Parra de la Editorial UV y realizaron ejercicios de escritura basados en él.

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Dra. Jofré presenta en la Academia Chilena de Medicina Medicina

El 28 de septiembre de 2023, la directora del laboratorio, Dra. Pamela Jofré, fue convocada por la Academia Chilena de Medicina con el objetivo de exponer sobre la Experiencia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso en la formación de profesionales según los preceptos de la medicina narrativa. A partir de ese momento y del interés y vínculo generado, actualmente dicha agrupación es el principal patrocinador de las próximas jornadas de medicina narrativa que se desarrollarán en junio próximo.

Entrevistas con autores de novelas gráficas

Durante los meses de octubre y noviembre se desarrolló un ciclo de entrevista en la modalidad live de la plataforma Instagram con autores de libros emblemáticos pertenecientes a la recientemente creada biblioteca de medicina gráfica. El objetivo de los encuentros fue poder conocer un poco más de los autores, los procesos creativos y sus inspiraciones. Todo ese material puede ser revisado en los siguientes enlaces:

Josune Urrutia >>

Cristina Duran y Miguel Angel Guiner >>

Rafael Marrón >>

Mónica Lalanda>>

Desarrollo de la medicina narrativa en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Juan Noe de Arica a través de un proyecto de extensión: Leer narrar y cuidar, desarrollado en conjunto a la Editorial de la Universidad de Valparaíso

Con el objetivo de abordar un programa de competencias narrativas para profesionales de salud, el 13 y 14 de octubre se desarrollaron encuentros presenciales en Arica, en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital. Asistieron los integrantes del laboratorio y todo el equipo interdisciplinar que atiende los pacientes, encabezados por la Dra. Ana Miles.

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Alianza con la Facultad de Medicina de la Universidad de Tarapacá

Como parte de un proceso de cooperación con la red de Universidades Estatales, el laboratorio inició un trabajo colaborativo con la Facultad de Medicina de la Universidad de Tarapacá con el objetivo de que se pueda implementar un proyecto educativo basado en competencias narrativas. En talleres y seminarios participativos los profesionales de ambas Universidades pudieron intercambiar visiones y experiencias.

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Curso de medicina gráfica como recurso docente, mediación lectora y usos en el aula

Durante los días 30, 31 de octubre y 3 de noviembre, se llevaron a cabo las sesiones del curso de medicina gráfica para docentes de la facultad de medicina UV, en modalidad online y asistieron a él docentes de casa central y de la sede de San Felipe. El objetivo de estos encuentros fue poder visualizar los fundamentos de la medicina gráfica como recurso docente y compartir experiencias. De esta forma se espera dar mayor utilización al catálogo de ejemplares que constituyen el rincón de medicina gráfica. Cabe destacar que actualmente el catálogo ha sido ampliado por DIBRA en formato físico y digital.

Participación en el curso “El poder de la narrativa y la escritura reflexiva en salud mental” organizado por el Hospital Ramón y Cajal y la Dirección general de investigación y docencia de la Consejería de Sanidad de la Comuna de Madrid

Como parte de la cooperación con instituciones hispanoparlantes interesadas en la medicina narrativa, el 15 de noviembre, nos hicimos presente en el evento organizado por la Comuna de Madrid y en esa oportunidad la Dra. Pamela Jofré dictó una conferencia titulada: “Giro narrativo y medicina”.

Articulo Destacado

Este mes recomendamos la lectura de estos dos artículos. El primero, de nuestro equipo, muestra en forma completa como se ha llevado a cabo, la innovación curricular y la inclusión de la medicina narrativa en quinto año en la Escuela de Medicina.

“Mindful practice y medicina narrativa para educar profesionalismo médico en pregrado”

https://revistas.um.es/edumed/article/view/605251

El segundo, lo recomendamos por ser un ensayo integrador respecto al dolor y como necesitamos ampliar su comprensión:

“Primary Health Care and Narrative Medicine

https://www.thepermanentejournal.org/action/doSearch?AllField=narrat ive+medicine

Página web recomendada

Se trata de una página creada por profesionales de salud hispanohablantes para compartir y difundir el rol de cómics, ilustraciones y novelas gráficas en el mundo sanitario. Aquí podrás encontrar información de congresos, fichas que clasifican las novelas gráficas para su uso en docencia, recursos online y más.

https://medicinagrafica.blog/

Libro Recomendado

Doble yo por Audrey Lainé y Navie nota escrita por Jorge Meneses

Doble yo, por Audrey Lainé y Navie. Es una obra que nos cuenta la historia de Navie, una joven madre que tiene obesidad mórbida. Ella pesa 127 kilos y mide 1,54 cm. Pese a ello, se siente y se encuentra bien, no sufre de diabetes, no tiene problemas de hipertensión, no le duele la espalda y su tiroides está perfecta, básicamente no sufre ninguna de las enfermedades que podemos relacionar con la obesidad. Su enfermedad es otra, tiene hiperfagia, un trastorno alimentario en el que come por atracones.

Navie vive su vida tranquilamente, se siente sensual y hasta se lo toma con gracia, en especial cuando va al médico. Hasta que un día de verano vio como su hijo se iba acercando cada vez más a la piscina, corriendo y jugando, sin percatarse que se acercaba al borde, Navie lo perseguía lo más rápido que podía, pero sus kilos de más se lo impedían y, apenas llegó para salvar a su hijo de caer en la piscina. Entonces, comprendió que necesitaba asesinar a esa doble que cargaba en su espalda.

Doble yo es una historia seria y real, con pequeños toques cómicos, en la que Navie va afrontando muchos más problemas que solo su peso y, sin duda, personas que tendemos a comer nuestros problemas experimentaremos una que otra pequeña epifanía al leer su historia.

Poesía Recomendada

nota escrita por Rodrigo Vergara

Wallace Stevens

Fue un poeta norteamericano, nacido en Reading, Pennsylvania, en 1879. Es considerado uno de los grandes poetas norteamericanos contemporáneos, adscrito junto a T.S. Eliot y Ezra Pound, al movimiento vanguardista. Así como William Carlos Williams fue pediatra y poeta, Stevens ejerció como abogado para compañías de seguros junto a su labor de poeta. Aún cuando sus estilos son muy diferentes, Williams intenta replicar el habla normal mientras que Stevens escribe de manera más abstracta y filosófica, ambos pretenden crear una poesía de acuerdo con la realidad moderna en que les corresponde vivir.

Su primer libro de poemas (Armonio) fue publicado en 1923, a sus 44 años. El resto de sus libros se publicaron después de los 50 años, por lo que ha sido calificado como “un poeta tardío”. Falleció a los 76 años de un cáncer de estómago, el mismo año (1955) en que se le premió con el Pullitzer por la publicación de sus “Poemas completos”. Entre sus obras destacadas figuran “Ideas de orden” de 1935, “El hombre de la guitarra azul” de 1937 y “Las auroras de otoño” de 1950. La mayoría de su obra poética se puede encontrar traducida al español, en distintas versiones.

El poema acá presentado, forma parte de “Armonio”, libro que no tuvo una buena recepción inicial, pero que finalmente fue reconocido junto al resto de la obra de Stevens. Está formado por 13 pequeños poemas, más o menos a la manera de los Haiku japoneses, donde se presentan de manera breve distintas sensaciones en torno o a partir de situaciones en que se incluye a uno o varios mirlos (blackbirds). No se trata de un mensaje preciso, sino más bien de intentar despertar una sensación particular.

Dieciocho meses antes de su muerte, una revista le solicita sus datos biográficos, a lo que él accede con un pequeño párrafo, que finaliza con su visión de la poesía: “La obra del autor sugiere la posibilidad de una ficción suprema, reconocida en tanto ficción, en la cual los hombres podrían proponerse a sí mismos una realización. En la creación de una ficción así, la poesía tendría una significación vital. Existen muchos poemas vinculados a las interacciones entre la realidad y la imaginación, los que deben ser considerados como marginales a este tema central”.

Thirteen Ways of Looking at a Blackbird

Wallace Stevens

I Among twenty snowy mountains,

The only moving thing Was the eye of the blackbird.

II I was of three minds, Like a tree In which there are three blackbirds.

III

The blackbird whirled in the autumn winds. It was a small part of the pantomime.

IV

A man and a woman Are one.

A man and a woman and a blackbird Are one.

V I do not know which to prefer, The beauty of inflections Or the beauty of innuendoes, The blackbird whistling Or just after.

VI

Icicles filled the long window With barbaric glass. The shadow of the blackbird Crossed it, to and fro. The mood Traced in the shadow

VII O thin men of Haddam, Why do you imagine golden birds? Do you not see how the blackbird Walks around the feet Of the women about you?

VIII

I know noble accents And lucid, inescapable rhythms; But I know, too, That the blackbird is involved In what I know.

IX

When the blackbird flew out of sight, It marked the edge Of one of many circles.

X At the sight of blackbirds Flying in a green light, Even the bawds of euphony Would cry out sharply.

XI He rode over Connecticut In a glass coach. Once, a fear pierced him, In that he mistook

The shadow of his equipage For blackbirds.

XII

The river is moving. The blackbird must be flying.

XIII

It was evening all afternoon. It was snowing

And it was going to snow. The blackbird sat In the cedar-limbs.

Trece maneras de ver un mirlo Trad. Rodrigo Vergara

I

Entre veinte montañas nevadas

Lo único que se movía

Era el ojo del mirlo

II

Yo era de tres pareceres, Como un árbol

En el que hay tres mirlos

III El mirlo revoloteaba en el viento de otoño Era una pequeña parte del engaño

IV

Un hombre y una mujer Son uno. Un hombre y una mujer y un mirlo Son uno.

V No sé qué preferir, La belleza de las inflexiones O la belleza de las insinuaciones, El mirlo silbando O el instante después.

VI

El hielo cubría el ancho ventanal

Con cristales salvajes. La sombra del mirlo Lo cruzó, de un lado a otro.

Su gesto

Dibujó en la sombra Un motivo indescifrable.

VII

Oh, pobres hombres de Haddam, ¿Por qué imaginar pájaros dorados? ¿No ven cómo el mirlo Camina entre los pies De las mujeres a tu alrededor?

VIII

Conozco nobles acentos y ritmos lúcidos, ineludibles; Pero sé, también que el mirlo forma parte de lo que yo sé.

IX

Cuando el mirlo se perdió de vista Señaló el borde De uno de muchos círculos

X Viendo a los mirlos Volar en una luz verde Aún las alcahuetas de la eufonía Chillarían agudamente

XI

Viajó por Connecticut En un coche de cristal. Lo traspasó un temor Cuando confundió La sombra de su equipaje Con unos mirlos.

XII

El río corre El mirlo debe estar volando.

XIII

Fue noche toda la tarde Nevaba

E iba a seguir nevando. El mirlo se posó Sobre las ramas del cedro.

Medicina Gráfica

Un cómic sobre el tema de la confianza en la atención clínica

Personajes destacados de la Medicina Narrativa

Jorge Janson: Médico especialista en Medicina Interna e Hipertensión Arterial del Hospital Italiano de Buenos Aires. Magister en Prácticas Colaborativas y Dialógicas por el Instituto Kanankil, Yucatán, México. Miembro de la Sociedad Argentina de Medicina Narrativa.

Silvia Carrió : Licenciada en Psicopedagogía y Magíster en Psicología Cognitiva y aprendizaje. Trabaja en el Departamento de Bienestar Estudiantil del Instituto Universitario del Hospital Italiano de Buenos Aires.

1.- Para iniciar, nos gustaría conocer más acerca de sus historias personales, como ha sido su desarrollo profesional y en qué minuto descubren la medicina narrativa.

Silvia: Crecí en una casa repleta de libros, en una familia donde todos leíamos y desde chica sentí mucha curiosidad por el lenguaje y el poder de las palabras. Por casualidad mi primer trabajo como psicopedagoga fue en la Secretaría de Salud de la ciudad de Bs As, de donde dependían las residencias médicas de los hospitales municipales. Como parte de mi inmersión en el sistema, con un guardapolvo blanco prestado, me integré durante unos meses al grupo de residentes en sus recorridas de sala en un servicio de Clínica Médica. Me parecía admirable lo que hacían pero los escuchaba muy solos, procurando endurecerse y distanciarse para procesar lo que vivían. Esas historias quedaron resonando en mi por años y fueron cruciales en mi desarrollo profesional como asesora pedagógica en distintos centros de salud. Tiempo después, mientras trabajaba en el Departamento de Docencia de mi hospital y cursaba una maestría de Psicología cognitiva, colaboré con una narradora oral en la fundación y puesta en marcha de su Escuela del relato, con el modelo del narrador espontáneo. Me encantaba ese trabajo, los relatos autobiográficos de los participantes, sin planificación ni técnica añadida, eran potentes y memorables, creaban conexión, una red inmediata entre todos nosotros. En ese momento, a propósito de mi pertenencia a mundos en apariencia tan distintos, una amiga psiquiatra me preguntó si había oído hablar de la Medicina Narrativa. Terminaba el año 2002 con el descubrimiento de un camino en el que tal vez podrían confluir mis experiencias, aprendizajes e intereses, un camino que abría una nueva posibilidad para integrarme.

Jorge: Como quien encuentra la palabra justa para expresar algo, conocí la Medicina Narrativa en el momento en que Silvia puso su tesis de maestría sobre el escritorio. Ahora me doy cuenta de que más que conocer fue un reconocer y un recordar. Digo reconocer como quien vuelve sobre una lectura y encuentra capas de profundidad. Digo recordar porque fue una reconexión con el corazón, como dice la etimología. De pronto el concepto me permitió ordenar lecturas y exploraciones que había hecho antes. Me recibí de médico en 1993 con la convicción de querer ser como un médico que había conocido, él tenía una relación intensa y alegre con sus pacientes. La fuerza de su modo me motivó a avanzar, después vino la residencia donde todo pasaba tan rápido que hacía difícil detenerse a reflexionar. Aquel modelo original no estaba perdido, necesitó tiempo para volver a la superficie. Un día encontré un libro, “De médico a sanador”, la antropóloga que lo escribió me ayudó a rescatar una sensibilidad que luchaba por no ser olvidada. Hilado con esto vino el estudio de la hipnosis Ericksoniana, el valor de las palabras y las historias tomó forma. Faltaba un paso más, ese paso lo di junto con Silvia, soltar la estrategia y aceptar que las historias son para nosotros naturales e inevitables, como el agua para el pez.

Creo que todos los autores y colegas que practican la medicina narrativa tienen una historia personal que le da sentido.

2.- Sabemos que trabajan juntos y vienen de campos de formación inicialmente diversos, ¿cómo enlazan sus trayectorias?, y ¿cuál ha sido la evolución de ello?

Nos gusta contar que nos conocimos como médico y paciente en el año 2009. Esa relación inicial de escucha y confianza posibilitó hermosas y fructíferas conversaciones, teníamos muchas lecturas en común y también puntos de vista diferentes que nos enriquecían. Aunque no lo llamara todavía de ese modo, Jorge practicaba en su consultorio una medicina basada en la narrativa, yo había estudiado la relación entre lenguaje y pensamiento y explorado el poder de las historias. Conversando, nos fuimos entusiasmando por hacer algo juntos. Lo que imaginábamos venía de muchas fuentes y vertientes, algunas teóricas otras experienciales. Nosotros no habíamos tomado un curso que pudiéramos reproducir, lo que queríamos hacer teníamos que crearlo. Compartíamos un enfoque que, en vez de culpabilizar a los profesionales de la salud por su falta de empatía, los reconocía adaptados a un sistema que premiaba la objetividad, la estandarización y la separación. ¿Qué pasaría si generábamos para ellos una propuesta donde pudieran experimentar un enfoque narrativo de su profesión?

¿Tendríamos interesados? Podríamos contagiar el entusiasmo que sentíamos nosotros por vitalizar y reencantar nuestras prácticas? Imaginamos actividades, elegimos un conjunto de lecturas y experiencias reflexivas para poner en primer plano las historias y las conexiones, sin juicios, interpretaciones ni consejos, y en el 2010 lanzamos nuestro primer curso presencial de Habilidades Narrativas para la Salud con 6 inscriptos, dos eran amigos. Desde entonces nuestra conversación nunca se interrumpió y fuimos generando juntos más cursos y proyectos.

Imaginen el año 2010, en muchos sentidos es un pasado remoto. Muchos temas y modos tuvieron que encontrar la forma de expresarse y hacer sentido. Tomamos confianza para hacer públicos estos temas en el hospital de dos formas, una siendo exploradores curiosos y compartiendo esa curiosidad, la otra fue a partir de los alumnos que se acercaban. Muchos decían que pensaban que eran los únicos y estaban sorprendidos de encontrarse con un montón de colegas, no estaban solos. También ayudó partir de considerar que ya somos narrativos, es la forma en que damos sentido a la experiencia. Fue como una puerta que nos permitió encontrar otras puertas. Recorrimos las referencias de las lecturas que compartíamos, descubriendo nuevos pensadores y lazos entre ellos. En aquellos años llevaba conmigo una valija llena de libros, muchos de ellos Silvia los tenía y encima comentados al margen!. Cada encuentro permitió el siguiente mientras fuimos encontrando un lenguaje en común. ¿Sería posible hacer esto mismo con los pacientes?. Un lenguaje común, generado a partir de lo que se va conversando. Si me responde, es posible que me haya escuchado, reflexionado unos segundos, y en una nueva respuesta mostrar que el diálogo continúa, la historia sigue. Esto no tarda nada, las personas participamos con comodidad de esta forma de contarnos a nosotros mismos.

Hacer esto no necesita de un don, implica la disposición y una postura ante la historia que se comparte.

3.-¿Cuál o cuáles han sido los proyectos que más satisfacciones les han dejado en el campo de la medicina narrativa y porque creen que eso ha sido así?

La mayor satisfacción es mantenernos curiosos, explorando modos, disposiciones y sensibilidades que favorecen la conexión. Desde hace 14 años la riqueza de nuestras conversaciones mantiene viva nuestra relación y renueva nuestras propuestas. Esto nos protege de convertir nuestro curso en una repetición de consignas o un nuevo decálogo de cómo hacer las cosas. Decimos que la narrativa, más que una herramienta, es un modo de ser en el encuentro. Con ese espíritu invitamos, a quien quiera acompañarnos, a compartir con nosotros un viaje de descubrimiento, un abrir y desplegar palabras, sentidos, posibilidades, modos de decir y hacer, enriqueciendo las propias habilidades de comunicación en relación con sus pacientes o consultantes y lo que pasa, cada vez, no deja de sorprendernos.

Con esa curiosidad logramos mantenernos narrativos, confiando en nuestras intuiciones, implicando más que explicando, desplegando y despertando recursos, cultivando el terreno y generando condiciones para que los efectos sucedan, a esto le llamamos “tomar una cucharada de la propia medicina". Cada vez es diferente, desde la diversidad de personas que se acercan, la forma generativa en que toman las propuestas, la disposición a continuar ya sea con nosotros o en sus lugares, nuestra disposición a que cada uno pueda explorar sentidos y significados posibles, poniendo al proceso en valor.

Queríamos hacer algo hermoso y útil, algo poético que tuviera aplicación práctica en la vida profesional cotidiana, un saber hacer encarnado, más que declarado.

4.- ¿Cómo visualizan sus aportes en este campo ya sea en la formación de profesionales o en la sanidad misma? ¿Hacia dónde piensan que deberían dirigir actualmente sus esfuerzos?

Cuando empezamos casi nadie hablaba de Medicina Narrativa en nuestro medio y era difícil encontrar algún texto del tema en castellano. Hoy somos muchos y creemos haber contribuido en la difusión y expansión de este modelo de práctica.

Para nosotros el principal aporte es mantenernos centrados en la eficacia de este enfoque en la práctica profesional, como camino de conexión e integración.

Una y otra vez los participantes del curso conectan con sensibilidades que tenían en el pasado y que no sabían dónde ubicar, o con sensibilidades que tienen en el presente pero desconectadas de su práctica actual. Estas sensibilidades no son deberes sino que son el devenir de reconocernos narrativos, ubicados en el entre, que es un espacio relacional que le da a las historias una libertad enorme como para ser potentes. Podría parecer un trabajo hormiga, en un sentido lo es, pero en otro es muy multiplicador. El tiempo ha pasado y sabemos de esa multiplicación porque la estamos viendo. Muchas de las personas que han participado nos dicen que su práctica ha cambiado, algunos han liderado verdaderas transformaciones en sus lugares de trabajo.

Incluir dentro de la formación un enfoque que integra al profesional con sus sensibilidades presentes y pasadas, y que al mismo tiempo lo hace con quienes los consultan, ha sido un gran logro. Este logro de integridad no está pensado a priori, se genera en situación.

Allí queremos seguir, facilitando procesos de reflexión, autoconocimiento y experimentación para que los participantes puedan, en lugar de mantenerse al margen, explorar cómo incluirse en la trama de relatos que suceden espontáneamente en las consultas, alentándolos a que se animen a practicar su profesión de manera narrativa con coherencia entre lo que dicen, hacen y generan en los encuentros con sus pacientes y consultantes.

5.- ¿Cuáles son sus principales anhelos en relación a la medicina narrativa en el contexto en que se desarrollan actualmente y en general?

La medicina narrativa enriquece. Es como si se destaparan los oídos, se aclara la vista, se amplifica el tacto, y con los sentidos abiertos la práctica se reconfigura. Tenemos la convicción de que la práctica es el punto de partida. Venimos de una cosmovisión muy fuerte donde el encuadre teórico se antepone y deja afuera mucho de lo que pasa ahí con el paciente. Transmitir esto no nos ha sido fácil, sin embargo

practicar está en el corazón de la profesión y por eso es un anhelo seguir dándole vueltas a este asunto para que se despliegue.

Nos gustaría que las habilidades para recibir y generar historias con más sentidos y posibilidades fueran cada vez más un modo de vinculación con los otros, durante las consultas. Que nos mantengan presentes ante cada persona y situación, respondiendo desde allí, con lo más oportuno, con lo que allí se necesita.

6.- Nos podrían contar alguna anécdota que atesoren y que en el trabajo de la medicina narrativa haya marcado positivamente sus trayectorias personales o profesionales

Una vez encontramos una frase de Richard Rorty que decía que la finalidad de una conversación no es quedarse con la última palabra sino que la conversación continúe.

Esa continuidad devino en continuidades, a veces la conversación sigue con nosotros, otras sucede en otros espacios. De cualquier manera ese es un tesoro que trae la narrativa, la posibilidad de seguir de alguna forma. Ese mismo espíritu es el que le mostramos a los pacientes y consultantes.

En cada encuentro esperamos que los otros aparezcan, que conecten territorios que estaban desvinculados. Esto lo hacemos sin expectativa del resultado. Aunque en otros encuadres el resultado orienta la acción, en nuestra perspectiva narrativa no tenemos un plan trazado de antemano. Hace un tiempo una alumna, enfermera de terapia intensiva, nos planteó la dificultad que tenía con una paciente que, luego de una larga internación, se negaba a hablar con ella. Exploramos esto de soltar el resultado y no fue fácil. Para la última clase del curso, la enfermera contó al grupo que había logrado conectar con la paciente, algo se había destrabado, ambas habían cambiado.

Así también pasó que una vez, en cuanto terminamos una reunión con enfermeros de nuestro hospital en la que habíamos propuesto un ejercicio de visualizar una pared e imaginar qué había del otro lado, Jorge se sintió mal y terminó internado, operado de apendicitis. Después de la cirugía, cuando se despertó en su habitación, una enfermera que no conocíamos, que no había participado del encuentro, le preguntó con picardía… “¿y qué había del otro lado?” Gianni Rodari tiene un texto hermoso en el que describe cómo una piedra arrojada en un estanque provoca ondas concéntricas que se expanden…nos encantó imaginar cómo habían sucedido tantos movimientos invisibles, cómo se había propagado esa experiencia, un resultado no planeado que hacía que Jorge, en una situación de fragilidad, se sintiera reconocido, amorosamente cuidado. Lo que pasó nos ayudó a pensar que los efectos de nuestras propuestas pueden ser variados y a veces no inmediatos, los participantes de nuestros cursos nos han contado que algo se renovó no solo en la relación con los pacientes sino también en sus mesas familiares, en la conversación con los hijos o en el clima del lugar donde trabajan. A veces llegan a nuestro curso profesionales con una intuición borrosa de que esto es para ellos, animados porque un colega les habló de nosotros hace años.

Cuando pasan estas cosas renovamos nuestra confianza en el poder multiplicador de las historias.

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