Los anillos de los árboles revelan los efectos del cambio climático Los anillos en los troncos de los árboles ofrecen una ventana hacia las profundidades del pasado climático para demostrar cómo el clima de la última mitad del siglo se aparta por mucho de las normas históricas que datan de hace miles de años.
Una muestra de árbol del norte de Siberia en el Laboratorio de Investigación de Anillos de Árboles en el campus de la Universidad de Arizona en Tucson. Adriana Zehbrauskas for The New York Times Desde principios de la década de 1700 y hasta la de los sesenta del siglo XX, el flujo de aire rápido conocido como la corriente en chorro del Atlántico norte, que provoca climas extremos en toda Europa, llevaba un rumbo bastante fijo. Después se volvió menos predecible, pero gracias a que los científicos empezaron a utilizar instrumentos para llevar un registro de los fenómenos meteorológicos a partir de finales del siglo XIX, no es posible que los datos recolectados por estos instrumentos determinen por sí solos los movimientos de la corriente en chorro a fin de compararlos a lo largo de los siglos. Sin embargo, los anillos en los troncos de los árboles proporcionan un panorama histórico mucho más completo sobre las variaciones climáticas. A medida que envejecen, los árboles crecen del centro hacia afuera, y cada año se crea un nuevo círculo de madera muerta alrededor del tronco de la mayoría de los árboles. En ese anillo se puede encontrar información relacionada con la precipitación, la temperatura y otros datos correspondientes a ese año.
Kiyomi Morino, una investigadora asociada en el Laboratorio de Investigación de los Anillos de los Árboles en la Universidad de Arizona, durante una toma de muestras en campo en el monte Bigelow, en la sierra de Santa Catalina.