Amistad amorosa

Page 157

Amistad amorosa

157

18 de julio.

Amiga mía, Antes de su partida, quiero enviarle unas palabras; perdone esta escritura deforme; he recordado con alegría antes que, en mi infancia, yo era zurdo y, aunque bastante estúpidamente no haya aprendido a servirme de mis dos manos, usted se beneficiará de algunos buenos restos de instinto. No me he batido, querida, ni por usted, ni por ella, esa es la auténtica realidad. Me he batido egoístamente por mí, porque ese caballero me irritaba. Me he dado cuenta de repente, y me ha hecho bien distender mis nervios en el intercambio de esos golpes de espada. He aquí una psicología a cien leguas de la de la amable y despierta Suzanne; a ella le sorprendería mucho. Ese duelo se ha producido inopinadamente entre nosotros; surgió sin razón. No se trata de suceder a un amigo de círculo en la vida de esas señoritas; nosotros nos las pasamos así, más o menos; Michel tenía una parte de accionista que yo he comprado temporalmente, y eso es todo. La funesta imaginación de las almas sensibles descubre, en ese simple hecho, demasiadas cosas que no son ciertas. Si por indolencia, he dejado creer a esa encantadora señorita que ella valía algunas gotas de mi sangre, es pura galantería. La pobrecilla se ha sentido honrada. He tenido la caridad de no despertara de sus ilusiones. En ese mundo, un duelo para ellas las hace sentirse más valoradas… Pero usted, amiga mía, usted debe saber la verdad; es por completo lo que le he dicho: me he batido por mí. No me pregunte que le analice ese sentimiento en suma lleno de egoísmo. Mi poca paciencia se alteró un segundo; Michel estaba bajo mi mano; antes de que él tuviese tiempo de sacudirla, ya había recibido la bofetada. Y eso es todo. Iré a verla no a Royat, sino a Nimerck. Sepa todo: he prometido llevar a Suiza a la jovencita en cuestión; la vista de mi sangre pura le ha hecho soñar con la nieve de los glaciares. Espero vagamente que ella me sea arrebatada por un rico turista inglés; tiene la cabeza un poco ligera y estoy habituado a más finura de comprensión hacia mí. A través de ella, Chevrignies me persigue y todavía me importuna. La ruptura será fácil; ésta se anuncia ya, la chiquilla me dijo esta mañana – a propósito de las botas –: « Y yo que te creía más rico que Che-che… ¡vaya una historia! » Perdone el horror de esta cita, pero me parecía, en la forma y en el fondo, deber aclarar de una vez el estado de ánimo en el que estamos el ángel del mal y yo. Che-che, sabe usted, es Chevrignies. Adiós; recupere sus fuerzas en las aguas, mi querida morena amada; mi mano izquierda está rota; adiós aún… Escríbame y espere sin impaciencia mis respuestas, ahora que usted sabe lo que ha pasado, lo que pasa en el fondo de mi corazón; los intermediarios entre usted y yo me agobian, y además yo no sé dictar. Adiós, besos a Hélène y en sus manos pálidas, mi querida dicha.

CCXXX Denise a Philippe, 13 de julio.

http://www.iesxunqueira1.com/maupassant


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.