Exportamos nutrientes naturales e importamos fertilizantes sintéticos. Recuperar el suelo para almacenar carbono y sostener la vida sustentabilidad
La capacidad del suelo para la agricultura porcentaje de calidad de suelos.
En 2020 la humanidad fue interpelada por una nueva crisis global (la sanitaria), íntimamente relacionada con la crisis ecológica, climática y social. Esta crisis planetaria ha logrado incorporar en el centro del debate público la relación entre desarrollo económico y la apropiación (y cosificación) de la naturaleza, sobre el qué y el cómo producimos y consumimos, sobre las desigualdades sociales en el acceso a la salud, la vivienda digna, la alimentación y hasta internet, como parte del todo. También en estos tiempos más líquidos que nunca (de incertidumbre sobre el futuro global, como expresa Bauman) también han convergido otros movimientos sociales vinculadas al veganismo, el ecologismo, los nacionalismos, el feminismo, incluso aquellos que enarbolan los derechos de las próximas generaciones y de los más vulnerables en el acceso a los recursos que aún están disponibles para su pleno desarrollo. En este contexto, un crisol de lógicas corporativas y estatales se disputa el destino de los recursos naturales (commodities, bienes comunes o recursos estratégicos).
Uno de estos recursos esenciales es el suelo fértil.