Mauricio Cervantes: Las rutas del nopal | XIV Bienal de la Habana

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…es una de las obras que diseñé bajo la mirada acuciosa de la Doctora Concha Fontenla para la exposición La poética del vacío, de la cual es curadora. Tendrá lugar durante los meses de marzo y abril de 2022, en Factoría Habana. La exposición La poética del vacío es la Experiencia 3 –Regreso al porvenir– del programa de la 14 Bienal de la Habana, Cuba. El lema para esta emisión de la Bienal es Futuro y Contemporaneidad. Factoría Habana es un espacio adscrito a la Oficina del Historiador de la Habana, dirigido por la Doctora Fontenla desde 2009.


Sería impensable la realización del diseño, desarrollo y confección de toda la obra que he realizado con tierra cruda, sin el apoyo de los aliados más activos de Matria Jardín Arterapéutico, durante el último lustro: constituidos por el tejido orgánico de bioconstructores que tienen sus campos da acción en Oaxaca. Agradezco en particular a Alejandro Montes González, del Consultorio de Asesoría Arquitectónica –COAA– cuya capacidad de vinculación ha expandido ese tejido a otras latitudes. Con el sello de Matria rubrico todas las experiencias artísticas que centran su atención en el cambio climático o la agroecología.



El sentido ecológico de la obra

Las rutas del nopal es una obra que alude a la necesidad imperiosa de velar por la regeneración de los suelos y los mares; de ello depende la captación de los gases de efecto invernadero de la atmósfera. Toca temas como los desplazamientos migratorios de grupos humanos, sus mitos fundacionales, así como la extinción de lenguas y civilizaciones. La obra se soporta en la tesis de que, con tierra cruda es que podrá satisfacerse el déficit habitacional en muchas latitudes. A partir de la adaptación de técnicas de construcción vernácula, se erigirá un santuario de tierra, con un discreto nicho en uno de sus costados, en el que se depositarán hojas de nopal (Opuntia ficus indica). De mares lejanos arriba a la fachada del santuario una flotilla de 13 kayaks. Erigir esculturas con tierra cruda es un reconocimiento a las prácticas agroecológicas que ponderan la regeneración de los suelos. A pesar de no tener un impacto ambiental significativo, en las comarcas destiladoras de agave en Oaxaca, México, hay iniciativas que conminan a las comunidades locales a construir sus casas con arcillas crudas y a usar, no agua potable, sino las vinazas que se desechan de la destilación.


En algún momento de la conceptualización de la obra se puso sobre la mesa la idea de flanquear los costados de las barcas con incrustaciones de metal. Estas reunirían los nombres de grupos indígenas de todo el continente americano. La treceava embarcación estaría confeccionada con nombres de lenguas o civilizaciones extintas del mismo continente.1 Renuncié a tales incrustaciones para no caer en veleidades retóricas que pondrían en riesgo la multiplicidad de las lecturas de la obra, reduciéndola probablemente a una, de manera unívoca. El santuario de tierra tendrá una medida de 2.10 x 2.80 m en la base y 2.80 m de altura. Será erigido in situ en Factoría Habana, sede de la exposición, con una estructura de bahareque y suelos arcillosos de los bancos más próximos al casco antiguo de la capital cubana, mezclados –idealmente– con vinazas de ron y fibras vegetales. Los kayaks son réplicas en escala 1:4 de barcas usadas originalmente por pobladores del Ártico; se están confeccionando durante el segundo semestre de 2021 en mi taller en Oaxaca, México.2 El más largo de ellos tendrá una eslora cercana a los 1.20 m.


El simbolismo de los nopales

Estampa de mi colección Los Códices de Calimaya.

A diferencia de plantas como el maíz o el maguey, el nopal no tiene asignado un curul en los panteones mesoamericanos, a pesar de su importancia en el mito fundacional de México – Tenochtitlan. Después de 200 años de deambular por tierras de Aridoamérica, tribus que un día salieran de Aztlán encontrarían el símbolo descrito en las profecías para detener su marcha secular: un águila parada sobre un nopal devorando una tuna.


Afirman los lingüistas que tenochtli es una tuna de piedra, mientras que algunos mitólogos la asocian a un corazón sangrante que se conectaba con sus raíces al inframundo, para fundirse con la esencia del águila que la devoraría. Miradas más reduccionistas dirían que el símbolo expresa la supremacía del águila, de estirpe solar, frente al nopal, de linaje vinculado a la luna. La incorporación de la serpiente -del escudo nacional del Gobierno de México- es posterior a la conquista y es difícil disociarla de la derrota del mal, expresado en más de una ocasión en la iconografía cristiana por el ofidio. Más allá de las miradas colonizadoras para la explicación de estos símbolos, lo cierto es que nopales y tunas han poblado nuestros paisajes desde tiempos en los que los grupos humanos vivían de la caza y la recolección, muchos milenios antes de que se escribieran las primeras páginas de las cosmogonías mesoamericanas. Es decir, desde los tiempos en que las plantas se dirigían en primera persona a los recolectores para dictar en sus corazones, cuáles los alimentarían, cuáles los sanarían, o simplemente para sugerirles la noción, de que

aquí hay agua.3


Sobre la elección de los kayaks He reducido a un diálogo de dos voces –de dos regiones específicas del continente– las de todos los grupos humanos que lo hayan habitado, viviendo bajo la premisa de tratar cual pares a todas las especies. El encuentro entre navegantes inuit y la flora de pueblos mesoamericanos suena tan disparatado, como el hecho real –aunque inverosímil– del desplazamiento de partículas sólidas que atraviesan por los aires el Atlántico, desde el desierto del Sahara hasta la cuenca del Amazonas.4 Se calcula que el desplazamiento de ese polvo asciende a 40 millones de toneladas anuales: cuatro veces más que los sedimentos que mueve en un período semejante el río Mississippi, el más caudaloso de Norteamérica. Los polvos saharianos transportan enormes cantidades de minerales, como el fósforo que enriquece los suelos amazónicos y que resulta de la descomposición de osamentas de peces y crustáceos, así como de algas diatomeas que vivieron en eras geológicas anteriores a la nuestra. Lo insólito de esos desplazamientos en el tiempo y en el espacio me induce a pensar en las migraciones navales por los litorales de nuestro continente o aguas adentro: migraciones, datadas unas desde la historia, otras desde la ficción. Del segundo orden, en el clímax de una migración


apócrifa que da forma a la obra que ocupa estas líneas, navegantes de linaje inuit se desplazaron hasta las áridas tierras debajo del Trópico de Cáncer, es decir a las tierras con la mayor densidad de agaves y nopales en el planeta (comprendidas actualmente en la reserva ecológica de Cuicatlán-Tehuacán, México). Así es como resolví sentar en el diálogo, a un icono de la flora de Aridoamérica frente a grupos que fueran definidos de manera continua durante cuatro milenios, a partir de dos de sus expresiones culturales: las casas de hielo y los kayaks. Según las estimaciones de la Oficina de Censos de Estados Unidos, en 2005 los pueblos indígenas constituían el 16 por ciento de la población de Alaska, que alcanzaba los 663,661 habitantes.5 La imagen de los pobladores de la cima del mundo viviendo en iglús, hoy se encuentra prácticamente en los museos etnográficos o de historia. Han desparecido en gran medida, los kayaks de piel de foca o caribú que cubrían estructuras hechas con trozos de madera pulimentada por las aguas marinas o con restos de esqueletos de ballena. La acepción más consensuada para kayak (vocablo inuit, uno de los grupos indígenas más numerosos del Ártico) se reduce a la de barca de cazador. Aunque antes de su producción


con materiales sintéticos los hubo de dos o tres plazas, el kayak milenario pertenecía a un solo cazador, construido de forma puntual y específica para ese único usuario. Se decía que si un esquimal salía a cazar y no regresaba era porque había usado un bote prestado. La maestría del uso del kayak equiparaba el desarrollo personal del cazador con la solidez de su vínculo comunitario, así como el grado de relación con su geografía y entorno natural, del cual tomaba lo estrictamente necesario. Encuentro en la concepción de esta barca, una expresión tecnológica que expande la herramienta hasta la noción simbólica de mayor respeto por la ecología: nada más alejado de las prácticas extractivas antropocéntricas. El diálogo entre la tecnología de los inuit y los mitos fundacionales mesoamericanos se condensa en el periplo del agua. Por un lado, el líquido vital que permite subsistir a suculentas como el nopal en climas desérticos de lluvias escasas, en contraposición al hielo, mas no el de la visión romántica del País de las sombras largas6, sino el de los glaciares y mares que se derriten de forma vertiginosa, revelando sí, secretos geológicos antiguos, pero alertando también sobre la imparable aceleración del cambio climático.


«En octubre (de 2020) la Federación de Nativos de Alaska (Alaska Federation of Natives, AFN) declaró el estado de emergencia por cambio climático. Las aldeas nativas de Alaska están sufriendo con particular dureza los efectos del cambio climático. El derretimiento de la capa de hielos perpetuos, la falta de formación de hielo marino a lo largo de la costa, la sequía, los incendios y la erosión han provocado que algunas aldeas sean inhabitables…»

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En 2017 comencé a confeccionar embarcaciones con estructuras de madera y metal que enjarré con tierra cruda.


NOTAS

1

Cuando se extingue una lengua desaparece una manera de concebir y describir el mundo.

La UNESCO publica informes al respecto en el Atlas UNESCO de las lenguas del mundo en peligro. «La última edición del Atlas (2010, disponible en inglés, francés y español de Ediciones UNESCO), fue realizada gracias al apoyo del Gobierno de Noruega. En esta edición figura una lista de 2.500 lenguas (dentro de las cuales 230 extintas desde el decenio de 1950). Estas cifras se acercan a la estimación comúnmente admitida, que gira en torno a unas 3.000 lenguas amenazadas en el mundo entero. El Atlas señala para cada lengua, el nombre y el grado de peligro de desaparición que corre, así como el país, o los países, donde se habla.» http://www.unesco.org/new/es/communication-and-information/access-to-knowledge/linguistic-diversity-and-multilingualism-on-internet/atlas-of-languagesin-danger/ 2

Los planos constructivos de mis kayaks a escala se están desarrollando, con la ayuda del Diseñador Industrial César Rivas.

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La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México estima que anualmente se producen más de 800 mil toneladas, de nopal y que

el consumo per cápita es de 6.4 kilogramos. En países como Cuba, se realizan estudios para el uso de la tuna como complemento alimenticio: Perspectivas de la producción de inulina a partir de la tuna (Opuntia ficus-indica), Dr. Isnel Benítez-Cortés, Dr. Amaury Pérez-Martínez, Dr. Reynerio Álvarez-Borroto, Msc. Oscar Collado-García, Msc. Yosvany GonzálezDíaz, Universidad de Camagüey "Ignacio Agramonte Loynaz", Camagüey, Cuba. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2224-61852015000200005


4

Alejandra Martins, BBC Mundo, Del Sahara al Amazonas: 4 fascinantes impactos del polvo del desierto que viaja miles de kilómetros para llegar a América

Latina. https://www.bbc.com/mundo/noticias-45019573

5

De acuerdo a informes de 2019 del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas del Gobierno de México, en el país 25 millones de personas se reconocen

como indígenas y de ellos siete millones 382 mil son hablantes de una de las 68 lenguas indígenas. Los datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística corroboraron el número de hablantes. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2020/indigenas2020.pdf 6

El país de las sombras largas, novela de Hans Ruesch publicada en 1950 es una narrativa que se desarrolla en el Ártico, la cual nos cuenta la historia de un

joven inuit y su pequeña familia. Educado con una cultura donde las costumbres, tradiciones y la naturaleza imperan en la vida de todos los inuit y como la aparición del «hombre blanco» trastoca todas las costumbres de éstos, rompiendo el delicado equilibrio de sus habitantes. 7 Tomado del reporte El Mundo Indígena:2020 | Cambio climático. Publicado en la página web del International Work Group for Indigenous Affairs (IWGIA), con sede en Copenhague, Dinamarca. https://www.iwgia.org/es/estados-unidos/3760-mi-2020-estados-unidos.html



Ficha técnica Obra para sitio específico comprendida por 13 kayaks y un santuario de tierra. DESCRIPCIÓN DE LOS KAYAKS

Réplicas a escala 1:4 de 3 kayaks originales. Estructuras de fierro enjarradas con una mezcla inocua de arcilla cruda, vinazas y fibras de agave resultantes de la destilación del mezcal.

MEDIDA PROMEDIO DEL KAYAK

1.20 x 0.19 x 0.11 m | 20 Kg

EMBALAJE

13 Cajones de aglomerado de aserrín.

MEDIDA DEL EMBALAJE

Cada uno de los 13 cajones: 1.30 x 0.25 x 0.21 | 3.5 kg

PESO BRUTO 13 KAYAKS +CAJONES

305 kg

DESCRIPCIÓN DEL SANTUARIO

Inspirado en un santuario encontrado en el Geoparque de la Mixteca Alta, Oaxaca: región de donde provienen las arcillas usadas para la confección de los kayaks y donde da principio el relato de ficción del hallazgo del fósil de un kayak. Será erigido in situ a partir de una estructura de madera y bastidores de bahareque. Pará su confección se requiere de la asesoría o colaboración de bio-constructores locales, una cuadrilla de cuatro albañiles, una revolvedora de concreto, 300 litros de fibras vegetales (paja, por ejemplo), 1 metro cúbico de tierra arenoarcillosa y 1,000 litros de agua.

MEDIDAS

2.10x 2.80 x 2.80 m | Peso aproximado: 2 toneladas


Los kayaks








La maqueta





Cada barra delante del santuario (el bloque mayor de la maqueta) representa un kayak de 1.20 m de largo. Medidas del santuario: 2.10 x 2.80 m de base, 2.10 m de altura. En uno de sus costados el santuario lleva un nicho donde se colocarán hojas de nopal. Medida del nicho 40 x 80 cm.



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