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20 anos no son nada, dicen
Cuando en 2004, con 24 años, acepté ser capataz de San Antonio, no podía imaginar el alcance que tenía la tarea que me encomendaban. Hoy a punto de hacer veinte 13 de junio, al frente del grupo de privilegiados que pasean al Santo bendito por las calles de nuestro pueblo, me doy cuenta de lo inconsciente que fui y a la misma vez, también me doy cuenta de la suerte que tuve y que sigo teniendo a día de hoy. Suerte porque San Antonio, siempre puso a mi lado a gente buena y comprometida que siempre hicieron todo lo posible por facilitarme la labor que me habían encargado.
Gente que desde el principio se puso a mi lado y ayudó a crear esta familia que tenemos hoy día. Entiendo que todo capataz defiende que su cuadrilla es la mejor, la que mejor anda y trabaja, pero la cuadrilla de San Antonio de Padua está formada por hombres de un talante distinto, personas de bien que más allá del trabajo propio del costalero, han sabido crear un grupo, en el que se ha demostrado en varias ocasiones, que se está para ayudar en los momentos duros y para disfrutar en aquellos que la ocasión lo merece.
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Este año si él me lo permite, cumpliré 20 años al frente de su cuadrilla, por lo que sólo puedo agradecer a todos y cada uno de los que han pertenecido a esta cuadrilla de una forma u otra.
Cómo no agradecer a todos los hermanos mayores y juntas de gobierno que han confiado en mí, a lo largo de estos años.
Y por supuesto, y principalmente agradecer a San Antonio de Padua, por permitirme hace 25 años, cuando empecé como costalero, estar a su lado, sitio en el que seguiré mientras pueda de una forma u otra, porque el que se acerca a San Antonio, nunca se va, siempre permanece a su lado.