felicitas

Felicitas

Detrás del mito, el femicidio.

Mariana Jacob

Fotolibro Felicitas Guerrero.

Fotografías y textos Mariana Jacob @marianajacobfoto Florencio Varela - Buenos Aires - Argentina 2021

El presente fotolibro es un recorrido por diferentes lugares en donde se evoca a Felicitas Guerrero.

En este trabajo no se pretende realizar un recorrido cronológico sobre su vida, sino el poder compartir los sitios en donde se pueden recuperar sus huellas.

Las fotografías son el resultado de las visitas por aquellos lugares que permiten acercarnos a su historia.

Felicitas Guerrero fue una joven de la aristocracia argentina del siglo XIX asesinada por un hombre que decía amarla.

En el siglo XXI esa muerte la llamamos femicidio. La muerte pasional solo tapaba una trama más profunda, un sistema patriarcal que como una red determinaba con quienes debían casarse o qué tareas debían hacer las mujeres.

Su historia continúa vigente y existen distintos lugares en la provincia de Buenos Aires que mantienen viva su historia y la transformaron en un mito. ¿Qué nos atrae de ella? ¿Qué nos cuentan esos lugares?

Su nombre completo era Felicia Antonia Guadalupe Guerrero y Cueto, pero la llamamos y recordamos como Felicitas Guerrero.

La casa natal

La casa natal

San Telmo Felicitas nació el 26 de febrero de 1846. Era la hija del comerciante vasco Carlos José Guerrero (quien fuera el que introdujo las vacas Aberdeen Angus al país) y de Felicia Antonia Guadalupe Guerrero Cueto y Montes de Oca (de la alta sociedad porteña). Su casa estaba ubicada en el centro comercial de la ciudad de Buenos Aires, donde actualmente se ubica el casco histórico.

En el recorrido por los lugares que evocan a Felicitas Guerrero, su casa natal, actualmente una casona de estilo colonial en donde antes de la pandemia 2020 funcionaba un restaurant.

Pero también, se encuentra la sede de la Sociedad Argentina de Escritores.

De la casa natal queda muy poco, apenas un reflejo de aquella historia.

El museo

El museo

Barracas En el barrio porteño de Barracas se encuentra el lugar central para seguir las huellas sobre la historia de Felicitas Guerrero. Todo el lugar comprende una gran manzana que se llama Complejo Histórico Santa Felicitas.

Se encuentra ubicado en el Área de Protección Histórica N° 5 de la Ciudad de Buenos Aires. Lo integran el Museo, la Iglesia Santa Felicitas, la Quinta Álzaga hoy Plaza Colombia, el antiguo Oratorio de Álzaga, los Túneles de 1893, y el Templo Escondido.

Además en esa manzana funciona el Instituto Santa Felicitas, que está en el lugar desde los primeros años del siglo XX.

Los túneles, otro atractivo para recorrer en el Complejo Histórico Santa Felicitas.

Felicitas contrajo matrimonio siendo una adolescente, respetando los mandatos de una época en donde el padre decidía quién sería el marido de su hija. Para 1862 estaba casada con Martín Gregorio de Álzaga, un hombre de aproximadamente 50 años, quien fuera el sobrino nieto de Martín de Álzaga.

Del matrimonio nació Félix quien muere a los 6 años. En distintas biografías sobre Felicitas se dice que al año siguiente tuvo a su otro hijo Martín, pero murió al nacer o nació sin vida.

A la tragedia de perder a sus hijos se sumó la muerte de su esposo. Viuda, y sin sus hijos, se convierte en la mujer más rica de la sociedad porteña de la época con alrededor de 25 años.

Durante el recorrido por las instalaciones del Complejo Histórico de Santa Felicitas, se muestran objetos de la época y también se pueden ver imágenes de los inmigrantes que pasaron por el lugar para recibir ayuda o asistencia. La historia de Felicitas es la más esperada de la visita.

La iglesia

La iglesia fue construida en 1875 en honor a Felicitas. Sin embargo, el nombre de "Santa Felicitas" lo lleva por "Santa Felicidad (Felicitas) y sus siete hijos mártires. La imagen de Santa Felicitas se encuentra en el altar.

Tal vez, buscando una analogía entre sus historias, ambas mujeres vivieron el sufrimiento de ver a sus hijos morir.

La iglesia se destaca por tener dos esculturas de mármol que no son religiosas, de Felicitas junto a su hijo Félix y la de su esposo Martín G. de Álzaga.

Ambas esculturas están en la entrada. Otro dato es que los bancos del interior están ubicados de manera que no hay un pasillo central hacia el altar. La iglesia no está autorizada para celebrar los sacramentos de la religión católica, como el casamiento.

El estilo arquitectónico de esta obra es neogótico alemán.

En las rejas del exterior de la iglesia se pueden encontrar pañuelos, hilos y otros materiales que anudan como una manera de invocar a Felicitas Guerrero. Según cuenta el mito, al dejarle una cinta o pañuelo anudado Felicitas le concede a quien se lo pida el encuentro con el "amor verdadero".

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Con la misma persistencia de quienes refuerzan las creencias paganas, dejando los pañuelos y cintas, desde la iglesia desatan los nudos en una tensión permanente.

Los pañuelos marcan el territorio de la iglesia de un significado que trasciende lo religioso, de alguna manera nos resaltan que en ese lugar murió una mujer a quien se la recuerda más allá de los mitos y leyendas sobre su historia.

A diferencia de otras iglesias, su construcción no fue pensada para venerar una figura religiosa sino para una mujer rica perteneciente a la aristocracia porteña del siglo XIX. Una mujer, que más allá de su clase social, forma parte de la lista dolorosa de femicidios que se conocen en nuestro país.

En la plaza Colombia se encontraba la mansión en donde vivió Felicitas cumpliendo el mandato de la época, adolescente casada con un hombre mayor y en este caso además, adinerado.

El cementerio

Recoleta Los restos de Felicitas descansan junto a los de su esposo y su hijo en el mausoleo familiar que está en el histórico cementerio de la Recoleta de la ciudad de Buenos Aires.

Se lo reconoce entre los demás mausoleos porque en su reja frontal se encuentran los pañuelos, y cintas anudadas. Además, en el recorrido de los lugares que mantienen vivo el mito de Felicitas, muchos de sus visitantes intentan captar imágenes de los ataúdes como una necesidad de "rescatar" su figura o acercarse a ella.

Este aviso fúnebre se encuentra en el Museo.

El cementerio se recorre con una mezcla de nostalgia y de misterio. La muerte como algo ajeno, porque son ellos los que están ahí en sus tumbas de mármol y bronce.

En el recorrido por sus callecitas internas, se pueden encontrar los nombres de las familias aristocráticas de nuestro país, de próceres y personas reconocidas de la cultura. Tal vez en ese recorrido encontramos los nombres de quienes nos confirman que fueron mortales, pero que siguen teniendo una apariencia inmortal.

El castillo

Domselaar El Castillo Guerrero como se lo conoce, es una mansión perteneciente a la familia Guerrero, construida después de la muerte de Felicitas. Se encuentra en el partido de San Vicente provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, en el recorrido tras las huellas de Felicitas invita a pasar por el lugar.

Da la sensación que en ese itinerario se busca conocer un poco más sobre la tragedia, aquella que marcó desde muy joven a Felicitas.

Se contrasta la historia trágica, con algunos objetos y estructuras de la casona que muestran la opulencia, como la decadencia, el descuido y el paso del tiempo.

El retrato de Felicitas, pintado luego de su muerte es la imagen más cercana a su recuerdo.

El interior de la mansión o castillo, no guarda ninguna huella de Felicitas, pero invita a imaginar cómo vivían algunas familias en esa época.

En el recorrido por el castillo se la podía encontrar a la dueña del lugar, la sobrina nieta de Felicitas. Josefina Guerrero compartía junto a su hijo anécdotas familiares y detalles sobre la trágica historia de su tía abuela. Josefina falleció en 2018, sus esculturas y legado cultural forman parte del castillo Guerrero.

Fotografías realizadas en una visita guiada de 2017.

Una de las tantas esculturas de Josefina Guerrero en el parque del castillo.

El arma de la tragedia como una ironía de aquello que puso fin con la vida de Felicitas, expuesta en la inmortalidad de su recuerdo y el mito que conmueve y convoca.

El Salado

Río Salado, provincia de Buenos Aires, Argentina.

Un río con historia En los distintos lugares en los que se van siguiendo las huellas de la historia sobre Felicitas, se cuenta que luego de perder a su hijo (o hijos) y de quedar viuda, hereda los campos de su esposo y se traslada a una estancia que era su preferida. Lejos de la ciudad, elige los campos de la provincia de Buenos Aires.

Antes de llegar a la estancia debía cruzar el río Salado. En aquel tiempo (siglo XIX) este río marcaba la frontera de la provincia de Buenos Aires inexplorada con la urbanización.

Felicitas amadrinó la construcción del puente la postrera (el mismo nombre que su estancia) pero del cual no llegó a ver su inauguración que fue posterior a su muerte.

A este río también se lo conoce como río Salado Bonaerense.

La cuenca del río Salado del sur o bonaerense, abarca una porción de las provincias de Santa Fe y Córdoba, cruzando la provincia de Buenos Aires. Antes del siglo XIX este río marcaba una frontera para quienes querían cruzarlo, generando muchísimas dificultades por la creciente e inundaciones que provocaba en los terrenos. La construcción de los puentes promovieron una conquista y expansión de las tierras delimitadas por su recorrido.

La Postrera

En la extensión de la estancia se pueden encontrar Lirios, de la especie Amaryllis belladona o "bella dama".

Castelli La estancia La Postrera no es un museo, es una propiedad habitada por sus dueños que no tienen ningún vínculo con la familia Guerrero. El poder visitarla fue uno de esos hechos inesperados pero que permitieron conocer de cerca un lugar en el que vivió Felicitas el mayor tiempo de su corta e intensa vida.

Luego de su muerte esta estancia estuvo a cargo de su padre, y finalmente de uno de sus hermanos, quien decidió venderla.

Josefina, su actual propietaria, mantiene el recuerdo presente de Felicitas y realiza en el lugar algunas actividades culturales.

La historia de Felicitas se percibe en el lugar. Se cuenta que ella pasaba horas caminando por sus jardines. También en esta estancia ella decidió hacerse cargo de sus campos, tratando de salir del manejo de su padre.

Entre las anécdotas que fortalecen su mito, se encuentra aquella en la que conoció a su último amor, Samuel Sáenz Valiente, quien la ayudó en una noche lluviosa en la que se trasladaba en su carreta y quedó atrapada por la tierra pantanosa al cruzar el Salado. Tal vez nos gusta imaginar ese encuentro como una revancha y la posibilidad de un amor correspondido para Felicitas.

La vista del río Salado se puede disfrutar desde una pérgola que todavía se encuentra en el lugar, en donde seguramente Felicitas disfrutaba de ese lugar.

La visita a la estancia La Postrera, nos traslada en el tiempo, no solo en relación a la historia de Felicitas, sino a lo que transcurría en ese lugar histórico. La Postrera perteneció a la familia Álzaga y era un lugar de descanso, una parada para quienes seguían camino por esas tierras en el siglo XIX.

Imaginarla

Sofía Bara, interpreta a Felicitas Guerrero como la imaginamos hoy, una mujer atrapada en los mandatos de su época y liberada en los relatos de las novelas escritas sobre ella. Fortalecida en el mito colectivo y de alguna manera, reivindicada en la mirada actual.

Hablar de femicidio es deconstruir un relato que se sostuvo por siglos acerca de los mitos del amor romántico. Enrique Ocampo, el femicida, no la mató por amor como lo sostuvieron los relatos. La muestre pasional sólo encubría y justificaba al femicida desde un lugar de despecho o la provocación de la mujer.

El legado de felicitas, a través del tiempo y de un mito que la sostiene, nos muestra cómo sin importar la clase social, los mandatos patriarcales atraviesan y condenan a las mujeres. El crecimiento de femicidios visibiliza tristemente la resistencia de una cultura machista que se sostuvo por siglos, pero que se va descascarando a la luz de un nuevo paradigma acerca de la igualdad de derechos.

Complejo Histórico Santa Felicitas, Barracas Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. http://www.museosantafelicitas.org.ar/ Cementerio de la Recoleta, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. https://turismo.buenosaires.gob.ar/es/atractivo/10-h-cementerio-de-recoleta Castillo Guerrero, Domselaar, San Vicente, pcia. de Buenos Aires, Argentina. https://www.castilloguerrero.com/ Estancia La Postrera https://www.castelli.gob.ar/turismo/ Cabrera, Ana María (2013) Felicitas Guerrero. Ed. Planeta.

Dorra Suden, Alejandra. Perdón por ser virtuosa. Tomos I, II y III https://www.felicitasguerrero.com/ Cabrera, Miguel. BAIGLESIAS.COM Bara, Sofía. Modelo que recrea a Felicitas Guerrero. Fotografías realizadas en el Parque Pereyra Iraola, Gutiérrez, pcia. de Buenos Aires. http://www.opds.gba.gov.ar/anp/parque_pereyra_iraola_estancia_san_juan

Muchas

gracias

a

quienes

me

acompañaron en este recorrido por la historia de Felicitas.

Clorofilotipia en hoja de Alocasia (oreja de elefante) para el retrato de Sofía Bara representando a Felicitas Guerrero.