Hoja Parroquial No. 301 Parroquia San Felipe de Jesús, Chichimequillas, El Marqués, Qro.

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Hoja Parroquial

Párroco Pbro. Silvestre García Suárez Vicario Pbro. Emmanuel Ramírez Olvera

Chichimequillas, El Marqués, Qro.

18 de Noviembre de 2018 No.301 Año 8

Parroquia San Felipe de Jesús Chichimequillas

Tel. 2466223

San Felipe de Jesús “Parroquia en Oración, Parroquia Misionera” XXXIII DOMINGO ORDINARIO ANTÍFONA DE ENTRADA Jr. 29, 11. 12. 14 Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Ustedes me invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud donde quiera que se encuentren. ORACIÓN COLECTA Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio porque la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA Entonces se salvará tu pueblo. Del libro del profeta Daniel 12,1-3 En aquel tiempo, se levantará Miguel, el gran príncipe que defiende a tu pueblo. Será aquel un tiempo de angustia, como no lo hubo desde el principio del mundo. Entonces se salvará tu pueblo; todos aquellos que están escritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo, despertarán: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo. Los guías sabios brillarán como el esplendor del firmamento, y los que enseñan a muchos la justicia, resplandecerán como estrellas por toda la eternidad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Del salmo 15, 5.8. 8-19. 11 R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida. *El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré. R/. *Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción. R/. *Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/. SEGUNDA LECTURA Con una sola ofrenda Cristo hizo perfectos para siempre a los que ha santificado.

De la carta a los hebreos: 10, 11-14. 18 Hermanos: En la antigua alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diariamente y de pie, los mismos sacrificios, que no podían perdonar los pecados. Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrificio por los pecados y se sentó para siempre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado. Porque una vez que los pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 21, 36 R/. Aleluya, aleluya. Velen y oren, para que puedan presentarse sin temor ante el Hijo del hombre. R/. Congregará a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales. Del santo Evangelio según san Marcos: 13, 24-32

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n a q u e l tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando lleguen aquellos días, después de la gran tribulación, la luz del sol se apagará, no brillará la luna, caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad. Y él enviará a sus ángeles a congregar a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales y desde lo más profundo de la tierra a lo más alto del cielo. Entiendan esto con el ejemplo de la higuera. Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Así también, cuando vean ustedes que suceden estas cosas, sepan que el fin ya está cerca, ya está a la puerta. En verdad que no pasará esta generación sin que todo esto se cumpla. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de. Cumplirse. Nadie conoce el día ni la hora. Ni los ángeles del cielo ni el Hijo; solamente el Padre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Credo


PLEGARIA UNIVERSAL Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con bondad nuestras peticiones, digamos con fe y devoción: Te rogamos, Señor. v

Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que, abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida religiosa, roguemos al Señor. v Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las naciones, buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor. v Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire con misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor. v Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor. Dios nuestro, que no dejas de velar por tu pueblo, escucha nuestras oraciones y haz que crezca en nosotros la convicción de que los que duermen en el polvo despertarán; infunde en nosotros tu Espíritu, para que, actuando con amor, esperemos sin desfallecer la manifestación gloriosa de tu Hijo, que vendrá para elegir a sus elegidos en su reino. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Concédenos, Señor, que estas ofrendas que ponemos bajo tu mirada, nos obtengan la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos alcancen, en recompensa, la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 72, 28 Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis esperanzas. O bien: Mc 11, 23-24 Cualquier cosa que pidan en la oración, crean ustedes que ya se la han concedido, y la obtendrán, dice el Señor. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Una invitación a abandonarse plenamente en la Misericordia de Dios.

En el Evangelio (Mc 13:24-32), Jesús estando en privado con sus discípulos les dice: “Mas por esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas irán cayendo del cielo, y las fuerzas que están en los cielos serán sacudidas. Y entonces verán al Hijo del hombre que viene entre nubes con gran poder y gloria; entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. De la higuera aprender esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabes que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean que sucede esto, sabrán que Él está cerca, a las puertas. Yo les aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Más de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.” Este lenguaje apocalíptico de Jesús sobre su Parusía permite reflexionar sobre el futuro de la humanidad y del mundo, pero nunca a sentir miedo sino a mantener siempre viva la esperanza en la Misericordia Divina. No se puede pasar por alto que el fin de los tiempos y de la historia de la humanidad no es sinónimo del triunfo del mal sino de la victoria final y definitiva de Cristo. Además, Jesús revela que la vida humana tiene como punto central la tribulación o el sufrimiento; en otras palabras es el pan diario para la vida del cristiano, en la medida que se refiere a cumplir la invitación de Jesús de tomar la cruz propia, negarse a sí mismo (Hacer la Voluntad de Dios) y ahí sí seguirlo, pues éste es el único camino para salvación para todo cristiano y en esa medida debe ser vista como la señal de la pronta venida del Hijo del Hombre pero teniendo presente que Cristo es claro en advertir que: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”, palabras que no son una amenaza sino toda una invitación a confiar o abandonarse plenamente en la Misericordia de Dios, ya que sólo el Padre sabe el día y la hora en que cada ser humano debe entregar cuentas de su actuar en esta vida terrena, que debe estar centrada en la vivencia del amor hacia los demás y obviamente a Dios, en la medida que así la vida siempre estará en armonía plena con Dios. Al respecto, vale traer a colación estas palabras de María Santísima a santa Faustina: “Por la noche, mientras rezaba, la Virgen me dijo: Su vida debe ser similar a la mía, silenciosa y escondida; deben unirse continuamente a Dios, rogar por la humanidad y preparar al mundo para la segunda venida de Dios.”

Antiguo Testamento Libros Proféticos LIBRO DE HABACUC

Martirologio Romano: Conmemoración de san Habacuc, profeta, el cual, ante la iniquidad y violencia de los hombres, anunció el juicio de Dios, pero también su misericordia, diciendo: «El justo vivirá por su fe». El libro de Habacuc no da detalles sobre la vida del profeta. Nada sabemos de su vida salvo el retrato psicológico


que él mismo nos pinta en los tres capítulos de su Libro. Habacuc se muestra dominado por ciertas dudas respecto al porvenir de su pueblo y al reino de Dios, más su confianza y su fe son mayores aún. El es el justo "que vive de la fe" s e g ú n e s t a profundísima sentencia que él nos dejó y que S. Pablo cita tres veces. Cf. 2, 4 y los últimos versículos del capítulo 3. Habacuc profetizó antes de la invasión de Judá por los caldeos (605) puesto que tal calamidad es objeto de su vaticinio, después de la cual Habacuc predice la ruina de Babilonia, como predijo Nahum la de Nínive, ambos crueles enemigos del pueblo y del reino de Dios. La identidad de su persona con aquel Habacuc que se menciona en el libro de Daniel (Dan. 14, 32), no es probable por razones cronológicas, pues este último aparece unos cien años después. El Libro comienza con un diálogo entre Dios y el profeta sobre el castigo de Judá, dirígese luego contra los babilonios y termina con un magnífico y célebre cántico (cap. 3), que ha sido recogido en varias partes por la Liturgia y que por la riqueza de su estilo denota, como Miqueas y Joel, la edad de oro de la lengua hebrea. En él, Habacuc, que es el profeta de la fe, expresa la segura esperanza en la salvación que viene de Dios y la destrucción de los enemigos de su pueblo.

Creo en un solo Dios. I «Creo en un solo Dios» Con estas palabras comienza el Símbolo NicenoConstantinopolitano . La confesión de la unicidad de Dios, que tiene su raíz en la Revelación Divina en la Antigua Alianza, es inseparable de la confesión de la existencia de Dios y asimismo también fundamental. Dios es Único: no hay más que un solo Dios: "La fe cristiana cree y confiesa que hay un solo Dios [...] por naturaleza, por substancia y por esencia (Catecismo Romano, 1,2,2). A Israel, su elegido, Dios se reveló como el Único: "Escucha Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza" (Dt 6,4-5). Por los profetas, Dios llama a Israel y a todas las naciones a volverse a Él, el Único: "Volveos a mí y seréis salvados, confines todos de la tierra, porque yo soy Dios, no existe ningún otro [...] ante mí se

doblará toda rodilla y toda lengua jurará diciendo: ¡Sólo en Dios hay victoria y fuerza!" (Is 45,22-24; cf. Flp 2,10-11). Jesús mismo confirma que Dios es "el único Señor" y que es preciso amarle con todo el corazón, con toda el alma, con todo el espíritu y todas las fuerzas (cf. Mc 12,29-30). Deja al mismo tiempo entender que Él mismo es "el Señor" (cf. Mc 12,35-37). Confesar que "Jesús es Señor" es lo propio de la fe cristiana. Esto no es contrario a la fe en el Dios Único. Creer en el Espíritu Santo, "que es Señor y dador de vida", no introduce ninguna división en el Dios único: «Creemos firmemente y confesamos que hay un solo verdadero Dios, inmenso e inmutable, incomprensible, todopoderoso e inefable, Padre, Hijo y Espíritu Santo: Tres Personas, pero una sola esencia, substancia o naturaleza absolutamente simple (Concilio de Letrán IV: DS 800).

II Dios revela su Nombre Dios se reveló a su pueblo Israel dándole a conocer su Nombre. El nombre expresa la esencia, la identidad de la persona y el sentido de su vida. Dios tiene un nombre. No es una fuerza anónima. Comunicar su nombre es darse a conocer a los otros. Es, en cierta manera, comunicarse a sí mismo haciéndose accesible, capaz de ser más íntimamente conocido y de ser invocado personalmente. Dios se reveló progresivamente y bajo diversos nombres a su pueblo, pero la revelación del Nombre Divino, hecha a Moisés en la teofanía de la zarza ardiente, en el umbral del Éxodo y de la Alianza del Sinaí, demostró ser la revelación fundamental tanto para la Antigua como para la Nueva Alianza.

Circular Nº 25 Mes de la catequesis. «Que hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva…» (Is 52,7). El ambiente en el cual vivimos es difícil, la angustia nos visita al ver diluir velozmente los valores evangélicos, esto genera incertidumbre, pero en este ambiente gris es donde la vocación cristiana de ser luz del mundo y sal de la tierra (cfr. Mt 5, 13-16.) debe realizarse y la catequesis es uno medio oportuno para ayudar a los cristianos a ser, para su gozo y para el servicio de todos, esa «luz» y «sal», pues la catequesis, que es crecimiento en la fe y maduración de la vida cristiana hacia la plenitud, es por consiguiente una obra del Espíritu Santo, obra que sólo Él puede suscitar y alimentar en la Iglesia. La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padre, dio a los Apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas las gentes, enseñándoles a observar todo lo que Él había mandado (cfr. Mt 28,19 s). La catequesis es, en efecto, el conjunto de esfuerzos realizados por la Iglesia para hacer discípulos, para ayudar a


los hombres a creer que Jesús es el Hijo de Dios, a fin de que, mediante la fe, ellos tengan la vida en su nombre, para educarlos e instruirlos en esta vida y construir así el Cuerpo de Cristo; y desde siempre la Iglesia no ha dejado de dedicar sus energías a esa tarea. Durante el mes de noviembre la Dimensión Diocesana de Evangelización y Catequesis, organiza y promueve el Mes de la Catequesis. Invita a todos a promover con espíritu de comunión: 1. El domingo 25 de noviembre una Jornada de Oración, por nuestros Catequistas. 2. Los días 24 y 25 de noviembre se realice la colecta, a favor de las obras de catequesis y evangelización. 3. Reconozca y agradecer la incansable e insustituible labor de los catequistas de nuestras parroquias, celebrando el “Día del Catequista”, el 25 de noviembre de 2018, Solemnidad de Cristo Rey. 3. Promocionar este ministerio profético, considerando especialmente, la Catequesis Vicentina para los amigos especiales. 4. Preparar, vivir y celebrar la Semana de la Catequesis, del 26 al 30 de noviembre de 2018. 5. Promover durante este mes, de manera especial entre las jóvenes generaciones, la participación de hombres y mujeres que dediquen su vida y esfuerzo, a renovar las filas de los catequistas para la formación cristiana pre sacramental. Pidámosle a San Junípero Serra, Nuestro Patrono de la Misión Permanente, que nos anime y con su ejemplo nos conduzca para ir “siempre adelante y nunca retroceder” en la acción misionera. Y que la Madre Dolorosa, Nuestra Patrona Diocesana, como “Estrella de la nueva evangelización”, nos ayude a ser como Ella, atentos a la escucha y al anuncio del mensaje de Dios. En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, Qro., a 05 de noviembre de año del Señor 2018. Fraternalmente en Cristo y María. + Faustino Armendáriz Jiménez IX Obispo de Querétaro Pbro. Dr. Jorge Hernández Nieto Canciller

Seminario Conciliar de Querétaro, Qro. 19 de noviembre de 2018. Nos disponemos a celebrar la XXX Asamblea Diocesana de Pastoral, el próximo lunes 19 de noviembre, con la intención de darnos cuenta hasta dónde hemos caminado y así, animarnos para continuar asumiendo la

misión permanente, especialmente con los adolescentes y jóvenes. «Queremos ser una Diócesis misionera con rostro adolescente y joven; que valora su protagonismo en la construcción de la civilización del amor». + Faustino Armendáriz Jiménez Obispo Diócesis de Querétaro . ¿POR QUÉ Y PARA QUÉ ASAMBLEA DIOCESANA? La ASAMBLEA DIOCESANA es una reunión eclesial de agentes representativos de las diversas instancias y diversos sectores de la Iglesia, convocada y presidida por el Señor Arzobispo, como una especial instancia consultiva del mismo Pastor, y un medio privilegiado de ejercicio de la corresponsabilidad, para revisar y estimular la marcha de la Pastoral de la Diócesis y, en particular, para ayudar al seguimiento de los procesos generados por el Sínodo (Cfr. DG, n. 351 y DC, IV Sem., n. 118). La Asamblea Diocesana no sustituye ni duplica las funciones de las otras estructuras pastorales de consulta del Arzobispo, como el Consejo Presbiterial. Aquí se trata de un peculiar espacio de representación eclesial, con una importante función complementaria de consulta amplia y directa de toda la Comunidad arquidiocesana, a través de sus representantes, como apoyo a la dirección general de la Pastoral y a los diversos organismos y agentes responsables de la misma (Cfr. Edicto, n. 68). Sin embargo, para el cabal cumplimiento de su finalidad, deberá funcionar "en comunión y coordinación con las demás estructuras de la Arquidiócesis al servicio de la Pastoral", estableciendo "cauces adecuados de relación" con ellas, "para aprovechar toda la riqueza que puedan aportar" (Cfr. DC, IV sem., n. 124). OBJETIVOS *"Revisar y estimular la marcha de la Pastoral de la Diócesis". *"Ayudar al seguimiento de los procesos generados por el Sínodo". *Promover la dinamización y actualización del Proyecto Misionero de la Nueva Evangelización según la Prioridad asumida por el Sínodo; ya que éste ha de ser siempre el eje y motor de la renovación pastoral. *"Pulsar —revisar, evaluar, discernir— si nuestro proyecto evangelizador está respondiendo a los retos de la cambiante realidad diocesana". *"Favorecer una pastoral de conjunto animada por un espíritu de comunión y participación, corresponsabilidad y servicio".


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